Deportivo
de la Coruña
ANÁLISIS
EQUIPOS TEMPORADA 2000 - 2001
OBJETIVO:
Algún periodista de La Coruña que abuse habitualmente del Ribeiro
dirá que el objetivo es el título de Liga, puesto que estamos hablando
del vigente campeón. Si el periodista, además de vino, es adicto
a lo que sin duda constituye la clave de las misteriosas fuentes
de financiación deportivistas, se descolgará diciendo que este año
la Liga de Campeones se va para La Coruña. Como nosotros no abusamos
ni de lo uno ni de lo otro (y tampoco somos de La Coruña), diremos
que con entrar el año que viene en la Liga de Campeones se pueden
dar con un canto en los dientes.
TRAYECTORIA:
La trayectoria del Deportivo de La Coruña es de todos conocida,
y conforme pasan los años adquiere caracteres casi míticos. Todo
comenzó con la compra de dos estrellas brasileñas, Bebeto y Mauro
Silva, que, unidos a un buen bloque formado a base de descartes
de los equipos grandes, consiguieron convertir a un recién ascendido
en uno de los más firmes candidatos al título de liga durante varias
temporadas. El sueño acabó en pesadilla, no obstante, merced a un
penalty que el brasileño estrella se negó a tirar y acabó fallando
el serbio Djukic frente al Valencia. Esto creó una rivalidad entre
Deportivo y Valencia que parecía indicar un deseo de las ciudades
medias españolas por imitar las tonterías de sus mayores, y que
acabó de fundamentarse con el paso de Djukic al enemigo valencianista,
en una historia que ya adquiriría caracteres de culebrón venezolano.
Desde entonces, el Deportivo había ido degenerando año tras año,
fichando cada vez más extranjeros (el Deportivo de La Coruña es,
con Silicon Valley, uno de los ejes de la globalización) y conviertiéndose
en un equipo mediocre. Pero la cosecha colombiana del año 99 fue
excepcionalmente buena, y el Deportivo, armado esta vez con un entrenador
español y una escuadra consistente, fue capaz de ganar la Liga que
amablemente le cedieron Madrid y Barcelona desde el principio.
FIGURAS:
El Deportivo de La Coruña es un equipo plagado de figuras, concretamente
37 figuras, así que no resulta nada fácil seleccionar. Por romanticismo
escogeríamos a Fran, fundamentalmente porque el hombre ya debe estar
harto de facturar una excelente temporada tras otra para que luego
la estrellita brasileña de turno le enajene el favor unánime del
público. Fran es un excelente jugador, como todos los de la selección
española, por otro lado, y no desentonó, en consecuencia, en la
actuación del combinado nacional en la última Eurocopa.
NUESTRO
CONSEJO: Dado que el Deportivo de la Coruña ha decidido que para
confeccionar una plantilla de calidad es preciso tener en nómina
a tantos jugadores como aficionados al fútbol americano hay en España
(37), nosotros creemos que tendría que ir un poco más allá y, aprovechando
la segura quiebra de alguno de los equipos modestos de Primera División,
hacer que algún testaferro (de eso el Deportivo sabe mucho) lo comprara
y canalizar los jugadores sobrantes a ese Deportivo bis, para así
garantizarse seis puntos seguros por temporada y doblar los ingresos
de las televisiones (si es que por entonces no han quebrado también).
COMENTARIO:
Con Irureta, el Deportivo se ha convertido en un equipo serio. Esto
quiere decir que fundamenta su éxito en la defensa, como en sus
mejores tiempos, por más que disfrace sus verdaderas intenciones
de gusto por el espectáculo cada vez que juegue en casa. Teniendo
en cuenta que este año el Deportivo de la Coruña va a jugar la Liga
de Campeones, y dado que no creemos que diseñe una plantilla "europea"
y una "nacional" (en la línea de nuestro consejo) para
optimizar recursos, lo va a tener realmente difícil para alcanzar
los niveles de éxito de la pasada temporada. A no ser, claro está,
que los jugadores de los equipos verdaderamente grandes sigan dando
por supuesto que lo suyo no va con la Liga española.
EL
COMENTARIO DE NUESTRO TECNICO: Esteeee, La Coruña es una ciudad
que históricamente ha mirado hacia el otro lado del océano, refugio
de los últimos románticos de la escuela futbolística y residencia
de los verdaderos maestros. La abundancia de gallegos en este lado
del Atlántico se compensa con la abundancia de colombianos y brasileños,
si bien con inquietudes e intereses dispersos, allá. Los malignos
rumores que proliferan al respecto de quienes manejarían en la sombra
este gran club no debe preocuparnos más allá de lo que lo hacía
que el mayor jugador de todos los tiempos, Diego Armando Maradona,
fuera adicto a ciertas sustancias. Si en el caso de Diego Armando
el fin (la excelencia) justificaba los medios, no veo por qué vamos
a variar de criterio ahora, cuando es público y notorio que la concentración
de sudamericanos por metro cuadrado en el Deportivo de la Coruña
llegó a unos niveles que para sí quisieran muchos intermediarios
futbolísticos.
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