GRANDES
PREGUNTAS
Algunos
interrogantes poselectorales
1.
¿Cuál será el destino político de José
María Aznar? Podemos descartar a estas alturas un
eventual desatino de José María Aznar como Presidente
de la Comisión Europea o Secretario General de Naciones Unidas.
Aunque esto resulte sorprendente, José María Aznar
genera un rechazo importante en gran parte de los encargados de
aupar a alguien a este tipo de cargos. Por otro lado, el futuro
de José María Aznar para la política española
ha quedado definitivamente amortizado tras los resultados electorales
del 14-M pero, sobre todo, tras su lamentable actuación a
lo largo de la gravísima crisis provocada por los atentados
del 11-M. Creemos, por tanto, que la mejor manera de aprovechar
la experiencia política y los usos democráticos de
alguien como José María Aznar sería incorporarlo
a la campaña de reelección de Bush en las elecciones
presidenciales de Noviembre. Aznar podría hacer campaña
en el crucial estado de Florida y, si se tercia, echar una manita
en el recuento.
2.
¿Hay que sacar los tanques a la calle? Hay que decir
con valentía, y así lo ha hecho el liberalismo españazol,
que estas elecciones son producto de una siniestra manipulación
del buen pueblo español, o si lo prefieren, del asqueroso
antiespañolismo del maligno pueblo español. Por lo
visto, el pueblo fue engañado por un grupo de comunicación
que les hizo creer que el terrorismo islámico, y no la banda
terrorista ETA, era la autora del atentado, en lugar de esperarse
un par de días para informar sobre algo tan profundamente
irresponsable. Por lo visto, también, el único criterio
que explica los 11 millones de votos de ZP es este. En consecuencia,
dado que no podemos sustituir los resultados electorales por una
encuesta del CIS, los tanques se antojan la opción más
española. Lamentablemente, apenas hay tanques disponibles,
y no queda combustible. Como Federico Jiménez Losantos no
aparece por ningún lado para dejar las cosas claras, lo decimos
nosotros: “si hubiéramos sabido hace ocho años
lo que iba a ocurrir habríamos invertido más en carros
de combate, caramba”.
3.
¿Son estos resultados “políticamente convenientes”?
Si nos fijamos en los resultados electorales habidos en España
desde 1977, la verdad es que objetivamente pasó siempre lo
que “tenía que pasar”: en 1977 y 1979 ganó
un partido más o menos asumible por el Movimiento, encargado
de pilotar la transición: en 1982 la izquierda llegó
al gobierno para desarrollar, por primera vez en la historia, su
proyecto político para España, con tiempo por delante,
normalizando definitivamente la democracia española. En 1993
perdió la mayoría absoluta pero no el poder (el PP
no estaba preparado para gobernar), en 1996 el PP llega al poder
con el factor moderador de CiU, y en 2000, tras demostrar su capacidad
de gestión y un carácter moderado, los electores le
dan la mayoría absoluta para que pueda desarrollar su proyecto
sin trabas. Lo cierto es que lo que se percibía como lógico
en estas elecciones para que las cosas siguieran yendo bien no era
tanto echar ahora al PP (¿cómo echar a un partido
con mayoría absoluta?) cuanto obligarle a pactar de nuevo,
moderar sus ímpetus intransigentes y restablecer la convivencia.
El problema es que el PP genera ahora mismo, tras ocho años
de Ánsar, un rechazo brutal en gran parte de la sociedad
española, sobre todo en las regiones con una implantación
fuerte del nacionalismo; rechazo que explica tanto el volumen del
voto a ZP (hay, a buen seguro, mucha gente que ha votado a ZP asumiendo
que ZP no gobernaría; sencillamente, para quitarle la mayoría
absoluta al PP, y que ahora está un tanto perpleja) como
el hundimiento del PP en las regiones de factura más antiespañola
(Cataluña y el País Vasco). Sin embargo, el problema
de ZP no es, como dicen muchos, no tener mayoría absoluta,
sino sencillamente que no están bien preparados para gobernar
(los cálculos de los afines a ZP eran “mejorar ahora,
gobernar en 2007-08"). Personalmente opino que, en un contexto
político cuyo segundo problema en importancia para los próximos
cuatro años, tras la masacre del 11-M y sus consecuencias,
es una cuestión identitaria (España como integradora
vs. Nacionalismo “para huir de España”), alguien
como ZP sí puede ser la persona adecuada tanto para tender
puentes como para quitar votos “prestados”, de hartazgo
con el PP, a los partidos nacionalistas.
