El
Potro desbocado
Las
reglas de Poli Díaz
Hablamos,
cómo no, de Poli Díaz, uno de nuestros más
grandes deportistas y, en general, un intelectual diletante, que
lo mismo vende drogas en La Celsa que atiza a los periodistas. Aunque
parezca mentira, a Poli aún le queda tiempo para revitalizar
de cuando en cuando nuestro cine con joyas como esta.
"El
potro desbocado" es excelente desde su mismo título,
que hace alusión, como ustedes ya habrán adivinado,
al simpático mote ("El potro de Vallecas") con
el que Poli era es- universalmente conocido, así como
a la fogosidad de nuestro héroe.
La
película está disponible en todas las gasolineras
y bares de carretera (los de lucecitas verdes y los otros) del país,
así que no tendrán problema alguno para hacerse con
ella. Como podrán observar, Poli no sólo utiliza la
fuerza bruta para ganarse unos cuartos en el ring, sino también
para demostrar lo que vale en el único ring verdaderamente
importante de la vida. La asunción de la labor del macho
por parte de Poli es valiente y decidida, como atestigua claramente
su polémica declaración en la escena que, sin duda,
constituye el climax del film: "Mira, ía e puta, eto
éh una polla". Lean detenidamente esa frase, toneladas
de sabiduría están insertas en ella. Al menos, nosotros
así lo entendimos, y nos hemos dedicado a expandir la Buena
Nueva que esta frase constituye por todo el orbe (lamentablemente,
nunca hemos podido hacerlo en situación similar a como lo
hace Poli, pero no nos llamamos Policarpio,
así que tenemos excusa).
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