ACTUALIDAD DE ESPAÑA                           NOVIEMBRE DE 2001

20/12/2001: España se queda a oscuras

A estas alturas de la semana aún quedan 500.000 hogares españoles sin suministro eléctrico por causa de la nieve. Es natural, tratándose de un meteoro desconocido en zonas de clima tropical como el pirineo aragonés o la cornisa cantábrica. ¿Quién podría pensar que un día de estos nevara (¡nevara, señores!) en esas zonas tan cálidas de nuestra geografía?. Disculpemos por tanto a las administraciones públicas implicadas, con la Generalitat a la cabeza, que se han visto desbordadas por un fenómeno que ni la mente más delirante hubiera podido prever.

Las compañías eléctricas por otra parte, han acreditado una vez más su incompetencia para garantizar un correcto servicio a los abonados, y en lugar de pedir disculpas a la población en general por tamaña exhibición de ineptitud, se dedican a exigir un aumento de las tarifas como única forma de mejorar el servicio. ¿Recuerdan ustedes aquella polémica de hace unos años sobre los famosos "CTC" -costes de transición a la competencia-, que nos costó a todos los españoles más de un billón con be de pesetas (6.000.000.000 euros-)?. Cualquier empresa debidamente gestionada hubiera empleado esa lluvia de millones en dotar a sus redes de distribución de todo lo necesario para mejorar el servicio y obtener una posición más ventajosa de cara a la entrada de la nueva competencia. Pero somos españoles, señora, y en prueba de ello las eléctricas dedicaron ese regalito a probar suerte en negocios tan imaginativos como invertir en Sudamérica o en consorcios de telecomunicaciones, con los resultados que todos conocen. Es lo que pasa cuando uno tiene detrás a millones de españoles obligados a poner la pasta que haga falta para aliviar la cuenta de resultados.

Y finalmente mencionemos también a nuestro gobierno, quien por boca del Secretado de Estado de Economía, D. José Folgado, en una exhibición de centro-reformismo de mil pares afirmó tajante hace unos meses: "No habrá apagones, ni siquiera en las puntas de demanda de los meses de diciembre y enero". No sólo ha habido apagones sino que los responsables gubernamentales suplican a diario a los grandes consumidores que reduzcan el consumo al menos en las horas punta. ¿Ha vuelto a salir el Sr. Folgado pidiendo excusas por su metedura de pata?. No, naturalmente. Una cosa es ser centro-reformista y otra muy distinta tonto del culo.

 

19/12/2001: Bajarse al moro

Zapaterou, demostrando ser un rojo de la peor especie, ha jugado con la salud pública de la patria, yéndose a Marruecos a por un buen colocón de publicidad. ¡Qué flipe! Soy un líder mundial de la talla de Aznar o más aún.

El viaje de Zapaterou ha tenido la gran utilidad de permitir ver al PP y a RTVE muy nerviosos, atacando despiadadamente la iniciativa zapateril. Y atacándola con el más grave de los calificativos que caben en el vocabulario de los servicios de propaganda gubernamental: el viaje de Zapaterou ha sido una indudable maniobra felipista. Como es obvio no podemos sino saludar la vuelta a la política española, por la puerta grande, de este descalificativo.

Lo que deja el viaje a Marruecos de Zapaterou son algunas evidencias. La más importante: la utilidad de la imagen pública del líder del PSOE, "el pactista", "el servil", "el correcto", "el buen chico"... Como cualquiera sabe, el empollón de la clase es el que, a la hora de la verdad, más lujos podía permitirse ante los profesores, que de influidos que estaban por la imagen del chaval no detectaban las cabronadas que podía protagonizar. De igual forma, Zapaterou puede hacer la "putadita" al Gobierno de irse a Marruecos en un momento tan delicado como el actual y, a la vez, lograr que el Ejecutivo quede en ridículo acusándole de "deslealtad". El ciudadano de la calle, al ver a Zapaterou calificado de rufián político con malas maneras y que asesta golpes bajos reacciona de dos formas. Primero no se lo cree y se ríe de quien algo a´si cuenta. Y después empieza a pensar "estos le tienen miedo, al Zapateril...¿por qué será?".

