South
Park (EE.UU., 1999)
"Cierra la puta boca, hijoputa"
Quienes
pensaron en su momento que "South Park" era un producto
casual de rápida caducidad se equivocaron. Con los pocos
años que han transcurrido desde su producción, la
película sigue ganando enteros y recobrando una vigencia
incuestionable. Si bien la serie de televisión sorprendió
a todo el mundo por el lenguaje que se utilizaba, la película
profundizó y ordenó los elementos de crítica
en un conjunto coherente muy bien articulado y un ejemplo de defensa
de la libertad de expresión. Pero vayamos por partes.
El
estreno de la película "South Park" fue una auténtica
sorpresa por las circunstancias en que se produjo:
- La
película se realiza y presenta con apenas dos temporadas
de la serie estrenadas. De esta manera, el film no venía
a ser un resumen de la serie, como ha ocurrido en otros productos
que ya han sido un rotundo y confirmado éxito en televisión
("Expediente X" o "Bean", por ejemplo), sino
que venía a completar y desarrollar las ideas de la serie.
La película, en este caso, no surge tras la serie, sino de
modo paralelo, junto al desarrollo de las primeras temporadas.
- Al
ser "South Park" una serie de animación con un
marcado carácter político y con una mirada centrada
en el universo infantil, llegó con el laste de poder ser
considerada como un producto realizado a raíz del éxito
de los Simpson. El estreno de la película rompe este lastre,
al concebirse como un producto más adulto. De hecho, su estreno
navideño en nuestro país provocó la sorpresa
y enfado de muchos padres que llevaban a sus hijos a verla pensando
en las bondades de la animación. El cabreo era mayor porque
coincidió con el estreno de una película de dibujos
Disney ("Tiger"), con lo que las carteleras de los cines
en España hacían pensar en una programación
"apropiada" para la Navidad.
- Pero,
en términos comerciales, el estreno de la película
"South Park" supuso también un revulsivo para la
serie, puesto que, de inmediato, se desvanecieron todos los rumores
que circulaban por entonces y que hablaban de un proyecto para realizar
un largometraje de los Simpson. Con la fórmula "South
Park" llevada a cabo, y de ser ciertos los rumores, el proyecto
de los Simpson dejó de tener razón de ser. Porque
el argumento de "South Park" suponía una tesis
acertadísima de lo que tiene que ser un largometraje que
ponga en cuestión la cultura estadounidense.
Los
cerebros del invento son Trey Parker y Matt Stone. Nacidos en 1969
y 1971, respectivamente, ambos se conocieron en la Universidad de
Colorado donde desarrollaron su interés por los dibujos de
animación, llegando a realizar una película ("Cannibal!
The Musical") que llamó la atención de un directivo
de la Fox. La realización de una película navideña
de animación de cinco minutos, protagonizada por cuatro niños
que exhibían todo un rosario de palabrotas, se convirtió
en un triunfo que les dio la oportunidad de tener una serie propia:
el primer episodio de "South Park" se emitiría
el 13 de agosto de 1997. La polémica y el éxito (ya
va por su séptima temporada) no abandonará nunca la
serie, y a cada nueva temporada se añadirán nuevos
personajes que destilan el desmadrado sentido del humor de Trey
Parker y Matt Stone.
De
todo el elaborado universo de South Park destaca la pandilla de
amigos formada por cuatro niños que realizan sus estudios
primarios:
- Stan
Marsh. Es el líder del grupo, quien suele tomar la iniciativa
y quien hace progresar, con sus decisiones la acción. En
"South Park, más grande, más largo y sin cortes",
esto se ve de una manera muy clara: es el primero en aparecer, quien
convoca a sus amigos, quien decide contratar al vagabundo para que
les saque las entradas de la película canadiense, quien va
a la búsqueda (cual Santo Grial) del clítoris, lo
que origina el movimiento de oposición a la guerra contra
Canadá, quien convoca a la "Résistance"
y quien, al final, se hace con Wendy, la chica (eso sí, vomitándole
encima, en un magnífico gesto que se burla de las escenas
de amor románticas del cine de Hollywood). Stan tiene una
hermana mayor que le maltrata (Shelley, una chica con aparato dental,
fan de Britney Spears) y es el más sensato del grupo, el
que establece más contacto con los adultos.
- Eric
Cartman. A pesar de que Stan es el motor del grupo, Cartman es el
personaje más carismático de "South Park".
Cartman es gordo, tiene problemas de pronunciación, es un
niño mimado malhablado, desagradable, soez e impertinente.
Abusón e irreverente, siempre hace chistes racistas y homófobos,
insultando constantemente a su amigo Kyle por su condición
de judío. Cartman nunca se presta a ayudar a nadie, es tremendamente
egoísta, y se deja influir por todo lo que ve en televisión.
Su madre, tras su apariencia monjil, es una auténtica ninfómana
que se ha acostado con todo el pueblo, además de aparecer
en películas pornográficas alemanas que circulan por
internet.
- Kyle
Broflovski es judío. Éste es su principal rasgo definitorio.
La familia de Kyle es especial porque es judía y, por ejemplo,
no celebra la Navidad. Aparte de recibir continuos ataques por parte
de Cartman, Kyle es el amigo inseparable de Stan, su principal apoyo
en la toma de decisiones. Tiene un hermano adoptado (Ike, un bebé
canadiense) y su madre es la promotora de la PTA (Parents and Teachers
Assembly), un grupo que pide la retirada de los cines de una película
canadiense porque tiene lenguaje obsceno. El padre de Kyle nunca
discute las decisiones de su esposa.
