Monster's
ball
El
premio a los gemidos interraciales
Siempre
nos ha caído bastante mal Billy Bob Thornton. Bueno, el concepto
de siempre se remonta al momento en que hemos tenido conocimiento
de la existencia de este patético actor, con una cara desagradable,
nulas dotes interpretativas y el dudoso arte de no encajar en ningún
papel que interpreta. Si alguien aún recuerda "Bandidos",
con Bruce Willis (exitazo de taquilla que aguantó dos semanas
en cartel), podría pensar que Billy no podía superarse.
Se equivocaban: "Monter's ball" es una muestra más
del arte pasota de un tío que supera a David Duchovny en
inexpresividad gestual.
Pero,
ojo, no todo queda aquí. Para completar el dúo interpretativo,
la actriz protagonista es Halle Berry. Y es que la historia va de
la relación entre un blanco y una negra en un pueblecito
racista del sur de EE.UU. Los productores de la película
no son idiotas y pensaron con acierto que Whoopi Goldberg no encajaba
en el papel. Así que optaron por Halle Berry, que había
mostrado que estaba muy bien en "Operación Swordfish".
Claro, uno se imagina la escena de sexo entre los protagonistas
con la Goldberg y hubiera costado adivinar en cada plano quién
era el hombre. No contentos con todo, la escena es de una torridez
tal que los pervertidos ancianos de la Academia de Hollywood pensaron
que tan buenos solitarios momentos concedidos por la película
deberían ser recompensados con un Oscar. Y, cómo no,
para Halle Berry, porque ella era la responsable de levantar ánimos
con sus gemiditos y sus aptitudes al aire. Porque poco más
le dejan mostrar a la Berry en una película en la que no
pasa nada y en la que sabemos que hay ambiente racista porque lo
dice un personaje. Nada más: ni violencia, ni conflictos,
ni el KKK quemando cruces por la noche, ni negros apaleados, ni
chistes racistas ni nada por el estilo. En fin, un rollo de denuncia
antirracista. Eso sí, sexo en una escenita que bien vale
un Oscar (no nos engañemos: si Almodóvar es merecedor
de una estatuilla, se rompe entonces cualquier baremación
mínimamente ortodoxa).
Pero
uno se pregunta: ¿vale la pena ver toda la película
por unos pocos minutos? ¿No es mejor la escena de la manguera
de Carmen Maura en "La ley del deseo"? (vaya pregunta)
¿Es fiable una película en que la negra está
buena y, además, tiene un hijo gordo que se muere, eliminando
así cualquier elemento desagradable del personaje de la Berry?
¿Cómo es posible que, para más inri, todo acabe
bien, con los dos protagonistas retozando felizmente para siempre
entre los campos del trigo del sur? Ay, si Griffith levantara la
cabeza.
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