Al margen de la excelente operación de imagen que le ha regalado el Gobierno a Zapatero, de su viaje se deduce una segunda conclusión (a la que tampoco era muy difícil llegar con anterioridad): lo que Marruecos quiere con todo este paripé es algo de atención por parte de España y, sobre todo, inversiones. Humildemente desde aquí yo propondría que se las diéramos. Así nuestras empresas operarían en un entorno respetuoso con los derechos laborales y los de los consumidores, su cotización en Bolsa subiría, el Rey de Marruecos estaría contento, la polémica se cerraría y la pensa española podría centrarse en lo verdaderamente relevante de la actualidad política nacional que, como todos Ustedes saben, es lo que ocurre en el Parlamente Vasco.

14/12/2001: Il kupo di tutti kupi

La negociación del "cupo vasco" ha degenerado en un nuevo conflicto entre el nunca bien ponderado Gobierno de centro reformista del Estado españolazo y la Lehendakaritza euskalduna más volcada en la lucha contra cualquier forma excluyente de nacionalismo. Inicialmente la discusión parecía originada por una cuestión de principio que afectaba a consideraciones dogmáticas sobre la incardinación del hecho federal-autonómico en las instituciones de la Unión Europea. Tras el susto inicial hemos descubierto que nuestros políticos siguen siendo los de siempre y que la pelea es por un quítame allá esos 40.000 millones.

¿Qué es el cupo vasco? Básicamente el País Vasco gestiona autónomamente su Hacienda Pública. Ellos recaudan sus impuestos y con ellos funciona su autonomía. Evidentemente, como hay toda una serie de instituciones estatales que funcionan también en beneficio de los vascos (por mucho que algunos de ellos no lo vean así) desde el propio Gobierno central (al menos en teoría) a las embajadas españolas en el mundo, ciertas obras estructurales suprarregionales... se entiende que es de justicia que parte de los impuestos recaudados por el Gobierno vasco vayan a parar al Estado para sufragar la aportación vasca a todo este invento. Incluso hay quien sostiene que, dado que el resto de Comunidades Autónomas se integran en un sistema de solidaridad interterritorial en virtud del cual el reparto de fondos se hace atendiendo a la población y los servicios a prestar y no a la riqueza de sus habitantes y capacidad fiscal (lo que supone transferencias de las Comunidades más ricas a las más pobres), el País Vasco debiera, en su condición de zona rica, aportar también algo en este concepto.

Para llevar a término estas buenas intenciones se establece el famoso cupo vasco, que se negocia entre los Gobiernos central y autonómico y suele ser un divertido escenario para comprobar la triste situación de este país.

Resumiendo, el País Vasco paga por el cupo bastante menos de lo que debería haciendo simplemente números que no tuvieran en cuenta parámetros de solidaridad. Si ya incluimos este factor la situación se torna indignante. De hecho asistimos en España a un curioso experimento de solidaridad invertida: los andaluces y extremeños, en parte, contribuyen a financiar los excelentes servicios (por ejemplo de salud) de los vascos.

Lo más alucinante de esta situación es que el Gobierno vasco, encima, tiene la osadía de quejarse de vez en cuando. El PNV ha llegaado incluso en alguna ocasión a afirmar que el "cupo" les perjudica económicamente. Lo cual es absolutamente alucinante, pues no tienen más que pedir que se les aplique el régimen general (lo que el resto de españoles veríamos con muy buenos ojos). ¿Por qué no quieren que esto ocurra? Hay que ser muy idiota, o estar muy cegado, para no darse cuenta de que el "cupo" es un chollo para los vascos y una vergüenza mundial. Hasta tal punto de que este y otros beneficios fiscales vascos están ya en el punto de mira de la Unión Europea (y eso que les afecta muy de rebote). ¿Alguien considera creíble que el PNV no pida la supresión del cupo si de verdad les fuera perjudicial?

Hemos llegado a un punto en que el Gobierno vasco, además, considera que puede hacer lo que le venga en gana y, sencillamente, no pagar si no lo estima oportuno. El ejemplo es excelente y diáctico. Habría que ver al Gobierno vasco si las empresas "españolazas" que comercializan productos en EuskalHerria se engaran a pagarles los tributos a las autoridades forales por entenderlos "excesivamente altos e injustos", que es el argumento que da el Gobierno vasco. Una sencilla manifestación de sinvergonzonería que sólo se puede permitir quien se sabe amparado por una violencia económicamente muy rentable.

Cuestión distinta es que es absurda la cerrazón del Gobierno central en negar la participación de las Comunidades Autónomas en la adopción de decisiones en Bruselas que puedan afectarles. Y, en concreto, en la fiscal. En este último aspecto es evidente que deberían establecerse mecanismos que permitieran a quienes tienen la competencia a efectos internos que fueran los que negociaran en la UE.

 

 

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