ACTUALIDAD DE ESPAÑA OCTUBRE DE 2002 |
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30/10/2002: BAMBI SE NOS VUELVE FELIPISTA Los fastos de conmemoración de la histórica primera victoria socialista en las elecciones generales de octubre de 1982 han traído consigo la inevitable resaca informativa. Los medios de comunicación del grupo PRISA han aportado su granito de arena en la necesaria tarea de mostrar a las jóvenes generaciones el extraordinario avance que supuso para nuestro país la victoria de "Isidoro" y sus huestes. Lástima que esta "Generación LOGSE" esté más preocupada de conseguir aguardiente de garrafa y abundante provisión de estupefacientes para el botellazo del próximo sábado que de conocer los detalles de un acontecimiento histórico que, en palabras de uno de sus principales protagonistas, dejó a España irreconocible hasta para la mismísima madre que la parió. La sobriedad de Polanco en el tratamiento de este, sin duda, hecho capital de nuestra historia reciente acredita una vez más el carácter independiente de sus medios de comunicación (por otra parte casi todos los que existen, aunque con excepciones tan incomprensibles como la propia LPD). Tan sólo ocho "sábanas" en "El País" del domingo y un par de horas en la cadena SER incluyendo la descacharrante entrevista de Carlos Llamas al hermano de D. Juan Guerra González en horario nocturno, con premeditación, alevosía y en compañía de otros, han servido a D. Jesús para despachar un asunto sobre el que podríamos -¡y deberíamos- escribir y hablar durante varios días. La tesis principal, a la que se ha sumado finalmente Bambi, es que la etapa de gobierno del PSOE fue, como acertadamente expresó D. José Barrionuevo Peña, sencillamente "gloriosa". Es cierto que hubo errores menores como alguna corrupcioncita, alguna defensa del estado de derecho desde las alcantarillitas -que el facherío pedrojotil se atreve a tachar en pleno delirio de crimen de estado-, algún milloncejo de parados más o menos o unas poquitas devaluaciones sin importancia; pero se trata de asuntos de carácter meramente anecdótico que, como se encargó de proclamar Zapatero, no deben empañar el balance final de una etapa que marcará un antes y un después en la historia de nuestro país. La guinda del pastel la ha puesto D. Felipe González Márquez en sus declaraciones post-coitum a la cadena SER, según las cuales, el PP es un partido trufado de franquistas irredentos cuyo líder, además, no da la talla. Siendo absolutamente cierta la primera afirmación y algo más que dudosa la segunda -joder tíos, que Aznar corre 10.000 metros en 6 minutos y medio- nunca dejará de sorprendernos la capacidad analítica y de síntesis en este animal político cuya inteligencia y cultura no tienen parangón en el panorama europeo (cuando saludó a aquel niño con la frase "hombre, Héctor, ¡nombre bíblico!" simplemente tenía un mal día). Ya hemos dejado
dicho en estas pantallas que con este acto multitudinario, Bambi ha dejado
de serlo. Quizá crea llegado el momento de pasar de imitar a González
en su gestualidad y aspecto externo (la pana-fashion), a mimetizar una
línea de acción política más acorde con la
trayectoria -gloriosa, insistimos- del PSOE de las últimas décadas.
En cualquier caso, señores, pongámonos de pie y rindamos
un sencillo homenaje a quien un día nos hizo aventurar grandes
esperanzas para la izquierda española: Bambi, requiescat in pace.
