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ECONÓMICAS DE DICIEMBRE DE 2000
23/12/2000: La línea de flotación
El IBEX-35
acaba la semana recuperando la cota de los 9000 puntos por los pelos,
cifra como cualquier otra pero que, por ser así de redondita, es
por lo visto considerada básica por los analistas financieros que
hablan de "nivel psicológico", "soportes" y cosas de esas (curiosamente
para la Lotería de Navidad, por el contrario, los números redondos
no son tenidos por atractivos, lo que demuestra que actividades
similares como la ludopatía y el chartismo a veces se diferencian
en trascendentes matices). Nuestra opinión es que todavía podemos
ver cotas más bajas, ya que el camino de Telefónica hacia los 15
euros, atribulante como pocos, está todavía a falta de recorrer
su tramo final (la acción está en los 17'7) y TERRA cotiza todavía
por encima de los 10 euros (no mucho, la verdad, pero 12'25 euros
es casi un 10% más del precio de la OPV).
Sin embargo
las cosas no tienen por qué ser mucho más negativas para otros valores
que, en menor medida, contribuyen a conformar el IBEX. Tanto BBVA
(15'2) como BSCH (10'75) se están portando relativamente bien y
no hay motivos para pensar que las cosas vayan a cambiar en el futuro
al margen de "contagios" puntuales. Por otra parte es sintomático
comprobar cómo el Banco Popular y Gas Natural han observado toda
la agitación a su alrededor con un cierto escepticismo mientras
sus cotizaciones no sufrían en demasía estos meses (ahora están
a 36'75 y 20'1 euros respectivamente). Y, en el sector de los apaleados,
Repsol-YPF (17'15), Endesa (18'2) e Iberdrola (13'5) pueden empezar
a encontrar a partir de ahora la calma. No se nos ocurre ninguna
desgracia más que pueda lastrarles.
21/12/2000: Desplome bursátil
Como
suele ser habitual los exégetas del Gran gurú Greenspan y de sus
declaraciones a la salida de las reuniones de FOMC (Comité del Mercado
Abierto, extraño nombre que encubre lo que se esconde tras él, una
simple reunión de los responsables de los bancos centrales de distintos
Estados norteamericanos con el Jefezo encargado del Banco Central
- Reserva Federal; es decir, como las reuniones de Diusemberg y
compañía pero con una liturgia más acabada) han dado en el clavo.
Los mortales nos despertamos ayer de buena mañana escuchando las
excelentes noticias que sobre la Economía mundial había que extractar
del comunicado de Greenspan, así como del hecho de que empezaban
a vislumbrarse recortes de tipos de interés. Por supuesto estas
excelentes noticias han sido acompañadas en las Bolsas mundiales
de un desplome generalizado. Por estas Navidades, ponga un experto
en mercados en su mesa.
Mientras
tanto Terra aterriza
y aterroriza a los inversores con su caída libre en el parqué. En
la sesión del martes el portal de telefónica se acercó a los 11
euros por título, es decir, el precio en el que la compañía fue
colocada en bolsa hace justo un año. El discurrir bursátil de Terra,
que en otras latitudes se ha prodigado con fruición, es algo a lo
que aquí no estábamos acostumbrados. Una empresa que comienza a
cotizar en bolsa con apenas un mes de vida y que hace de su éxito
inmediato el símbolo de todo Internet. Pero lo que rápido sube,
rápido baja. Si en el mes de Abril, justo antes de que Wall Street
fuese testigo del primer bofetón merecido de los chicos de internet,
Terra cotizaba a 150 euros, un disparate que, como se ha visto,
no ha tardado en corregirse. Los suscriptores llegaron a acumular
ganancias de más de un 1000% que a lo largo de este año aciago han
menguado como un arroyo tras la riada. Curiosamente Terra es ahora
mucho más de lo que era en Noviembre del 99, cuenta con Lycos, con
un nombre más o menos consolidado y con recursos de unos 300.000
millones de pesetas. Pero la bolsa es implacable y hace justicia
con los vanidosos y en esto último los chavales de Terra han ido
sobrados. Los expertos no descartan la posibilidad de que la filial
de Telefónica siga bajando escalones, sobre todo si la reverdecida
crisis punto com continúa durante las navidades. Estaremos a la
escucha.
