ACTUALIDAD DE ESPAÑA AÑO
2004
11/04/2004:
Redefiniendo la intertextualidazzzzz
Ya no lo soporto más, señores.
Quedan 10 días para el momento más importante de la
Historia de España del Siglo XXI: el momento en que, tras
el relativo fastidio que supuso la muerte de 192 pobres, que incluso
interfirieron con la clásica tradición española
de la despedida de soltero obligando a celebrarla en la intimidad
con 36 amigos, S.A.R. el Príncipe Felipe despose por fin
a la principal depositaria intelectual de Alfredo Urdaci.
Mientras
llegue el gran momento, y a la espera de ver si Alberto de Mónaco
suelta alguna lagrimita, si SM Campechano I abdica en SAR Campechano
Príncipe de Asturias, y si el matrimonio tarda más
o menos de nueve meses en aportar descendencia (las técnicas
de fertilidad inducida avanzan que es una barbaridad), lo único
que nos queda por rezar es que el matrimonio esté bien avenido,
él se dedique a sus funciones representativas con la campechanía
que se le supone, ella cumpla sus obligaciones de reina consorte
(cualesquiera que sean éstas, además de procrear),
y sobre todo no se produzca el divorcio.
Porque
el divorcio, efectivamente, sería un buen pistoletazo de
salida para replantear el motivo exacto en virtud del cual se quiere
reformar la Constitución para consagrar la igualdad de sexos
en la sucesión al Trono pero sólo dentro de una familia;
y si bien es cierto que el inmaculado historial de ambos cónyuges
avala poderosamente la hipótesis del divorcio, yo, lamentándolo
mucho, no puedo más. Los medios de comunicación, con
la televisión al frente, parecen una gigantesca franquicia
de la sección “Familia Real” del Diario ABC.
La Boda es auscultada sádicamente, sin compasión,
en sus más mínimos detalles por parte de todos, una
y otra vez. Los medios de comunicación se empeñan
día a día en asentar el carácter multidimensional
de la tortura. Pasamos de las
sádicas torturas de Irak a la tortura, mucho más
sutil y diluida, pero también mucho más sistemática
(después de todo, como Ustedes saben en Irak sólo
torturan “cuatro sinvergüenzas”), de la Boda. Y
piénsenlo. Si SAR se divorciara, no sólo tendríamos
que soportar la boda; también el divorcio. Y previsiblemente,
una segunda boda también.
Menos
mal que, como relativo consuelo, los preparativos de la boda indican
bien a las claras su vocación universal, compendio de los
valores eternos en los que se sustenta la Humanidad, palimpsesto
de todas las bodas que en el mundo han sido que, en consecuencia,
se afana en garantizar que absolutamente todo lo que rodee a la
misma no sea desconocido para los españoles. Porque si ya
la búsqueda desesperada de una hembra fértil
revestía singulares concomitancias con hechos gloriosos de
determinados antecesores de SAR (recuerden el matrimonio de Isabel
II con Francisco de Asís), y los vomitivos comentarios referidos
a la descomunal belleza y elegancia de la novia nos recuerdan los
mejores momentos del humor negro español (recuérdese
la enternecedora simpatía bromista de la que participó
en su día todo el pueblo sevillano, que ejercería
una vez más su sarcasmo bienintencionado recibiendo a SAR
la Infanta Elena al grito de “¡Guapa!”), la decoración
de la Catedral de la Almudena, efectuada por el sin par artista
Kiko "Promiscuo" Argüello, nos retrotrae no sólo
a la intertextual referencia directa de una iglesia de la República
Dominicana (en reconocimiento del capote
que este país le echó a España en el asunto
de la retirada de las tropas de Irak), sino a los felices tiempos
del cristianismo primitivo, cuando se intentaba plasmar con inocencia
el rostro del Señor, sustituyendo pericia pictórica
por el valor superior de la Fe.
Y
ahora, descubrimos que otro de los iconos intelectuales de nuestro
tiempo, el ex cantante y líder budista Nacho Cano, ha compuesto
una bella sinfonía en honor a la parejita siguiendo nuevamente
la ya ancestral práctica hispanista de la intertextualidad:
la sinfonía perpetrada por Cano es, al parecer, producto
de la combinación de una sinfonía de un tal Wim Mertens
(no tengo ni idea de quién es este tío, pero el valor
de la intertextualidad reside también en este tipo de cosas;
un “para Letizzia” extraordinariamente similar al “para
Elisa” de Beethoven habría sido, tal vez, forzar demasiado
el asunto) con la maléfica actuación del corrector
ortográfico / musical del Microsoft Word. ¿Se casará
SAR en segundas nupcias (Dios no lo quiera) con Ana
Rosa Quintana?
Guillermo
López (Valencia)
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