PROSPECTIVA:
Cuanto más se sumerge uno en los misterios de este
análisis por circunscripción, más fascinante
se antoja el sistema electoral: decenas y decenas de provincias
despobladas pero agraciadas por derecho divino con los dos
escaños de asignación directa pensados justamente
para que el sistema no sea auténticamente proporcional;
maravillas del sistema proporcional corregido que nos ilumina,
en virtud del cual un hombre = un voto salvo si vive en
circunscripciones poco pobladas en cuyo caso un hombre =
dos votos repartibles entre dos únicas opciones.
Es
el caso de Segovia y de tantas otras provincias en las que,
salvo mediar factores extraterrenales, como ocurrió
durante muchos años en Ávila,
no es que el pescao esté vendío, sino que
lo está desde 1977. Sólo en 1986, envidiosos
de la prosperidad electoral de Ávila, hartos de ver
pasar caravanas y caravanas de especialistas en comunicación
política que se iban a celebrar congresos a Ávila,
Segovia reclamó su peculiaridad y, atención,
le dio un escaño al CDS, empatado con AP y PSOE.
Fueron años gloriosos para la provincia, en los cuales
sus dos ciudadanos más renombrados, el chef del restaurante
más famoso de la capital, Cándido, y Perico
Delgado, rivalizaban para que con sus éxitos
profesionales todo el mundo situase Segovia en el mapa (Perico
ganaba la Vuelta, e incluso el Tour, y Cándido creaba
platos en su honor, el más famoso de los cuales,
el "Perico Delgado", estaba compuesto por criadillas
de toro con salsa "maillot amarillo").
Pero
con los años 90 volvió la normalidad. Y eso,
en las circunscripciones con tres escaños, significa
el reparto que es también nuestra arriesgada apuesta
para 2004: PP 2, PSOE 1.