4.
¿Con quién gobernará ZP? En solitario,
con apoyos puntuales de los distintos grupos políticos (que
a estas alturas rivalizan para declarar su cerrado apoyo a ZP).
El problema que ahora mismo tiene ZP entre las manos es que si,
más allá de la investidura, su gobierno se ve mediatizado
por ERC en determinados aspectos, no lo entendería la mayor
parte de la sociedad española. Pero si ZP elige a CiU, que
es aquello por lo que rezan en los centros de poder y en la propia
CiU (lo contrario sí sería certificar el sorpasso
de ERC), esto creará problemas, ya veríamos de qué
nivel, en el tripartito de Cataluña. Por eso ZP no puede
comprometerse con nadie, más allá de la colaboración,
muy intensa sobre todo al principio, que a buen seguro habrá
con Izquierda Unida.
5.
¿Qué puede pasar con el PP? Si los salvapatrias
no llevan la voz cantante, harán un imprescindible ejercicio
de autocrítica que desemboque en la jubilación del
ansarismo más significado, y del propio Ánsar, que
recibirá definitivamente su merecido, y asumirán un
discurso mucho más centrado que el de estos cuatro años,
que implique pactos de Estado con el PSOE, incluyendo el trágala
de algunos sapos constitucionales que igual no lo son tanto. El
talante de Mariano Rajoy puede ser el adecuado para pilotar este
viraje, pero su principal problema es que, aunque él no sea
responsable de lo ocurrido en estos comicios, su única fuente
de autoridad es dedocrática, y además proviene justamente
del responsable del voto antiAznar que le ha dado la victoria a
ZP. No creemos que el PP se convierta en una jaula de grillos (más
allá de las lógicas disensiones derivadas de perder
el poder), fundamentalmente por la asunción de una de las
pocas verdades que les ha legado Ánsar: para conseguir el
poder hay que mostrar unidad.
6.
¿Qué puede pasar en el PSOE? En estos momentos
PP Bono debe estar resignándose a su condición de
cacique pueblerino por siempre jamás, y eso en el mejor de
los casos: también podría acabar en un puesto de singular
responsabilidad en este Gobierno, por ejemplo Minijtro de Medio
Ambiente. La enormidad de la victoria de ZP le permite aspirar a
una limpieza, de una vez por todas, en el PSOE, poniendo orden en
el cachondeo de muchas organizaciones territoriales y situando a
la vieja (cada vez más vieja) guardia en su justo lugar.
A decir verdad, no creemos que lo haga: su insoportable talante
negociador más probablemente le lleve a, asumiendo por parte
de todos quién manda ahora, reservar a todos su cuota de
poder.
7.
¿Tiene futuro Izquierda Unida? Contrariamente a
lo que pudiera parecer, sí. IU es un partido que se nutre
tradicionalmente de votantes descontentos del PSOE. Pero en estas
elecciones el objetivo prioritario de toda la izquierda era echar
al PP. El voto útil ha hecho más daño que nunca
(salvo lo ocurrido en 1982), pero es en parte un voto “prestado”
al PSOE que, a poco que pase lo previsible (que ZP haga un par de
cosas que indignen a los votantes “verdaderoizquierdistas”),
volverán al redil. Hay que decir que Gaspar Llamazares ha
cumplido su papel muy dignamente desde la oposición a lo
largo de estos cuatro años, con la única salvedad
del escandaloso apoyo al PNV en el País Vasco, y también
hay que decir que sus declaraciones del 14-M, poniendo por delante
el objetivo prioritario (la derrota del PP) sobre el interés
de partido, responden también a la sensación “agridulce”,
como ha dicho el propio Llamazares, de muchos votantes de IU. Mi
opinión es que ZP debería mostrarse generoso con IU,
“dadas las circunstancias”.
