ACTUALIDAD DE ESPAÑA AÑO
2005
16/05/2005:
EXPOMANAGEMENT 2005
Hay
un toro y una vaca separados por una valla en mitad del campo. La
vaca seduce al toro y éste salta la valla. Durante el salto,
lamentablemente el toro consigue pasar, pero no así su "aparato",
por lo que su miembro viril es amputado por la verja. En el otro
lado, le mira con tristeza la vaca, que le pregunta: ¿Qué
vas a hacer ahora, que no tienes miembro con el que cubrirme? El
toro se queda pensativo y contesta: Supongo que hacerme consultor.
Edward
Bono (Gurú de la "Creatividad") Madrid - 17 de
febrero de 2005
Expomanagement, el congreso de lo más de lo más en
gestión, se ha celebrado este año en el Palacio de
Exposiciones y Congresos de Madrid, un edificio diseñado
por Ricardo Bofill (padre) en uno de sus habituales ciegos cósmicos,
pues se trata de un conglomerado de escaleras oblicuas en las que
para guiarse es necesario haber acumulado al menos cinco fugas de
Alcalá Meco, o que te importe una mierda a dónde vas
o dejas de ir con tu pedazo de pedo, como es el caso de esta popular
familia de arquitectos.
Además de puros de Cohiba,
vinos de mesa, agencias de detectives y distribuidores de máquinas
expendedoras de café, a Expomanagement acuden lo que se llama
gurús del conocimiento. En este ambiguo término caben
muchísimos tipos de negocio. Los más destacables y
honrosos son algunas consultoras que se dedican, por ejemplo, a
implantar estrategias, sistemas de organización o cualquier
otro etéreo concepto implantable en empresas de estructuras
arcaicas, como las españolas, con el fin de aumentar algo
tan poco etéreo como es la cuenta de resultados; pero en
Expomanagement son los menos. Como fiel reflejo del mundo de la
gestión que es la feria, lo que abundan son caraduras, chorizos,
trileros y engañabobos.
El
objetivo de estos delincuentes son ese zagal que ha hecho dos carreras
cum laude, sabe tres idiomas, dilapidó la fortuna familiar
para pagar un master en la Columbia University of New York y, a
su regreso a España, lleva dos años trabajando y ve
que algo falla, sólo gana 700 euros al mes. En esta situación
muchos jóvenes deciden coger el poco dinero que les sobra
y gastárselo en putas y droga los fines de semana, así
al menos les queda el consuelo de estar ayudando a los inmigrantes
más necesitados, pero muchos de esos muchachos, los más
entusiastas, deciden darle el dinero a los gurús del conocimiento
adquiriendo sus libros de autoayuda -Cómo ser más
eficiente, Cómo tener buena suerte y demás títulos
que dejan a las publicaciones de la editorial Jazmín a la
altura de la narrativa rusa del XIX.
En condiciones normales, la competencia
entre estos maleantes tiene lugar en los estantes de las librerías
con títulos sugerentes y atractivos, pero en Expomanagement,
al estar todos apiñados en el mismo recinto, los gurús
del conocimiento, los sabios del comercio, las vanguardias del pensamiento
occidental, deciden atraer a los clientes recurriendo a técnicas
novedosas y experimentales nunca vistas como llenarlo todo de unas
pedazo de tías buenas que clama al cielo.
Así, atraídos por
canalillos de profundidades abisales, estos pequeños héroes
urbanos pagan por libros, conferencias y cursos de negocio en los
que una especie de telepredicadores del negocio les enseñan
a innovar inculcándoles, previo pago de 2000 euros, que para
innovar hay que innovar. En torno a este tipo de tautologías
pululan multimillonarios de fama internacional, como el presente
en esta edición, Spencer Johnson, autor de "Quién
se ha llevado mi queso", que tras poner una adaptación
de su libro en dibujos animados -no fuera a ser que alguno de los
asistentes a su conferencia no formara parte de los más treinta
millones de juláis que se han comprado ese libro- explicó
pausadamente lo mismo que dice en su obra: que si te desaparece
el chollo, tienes que buscarte otro.
También
te encontrabas con un Richard Boyatzis que salía a la palestra
bailando como un poseso para que "nadie se olvide nunca de
esa conferencia" -como cunda el ejemplo, a ver lo que tardan
en dar las conferencias con mujeres en cueros repartidas por el
escenario. Otro cerebro privilegiado, Deepak Chopra, contaba anécdotas
de su niñez en la India relacionadas con el alma, el deseo
y anhelos varios para luego criticar el materialismo ante una audiencia
tan poco materialista -quizá un poco, pero graciosamente-
como los directivos más importantes de España y Portugal.
En fin, por un lado los gurús hacían caja en el salón
de actos central mientras, a su rebufo, los trileros meneaban las
cartas en sus stands ante la bovina mirada de receptores de salarios
mínimos con ínfulas directivas.
Pero
¿no cree Vd, señor lector, que aquí falta algo?
