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Alemania
Era obvio que teníamos
que empezar esta sección con el equipo que, si todo va bien, ganará
la Eurocopa. No importa que jueguen mal (de hecho, siempre juegan mal), que
la media de edad sea de 33 años, o que otros equipos estén plagados
de rutilantes estrellas. Como en la construcción europea, a la hora de
la verdad quienes mandan son los aburridos teutones, y la germanización
del continente también ha de verse reflejada en el lebensraum futbolístico.
¿Cómo
ganará Alemania la Eurocopa? Hagamos memoria. En el Mundial de España
de 1982, los alemanes jugaron penosamente mal al fútbol, con partido
amañado incluido (Alemania – Austria, un sonrojante empate a cero que
a ambos convenía; hay cosas que nunca se olvidan), pero llegaron a
la final (perdieron). En 1986, Francia era el equipo que entusiasmaba a propios
y extraños, la mejor generación del fútbol galo destinada
al triunfo y la gloria. Naturalmente, los franceses hicieron, una vez más,
el ridículo, y fueron derrotados, una vez más, por los alemanes
en semifinales. Alemania cayó en la final contra Argentina, en un partido
que ha traumatizado a más de un miembro de esta página por el
estilo con el que los alemanes celebraban (¿?) los goles (Rumenigge
metía un gol de corner, acortando distancias; aplaudía un poco
y volvía al centro del campo. Cinco minutos después, Rumenigge
metía un gol exactamente igual que el anterior, empatando el partido.
Por supuesto, como buen alemán, eso no lo alteró en absoluto,
celebrando el gol del empate con la misma sobriedad que el anterior).
En 1990, Alemania
ganó el Mundial con gran autoridad (como procedía hacerlo),
deleitándonos con una de las peores finales de la historia de los mundiales
(sólo Italia y el Brasil de las Estrellas lograrían afinar más
en la siguiente edición). En 1994, los alemanes eran favoritos al título,
y naturalmente fueron eliminados, además por un equipo tan solvente
como Bulgaria (Alemania nunca ha sido amiga de luz y taquígrafos en
nada de lo que hace; el oscurantismo es el hábitat natural de todo
teutón que se precie). En 1996, en la Eurocopa de Inglaterra, Alemania
volvió donde solía, ganando el título en una apasionante
final contra una especie de Alemania B (la República Checa). Lamentablemente,
los alemanes no remataron la faena en el Mundial de Francia, excelente ocasión
para humillar a la excepción francesa, y cayeron en cuartos, nuevamente
contra un equipo ridículo (Croacia). Nuestro tablero de análisis
futbolístico no miente, e indica que ahora toca una nueva victoria
para engordar (más) el palmarés.
¿Cómo
juega Alemania? Básicamente, un portero, ocho centrales y dos tanques
arriba. El hecho de que algunos centrales jueguen más arriba no desmerece
en absoluto su función primordial (pegar patadas). A lo sumo, si el
partido va mal, el entrenador cambiará, sin solución de continuidad,
a centrales por arietes, uno detrás de otro. Esta especie de blitzkrieg
futbolística perdió eficacia desde que Klinsmann decidió
retirarse a explorar su sexualidad a la temprana edad de 37 años, pero
sigue siendo temible. Estos son sus poderes:
- Matthaus:
39 años. El libre de la selección alemana, es decir, el que
mejor cuelga balones de todo el equipo. Básico en Alemania.
- Hassler:
34 años: Es un enano y un abuelo también, pero pega como el
que más.
- Jeremies:
Medio centro del Bayern Munich, los que tuvieron ocasión de verle
jugar (¿?) contra el Madrid saben a lo que se exponen los rivales.
- Scholl: Sospechoso,
porque tiene menos de 30 años y además es un jugador ofensivo
y de calidad sospechosamente latina. Confiemos en que chupe banquillo.
- Bierhoff:
Delantero que se hizo famoso por meter el primer "Gol de oro" de la historia
de las competiciones oficiales en la última Eurocopa, y desde entonces
no ha hecho nada, fracasando año tras año en el Calcio. Pero
los alemanes son como los brasileños, cuando visten la gloriosa zamarra
teutona (por supuesto, blanca) algo hierve en su interior y se transmutan
en una especie de caballeros medievales, así que tampoco podemos
descartar que incluso meta goles.
Algunos comentan
jocosamente que "el fútbol es un deporte en el que se enfrentan once
contra once y, al final, siempre gana Alemania". Habitualmente, la sabiduría
popular es capaz de las más horripilantes y tópicas creaciones,
pero en esta ocasión es cierto, no lo duden. |