21/12/2000: Un paquidermo volante para construir Europa
Airbus
se ha dejado por fin de jueguecitos y se ha lanzado a la yugular
de la compañía norteamericana Boeing, que hasta ahora pastoreaba
plácidamente el lucrativo mercado de la aeronáutica en lo que a
aviones de más de 300 plazas se refiere. Con la definitiva decisión
de construir el que será el Airbus-380, un superjumbo de más de
500 plazas, acaban 30 años de absoluta hegemonía, por incomparecencia
de rivales, del archiconocido 747.
La importancia
de la apuesta se percibe con más facilidad si tomamos en consideración
un dato bastante simple: la balanza comercial francesa, desde hace
unos 15 años, depende simplemente de la cantidad de aviones que
las compañías aéreas de todo el munod compren al constructor europeo.
A pesar de que el PIB de los galos y su potencia industrial no es
comparable, por mucho que algunos no lo crean, a la de estados como
Sierra Leona, el simple hecho de que Airbus tenga un buen año permite
cerrar la balanza comercial en positivo, mientras que el déficit
aparece en cuanto se estancan los pedidos de ingenios aeronáuticos.
El estar presente en un sector como este es pues de una grandísima
importancia para la industria europea, que de otra manera muy difícilmente
puede aspirar a no perder, a su vez, la comba tecnológica en ese
campo.
Así pues
la construcción europea está de enhorabuena, entre otras cosas porque
a partir dde este momento puede empezar también a hablarse con seriedad
de un avión militar de carga europeo. La importancia logística de
tales ingenios, de los que carece la industria armamentística europea,
es grandísima y creciente, máxime cuando los tiempos auguran una
reducción y especialización de las tropas que debe compensarse con
una mayor movilidad y agilidad de sus integrantes y sus equipos.
La independencia de Europa respecto de los EE.UU. pasa por tener
aviones que permitan realizar esas tareas (sin necesidad de recurrir,
como es lógico, a los Antonov rusos).
Tras
este alarde de entusiasmo bélico no podemos esconder que, empresarialmente,
el anuncio es de gran trascendencia, pues estos grandes aviones
son las "joyas de la corona" de las compañías aéreas que todas desean
poseer y, dado que su ahorran costes teniendo aparatos tecnológicamente
similares, el que sólo Boeing pudiera suministrarlos suponía una
enorme ventaja comercial que ahora desaparece. No es de extrañar
el indisimulado enfado con que la nueva navideña ha sido acogida
en los Estados Unidos, incluyendo al gobierno de ese país. Las quejas
sobre la participación y ayuda de los Estados europeos dejémoslas
pasar como muestra de la ofuscación del momento. Cualuier persona
que conozca cómo funciona la industria aeronaval estadounidense
sabe que semejantes afirmaciones mueven, de boca de los americanos,
más bien a la risa.
19/12/2000: El bucle local
Todo
el mundo sabe que el verdadero caballo de batalla de la telefonía
son las llamadas locales. Con esa portezuela abierta se colaría
en todos los hogares la verdadera liberalización de las telecomunicaciones
y nunca tendríamos que hacernos cruces pensando en el doloroso momento
de abrir la factura del teléfono. Porque, no nos engañemos, por
muy globalizado que esté el mundo y por mucho que presuma el personal
de tener las amistades repartidas por los cinco continentes donde
de verdad llamamos es a la puerta de al lado.
