Daño
colateral
Era
un bombero, tilín, tilín tilero...
Curiosa
la carrera de Schwarzenegger, o Arnie, como lo llamaremos en adelante
porque no tenemos cuarenta dedos para teclear su apellido en repetidas
ocasiones. De figurante en películas como "Un largo
adiós" de Robert Altman, llegó a protagonista
de una espantosa porquería en la que hacía de Hércules
que descendía a la Tierra. Pero la fama le llegó con
"Conan" y, sobre todo, gracias a su amigo James Cameron,
que le dirigió en sus dos terminators y en "Mentiras
arriesgadas".
Curiosa
carrera, sin duda, porque Arnie se estará cagando en la madre
que parió a Cameron. Desde que triunfó con Titanic
(que, por razones obvias, no podía protagonizar Arnie, porque
la historia habría cambiado hasta el extremo de que habría
remolcado el barco hasta EEUU o algo así), Cameron descubrió
sus cartas: buscaba un éxito fuerte para no volver a pegar
ni chapa. Y claro, Arnie no para de comerse películas infumables
a la espera de que a su amigo se le acabe todo el dinero que se
estará gastando en vaya usted a saber qué. Porque
Arnie llegó a la cima de su popularidad con el tal Jaime,
que en "Terminator II" alcanzó el punto más
alto de su carrera.
Mientras,
Arnie espera haciendo películas malas y coleccionando ataques
al corazón atiborrándose de anabolizantes. Suponemos
que la vida sexual con su mujer (miembro del clan Kennedy) no debe
de ser muy boyante, ya que, además, Arnie sale cada vez más
demacrado en la pantalla. Pero para los que creían que con
productos como "Eraser" o "El sexto día"
había tocado ya el suelo, llega "Daño colateral",
un fracaso asumido desde el principio. Una película sobre
la que se ha querido atraer la taquilla diciendo que se retrasaba
el estreno por el atentado de las Torres Gemelas.
Pura
propaganda. Simplemente hay un atentado cometido por un colombiano
drogadicto y antiimperialista que acaba con la vida de la familia
del personaje de Arnie, un bombero bonachón que, muy afectado
por lo sucedido, se va hasta Colombia a vengarse. El tío
se pasea por Colombia como Pedro por su casa, y consigue llegar
hasta su enemigo. Y, qué carajo, vamos a contarles el final
para hacerles un favor, y se ahorren el dinero del cine: la chica
que vuelve con Arnie a EEUU para evitar otro atentado es, en realidad,
la mala que al final muere junto con el terrorista colombiano.
Un
desastre, en definitiva. A Arnie no lo salva ya ni esa crítica
que pasaba sus películas porque representaba un tono más
amable que las cosas de Stallone. En fin, una película mala
en la que además Arnie se permite el lujo de no disparar
un solo tiro. Pero, ¿qué se habrá creído?
¿Que se puede permitir lujos como ése? ¿Es
que aspira a protagonizar alguna película de Almodóvar?
¿Querrá ser partenaire de Antonia San Juan en algún
pastiche pseudo-feminista? Los síntomas apuntan en esa dirección.
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