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BSCH

 

El BSCH, una vez digerida la absorción de las estructuras del antiguo Central-Hispano en la casa madre del Santander, puso todas su baterías apuntando a un mismo objetivo: arrasar en Internet. Dado que esta actitud no se quedó en una mera proclama retórica y que los responsables del Banco se liaron la manta a la cabeza, se arremangaron y se metieron en el barro hasta las rodillas en los momentos actuales encontramos la cotización del BSCH en unas cotas tan espectaculares como fue el desembarco de los chicos de Botín en la Nueva Economía.

Símbolo último de cómo fue entendido lo de "arrasar en Internet" fue la compra de Patagon (portal financiero de cuya sobrevaloración, comparada a los episodios más espectaculares de la fiebre Terra, da un poco de reparo hablar a pesar de que fue sin duda antológica). Como Botín hace todo a lo grande baste decir que esta compra pasó a ser un símbolo mundial de cómo hasta los grandes pueden, en tiempos de mudanza, llegar a hacer el tonto. El resultado, como se comentaba, es que en estos momentos pueden comprarse acciones del BSCH a precios de hace dos años.

¿Es apropiado posicionarse en BSCH si no se tienen acciones del emporio del cántabro más universal con perdón de Polanco y Seve Ballesteros? Para responder a esta pregunta es preciso plantear varios axiomas de la inversión en Bolsa:
- Es conveniente invertir en los grandes "bichos" del mercado
- Es conveniente invertir en empresas productivas y que ganen dinero, cada vez más dinero.
- Es conveniente tener en cuenta los ciclos de la economía.

BSCH es un gran bicho. Este gran bicho no sólo gana mucho dinero sino que además cada año gana más. Se trata de excelentes indicios, que se combinan con el altruismo de la institución, que no sólo logra engrosar sus cuentas de resultados por medio de la actividad bancaria tradicional (que no deja de ser, a fin de cuentas, más que una versión modernizada y limitada por el estado de la tradicional y simpática usura) sino que además es copropietaria de prácticamente toda la industria española. Incluso el BSCH ha sido propietario de grandes empresas europeas y ha tenido el buen gusto de deshacerse (por pura chiripa, es cierto, pero se deshizo de ellas) de la mayor parte de sus participaciones en el sector de la telefonía móvil en el momento álgido del sector. Todo esto, es cierto, es tan bonito porque la economía española (y la europea y la latinoamericana) ha ido como una máquina estos últimos años. ¿Qué pasará si cambia el ciclo? Pues poca cosa. Precisamente por eso BSCH nos parece una buena apuesta a los precios actuales (LPD sigue haciendo gala de su conservadurismo bursátil), ya que si el ciclo de crecimiento prosigue el BSCH seguirá radiante, chupando parte de la riqueza con el encanto que los mejores banqueros han mostrado siempre al llevar a cabo su trabajo. Y si por el contrario las cosas van mal las paraetas que menos sufren en la feria son las entidades financieras bien gestionadas, que se agazapan en su guarida a capear el temporal y a despojar los cadáveres de los más imprudentes.