Nuestro
uso del teléfono es esencialmente local y es por tanto aquí donde
la peseta arriba peseta abajo si que cuenta. Pero en nuestro país
las llamadas metropolitanas, es decir el bucle local, está en manos
de Telefónica. Durante los últimos 80 años la antigua compañía estatal
extendió la red de líneas debajo de nuestras calles y ahora que
el gobierno la obliga a compartirla quiere hacer su agosto colocando
la inversión a los atribulados competidores a los que no les queda
más remedio que hacer uso de ella. Que Telefónica, o mejor dicho
la CTNE, construyó la red no hay duda, el problema radica en la
legitimidad de esta empresa para sacarle tamaño beneficio a una
inversión que hizo en un estado de monopolio legal y con el dinero
de todos los españoles.
La red
telefónica, como la de ferrocarriles, tendida durante la época del
monopolio no debería ser administrada por una de las compañías en
liza pues eso supone un abuso y el uso y disfrute de unos bienes
de equipo que no le pertenece. Las actuales operadoras que pretender
utilizar esta red se ven obligadas a pagar el precio que Telefónica
diga, o peor aun, el que el gobierno establezca en función de no
se sabe bien que parámetros. Retevisión y Uni2, por ejemplo, están
todavía a la espera de que el Consejo de Ministros asigne un precio
a la conexión a sólo 10 días de la liberalización efectiva. Además,
una vez tengan claro cuánto deben pagar por conectarse a la red
deberán hacerlo en instalaciones de Telefónica. Vamos, de risa,
es como si la Bell Atlantic tuviera que montar sus sistemas de conexión
en las dependencias técnicas de Sprint.
Tal y
como están las cosas las compañías que pretendían competir con Telefónica
van a ser meras comparsas sometidas al pago de unas tarifas injustas
y con unas posibilidades remotas de alcanzar una cuota de mercado
que rentabilice el negocio.
18/12/2000, Bolsa de Madrid, El globo se desinfla
La bajada,
sin prisa pero sin pausa, de los índices de la bolsa de Madrid va
convirtiéndose en una sintonía tan familiar como la del telediario.
Ayer el parqué madrileño volvió a dar un nuevo disgusto a los inversores
que hasta hace unos meses se paseaban como pavos reales por la Corte
de los milagros. El IBEX 35, que reúne los 35 principales valores
del mercado bursátil nacional, está a punto de caer por debajo de
los 9.000 puntos, cifra talismán que se alcanzó dos años atrás y
que corre el riesgo de saltar por los aires si se mantiene por mucho
más tiempo la tendencia bajista que parece no dar tregua. Los responsables
del descalabro son los mismos que apadrinaron los grandes días de
ganancias espectaculares y OPV´s al estilo Wall Street. Telefónica
y toda la camarilla de filiales que de ella cuelgan. La teleco mantiene
la figura pero los móviles, TPI y Terra ya se encargan de arrastrarla
una sesión si y la otra también para infarto de los que creyeron
que eso de la tecnología y el “intenné” era un Midas
del nuevo siglo.
15/12/00:
Duisenberg y la Nueva Economía
Por fin,
la morsa encorbatada salió ayer de su letargo y se dirigió a la
grey europagante con la ya tradicional bronca navideña a los niños
que no hacen los deberes. El líder máximo del BCE, el padrecito
“uropeo” sonrosado y canoso nos deleitó una vez más
con sus fantasías y sus profundos análisis de la realidad económica
del continente. En su estilo burocrático y funcionarial, más propio
de un catedrático de Economía Aplicada que de un gobernador de Banca
Central, el holandés advirtió que el año próximo los países de la
zona euro no podrán rebasar el 2 0e inflación, porque si, porque
el lo dice y allá se las arreglen los once del euro para conseguir
no cruzar la mágica cifra. Este hombre, que no se como le han podido
dar sinecura tan alta, no se si habrá echado un ojo, siquiera por
encima, a los datos españoles, a la cabeza de Europa con un 4,1%,
y acto seguido a los de la esclerotizada Alemania que este año ha
cerrado con una inflación de 2,4%. Alega, como es natural, que el
alza del crudo ha sido el gran responsable del desbarajuste inflacionario
pero no se da cuenta que sus propios colegas de Estrasburgo armaron
el tacote cuando hace dos meses se habló de reducir los impuestos.
