AUTONÓMICAS
2003 EN CANTABRIA
Añorando
a Hormaechea y al Caudillo
Las
elecciones autonómicas cántabras han perdido toda
la gracia desde que Hormaechea desapareciera del mapa político.
Se trata de una verdad histórica tan
irrefutable como imposible de lograr parece ser que los ciudadanos
de Santander sientan la necesidad de exigir a sus políticos
la eliminación de la estatua ecuestre del Caudillo que adorna
una de sus más emblemáticas plazas.
Las
cosas son, sencillamente, así. Uno va a Santander y sabe
que, aunque hayan pasado más de 25 años desde el final
de la Dictadura franquista, el Caudillo seguirá allí,
imponente, dando ejemplo. Ni siquiera los marines americanos se
atreverían a derribar esta estatua de un antiguo colaborador,
sabedores de que la población santanderina por ahí
no tragaría. A la vista está.
Igualmente,
uno analiza la política cántabra y se echa a llorar
de pena por lo aburrida que es tras el tormento judicial al que
fue sometido Hormaechea, el único político del mundo
que se ha situado a la vanguardia del ecologismo declarando conjunto
histórico-artístico un prado destinado a que las vacas
de la zona obtuvieran su ración de proteínas vegetales
diaria. Una vez liquidado su rutilante paso por la región,
cualquier elección se reduce a los elementos fijos y manidos
de cualquier Comunidad Autónoma. Lo que tiene la ventaja,
como la estatua de Franco, de permitirle a uno vivir con referentes
sólidos como el granito, pero es a la vez un coñazo:
- ciudad
de Santander, capital de la provincia de Cantabria (ex-provincia
de Santander): ¿tras la explicación en torno a la
figura ecuestre del Caudillo que adorna las calles de la ciudad
es preciso abundar en que un partido político obtiene y obtendrá
mayorías comodísimas sin mayores problemas? Pues,
la verdad, parece que no. Únicamente destacaremos, por si
hubiera alguna duda, que el partido político en cuestión
el "otro" partido que, junto a Fuerza Nueva, nunca quiso
condenar en el Congreso de los Diputados la Dictadura del General
Franco (aunque su línea actual en defensa de las libertades
y de la democracia nos hace temer que, para desconsuelo de los santanderinos,
en cualquier momento se pone a hacerlo). O sea, que no es FN, por
si alguien pudiera haber sido llevado a engaño.
- Parlamento
Regional Cántabro: Hay dos partidos, PP y PSOE, que se han
visto obligados a hacer un poco de paripé regionalista para
tratar de disimular un poco lo que realmente son: el PP y el PSOE
estatales y punto. Para compensar, como en el 99% de las autonomías
españolas, los años 90 han permitido el afianzamiento
de un en la actualidad sosísimo (y, de nuevo, nos enfrentamos
a la dura realidad de la ausencia de Hormaechea con su historial
de amor-odio con el PP nacional y sus ansias fundadoras de organizaciones
políticas de nuevo cuño) PRC, organización
regionalista que gobierna, en estos momentos, con el PP. Ahora bien,
el PRC, como buena bisagra de corte regionalista, es un partido
moderado y "de centro". Lo que no deja de ser lógico
si tenemos en cuenta que está integrado mayoritariamente
por personas que, no encontrando acomodo en cargos que colmaran
sus aspiraciones en PP y PSOE, vieron la luz y pasaron a engrosar
la cohorte de quienes no aceptan "ser gobernados por partidos
de Madrid". Las necesidades provocadas por la absorción
de unos y otros obligan a centrar el discurso de este tipo de formaciones
políticas y, sobre todo, las convierten en un arma que carga
el Diablo. Igual que pactan con unos pueden hacerlo con otros. Por
(ausencia de) ideología. Y por amor al cargo, de forma muy
sentida (estos partidos, como buenos regionalistas, tienen una fuerte
presencia de miembros con gran espíritu de altruista sacrificio
en el ejercicio de pesadas funciones públicas trabajando
para los ciudadanos).
En
estas elecciones las diferencias entre PP y PSOE se van a acortar
enormemente, y es incluso posible que el PSOE se convierta en el
partido más votado (aunque dudoso). En cualquier caso, da
igual. La llave del Gobierno regional la tendrá el PRC, que
si bien hasta la fecha se ha sentido muy bien tratado por el PP,
a quien viene apoyando regularmente, nunca se sabe hasta dónde
podría llegar por tres o cuatro consejerías con mando
en plaza.
ABP
(València) |