28/10/2002: Requiem por Bambi Se cumplen 20 años de la histórica victoria del Partido Socialista Obrero Español, por apabullante mayoría absoluta, en las elecciones del 28 de octubre de 1.982. La calificación del hecho como "histórico", por mucho que sea rigurosamente exacta y por ello huera en sentido estricto, no deja por ello de connotar lo que pretende: la importancia del evento. Guste o no a Calvo Sotelo, es imposible tratar de negar que, a partir de la victoria socialista de 1.982, España se volvió a integrar, poco a poco y superando no pocas dificultades, en el marco de las democracias occidentales más avanzadas. O sea, en parte del lucero de civilización en el sentido en que ésta había sido entendida antes de que la posmodernidad y el multiculturalismo nos ilustraran sobre las bondades de consentir el reflujo esencialista y místico como pauta de organización de la vida social. Y guste o no a las huestes de quienes años después (exactamente trece y medio) protagonizaron la "Segunda Transición", esta transformación de España no fue sólo en la línea de dotar al país, como buena democracia moderna, de "corrupción, despilfarro y crimen de Estado". También hubo algo más. El caso es que Bambi Rodríguez Zapatero, aprovechando miserablemente estas circunstancias, ancladas en el subconsciente colectivo de no pocos españoles, se ha dado un baño de masas con la políticamente irreprochable intención de apuntarse un tanto. Para lo cual el hombre ha montado un mega-meeting reivindicativo de proclamación de su Candidatura a la Presidencia del Gobierno en las próximas elecciones en el que ha demostrado que Bambi se ha hecho mayor. Incluso el mismísimo Felipe González parece haberle dado, al fin, una mínima caución en sus funciones de oráculo oficial del socialismo sentimental. A partir de este momento, Zapatero va a recoger los frutos pacientemente sembrados. Inciada la campaña, con asesores de distinto pelaje pero siempre concidentes intenciones, podemos empezar a dar por enterrada la línea de prudencia, respeto a la inteligencia de los electores y la esencia de la democracia con la que, valientemente, este hombre ha logrado regenerar con sorprendente rapidez al PSOE. La política en la actualidad, al parecer, exige este tipo de comportamiento. O, al menos, de ello están persuadidos casi todos hasta el punto de que no es concebible desviarse casi nada de esa línea. Zapatero, en estos dos años de Bambi, nos ha deleitado con un esfuerzo de alejamiento de esos infames modos. Y lo ha hecho contra viento y marea, dando una lección a casi todos. Empezando por su entorno y su partido. Llegados a este punto, en el que todo parece en proceso de desaparición, es el momento de recordar con agradecimiento la bocanada de aire fresco que tal actuación ha supuesto. Y, también, de señalar los réditos que ha proporcionado a Zapatero ser Bambi. Y los que le seguirá proporcionándole haberlo sido (durante un tiempo ninguna acusación a Zapatero de demagogo o de opositor meramente destructivo le afectará, debido a su imagen de soso obsesionado por la no confrontación). Como LPD señaló en su día, siendo el único (y luego primer) medio de comunicación zapaterista (incluso antes del Congreso que le llevó a la secretaria general), creemos que esta línea, lejos de ser electoralmente suicida, es en el fondo la más respetuosa con los ciudadanos. Y, por ello, la que éstos acaban apreciendo. Llegado el momento en que, proclamación de candidatura mediante, parece claro que ha desaparecido el esfuerzo por atenerse exclusivamente a esta dinámica, es de justicia rendir homenaje a lo que han sido estos dos años. ABP (València) 23/10/2002: Bambi, sin chupa de cuero, activa a la oposición Ayer, Rodríguez "Bambi" Zapatero, dio el campanazo en el Congreso. La calidad de la democracia española ha llegado a unos niveles tales de plena homologación con las más avanzadas del mundo occidental, que la forma de marcar puntos políticos consiste en esa especie de regate cola de vaca que protagonizaron Sevilla y el propio Bambi, frente a un Montoro francamente sorprendido, a la Alkorta. Y todo bajo la tutelar mirada de un Aznar con un rictus que ni Van Gaal en el potro de tortura que es el banquillo balugrana. Las