8.
¿Será Carod Rovira ministro del Interior?
No. Ni siquiera “para dialogar con ETA”. La inusitada
victoria de ZP es de tan amplio calado que gobernar en solitario
ya no es una entelequia, sino algo asumido por todos los partidos
minoritarios (que se dan de codazos para aparecer como más
afines al nuevo líder carismático). Zapatero está
en condiciones de hacer, en la práctica, lo que quiera buscando
apoyos en cada momento, y no es previsible que a ERC se le suba
el voto antiPP a la cabeza y pretenda influir en la política
española (sobre todo en las cuestiones sensibles para la
mayoría de los españoles), más allá
de la asunción de un Estatut de Catalunya aceptado por todos
(incluso, no lo descartemos en absoluto, por el PPC, vistos sus
resultados), esgrimiendo la amenaza de ruptura del Tripartito en
caso contrario. Esta, la de “ERC mandando en España
como manda en el Tripartito”, es la teoría favorita
de determinados medios de comunicación, pero vistos los resultados
electorales perderá fuerza a marchas forzadas. Porque a ERC
lo que ante todo le interesa es aparecer, ante los actuales votantes
de CiU, como un partido responsable. Un partido de Gobierno, que
no pueda romper el tripartito así como así.
9.
¿Será una legislatura corta? Probablemente
no se alargue los cuatro años. ZP no tiene la firmeza de
José María Aznar, su gusto porque la legislatura ante
todo sea legislatura, legislatura, y se agote hasta el límite
de tiempo. Por otro lado, es preciso tener en cuenta un dato importante.
Ahora mismo el PSOE gobierna tanto en Cataluña como en España,
y la distancia entre unas elecciones y otras es de apenas cuatro
meses. Si yo fuera ZP, y si, como es previsible, logra conservar
el Gobierno lo suficiente, buscaría la coincidencia entre
las Generales y las Autonómicas catalanas. Y ya saben lo
que eso significa. Súbitamente, las grandes alharacas de
catalanidad “pura” quedan ligeramente capitidisminuidas
ante el malvado “voto oculto” españolista.
10.
¿Qué será de los compañeros de pupitre?
Recordemos que el Gobierno tiene en su poder una “Acción
de Oro” (Golden Share) por cada una de las empresas privatizadas
a lo largo de estos ocho años de mandato. Dicha “Acción
de Oro” permite, en la práctica, no sólo que
el PP colocara en su día a un sinnúmero de compañeros
de pupitre (y si salían rana, unos compañeros de pupitre
sustituían a los anteriores levantiscos, como en Telefónica;
éh lo que tienen, los colegios privados: un huevo de pupitres
y un compañerismo sano a toda prueba), sino “supervisar”
directamente la buena labor de todos y cada uno de los directivos
de estas empresas. Si la memoria no me falla, la Golden Share tenía
una validez de 10 años, así que como mínimo
a ZP le quedarían dos años para colocar a sus amigos
de la infancia. Hay que decirlo, desde ahora, con claridad: sería
inaceptable que ZP actuara de esta manera; sobre todo, con la de
gente que hay en LPD, “tu página web – publicación
independiente de prestigio amiga”, en un estado de absoluta
necesidad.
11.
¿Contratará LPD a Alfredo Urdaci? En estos
momentos, LPD no contempla esta posibilidad, pero tampoco podemos
descartarla completamente. Como todos los medios de comunicación,
LPD vive mucho mejor “contra el Gobierno”, y en ese
sentido la figura de Alfredo Urdaci podría cumplir un papel
fundamental. Claro que el natural camaleónico de Urdaci podría
derivar en un afán seguidista de lo que en cada momento perciba
que es la línea ideológica de LPD, lo cual, por otro
lado, podría ser peligroso para su salud mental. En todo
caso, si finalmente no se confirma el fichaje de Alfredo Urdaci
por LPD, siempre le quedará el Gabinete de Prensa de la F.A.E.S.
Guillermo
López (Valencia)
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