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AUTONÓMICAS 2003 EN CASTILLA y LEÓN

Los fundamentos ideológicos de la Patria

 

Sobre el terreno. Castilla y León y su circunstancia

En una época de frivolidad como la que nos ha tocado vivir, en una época en la que el zafio materialismo lo invade todo, en la que el economicismo como factor superior de ordenación de la existencia es el dogma de algunos corruptos que infaustamente nos han gobernado, es un verdadero placer constatar que aún existen pozos espirituales en los que el alma española se preserva pura, incólume frente al paso del tiempo, bebiendo una y otra vez de las fuentes nutricias del Ser castellano y, por ende, español. La comunidad de Castilla y León expresa mejor que ninguna otra las características de los españoles y de lo español, siempre dispuestos a grandes empresas, siempre movidos por la razón superior de la fe en el Altísimo, empeñados en dejar constancia de su compromiso con la religión edificando una serie de monumentos imperecederos testimonio y depósito de lo más alto que nos caracteriza.

Esto es así en Castilla y León desde la fundación de los reinos medievales, en una sana competencia conquistadora frente al malvado hereje musulmán que se posicionaba como enemigo común de la España de siempre, con su unidad y sus diferencias, con las características peculiares y únicas que hacen de esto "lo mehó der mundo". Esta labor de conquista se desarrolló con algunas líneas de fuerza siempre constantes que aún a día de hoy explican las características de la región que hoy analizamos:

- Obsesión expansionista no sólo limitada a la propia España sino a todos aquellos territorios susceptibles de ser colonizados.

- Obsesión expansionista, además, movida no por sucios intereses económicos sino, insistimos, por la Revelación de la fe en el Altísimo, la evangelización de miles y miles de kilómetros cuadrados poblados por herejes.

- Renuncia a la posesión material merced al pago continuo y constante de donativos para construir iglesias y sustentar a los ejércitos por doquiera que haya un representante de la atávica sabiduría del campesino castellano.

- Renuncia, además, al cambio respecto de una serie de tradiciones inmemoriales que no es preciso modificar porque se saben buenas y correctas, como la ganadería lanar transhumante que está en la esencia del castellanoleonesismo, como la agricultura de secano subvencionada, la no - industria (para eso ya tenemos Madrid y el País Vasco), las no - finanzas (para eso ya tenemos, de nuevo, Madrid y el País Vasco), etc.

- Renuncia, por otro, al propio territorio - fuente, Castilla y León, suficientemente asegurada para la causa de la fe como para que sea necesario vivir en ella y, en consecuencia, continuas emigraciones por motivos militar - espirituales según la doctrina oficial "mitad monje, mitad soldado", y la más oficiosa "verano abrasador, invierno gélido, páramo improductivo, aquí no hay quien viva, huyamos", que permitan extender la espiritualidad castellana a regiones que lo necesiten y preserven la pureza de Castilla y León como tierra bella en su melancolía, en sus gloriosos pueblos abandonados, en sus fastuosas iglesias también abandonadas, en sus increíbles carteles siempre indicando la dirección hacia El Dorado (Madrid).

Historia de las elecciones autonómicas

Esta gloriosa historia de defensa a ultranza del catolicismo y correlato obligado de todo lo que de bueno y decente tenemos los españoles como nación, de la que aún hoy quedan gloriosos testimonios en las calles, avenidas y plazas de todos los pueblos y ciudades castellano - leoneses tuvo, sin embargo, un nefasto frenazo en los años iniciales de la Comunidad (1983 - 1987), con la llegada de los subalternos del jefe de una banda de asesinos felipistas a lo más alto del poder autonómico. La pérdida de las esencias ahondaba en el eterno peligro de que una coalición de radikales separatistas destruyera España vendiéndosela a los masones, los judíos y los franceses, pero como siempre ocurre en las horas difíciles de nuestra patria no tardó en aparecer un hombre providencial.