cosas fueron, más o menos, así: FASE 1: El Gobierno en pleno, el propio Aznar y Televisión Española se pasan una semana ridiculizando a Bambi, con el nada sutil mensaje de que carece de "lo que hay que tener" para conducir a este país por la senda necesaria, la de la firmeza. La prueba de que Bambi carece de lo que hay que tener es su negativa a ser el encargado socialista de dar la réplica a Montoro. FASE 2: Zapatero reitera que no piensa enfrentarse a Montoro, por considerar que se trata del "tercer nivel" del Gobierno, y que él, como líder de la oposición, merece debatir con el mismísimo Rato, ya que es el que manda, o, en su defecto, con Aznar, que aunque pasota y dedicado a otros asuntos es al menos, formalmente, Presidente del Gobierno. FASE 3: Aznar recuerda que él tiene lo que hay que tener. Y que, para postre, posee también un programa y un presupuesto, no como Zapatero, al que por faltarle hasta le faltan las alternativas. Mientras tanto, Bambi urde una vil maquinación, va a hacer como que no, pero se va a preparar el debate. Y TVE a lo suyo, en la misma víspera del acontecimiento remacha que Bambi es una nena acomplejada. FASE 4: Montoro, como estaba previsto, duerme a las ovejas en su intervención. Todo bien. La Presidente del Congreso llama al Grupo Socialista a defender su enmienda y se levanta Sevilla. Todo en orden. Zapatero es un cobarde. El leal grupo parlamentario popular comienza a burlarse de Bambi, le llama cobarde y le exhortan a subir a la tribuna "si tiene huevos". FASE 5: Entre la estupefacción de la concurrencia, Sevilla no sube a la tribuna sino que se dirige al escaño de Bambi, que le hace un gesto en plan "A mí, que los arrollo". La bancada popular calla. La Presidente del Congreso, por unos momentos no sabe qué hacer. Aznar, que ya se levantaba de su escaño para salir disparado hacia Moncloa, se vuelve a sentar. Un emisario avisa a su chófer de que puede parar el motor e irse a tomar un café. Bambi inicia su discurso. FASE 6: Perplejidad en el Grupo Popular. Expectación ante quién será el responsable de dar respuesta a la por otra parte excelentemente bien trabada y acertada en sus contenidos intervención de Bambi. ¿Será Aznar?, ¿será Rato? No, el marrón se lo vuelve a comer Montoro, que hace el ridículo en la réplica. Aznar cada vez está de peor humor, y ni siquiera aplaude a su meritorio cuando éste finaliza la intervención. En general, está muy cabreado porque por culpa del PSOE se ha tenido que tragar todo el debate (o casi, a los de la periferia no les consideró de suficiente calado como para quedarse), en vez de poder largarse en cuanto empezaba la exposición del representante socialista. Adicionalmente, también por el general ridículo de su campaña de humillación a Bambi que se ha saldado con un imprevisto resultado: quien ha parecido carecer de "eso" ha sido el propio Aznar. Y todo esto, Zapatero lo ha logrado sin hacer nada. Simplemente le han dejado hecha la táctica en el propio Partido Popular. Él, siguiendo el guión marcado por los estrategas populares, ha dejado al desnudo sus miserias. Y, sin necesidad de una chupa de cuero, ha logrado copar portadas, recibir elogios unánimes de prensa (hasta la crítica) y del resto de representantes parlamentarios. Pero, sobre todo, y esto es lo más increíble, Bambi ha logrado, por primera vez en la historia reciente, que se hable, además, del contenido de su enmienda a los presupuestos generales del Estado. Es decir, que con su estilo particular, Zapatero ha conseguido, y nos congratulamos de ello, que el debate público se oriente, aunque sea en una parte mínima, a discutir sus críticas a las cuentas presentadas por el Gobierno. Toda una hazaña. ABP (València) 18/10/2001: Las cosas de palacio van... por vía diplomática y disciplinaria El único diplomático español destacado en Irak ha optado por abandonar el cargo, en una actuación que le honra, dado como es el Cuerpo Diplomático y las represalias a las que se expone por ello. El ya ex encargado de negocios de la Embajada en Bagdad, Fernando Valderrama, se ha visto obligado a reiterar, por otra parte, que su decisión se basa en motivos de objeción de conciencia, al no compartir la postura del Gobierno español en la crisis de