8
millas
Fuck
Free World!
¿Contestación
al sistema o puro show business? ¿Provocación o estrategia
de marketing? De uno u otro modo, lo cierto es que el fenómeno
Eminem parece imparable. Superventas de todos sus discos, lluvia
de Grammys y, ahora, su debut en el cine en las tareas de guionista
y actor que le han reportado el reconocimiento por parte de todo
un sector, el cinematográfico, en el que Eminem no es más
que un intruso, pero eso sí, capacitado para traer grandes
beneficios económicos a la industria.
El caso de Eminem no es nuevo. Muchos otros músicos y personas
del mundo del espectáculo han sabido conjugar durante un
tiempo su mensaje de provocación con su inserción
en el sistema. El tema es cuánto tiempo se le concederá
a Eminem para poder jugar su juego dentro de las reglas de la gran
industria. Dario Fo o Leo Bassi son algunas muestras de personajes
públicos provocadores que contaron con la simpatía
mediática durante varios años.
Es innegable que la música y la actitud vital de Eminem contiene
una serie de valores que explican su gran éxito de masas.
Se podría reflexionar sobre algunas.
- En
primer lugar, Eminem es blanco. En una cultura, el hip hop, dominada
por los negros, la irrupción de un blanco supone una provocación
pero también una llamada de atención: los negros no
son la única minoría marginada en la sociedad estadounidense.
O, dicho de otro modo, el hecho de ser blanco no garantiza per se
un estatus social y económico. Eminem es, además,
una minoría dentro de una minoría, un individuo en
principio con dificultades añadidas, por el color de su piel,
de encontrar reconocimiento dentro de una minoría claramente
definida en los EE.UU. Personajes como Eminem nunca han aparecido
reflejados, por ejemplo, en las películas de Spike Lee.
- Eminem
se mueve en la cultura hip hop en que los cánones, pese a
ser cambiantes, están muy establecidos en sus parámetros
generales. Los intentos de la industria musical por lanzar al mercado
productos hip hop con éxito comercial se han convertido,
con el paso de unos pocos años, en un auténtico bluf
por la banalización de las letras y las canciones, y por
las concesiones realizadas, en definitiva, en pos de una larga vida
comercial. Ahí en el recuerdo quedan los casos de MC Hammer
o Vanilla Ice, negro el primero y blanco el segundo, que no consiguieron
consolidar el mercado porque reflejaban tanto la realidad que pretendían
retratar como las películas de Almodóvar reflejan
la cultura española. Y no hablemos ya de Will Smith, una
estrella en clara decadencia cuyas veleidades musicales apenas interesan
ya a nadie.
- Las
canciones de Eminem son autobiográficas hasta un punto casi
pornográfico. Eminem nos exhibe en cada canción su
intimidad y sus ideas con una claridad que se puede realizar un
retrato biográfico con gran profusión de detalles:
su infancia de malos tratos, las malas relaciones con su madre,
su tormentoso matrimonio, su relación con su hermana. Lo
interesante radica en el estatus de credibilidad que se ha ganado
Eminem entre los diversos estratos sociales. Ahí está
el ejemplo de su canción "Cleaning Out My Closet",
en que responde a su madre (que había grabado un CD insultando
a Eminem) sacando a relucir todos sus trapos sucios, lo que cerró
un pleito mediático entre ambos claramente a favor del hijo.
La novedad de las letras de Eminem destaca, principalmente, es desnudar
su vida y exponer, con una ironía devastadora, sus ideas
políticas.
- Esta
ironía es la que ha llevado, creemos que erróneamente,
a considerar que Eminem es un individuo homófobo, racista,
machista y despreciable en definitiva. Su respuesta a todos estos
lectores aberrantes la expresa en canciones como "Criminal",
en que ironiza sobre sus ideas y, dando de un modo perverso la razón
a sus detractores, afirma que él aspira a convertirse en
un asesino en serie.
Con
estos precedentes, difícil era llevar el salto al cine y
pasar desapercibido. En contra de los intentos frustrados como actores
de cine llevados a cabo por superestrellas de la música como
Madonna o en su momento Prince, Eminem se tomó muy en serio
su salto preparando coincienzudamente la elaboración de la
película mano a mano con el director Curtis Hanson, responsable
de "L.A. Confidential". Se le ha reprochado a Eminem el
haber edulcorado aspectos siniestros de su vida cuando, en realidad,
no es una película autobiográfica, y cuando la descripción
que hace de los barrios bajos de Detroit es muy poco complaciente.
Destaca
en la película el retrato de toda una cultura, la del hip
hop, y el dominio territorial de los diversos clanes. En contra
del prejuicio establecido consistente en que los músicos
de rap banalizan, desprecian y destrozan el lenguaje, el film muestra
todo lo contrario, es decir, cómo el prestigio social en
la cultura hip hop se basa en el dominio del léxico y la
rima: las bandas establecen su territorio en función del
ingenio y la agilidad mental que se mide en duelos de poetas modernos
que deben humillar al contrario mediante versos hábiles.
El personaje de Eminem en la película, un rapero blanco que
debe sobrevivir en la jungla negra, es un muchacho que vive pensando
en la música, midiendo compases en el autobús, componiendo
en su casa, obsesionado, en definitiva, por la expresión
musical de la cultura en la que ha crecido.
La película muestra, además, los mecanismos de funcionamiento
del hip hop. A este respecto es trascendental la secuencia en que
rapean sobre la base del "Sweet Home Alabama", de tal
manera que queda clara la mecánica de deconstrucción
de la música popular que supone el hip hop. Mientras algunos
"músicos" nuestro país desprecian este movimiento
desde la ignorancia de planteamientos (véase Joaquín
Sabina, sin ir más lejos), Eminem reflexiona sobre los orígenes
y significado de la expresión musical del hip hop.
Es
bueno, en resumen, el retrato de la película y el hecho de
que consiga mantener la atención incluso cuando el espectador
español se encuentra tan alejado del localismo de "8
millas". Ahora de lo que se trata es de ver cómo se
desarrolla la carrera de Eminem, cuáles son sus siguientes
pasos y si acaba o no edulcorando su música. De momento,
las mentes bienpensantes seguirán, a pesar de los disimulos,
incómodas con sus canciones y su película.
MS
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