Pero en que quedamos, la cuchilla fiscal pasa inexorable por las
carteras de los ciudadanos y luego se hacen cruces porque gastamos
mucho. Pero la perla que ayer dejó para regocijo público fue su
comentario sobre la Nueva Economía. “A veces sentimos que
(la Nueva Economía) ha llegado, pero no a toda la eurozona”
Fabuloso, resulta que después de casi dos años de palizón continuo
de las punto com nacionales y europeas, de inversiones millonarias
en nuevas tecnologías por parte de las telecos y de un traqueteo
continuo de fusiones y quiebras todo ha sido un espejismo y en el
viejo continente estamos a la espera de la avenida triunfal de las
pomposas empresas de internet. Madre mía que sandez. Quizá, como
apunta certeramente, ha llegado a parte pero no a toda la eurozona,
es decir todavía no ha llegado al Palmar de Troya ni al pueblo manchego
de Pedroñeras, enclaves, como todo el mundo sabe, estratégicos para
los leones de internet. Si este hombre sigue gobernando el Banco
Central Europeo por mucho más tiempo será mejor guardar las pesetas
porque a ellas, de modo ineluctable, habremos de volver.
15/12/2000: Bush ejecuta al IBEX
La definitiva
elección de George W. Bush como Presidente
de los Estados unidos, según todos los analistas, iba a suponer
el fin de la inestabilidad en las bolsas. Dicho y hecho, desde que
el hijísimo y hermanísimo señorea en la capital los titubeos de
las últimas semanas parecen haber dado paso a un desplome en toda
regla.
En estos
momentos los grandes valores empiezan a demostrar que, por lo visto,
no todo el monte es orégano en la política económica de Bush. De
momento, para plasmar a las claras esto, el mayor batacazo lo está
sufriendo la sin par Repsol-YPF,
que por lo visto es una petrolera que no acaba de ver con buenos
ojos que uno de los suyos sea el hombre del mundo libre. Los 16'5
euros en los que ha cerrado la compañía parecen una cifra de otra
época (de esa en la que YPF era una empresa argentina). Por otra
parte nuestra más querida multinacional, Telefónica, ha vuelto a
la base de sus últimos vaivenes (18'40 euros).
Por el
momento sólo aguantan con cierta dignidad los bancos, especialmente
el Popular.
¿Puede seguir cayendo la cosa? Pues sí, ya que ni Telefónica inspira
mucha confianza ni los 15 euros de Terra son una
garantía. Sin embargo el resto de grandes valores de la Bolsa española
parecen estar ya en unas cifras más que razonables.
15/12/00:
Las viviendas del gobierno
El caldo
de cultivo donde los secretarios de Estado, esa especie de cuasiministros
pegados al coche oficial, las dietas y las escoltas a lo Michael
Jackson, alcanzan su ciclo vital óptimo suelen ser las decenas de
jornadas profesionales que semanalmente se reparten por la geografía
nacional, en especial por la geografía caótica y congestionada que
va de Atocha a la Plaza de Castilla. En uno de estos eventos de
pago, corbata y cara de circunstancia habló ayer el sin par José
Folgado, secretario de economía del gabinete Rato y una de las mentes
más yermas de la recién estrenada mayoría absoluta. La jornada de
turno, que esta vez estaba dedicada a las perspectivas del sector
inmobiliario, sirvió de escenario al adlátere del ministro para
desplegar, aparte de una locuacidad sorprendente, los últimos planes
surgidos de los cerebros privilegiados del Ministerio de Economía.