¿No echa de menos nada? Vamos a ver, le refresco la memoria:
mamarrachos, trileros, ladrones, timadores, cretinos, engañabobos
¿qué le viene a la mente? pues claro: Jorge Valdano.
Por supuesto, Jorge y su empresa, Make A Team, no podían
faltar. Es más, los dos días de exposición
estuvo acompañado por Juanma
Lillo -probablemente el entrenador más laureado y cotizado
de Europa, Asia y Oceanía- en lo que ellos llaman "asesoría
en la gestión de equipos directivos de alto rendimiento".
Lo más simpático del tema es que la única competencia
que tiene Valdano se la hace un hombre renacentista del nivel de
Fernando Romay, que dio una charla con chistes que no hacían
gracia a nadie, desbandadas entre el público cada diez minutos
y un tipo apuntándole en un papel qué tenía
que contestar a las preguntas del final. Al único que le
gustó su conferencia fue a un sujeto que no paraba de tomar
notas frenéticamente, pero que luego resultó ser Lillo,
por lo que todo quedaba en casa. El caso es que era deprimente ver
a un buen hombre como Romay haciendo de Arévalo con zancos,
pero cuando uno piensa en la minuta que tuvo que pasar por tamaña
tontuna se le agota la pena en el acto.
La
empresa de Valdano, Make a Team, comenzó allá por
1999. Ese gran entrenador con un palmarés brillante y espectacular
-una liga menos que Javier
Clemente, que el muy cabrón tiene dos- montó este
tinglado con un tal Juan Mateo, pero tras facturar la tontería
de ocho millones de euros en 2003, en un quítame allá
ese millón, debieron pelearse y se fue cada uno por su lado.
Ahora hace mucha gracia ver cómo Juan Mateo ha sido eliminado
de la página web e historia de la empresa en el más
genuino modo estalinista que, a buen seguro, encandila a Valdano,
como reconocido multimillonario "muy de izquierdas" que
es. Pero la gracia no acaba ahí, ya que rematadamente más
graciosa es la nueva empresa que ha fundado Juan Mateo tras su destierro:
Training Coffee. De verdad que no hay palabras para describir este
engañabobos para directivos. Se trata de un teatrillo donde
aficionados a la actuación quemados en castings de Al Salir
de Clase, te representan con maneras a medio camino entre los Harlem
Globetrotters y las Hurtado del 123, una actuación con el
tema que tú desees mejorar en tu equipo directivo. Personalmente,
me tragué una demostración sobre la autocrítica,
en la que comentaban cual Club Disney una canción de Fito
& Fitipaldis donde se hacía mención al asunto
-me arrastro por el fango, o algo así decía.
Para
concluir, se podría hablar de la repugnante paella elaborada
por ex-cocineros del Ejército Español, también
serían reseñables las vomitivas camisas que con las
medidas de uno te hacían en el stand de Amena -ahí
sí que se veía quién cobra 700 euros y quien
no- pero toda la traca final debe recaer sobre un individuo en concreto:
el armenio Rolav Lanoicome. Durante este mes hemos leído
una noticia tremebunda procedente de la República de Armenia
en los diarios españoles faros de la cultura occidental (El
Mundo y Libertad Digital): un físico nuclear armenio, antiguo
profesional de la hostelería (servía cafés)
en Polonia (el 2º mundo), denunciaba ante la Guardia Civil
que Al Qaeda y ETA eran compinches malévolos.
De
entre todas las noticias que salen en estos medios, ésta
llamaba mucho la atención por ser más pintoresca de
lo normal, pero después de conocer a Rolav Lanoicome queda
confirmado que no es casualidad, la República de Armenia
está llena de atrevidos, achispados y genuinos puretas de
bar con alta segregación de adrenalina. El amigo Rolav tuvo
espacio en Expomanagement para firmar su libro y dar una rueda de
prensa sobre él. Siempre queda la duda de si todo era una
tomadura de pelo -desgraciadamente no me quedé a comprobarlo-
pero cabe señalar airadamente que la obra de este caballero
consistía en doscientas páginas en riguroso blanco.
Era un libro de autoayuda para tener ideas que te cagas de buenas
y por eso, en sus doscientas páginas sin nada, el lector
deducía que sólo él podría tener grandes
ideas, que no se las puede dar nadie que no sea él mismo.
Está bien como resumen de lo que son en el fondo, en la forma
y en la superficie los gurús del conocimiento, pero el libro
se vendía y costaba dinero, de hecho, un camarero me comentó
que se lo había comprado a su mujer "que le encantaba
leer" (un saludo desde aquí a esa valiente mujer ¡Nunca
dejes de liberarte, querida!).
De toda esta exhibición de
picaresca sólo se puede extraer una conclusión. Son
subnormales los que pagan por subnormalidades a otros subnormales,
pero más subnormales son los que, sabiéndolo, no sacan
partido de ello. Poco más se puede añadir. Desde el
punto de vista periodístico, seguro que estaremos en la próxima
edición, pero tal y como está la profesión,
quizá sea pasando la bandeja de las croquetas.
Álvaro
(LPD)
|