PROSPECTIVA:
Cuando se instauró el Estado de las Autonomías,
Navarra fue una de las dos comunidades autónomas, junto
al País Vasco, beneficiadas por el chollo del régimen
foral. Reivindicando indiscutibles derechos medievales por
otro lado esparcidos en aquella época (la Edad Media)
por toda España, Navarra consiguió un estatuto
de Autonomía singularmente beneficioso para sus habitantes
y empresas en lo que concierne al pago de impuestos. Navarra
padecía la lacra del terrorismo de ETA casi en la misma
medida que el País Vasco, y la fuerza electoral de
Herri Batasuna era considerable, asegurando casi siempre un
escaño en la provincia. Por estas peculiaridades de
nuestro Estado de las Autonomías, recibieron más
no los que más pidieron, ni mucho menos los que más
lo necesitaban, sino los que daban más miedo al Gobierno
central.
Sin
embargo, a la hora de la verdad en Navarra han sabido ser
agradecidos al premio gordo del régimen foral del que
disfrutan, y sin poner en duda tanto la indisoluble unidad
de España cuanto las peculiaridades históricas
de la región han sido capaces de nadar y guardar la
ropa, acertando en profundizar en lo auténticamente
bueno del multiculturalismo y las excepciones socioculturales
(el Cupo y asimilados) sin por ello, llevados por la ambición
que asola al nacionalismo vasco, pedir aún más
dinero extremeño y catalán para financiar las
fiestas patronales.
En
cuanto al análisis propiamente electoral, esta circunscripción,
a pesar de su escaso peso en términos de población,
ha sido históricamente divertida. Además del
importante peso del nacionalismo vasco más histérico
y montaraz, ha contado con la insólita presencia de
IU en 1996. Ambas opciones, barullo de nacionalismos euskéricos
(bien es cierto que alejados de entusiasmos por la multiplicidad
de vías aceptables para solucionar "el conflicto
político", incluida la del terrorismo) agrupados
bajo las siglas Nafarroa Bai, e IU, aspiran a un escaño,
y ambas, adelantamos, se quedarán sin él.
La
posición del PP (o más bien de su partido hermano,
UPN) es lo suficientemente firme como para asegurarle no ya
los tres escaños de que disfruta, sino incluso uno
más a poco que aumente su distancia con el PSOE tres
o cuatro puntillos. Auguramos, sin embargo, que esto no ocurrirá,
manteniéndose el PP en su representación actual
pero con un aumento en sufragios suficientemente importante
del PSOE como para anular, al mismo tiempo, las posibilidades
de Nafarroa Bai y, por supuesto, de IU. Así que todo
sigue igual: PP 3, PSOE 2.
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