Ante las cuitas de los constructores, promotores y demás agentes
del mercado inmobiliario español, Folgado propuso “un sistema
de ayudas directas estatales para que los jóvenes puedan acceder
con mayor facilidad a su primera vivienda”. Si señores, la
arbitrariedad y el despilfarro están empezado a apoderarse de la
planta alta del edificio gubernamental que, como suele suceder tras
pasar más de cuatro años en la poltrona, empieza a equivocar los
conceptos y a liarse con la causalidad inherente a todo el mecanismo
económico. Si las viviendas son caras, carísimas, es por la afición
de las administraciones públicas a freír a impuestos el suelo, la
construcción y la venta de inmuebles. Sobre un pisito cualquiera
recaen nada menos que 16 impositivos distintos que tras ir pasándose
de agente en agente termina pagando el comprador final. Junto a
esto en nuestro país el suelo es un bien más preciado que el marfil,
los ayuntamientos hacen su agosto con ese bien primordial especulando
con más que dudosas recalificaciones en las que se extorsiona las
más de las veces al empresario dedicado al negocio de los inmuebles
y los bienes raíces. Las corporaciones locales se financian pues
con la venta de descampados y el resto de administraciones gravan
una y otra vez el que probablemente sea el bien más valioso y por
desgracia más escaso del país. Una vez hecho el entuerto y saqueado
el bolsillo del ciudadano se dan cuenta que amplias capas de la
población no pueden acceder a la vivienda y claro, faltaría más,
la culpa es del sistema que no distribuye correctamente por lo que
el bisturí enderezador del gobierno entra en juego transfiriendo
jugosas sumas para construir casas de Protección Oficial o viviendas
sociales como gusta ahora decir en el nuevo lenguaje orgánico de
la democracia. El circulo intervencionista se cierra y el palmo
de terreno nos ha salido a todos por un ojo de la cara. Mal que
le pese al señor Folgado la fórmula que ha escogido está más vista
que el TBO y es la principal responsable de que los jóvenes y los
menos jóvenes tengan que vivir con sus padres hasta echar las primeras
canas.
14/12/00:
El petróleo baja, los impuestos se mantienen
Ahora
que el precio del barril vuelve por sus fueros y se queda flotando
en torno a los 25 dólares ha llegado la hora de preguntarse, cuando
todavía resuenan los rugientes ecos de las tractoradas que asolaron
medio país, si el guirigay que se montó hace cosa de dos meses tuvo
o no sentido. El ministro del ramo se negó en redondo a bajar el
impuesto especial que pesa sobre los carburantes y que es como un
agujero en el bolsillo de la ciudadanía. Las razón que esgrimió
Montoro fue que reducir el impuesto hubiera sido equivalente a financiar
con dinero público el alza del crudo. Ahora si se le hiciese idéntica
propuesta seguramente argumentaría que una bajada de impuestos incentivaría
el consumo y eso sería causa de un nuevo repunte en la cotización
del barril en el mercado londinense. Lo primero es una idiotez porque
el dinero de los ciudadanos pasa a ser público en el momento en
que este ha sido transferido mediante impuestos a las arcas del
Leviatán ministerial pero no antes, de modo que bajar los impuesto
para el gobierno de turno no supone, en modo alguno, una subvención
ni una intervención divina sobre los precios. Otra cosa es que el
gobierno hubiese tirado alegremente de los fondos públicos para
abaratar el precio final de los combustibles, práctica ya aplicada
en la primera crisis del petróleo y de funestas consecuencias. Lo
segundo es una posibilidad pero sólo en el caso de que toda Europa
se decidiese a la vez por el recorte impositivo, y al aumentar la
demanda el precio subiese irremediablemente. Aun así esto sería
algo coyuntural y el mercado se ajustaría inmediatamente, en los
Estados Unidos los carburantes van gravados con el impuesto aplicado
a cualquier otro bien y eso no supone un alza continua de los precios
sino más bien al contrario, la demanda crece y pareja a ella la
oferta del preciado oro negro. La razón pues por la cual en Europa
nunca nos veremos tocados por la varita mágica de la reducción de
impuestos del carburante es que nuestros estados elefantiásicos
ven su supervivencia amenazada sin el maná millonario que para los
ciudadanos se trasmuta en un tributo confiscatorio y para la economía
en su conjunto en una suerte de lotería macabra donde siempre gana
la banca (la central por supuesto).