Dicho personaje atendía al nombre de José María Aznar, un hombre enjuto, serio, honrado y trabajador, que aunque por entonces no tenía la dimensión de líder internacional que más tarde le haría acreedor al cariñoso denominativo "Joe Mary Ánsar", ya apuntaba maneras de estadista de peso, firme defensor de sus ideas, que eran, también, las ideas vehiculares de su región desde que el mundo es mundo: los homenajes ciudadanos referidos a monjas, santos o líderes del Glorioso Alzamiento volvieron a adornar, ufanas, las calles y plazas de los municipios de Castilla y León, como celebrando el advenimiento de una Edad de Oro desarrollada por el nuevo líder, que provenía, significativamente, de lo que hemos llamado El Dorado, esto es, que venía de "aquí en Madrid".

Pero el natural desprendido de los castellanoleoneses, su deseo de compartir con España y el mundo lo mejor de su visión de la existencia, sus más cultivadas mentes y sus más poderosos brazos que a poco que te descuides le atizaban yoyah a todas las mentes que se les ponían por delante, obligó a, una vez reconquistado el corazón, ir a por el resto del organismo, la propia España, que seguía siendo reducto de los vendepatrias. Tras dejar su peculiar impronta en forma de cabellos engominados por doquiera hubiera un político de AP en Castilla y León, Ánsar se cambió el peinado para no asustar demasiado al buen pueblo español, confundido por la propaganda felipista, y con un encomiable espíritu de sacrificio logró cumplimentar su misión en sólo siete años (1989 - 1996), dejando a cargo del arzobispado de Castilla y León, tras dos años de interregno del futuro ministro Jesús María Posada (1989 - 1991), a Juan José Lucas, un hombre de sólida formación política que se evidenciaba, según él mismo decía, en seguir con fe ciega el legado de Ánsar en todas sus manifestaciones, incluido el obligado final, tras diez años de mayorías absolutas (1991 - 2001), de huir despavorido de la región para ser ministro, como corresponde a todos aquellos castellanoleoneses que, amando profundamente a su patria chica, deciden abandonarla por España para engrandecer ambas, chica y grande

Lucas fue sustituido a su vez por Juan Vicente Herrera, quien tras dos años de gobierno sin pena ni gloria se presenta a la elección (pues nunca fue elegido, salvo como parlamentario) con objeto de algún día, él también, salir del páramo material, pero vergel espiritual, castellanoleonés y dirigirse con paso firme a la capital de España.

Candidatos y predicciones

Juan Vicente Herrera, candidato del PP como acabamos de indicar, tiene todos los números para alzarse con el triunfo con una nueva mayoría absoluta que ponga de manifiesto hasta qué punto cuando las cosas están claras el buen pueblo español no precisa de componendas urnísticas que suponen un gasto de tiempo y dinero, con lo sencillo que es, en la práctica, llegar al mismo resultado por cooptación del líder providencial. Aunque se aprecia un pequeño descenso en los resultados del PP en 1999 (48 de 83) respecto a 1995 (50 de 84), el apoyo que sin duda dará la gente al último ejercicio de conquista benefactora de nuestro glorioso Ejército puede aumentar aún más la unanimidad de su victoria.

Aunque no fuera así y el PSOE (27 parlamentarios en 1995, 30 en 1999) lograra rentabilizar su irresponsable oposición de pancarta radikal y antiespañola (no olvidemos que Zapatero nació en la señorial metrópolis vallisoletana, donde el propio Ánsar desarrollaría casi toda su vida política, y eso imprime carácter), no parece factible que la caída del PP, si es que se produce, lo aleje de la mayoría absoluta. La reserva espiritual está garantizada por una legislatura más, aunque se avecinen tiempos difíciles. En cuanto a las opciones minoritarias, ni IU (con un parlamentario en 1999), ni las, a un tiempo irritantes y paradigma de la unidad y diversidad de España, opciones regionalista - exóticas "Unión del Pueblo Leonés" y "Tierra Comunera" (tres y un parlamentario en 1999, respectivamente) tienen absolutamente nada que hacer, salvo en todo caso dar una imagen de responsabilidad y firmeza apoyando al nuevo pre - emigrante y futuro presidente de Castilla y León (después, quién sabe) candidato del PP.


Guillermo López (Valencia)

 
La Radio Definitiva