ESPAÑA
SIGUE YENDO DE PUTA MADRE OCTUBRE
DE 2001
30/10/2001:
La búsqueda desesperada del pasivo
España
asiste encantada a los últimos coletazos de la "Guerra
por el Pasivo" a la que se han lanzado las entidades de crédito
que operan a través de la Red. En tiempos de confusión
económica estos "Bancos por Internet" han modificado
su estrategia inicial, consistente en regalar pasta a sus clientes
(que si 15.000 pelillas por abrir la cuenta, que si una acción
por abrir la otra, que si el 1% del valor de su cuenta de valores
por traspasarla a nuestra entidad...) y han pasado a regalarlo sólo
a cambio de que éstos lleven efectivamente dinero a sus nuevas
"cuentas virtuales".
El
asunto empieza a ser inquietante para los grandes bancos, que comienzan
a descubrir que las ingentes cantidades empleadas en publicidad
por entidades como ING, Patagon o Uno-e comienzan a hacer mella
en sus cuentas de resultados.
Por
lo visto la banca por Internet es un gran negocio.Esta afirmación
es una consecuencia lógica de una de las premisas mayores
de la civilización occidental, la que dice que "la Banca
es un gran negocio". Así, en general, almacenar y distribuir
dinero cobrando un poquito por hacerlo es económico y sencillo
siempre y cuando se cuente con el inexcusable elemento inicial (formar
parte del clan de los que nacen con miles de millones de pesetas
debajo del brazo). Hacerlo a través de Internet, que supone
carecer de molestos añadidos al núcleo del negocio
como son las oficinas (inútiles en la Red) o los empleados
(superfluos en un idílico cibermundo en el que el cliente
se lo hace todo solito), es sencillamente un sueño. Ganamos
el dinero sin requerir ni de inversión ni de gastos.
Claro,
para que la ecuación funcione se ha de captar convenientemente
a los clientes. En este sentido, por ejemplo, estas entidades acaban
gastando en publicidad gran parte de su ahorro en costes fijos.
Y para rematarlo han de ofrecer grandes rentabilidades que acaban
por convertir e los Bancos por Internet más en empresas de
Internet que en Bancos. Lo que traducido al español significa
que pierden dinero a espuertas.
¿Hasta
cuándo? Pues sus responsables aseguran que en 2002 empezarán
a equilibrar sus cuentas. Sinceramente parece complicado que puedan
hacerlo en todos los casos. En cualquier caso la garantía
de saber que detrás de ING hay una compañía
holandesa (los neerlandeses son los más avezados estafadores
de guante blanco del mundo), que los creadores de Patagon han dado
el más espectacular pelotazo del mundo de las ciberfinanzas
en español o que Uno-e está respaldado por la mismísima
TerraNetworks es algo que seguro que tranquilizará a sus
clientes.
12/10/2001:
España, preparada
El
Gobierno español ha afirmado con enorme rotundidad que nuestro
país está preparado para luchar contra la guerra bacteriológica
y un ataque con armas químicas. La afirmación no ha
logrado del todo crear verdadera alarma al respecto en una nación
que vivía (y vive) bastante despreocupada, pero revela que
el Gobierno está preocupado por nuestro grado de preparación.
Afortunadamente
el sector financiero patrio sí se encuentra listo y dispuesto
a sufrir cualquier embestida. Y lo ha demostrado. Ante cifras de
desaparecidos en el "Desastre WT" como las de alemanes
o ingleses (unos 300 desaparecidos) o Colombia o México (más
de un centenar) o incluso Polonia, Eslovaquia u Holanda (unas decenas),
España aporta únicamente 3 personas previsiblemente
muertas.
¿Cuál
es nuestro secreto? Sencillamente no acudir al trabajo a horas tan
tempranas.
La
web "Corriente Alterna" informa desde hace unos días
de la prueba definitiva que corrobora este aserto: el más
grande de los empresarios españoles tras Juan Villalonga,
Emilio Botín, tenía una reunión en una de las
Torres Gemelas la mañana del fatídico 11 de septiembre
....... ¡a la que no acudió por haberse quedado dormido!
Da
gusto pensar las ventajas de ser jefe. Y más cuando, por
si tenías algún remordimiento, te levantas angustiado
y lo primero que descubres es que ser más español
que nadie te ha salvado la vida o, al menos, evitado un buen susto.
Y es
que aquí, a preparados, nadie nos gana.
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