- Kenny
McCormick es pobre. La pobreza de su familia será el argumento
continuo de las burlas de Cartman. Es tan pobre que realmente nadie
lamenta su muerte (muere en todos los episodios -bueno, hay un episodio
de Navidad en el que no muere- y, por supuesto, en la película).
Por el largometraje sabemos que es rubio (puesto que en la serie
nunca se quita la capucha) y suele hacer comentarios inteligentes
que sólo son entendidos por sus amigos.
Los
personajes secundarios dibujan cómo es el pueblo de South
Park: el oficial de policía Barbrady (un policía idiota
integral), Jimbo y Ned (dos parafascistas amantes de las armas y
veteranos del Vietnam), el Chef (un negro obsesionado con el sexo),
el señor Garrison (el profesor machista que sólo habla
de sexo y de famosos en sus clases), y un largo etcétera
de caracteres que comparten una característica en común:
su estupidez. La gente de South Park es tremendamente estúpida,
incapaz de pensar al margen de las consignas que corean los políticos
o quienes se erigen en líderes. En South Park basta con gritar
cualquier cosa para obtener el apoyo incondicional de la masa. El
peligro llega cuando, partiendo de esta estupidez, se llevan a cabo
acciones políticas como la guerra entre Estados Unidos y
Canadá. La estupidez se convierte en dañina cuando
la ejercen grupos de presión con influencia en la política
de Washington.
Así,
"South Park" presenta un mundo exagerado, pero, al mismo
tiempo, un mundo muy parecido al real. A partir del estreno de una
película canadiense (titulada "Asses of Fire",
como burla a "Chariots of Fire" -"Carros de fuego"-,
e incomprensiblemente traducida por "Agujeritos de acero"),
los padres de South Park, amparándose en la educación
de sus hijos, consiguen que la administración de Clinton
prohíba la película y declare a sus actores, los cómicos
canadienses Terrance y Phillip, criminales de guerra, condenándoles
a una ejecución pública en la silla eléctrica.
El
tema que se encuentra en cada secuencia de South Park es el de la
libertad de expresión. La canción de Terrance y Phillip
("Shut your fucking face, unclefucka", "cierra la
puta boca, hijoputa"), y que origina todo el escándalo,
habla, y no de una manera casual, de eso. Cuando los padres de South
Park censuran la película están diciendo, precisamente,
eso: Cierra la puta boca. El discurso único que imponen los
padres llega a todos los foros, hasta el extremo de que los niños,
para organizar la resistencia, tienen que recurrir a internet para
convocarse y organizarse.
En
este sentido, se produce, en la película, una oposición
entre el mundo de los adultos y el de la infancia, convirtiéndose
los niños en una suerte de metáfora de una sociedad
civil, serena y responsable, que actúa contra las decisiones
políticas basadas en la opresión y la ocultación.
Las incongruencias de la censura se manifiestan en que los mismos
padres que no quieren que sus hijos vean películas con palabrotas
son quienes programan una ejecución pública en silla
eléctrica en todos los canales de televisión. De todas
estas paradojas saca su riqueza la película "South Park".
Además,
la inclusión de números musicales le sirve a Trey
Parker y Matt Stone para reírse del mensaje tontorrón
de las películas de dibujos (también musicales) de
Disney, al tiempo que realizan un repaso por la historia del musical:
desde el primer número (una clarísima parodia del
número inicial de "La bella y la bestia") hasta
la canción de Big Gay Al (que remite a los musicales de Busby
Berkeley), se traza una línea de burla de todo el musical
americano, pasando por películas como "Siete novias
para siete hermanos" o "Sonrisas y lágrimas".
Los números musicales vienen a ironizar la estupidez del
musical, ya que, en este caso, una acción con temas tan serios
como los que se tratan (la libertad de expresión, la guerra)
se interrumpen por número musicales que rompen con el desarrollo
natural de la historia.
Para
la anécdota quedan en la película la participación
de nombres como George Clooney (auténtico padrino de "South
Park" desde el principio de la serie) o Eric Idle, o el ajuste
de cuentas que se lleva a cabo contra personajes como Winona Ryder
(a quien llaman "la famosa actriz de cine independiente",
y cuya máxima virtud es lanzar pelotas de ping pong con la
vagina), Bill Clinton, o la demonización de Saddam Hussein,
presentado como un pervertido homosexual que sueña con conquistar
el mundo. Sin olvidarnos de reseñar la capacidad de trabajo
de Parker y Stone, quienes se reparten las labores de dirección,
producción, composición musical, guión, e incluso
el doblaje de la mayor parte de las voces.
Las
lecturas políticas de "South Park" son de una lucidez
extraordinaria, raramente vistas en el género de dibujos
animados, habitualmente relegado al público infantil, a pesar
de existir loables ejemplos de este cine orientado para adultos
("Cuando el viento sopla", por ejemplo"). Que en
los tiempos actuales, en que la libertad de expresión en
Estados Unidos (y en países como el nuestro, puesto que por
aquí somos tan amigos de Bush) sufre continuos recortes,
la visión de "South Park" resulta estremecedora
también es una evidencia. Triste, pero evidencia, al fin
y al cabo.
Manuel
de la Fuente
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