Y,
sin embargo, desde otra perspectiva, permíteme apuntar, creo que
hay motivos
que deben anallizarse antes de rebajar la fiscalidad del petróleo,
pues en ocasiones la labor de la Administración Tributria no es
sólo recaudar (que también sino incentivar o no ciertos comportamientos).
(ANDRÉS - LPD)
13/12/2000: El IBEX gana en solidez
La enésima
modificación de la composición del índece de referencia de la Bolsa
española, el IBEX-35, ha redundado, como no podía ser de otra manera,
en una mayor solidez, si cabe, del mismo. Los seguidores del benchmarking
están de enhorabuena, pues la composición del mismo ha acogido a
lo más granado de lo que quedaba hasta la fecha fuera del mismo
(con la excepción de Sniace y European Paper, empresas respectivamente
en eternos números rojos y quiebra).
En efecto,
desde ayer es oficial que Telefónica móviles, joven pero recio valor,
se incorpora al IBEX, pues si ni TERRA ni PRISA ni ya
casi nadie debieron esperar a la mayoría de edad, ¿no es injusto
pretender que una compañia tan solvente como la última joya del
grupo Telefónica quedara fuera por cuestiones menores? Con ello
el Grupo telefónica representa ya él solito 1/3 de todo el IBEX,
y eso que las nuevas normas de ponderación les limitan algo el peso
a experimentos de calentón bursátil como son TERRA, TPI o la propia
Telefónica Móviles. Dejamos para nuestros lúcidos lectores la correspondiente
reflexión sobre lo que significa este dato en cuanto a la valoración
que merece el tejido empresarial español.
El otro
valor agraciado en la pedrea de Navidad ha sido, al fin, el Grupo Picking
Pack. Se trata del chicharro más popular entre todos los inversores,
con una línea de negocio innovadora y potente, y una presencia industrial
de las que asusta por inexistente. Los beneficios de la empresa
son más bien una medianía, algo que, analizado en profundidad, es
paradójicamente un excelente dato, ya que muchas otras empresas
ni siquiera pueden hablar de beneficios (caso de TERRA). En definitiva
que el IBEX gana en solidez parasitando una compañía líder. Porque,
reflexionemos sobre el atractivo de GPP para sus entusiastas. Este
radicaba, precisamente, en que se trataba de un chicharrillo y,
además, en los contínuos rumores sobre su "inminente entradad en
el IBEX". Confirmada ésta y pasando la empresa a ser considerado
como algo serio y solvente, ¿alguien querrá comprar ahora sus acciones?
05/12/00:
Subastando el aire
Hasta
hace cosa de un par de meses los ciudadanos de esta pequeña parte
del mundo considerábamos que lo único no fiscalizable era el aire
que respirábamos, pero no, el gobierno británico vino a sorprendernos
y se decidió por subastarlo. Como es lógico lo rebautizó con el
pomposo y funcionarial nombre de Espacio Radioeléctrico y se lo
entregó a los postores que mejor pujaron por él. Varios países entonces
decidieron poner su atmósfera en almoneda y sus moléculas elementales
se transformaron en millardos de euros por arte de birlibirloque.
No estamos hablando de un terrorífico cuento medieval en el que
el sheriff del condado decide ponerle precio a cada bocanada de
aire que entra en nuestros pulmones sino de la Europa del finales
del siglo XX, la misma que dándose golpes en el pecho se desgañita
en Estrasburgo lanzando a los cuatro vientos su voluntad liberalizadora.
