Empresas
HIDROCANTÁBRICO
Una
de las cuestiones que más nos ha quitado el sueño
en los últimos meses: ¿Por qué Hidrocantábrico
+ Fenosa (3ª + 4ª) no, de ninguna manera, y Endesa + Iberdrola
(1ª + 2ª) sólo "sí pero no", al
final y de forma renqueante, como diciendo que no con la boca pequeña?
Pregunta realizada sin maldad, con el único objetivo de la
incesante búsqueda de conocimiento. La respuesta, naturalmente,
como en todas las cosas que son realmente importantes, está
en la Biblia: "Hágase la Luz", dijo el Señor
(Génesis 1, 3), y la Luz se hizo... en régimen de
monopolio. "Hágase la Liberalización", dijo
el Gobierno (Diario de Actas del Congreso, sin fecha), y la Liberalización
se hizo... de una forma un tanto peculiar.
Los
próximos meses pueden ser enormemente divertidos en el sector
eléctrico, uno de los tradicionales sectores tranquilos (¿por
excesivamente liberalizados?) del mercado; porque antes que Iberdrola
fue Hidrocantábrico la empresa que comenzó el show,
con una sucesión de opas y contraopas para hacerse con el
control de la eléctrica asturiana, de tal manera que Hidrocantábrico
ha logrado multiplicar su cotización por dos en menos de
un año, como si de una empresa de Internet se tratara, pero
al revés. A juzgar por la desbordante pasión que manifiestan
todos los grupos, eléctricos o no eléctricos, por
la más pequeña de las eléctricas españolas,
el futuro del mercado eléctrico mundial está en la
provincia de Asturias; cada habitante de esta región tendrá
dentro de pocos años cinco televisores, tres neveras, dos
ordenadores fijos, siete portátiles, y por supuesto un móvil
UMTS que para funcionar tenga que estar permanentemente cargando
la batería, porque si no tal entusiasmo no se entiende, o
al menos yo no lo entiendo: ¿Por qué el grupo Villar
Mir intenta hacerse con el control de Hidrocantábrico? ¿Es
fiable un señor que estuvo al frente de la economía
de una sociedad tan solvente como el Real Madrid para comprar una
empresa como Hidrocantábrico?¿Se limita a actuar de
testaferro de empresas extranjeras que no pueden mostrar su verdadera
faz so pena de que el Gobierno les corte el paso? ¿Qué
maravillas nos oculta Hidrocantábrico para que todos la quieran
comprar y nadie pueda comprarla? ¿Es Hidrocantábrico
la Utopía de Tomás Moro, el reino perfecto y, sin
embargo, inaccesible?
Preguntas
que quizás nunca podamos responder, porque el Ejecutivo acabará
cerrando todos los intentos de compra de Hidrocantábrico,
lo que, por otro lado, nos parece muy bien: Hidrocantábrico,
al fin y al cabo, es una empresa con beneficios, esto es, una empresa
que aún no cree en los fundamentos de la Nueva Economía
(perder dinero, cuanto más, mejor, para "crecer");
una empresa que, estamos seguros, seguiría teniendo beneficios
si se fusionase, es más, cada vez más beneficios;
para el Gobierno, cada día más comprometido con el
uso y las posibilidades de las Nuevas Tecnologías, eso de
que las empresas se fusionen para aumentar los beneficios, desatendiendo
lo realmente importante (crecer a costa de grandes pérdidas
para dar enormes beneficios a nuestros nietos, si por entonces no
ha quebrado la empresa), no deja de ser una demostración
de mal gusto, de desapego por el mundo en que nos movemos, basado
en el crecimiento a ultranza. Porque no se engañen: al igual
que las películas de terror, en donde cuando parece que el
malo ha sido definitivamente destruido reaparece siniestramente
para apiolar al protagonista (generalmente, a algún simpático
y prescindible amigo del protagonista; a este último no se
lo suelen cargar, por aquello del happy end), la Nueva Economía
aún no ha muerto, es más, todos los signos apuntan
a que "Al tercer derrumbe del Nasdaq, resucitará".
A la espera de que la resurrección sea un hecho, parece prudente
dedicar nuestro dinero a otras empresas, aunque sean las del sector
eléctrico. A fin de cuentas, ya hemos perdido la parte del
león de Hidrocantábrico.
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