Irak. Con ello, ha montado la lógica marejada en las tradicionalmente plácidas aguas del Cuerpo Diplomático. Y es que, al margen del ahorro para el erario público que supone quedarnos sin representación diplomática en Irak (lo que, unido a la ausencia de legación en Marruecos nos acerca día a día al objetivo del déficit cero), esta pública aireación de discrepancias es un ejercicio inédito de irresponsabilidad. En principio, por ello, el diplomático habría meado fuera de tiesto y su actitud sería reprobable. Pero es que, sorprendentemente, el pobre hombre no ha tenido más remedio que hacerlo para responder a quien aireó de forma impresentable e irresponsable la cuestión, atacándole de forma impertinente e imprudente. ¿Quién se encargó de convertir la política exterior española en comidilla de patio de vecindad?, ¿acaso un enemigo de la patria? No, la lúcida mente que se ha metido en una polémica que sólo puede perder es la sin par Ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio. De esta forma un pobre diplomático que, por hacer lo que ha hecho, y dado cómo son las cosas en el Cuerpo, ya se había ganado la delegación de negocios de una embajada tranquila como la de Costa de Marfil en premio a su natural carácter díscolo, se ha visto obligado a, por dignidad, explicar a todo el mundo los términos de la incompetencia e ineptitud de De Palacio. Escuchar al diplomático es todo un poema. Y viene a significar una vez más que la actual Ministra es un monumento a la incompetencia. A la señora De Palacio, primera responsable de Exteriores desde la Dictadura que la logrado ceder la resolución de una disputa diplomática al Ministerio de Defensa para que éste la resuelva empleando la fuerza militar contra un país "amigo", nadie la critica en España. Por lo visto, las excelentes relaciones con el Grupo PRISA (que le hizo una campaña de promoción en los meses anteriores a su nominación sencillamente espectacular), su cercanía a la Obra (que se ha encargado de escenificar sin rubor), y su condición de mujer que ha superado un cáncer son avales suficientes que permiten ir por el mundo siendo enchufada de forma descarada en las instituciones comunitarias, vivir de las relaciones familiares, ser Ministra y todo ello sin conocerse los asuntos de los que ha de hablar (o incluso, a lo mejor, sobre los que posee una mínima capacidad de decisión), sin tener el más mínimo rastro de sentido común y, encima, sin ser capaz de expresarse en lengua castellana con la fluidez que sería exigible para superar la extinta Educación General Básica. ABP (València) 11/10/2002: Operación Triunfo Constitucional España está viviendo una rentrée política realmente apasionante. Mientras el Gobierno de la Nación (o, si quieren el de la Nación Castellana hegemónica dentro del Estado español) está virando a toda marcha para recuperar a base de gabelas varias a las huestes del centro, la Leal Oposición sigue a la suya, pactando velas a Dios y con el mazo dando al Diablo. La inminencia de las Elecciones Municipales y Autonómicas está provocando que el debate político haya reaparecido, de repente, con fuerza. Así, Aznar ha dado orden a Zaplana de comerse el Decretazo desde el principio al final. El flamante Ministro lo ha hecho gustoso, aprovechando los réditos de ser el recién llegado encargado de tal labor, lo que indudablemente le dota, sin comerlo ni beberlo, de imagen de tipo negociador y afable. A la vez, el Gobierno prepara subidas de pensiones, bajadas de impuestos (al menos, en el IRPF, que es lo que el ciudadano percibe con más claridad) e, incluso, parece dispuesto a subir más de un 2% anual la paga de los funcionarios. Todo sea por el Centro (que, al parecer, es una especie de centro asistencial para los menesterosos y los más desfavorecidos que ni el Partido de los Trabajadores de Lula). El PSOE, mientras tanto, sigue tranquilamente dedicado a ver cómo el PP se enreda, en la esperanza de que caiga como fruta madura. Este apasionante panorama pre-electoral, sin embargo, se ve permanentemente interferido por "la situación en el País Vasco" o, si quieren, por "el Perejil del Norte". La calma chicha propia de un Estado democrático normalizado, que obliga a sus políticos y ciudadanos a ocuparse