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del mundo de la música: ¡Cómo nos vamos de la
olla, tíos!
23/06/2005:
Michael Jackson, el Duque de Feria y Pío Moa (III)
Sinceramente, esto no me lo esperaba. Parafraseando a Rick Deckard,
por aquí he visto cosas que no creeríais. Pero la
lección de tolerancia que ofrece a diario La Página
Definitiva con opiniones, en ocasiones, enfrentadas sobre un mismo
tema ha llegado ya a su límite. Porque una cosa es que haya
distintas sensibilidades políticas entre los redactores de
esta publicación, pero asunto bien distinto es que tengamos
entre nosotros a un fan de Michael Jackson.
Al principio, nada más leer el artículo de Álvaro,
uno piensa, mira, una boutade más para crear algo de polémica.
Pero no. Resulta que es un fan auténtico del desteñido,
del Duque de Feria del pop, de aquél que empezó como
la última revelación negra de la música y acabó
como la gran esperanza blanca. Recuperado ya del shock, y habiendo
realizado ya los oportunos ejercicios espirituales, nos disponemos
a replicar a la réplica.
1.
Lo más insultante del artículo es, sin ninguna duda,
el título, “J’accuse”. Vamos, que Álvaro
convierte el juicio a Michael Jackson en el caso Dreyfus, y encima
se erige él en Zola, llamándome a mí, de paso,
presidente... ¡de Francia! Me han llamado cosas feas en esta
vida, pero alto funcionario gabacho, jamás. Me parece una
afrenta de tales dimensiones que sólo hay una vía
de resolución posible: un duelo al amanecer.
2.
En las tres primeras líneas del artículo, Álvaro
señala lo obvio: que Jackson se crió a base de hostias
de su padre. Algo que ya aparecía en el
primer artículo, y que acaba convirtiéndose en
una idea central de la respuesta del pobre fan de Wacko Jacko. Que
esa educación de “la música con sangre entra”
dio sus resultados es algo evidente, y da la razón a aquéllos
que sueñan con la vuelta al sistema educativo franquista,
en que la memorización de los reyes
godos o de los ríos de España (y sus afluentes)
derivaba en una madurez más sensata que la de estas reformas
postmodernas que separan a la Iglesia del monopolio de la enseñanza.
País.
3.
Una cosa bien distinta es que los métodos del padre de Wacko
le dieran al chaval éxitos aparte de ganar dinero con la
música. Que Michael es un demente sociópata es igual
de evidente que lo anterior. Y eso se nota en lo del color de la
piel. Es muy aventurado decir que Michael Jackson fue el primer
negro en salir en la MTV. Una visión retrospectiva a esos
vídeos nos hace pensar que Jackson se lavaba la cara con
Lejía Conejo. Lo de que quería ser blanco no es algo
que se descubrió en los años 90, sino un asunto que
venían denunciando diversos sectores norteamericanos desde
principios de los 80. A mitad de la década, ya era un chiste
habitual en la sociedad yanqui.
4.
En una cosa sí coincido con Álvaro: en que puede que
no se metiera droga por la nariz. Ya se encargó él
mismo de destrozársela con sus rinoplastias que buscaban
la eliminación de cualquier rasgo negril de su cuerpo. Y
no es que su baile fuera innovador. Es que, puestos a cercenar aspectos
característicos de su raza negra, Jacko debía de sentir
un vacío especial en su entrepierna: de ahí que no
parara de tocarse el paquete, como preguntándose, “cuando
era negro, esto que tenía aquí era mucho más
grande”.
5.
No me parece reprochable que uno se pueda reír de Michael
Jackson. Lo que es una vergüenza es que sea la misma industria
la que ahora se ría de él, cuando es ya un ídolo
caído. Pero es que esa idea aparecía en el primer
artículo. Tampoco es nuestro afán dudar de la estupidez
de cierto público (numeroso, eso sí). Es decir, que
por supuesto que en futuro puede que las operaciones de Michael
Jackson creen moda y sean un icono entre los adolescentes occidentales
(y orientales). La estupidez del piercing y la ropa grunge (por
poner dos ejemplos de moda alienante que pregona un discurso de
independencia –y es que tiene huevos la cosa–) podría
pasar a la estupidez de imitar a Michael Jackson. Y entonces será
un clásico. No me cabe ninguna duda de la viabilidad de esa
opción. ¿Crees, amigo Álvaro (ya parezco un
cura hablando) que participaré o aplaudiré esa moda?
¿Crees que participo o aplaudo la orgía de las operaciones
estéticas o el borreguismo que propugna la música
indie de los 90? No, por favor. Y si alguna vez me vuelvo así,
dame dos hostias, por favor (como canta Mecano en una de sus últimas
canciones).
6.
Creo, en definitiva, que nuestros artículos han navegado
por razonamientos distintos, convergiendo y complementándose
en varios puntos. Mientras Álvaro insiste en la hipocresía
de la industria cultural (algo que comparto), el primer artículo
valoraba el sometimiento de Jackson a esta misma industria. Y así
le ha ido al “pobre” Michael. Al final, ser el pelele
siempre trae sus consecuencias.
7.
Y no puedo dejar de pensar en que ésta es la primera polémica
entre redactores de LPD tras otra discusión antológica:
la de Pío Moa,
vivida aquélla entre Guillermo y Pablo. ¿Existe algún
tipo de relación cósmica entre Michael Jackson y Pío
Moa? ¿Es Michael Jackson un historiador cuando cuenta experiencias
propias en muchas de sus canciones? ¿Es Pío Moa un
gran escritor de ficción cuando opina o pontifica? ¿Ha
sido Michael Jackson un terrorista cultural del mismo modo que Pío
Moa fue un terrorista libertador? Qué misterios, muchachetes.
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