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Athletic de Bilbao

ANÁLISIS EQUIPOS TEMPORADA 2000 - 2001

 

OBJETIVO: El Athletic de Bilbao es un club grande, pues es de los pocos (junto con el Universidad de las Palmas) que siempre ha alcanzado el objetivo que lo impulsa. Este año prevemos que de nuevo el éxito corone la temporada de los leones. El objetivo del equipo de Bilbao es que a lo largo de la temporada sólo jugadores vascos vistan su camiseta. Otras cuestiones (como los títulos o asegurarse la participación en Europa) son cuestiones menores.

TRAYECTORIA: Excelente. Desde hace 60 temporadas el Athletic de Bilbao ha logrado jugar siempre en Primera División y siempre con jugadores vascos. Deportivamente las cosas han sido más irregulares y en los últimos años parece haber salido del marasmo con la nueva generación de futbolistas, que les llevó a ser el primer equipo enteramente vasco que participó en la Champions League (hace 2 temporadas).

FIGURAS: Orbaiz. Savia nueva, algo tan en boga en la actualidad en todas las organizaciones más representativas de Euskal Herria, para reactivar el centro del campo. El único lunar que se le intuye al chaval es que ha aprovechado sus participaciones en las selecciones inferiores de la selección española para adquirir cierto prestigio, y esas cosas no están bien. Por lo demás pocos peros podemos poner al chaval, más allá de su inexperiencia. Lucha, corre, pelea, brega, corre y lucha un poco más. La esencia del fútbol vasco.

NUESTRO CONSEJO: La construcción nacional vasca se hace también desde la cancha. Los últimos éxitos de Real Sociedad y Athletic de Bilbao han sido logrados tras misteriosos partidos con el “máximo rival” que concluían siempre con el resultado apetecido. Esta situación suele achacarse al llamado “Pacto de la Catedral” sellado por ambos clubes, que si algunos malintencionados sospechan que es un tongo indecente nosotros sostenemos que es un simple milagro. Acción divina enteramente comprensible en un lugar como el País Vasco, donde la influencia de la Iglesia aparece por todos los rincones de la sociedad. En consecuencia aconsejamos al Athletic que por primera vez en su historia manche su histórica camiseta de publicidad, con algún alegato a favor de la labor episcopal del Monseñor Uriarte, obispo de la ciudad. Acción que, sin duda, será debidamente recompensada, por una parte, y por otra servirá de “equidistante” coartada moral para proseguir con la simpática tradición de no guardar ni un mísero segundo de silencio cuando se produzca algún asesinato de algún niño maketo de 3 años.

COMENTARIO: Al margen de ciertas particularidades de sus directivos y de la deleznable actitud de una reducida (pero vociferante) parte de su afición el Athletic de Bilbao es un club a imitar. Su labor de potenciación del fútbol base, su respeto a las esencias de este deporte y su fidelidad a una filosofía que en estos tiempos es casi impensable ... son todos ellos aspectos que honran al centenario club bilbaíno. El caso del Bilbao, único en el fútbol mundial, merece el apoyo de todos, y, de hecho, así suele ser recibido en todos los campos. El Athletic infunde respeto porque se lo ha sabido ganar y cada año que pasa y el fútbol se mercantiliza más esta realidad es más patente. Probablemente no es aventurado decir que el Athletic de Bilbao es el único equipo de fútbol profesional español que sus seguidores siguen sintiendo enteramente suyo. Desde esta óptica, cualquier triunfo del club es mucho mayor que otros éxitos que no esconden sino un generoso talonario.

EL COMENTARIO DE NUESTRO TECNICO: Esteeee, Bilbao es una ciudad ruda y trabajadora, como su club. Recia y severa, la afición de San Mamés se identifica como ninguna con unos jugadores que, sin ninguna duda, son los suyos. Porque son como ellos y los representan y luchan como gladiadores por quienes les alientan y en ocasiones padecen. Por ello el club de Vizcaya inspira una mística que, por una vez, no tiene relación alguna con la calidad del fútbol desarrollado, pero que apela igualmente a los sentimientos más innatos del ser humano. La comunidad entre afición y jugadores, entre equipo y ciudad, entre tradición y decencia, son ejemplos a seguir.