de minucias y tonterías varias, no puede alcanzarse en España debido a la constante fuente de problemas que, asociados a la existencia del terrorismo, provoca la existencia de un Gobierno autonómico que no acepta el marco constitucional. Es decir, que sólo acata las normas básicas que regulan la convivencia porque entiende que son una situación intermedia más o menos asumible para acabar logrando otra cosa. Nada de esto (ni la existencia paralela de terrorismo, ni la ausencia de asunción del marco constitucional) significa que no sea legítima la acuación del nacionalismo vasco. Otra cosa es que, en ocasiones, ciertas derivas sean poco recomendables. Pero lo relevante es que, debido a esta situación, el debate político en este país acaba quedando viciado sistemáticamente. En concreto, en esta rentrée tenemos a las huestes del patriotismo llamado "constitucional" sumamente alteradas, preocupadísimas por la situación en "el Perejil del Norte" y con Trillo mostrando la vía que, a base de COES y homenajes a la bandera (operaciones todas ellas culminadas con éxito) debiera ser seguida. Espectacular, sobre todo, están siendo las actuaciones en este sentido del recién nombrado Presidente del Tribunal Constitucional, señor Jiménez de Parga (Copito de Nieve). El PP y el PSOE auspiciaron en su momento que este señor llegara a tan alta magistratura, esperemos que sin concebir de lo que podía ser capaz. Porque, caso de que lo hubieran no ya sabido sino meramente sospechado, la irresponsabilidad de haber alentado tal nominación sería mayúscula. Desde que ha vuelto de vacaciones Copito de Nieve anda de bolos folclóricos por provincias, a la manera de los chicos de Operación Triunfo, llenando plazas de toros y polideportivos con su repertorio de grandes éxitos: "Los nacionalistas son el demonio", "Por mis huevos que declaro constitucionales todas las medidas de caña a los batasunos", y "Me la refanfinfla el deber de reserva que mi cargo impone". Hasta la fecha, por lo visto, la población no parece excesivamente agotada de que esta "canción del otoño" se repita hasta la saciedad en las radiofórmulas, como si el machacón bombardeo compensara la pésima calidad de música y letra. Pero incluso el Aserejé parece ir ya perdiendo fuerza, así que el día menos pensado la gente puede empezar a hartarse de estas burdas exhibiciones, que tantas carencias ostentan. 04/10/2002: Homenajeando a la bandera y al Beato Si hablábamos el otro día de la afortunada contingencia de que el Vaticano enmiende un error histórico y canonice de una vez a San Josemaria, no podemos sino congratularnos de que España también vaya rectificando olvidos imperdonables. Así, y por iniciativa del actual Ministro de Defensa (casualmente, miembro de la Obra, como todos los que algo de decencia y orden han traido a España), todavía bajo los efectos de su sobredosis de perejil, el Gobierno Aznar ha adoptado la singular iniciativa de homenajear a la bandera española una vez al mes. El modelo a seguir, muy en línea con el carácter desarrollado de nuestra democracia y de nuestro constitucionalismo, ha siso el propio de cualquier país sudamericano que se precie: una bandera de dimensiones de récord (en México andan mosqueados con el tema) y la correspondiente fanfarria militar cada día de izado a cargo, rotativamente, de nuestras gloriosas Fuerzas Armadas y de la Guardi Civil. Los madrileños, desde ayer, disfrutan en la plaza de Colón de una espectacular bandera que, sin embargo, no cuenta con pátina gloriosa alguna. En este sentido, Trillo ha demostrado un egoismo notable. Porque, aunque nos haya compensado con su poética intervención en el congreso al rememorar la "Operación Perejil" (que comenzó con algo así como "Amanecía sobre el Estrecho, y, con suave viento de levante que traía aromas de mar y de tierra..."), no hay derecho a que se haya apropiado, y haya cuasipatrimonializado hasta el punto de colgarla en su despacho, de la enseña rojigualda que lució, ufana y orgullosa, sobre el peñasco que presenció la más exitosa operación de un ejército europeo de los últimos tiempos.
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Debate sobre los Nacionalismos |
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