Elecciones
2000
LA
LIBERTAD COMO IMAGEN DE MARCA
Absolutamente
indignante ha sido el tratamiento que se ha dado a nuestros dos
líderes más queridos en estas elecciones. Ni un mísero minuto en
los medios de comunicación de masas para que pudieran transmitir
su mensaje, a pesar de lo cual el GIL se convierte en la cuarta
fuerza política en la Comunidad de Madrid y no ha sacado escaño
por unos miserables 20.000 votos.
Desde
"La Página Definitiva" entonamos un sentido mea culpa pues hemos
contribuido a dañar la imagen de ambos candidatos con las líneas
que escribimos antes de las elecciones, pues sabemos de buena tinta
que algún lector, despistado ante la imposibilidad que han tenido
de hacer llegar su mensaje, creyó a pies juntillas los programas
que expusimos para ambos candidatos. Lo más sorprendente es que,
encima, no les gustó.
Frente
a canallescas conspiraciones de todo tipo se alzan imponentes en
estas elecciones sendas figuras de las letras y la economía españolas:
Mario Conde y Jesús Gil. Desgraciadamente las huestes mediáticas
les están ninguneando en este inicio de campaña electoral. No teman.
Aquí, puntualmente, daremos cuenta de todo aquello con que nos regalen.
Porque un regalo y no otra cosa es que sendos hombres hechos a sí
mismos, que han superado notables dificultades, la inquina y la
envidia de tantos mediocres que no aspirarán en esta vida a otra
cosa que no sea tratar de torpedear sus valientes iniciativas, se
presten, en un ejercicio cívico que les honra, a sacrificar parte
de su tiempo y capacidad en tareas de servicio a los ciudadanos.
Si
algo une a estos dos luchadores (al margen de sus estancias en chirona
y puede que precisamente por ello) es su desmedido amor a la libertad.
Es por este motivo que no sabemos muy bien con cuál de los dos nos
quedamos. Porque aunque ciertas cosas les separan (Deusto, por ejemplo)
ciertas otras, más importantes, maridan ambas trayectorias. Nos
encontramos con dos líderes carismáticos, enfrentados al stablishment,
que opinan que no hay nada mejor que eliminar ciertas trabas, ese
exceso de regulación, que impide que España sea un país que de verdad
merezca la pena. Más allá de las ideas de quienes apoyan al Grupo
Independiente Liberal y a Unión Centrista-Centro Democrático y Social
o de los programas de ambos partidos (que hasta ahora no han aparecido
por ningún lado), son las actitudes personales de ambos líderes
las que nos dan una idea de cómo pretenden librar a España de esas
minucias que se llaman leyes y de ese incordio que es un ordenamiento
jurídico. De modo que, en exclusiva primicia, iremos ofreciéndoles
las propuestas de ambos prohombres, a lo largo de este proceloso
trámite electoral:
PROPUESTAS
DEL GIL:
No
a la imposición de standards mínimos de calidad en la construcción.
Esta inaceptable medida de corte colectivista acaba encareciendo
notablemente el precio de construir una vivienda, con los trágicos
efectos que ello supone (el consumidor debe pagar algo más por el
bien pero, sobre todo, el promotor pierde parte de su margen).
Inmigración
controlada. No queremos más subsaharianos en España (excepto aquellos
que fichen por el Atlético de Madrid, que serán tasados en miles
de millones de pesetas, que para algo es una mercancía escasa).
PROPUESTAS
DE MC:
Elección
del domicilio fiscal libre. Cada contribuyente podrá elegir entre
las Islas Caimán y España.
Homologación
del trato fiscal de stock options y pagos realizados a Argentia
Trust.
Incorporación
de miembros de la sociedad civil al Consejo Editorial de los medios
de prensa escrita de mayor difusión. Se descarta, por el momento,
la obligatoriedad del yugo y las flechas en la mancheta.
|