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Dos policías rebeldes 2

Black-American Way of Life

 

La paciencia tiene un límite. Y la nuestra ya se estaba convirtiendo en desesperación, ya que han tardado nada más y nada menos que ocho años (y se dice pronto) en realizar la segunda parte de "Dos policías rebeldes" (Bad Boys). Con todo, creemos que la espera ha valido la pena. No sólo se ha conseguido mantener a la misma pareja protagonista (los impagables Will Smith y Martin Lawrence), sino que repite el mismo director, Michael Bay. Este joven realizador californiano es responsable de una pequeña pero apreciable carrera cinematográfica, formada por cintas tan valiosas como "La roca", "Armaggedon" o, la que es sin duda su obra maestra, "Pearl Harbor". Con "Bad Boys 2", Michael Bay demuestra que se encuentra en plena forma.

El cine de Hollywood vivió una especie de convulsión en los años 80 por culpa de la televisión. Series como "La hora de Bill Cosby" mostraron que había más actores negros que Sidney Poitier, y que los personajes encarnados por negros no tenían por qué ser sólo narcotraficantes o violadores. Y en éstas llegó "Miami Vice", la famosa serie protagonizada por dos policías: Don Johnson y un negro (Philip Michael Thomas). La América de Reagan dejó clara una cosa: que el mundo no se dividía ya en blancos y negros, sino que, la estructura social era más compleja, pasando a estar integrada por tres clases, como son los blancos, los negros ricos y los negros pobres. Ser negro no era tan bueno como ser blanco (faltaría más), pero ya no era tampoco tan malo como ser un negro cualquiera. Bill Cosby era, sin ir más lejos, en su show, un ginecólogo conservador, forrado de pasta, y con gran desenvoltura social. Es decir, que formaba una parte importante del nuevo orden.

En los 90, se produce una mayor distancia entre los negros pobres y los negros ricos, por la aparición de un nuevo lumpen: los hispanos. Que Hollywood considere a los hispanos hace encajar todo a la perfección: tras la caída del muro de Berlín, sólo puede haber dos prototipos de malos internacionales:

- Asesinos serbios. Éstos son unos auténticos villanos sin escrúpulos, pero sólo tienen un problema: que no tienen grandes recursos tecnológicos para fabricar buenas bombas (puesto que no tienen una financiación fuerte a sus espaldas) y que, guste o no, el conflicto de la antigua Yugoslavia no tuvo la duración en el tiempo suficiente para crear malos tan impresionantes para el cine como los nazis o los soviéticos.
- Los hispanos. Suelen ser malos que mueven gran cantidad de dinero (puesto que están inmersos en el negocio de las drogas), pero que, a la vez, son capaces de las más bajas atrocidades (torturas, violaciones, etc.). Son totalmente imprevisibles en sus movimientos (puesto que están como una regadera de tanto esnifar cocaína), impulsivos, violentos, y siempre acaban dándole de leches a su novia porque es tonta o porque es una policía camuflada (o por ambas cosas). El malo hispano siempre se dirige a sus subordinados y a su familia en español (no fallan las palabras "chinga tu madre", "puto" o "joder") y suele combinar medallones y anillos con pistolas lujosas y demasiado grandes para sus manos diminutas. Además, suele ser un tipo enclenque que dispara mucho, pero que, en el cuerpo a cuerpo, no aguanta media hostia.

Con esta nueva escoria poblando la pantalla, los negros cambiaron a los ojos de Hollywood:
- Ocupan profesiones no sólo respetables (cirujanos, abogados, presidentes de los EE.UU.) sino que incluso hacen de garantes de la legalidad y el orden (vamos, que hacen de policías).
- Tienen un montón de pasta y presumen de ello. No son policías cualesquiera, trabajan en unidades especiales, tienen carta blanca para disparar más que Harry el Sucio y conducen lujosos descapotables. Además, llevan trajes de Armani y siempre están impecables.
- Son graciosos y solidarios. Compaginan su sentido del humor (siempre tienen una broma ocurrente para meterse entre ellos) con un respeto y compañerismo sin igual. Un policía negro nunca se tirará, por ejemplo, a la hermana de su compañero sin su permiso.
- Son infalibles. Tienen un amplio elenco de recursos que les permiten no sólo actuar ante los riesgos, sino incluso razonar y tomar decisiones adecuadas.

Piensen en ello, piensen. Rompió el hielo, en el cine, Eddie Murphy, y después le han seguido gente como Chris Rock, Wesley Snipes, Will Smith o Martin Lawrence. Éstos dos últimos dan todo un recital en "Bad Boys 2": una espectacular persecución en coche, repertorio de bromas frente a un grupo afín al Ku Kux Klan, exhibición de coches y chicas, en definitiva, todo un espectáculo que roza lo sublime cuando vemos que el malo hispano es ¡Jordi Mollà!, quien hace un papel aún más desagradable que el de "La buena estrella". Tanto hablar de Banderas, y el muchacho no empezó arrastrándose tanto como Mollà. Y es que, en los tiempos que corren, no es bueno ser hispano en Hollywood. Porque, a pesar de que Bush cuenta con amplios apoyos entre la minoría hispana, Hollywood entiende de política a su modo. No olvidemos que pueden tener incluso a uno de los suyos de gobernador.

Manuel de la Fuente