El negocio
fetén de nuestros días, y no es un secreto para nadie, son las telecomunicaciones
y hete aquí que Gargantúa, es decir, nuestra clase política, ha
descubierto que machacarlo a impuestos es el nuevo maná del cielo
que redime las siempre exhaustas arcas estatales. Y si es con cargo
de los privilegiados de las compañías telefónicas pues mejor, el
pueblo, y ya se sabe lo envidioso que es, jalea con fruición los
castigos ejemplares. Primero fue el Reino Unido, que vendió su aire
a la nada despreciable cifra de 6 billones de pesetas, después Alemania,
que se quedó a gusto sacando los hígados y 8 billones de pesetas
a las operadoras que se presentaron a las subasta, pero, caray,
a partir de aquí la cosa se tuerce, en Italia resulta que el aire
vale menos, en Austria a los chupasangre gubernamentales no les
queda más remedio que entregar la cosa radioeléctrica a precio de
saldo, en Suiza el gobierno federal por poco se queda sin subasta
por falta de compradores y en Polonia, pobres polacos, ha terminado
habiendo más oferta que demanda, las telecos se han cansado ya del
timo y prefieren concentrarse en otras cosas antes que embarcarse
en ruinosas aventuras que lo único que garantizan son los dolores
de cabeza.
La lección
que debemos extraer de este desafortunado e intervenido otoño es
que el gobierno debe dedicarse a lo suyo, el resto, y queda demostrado,
le viene grande, muy grande, no sabe siquiera medir ese punto de
sazón en el que confluyen oferta y demanda. Además, y para colmo
de males, allá donde más se ha pagado por ocupar el aire más costará
el servicio telefónico, porque las compañías tratarán de amortizar
los gastos de mordida en los usuarios incautos que contraten telefonía
UMTS, después cuando se abra el abanico de tarifas prohibitivas
ese mismo gobierno que ayer atracaba a la bienintencionada empresa
será el que clame contra ella y se lamente del retraso tecnológico
con respecto a los Estados Unidos. Europa, no tienes solución.
02/12/2000: EL IBEX - 35, DE PASEO POR SUS SIMAS MÁS INSONDABLES
Mínimos
del año para el IBEX-35 este jueves, aunque la semana la termina
levantando un poco (tampoco mucho, no crean) la testuz: 9300. Estos
niveles son achacables a la búsqueda de lo que los analistas llaman
"el soporte de Telefónica en los 18 euros", que provoca el abatimiento
general de casi todo el mundo. Teniendo en cuenta que TERRA anda
todavía, revoltosa como es, por los 17 euros (es decir que le queda
todavía potencial bajista, más o menos un 30% como mínimo) esto
significa que la Tele-euforia no sólo es que haya acabado definitivamente,
sino que puede dar con sus huesos por debajo de los 15 euros. Telefónica-Móviles,
nueva en esto del parquet desde hace 2 semanas, ha logrado en estos
5 últimos días abandonar su aburrido comportamiento plano anterior
para irse directamente a los números rojos. Con el maquillaje de
la sesión del viernes se ha quedado en 10'5 euros, lo que no está
tan mal (sólo tiene cabreados a los inversores de la OPV, pero no
a los que están fuera).
Mientras
tanto en el resto de paraetas de nuestro mercado la cosa sigue con
algún que otro sobresalto. BBVA (15'25) y BSCH (10'25) han acusado
el golpe pero sin que la sangre llegue al río. Y mientras tanto
el Banco Popular, ajeno a estos estertores de la nueva economía,
cabiola en dirección a los 40 euros (esta semana cierra en 38).
El pozo eléctrico sigue sin ofrecer síntomas de mejoría, excepto
en la ciclotímica Gas Natural, que en un alarde de vitalidad se
pone en 20'3 euros subiendo un 6% largo en la sesión del viernes.
Iberdrola (13'8) y Endesa (18'8), no saben/no contestan. Todo este
follón continua penalizando a Repsol, que se ha metido en camisas
de onces varas para disgusta de mucho accionista y acaba la semana
en los 18'5 euros.
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