AUTONÓMICAS
2003 EN MURCIA
Agonía
trasvasística
La
importancia de la Comunidad Autónoma Murciana en la política nacional
es relativa. Relativamente igual a cero, queremos decir. No obstante,
esta pequeña comunidad autónoma del sureste español, a pesar de
su reducida población y su escasa relevancia económica tiene a favor
dos importantes factores: Su proximidad a una región de extraordinaria
pujanza empresarial como la valenciana, gracias a lo cual, no nos
engañemos, Murcia disfrutará del AVE y del agua bendita del Ebro
con la que regar las plantaciones de enormes pimientos, rábanos
y demás hotalizas, así como los espléndidos campos de golf que empiezan
a jalonar su costa, y la más que descriptible preocupación de sus
autoridades por el equilibrio medioambiental y el desarrollo sostenible,
que hace soñar a los murcianos con una futura región volcada con
el turismo europeo gracias a una sabia e intensiva explotación de
su costa, en la que aún permanecen anacrónicos espacios naturales
vírgenes del cemento redentor.
Pero
además de las infraestructuras, la explotación turística y el pertinaz
tema del agua, asuntos estos que van camino de solucionarse gracias
a la sintonía del gobierno regional con el de la nación española,
(olvidados los tiempos de la vesania, la corrupción y el crimen
de estado de ejecutivos anteriores que se distinguieron -lo cual
es quizá más grave- por su desprecio a una región con tantas posibilidades
como la murciana), es también necesario destacar los dos grandes
retos que vertebran la política murciana, y que permanecen inalcanzables
desde los primeros gobiernos regionales (aquellos en los que su
presidente se hizo famoso a escala nacional por su costumbre de
pedir en las comidas oficiales "yo, lubina mim-mo"): un río limpio
y un puto aeropuerto. ¿Verán los actuales murcianos o al menos sus
descendientes directos hasta segundo grado de consanguinidad ambas
realizaciones?. Nadie puede saberlo a ciencia cierta pero las cosas
parecen ir por buen camino, pues por una parte el agua que generosamente
cederán los aragoneses suprimirá previsiblemente la pestilencia
blasfema del Segura, (aún a riesgo de provocar desbordamientos en
un cauce tan poco acostumbrado a estos excesos), y por otra existe
constancia de la firme decisión del ejecutivo murciano de hacer
un aeropuerto (por sus santos cojones si hace falta), para lo cual
se han iniciado los estudios preliminares que permiten aventurar
la colocación de la primera piedra a primeros de 2036.
Con
todo ello el PP de D. Ramón Luis Valcárcel (que así se llama el
prócer murciano) tiene asegurada su segunda mayoría absoluta consecutiva,
y las dos únicas dudas a estas alturas son conocer si ésta se va
a ver ampliada a costa de la segunda catástrofe electoral del PSOE
(también consecutiva) o si IU trascenderá su actual condición convirtiéndose
en la nueva fuerza extraparlamentaria de la política murciana. Y
es que por raro que parezca, en la política murciana se han invertido
los términos habituales del desgaste político, de forma que la oposición,
gracias por ejemplo a su suicida oposición al trasvase (perdón,
Plan Hidrológico) en virtud de evanescentes conceptos que poco o
nada interesan al huertano común o al empresario hotelero, se desgasta
día tras día, manifestación pro-trasvase tras manifestación (a la
que incluso asisten destacados alcaldes del PSOE en abierta contradicción
con la política oficial de ese partido), mientras que el PP aparece
cada vez más como la única fuerza política de cierta solvencia a
escala regional. En consecuencia les aconsejamos que apuesten en
nuestra porra por una nueva victoria pepera por mayoría absoluta,
aunque dado el escaso nivel de acierto de LPD -salvo en lo referido
a Gran Hermano- igual se llevan ustedes una sorpresa. ¡Y los murcianos
ni les contamos!.
Pablo
(LPD)
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