Las becas de Wert y las ayudas a los señoritos del cortijo

Como es sabido, una de las últimas polémicas generadas por el actual Gobierno en materia de educación tiene que ver con las becas universitarias, que se pretenden reducir de modo importante y, además, vincular a la obtención de notas más elevadas que el mero aprobado. La propuesta ha generado un reacción muy dura por parte de toda la oposición (más la social que la política, que está dedicada a sus enésimos pactos de estado) y un posicionamiento también muy crítico por parte de la Conferencia de Rectores que considera, con razones de peso, que es un ataque a la idea de que la Universidad pública ha de estar abierta a todos, con independencia de su situación económica de partida. El rechazo a las medidas, más allá de lo que se pueda decir sobre el contenido de las mismas, se enmarca en una oposición de fondo de gran parte del sector educativo a muchas medidas de recorte respecto de la enseñanza pública que tienen un tufo muy evidente a voluntad de demolición paulatina de la misma para acabar convirtiéndola en un sistema de mínimos para inmigrantes, clase trabajadora y demás ciudadanos no privilegiados. Análisis que no es aberrante que se haga en términos de clase, a la hora de la verdad, porque las explicaciones que se están dando por parte de los defensores de la reforma, desde las que ofrece el propio Wert exponiendo más o menos que entre todos pagamos a unos haraganes que no se lo merecen, a las que nos aportan antiguos miembros de gobiernos del PP que van diciendo por ahí que a los becarios les pagamos todos un sueldo mensual de casi mil euros, pasando por exóticas afirmaciones como eso de que hay niñas que usan el dinero de la beca para ponerse tetas, dan verdadera vergüenza ajena y dibujan a un tipo de español muy de toda la vida, privilegiado e ignorante, que se siente amo del cortijo por la Gracia de Dios y del Caudillo y que tiene muy claro de qué va todo esto y cómo han de ser las cosas… y a ser posible que lo sigan siendo así siempre.

Lo más llamativo de toda este follón es que en medio del lío tenemos muy oscurecidas las verdaderas claves del debate, que deberían en torno a quién y cómo ha de pagar por la educación superior, si el Estado (esto es, entre todos) la hemos de subvencionar y, ya que estamos, qué es lo que pasa con los señoritos del cortijo. ¿Pagan ellos por su educación superior? ¿Se les pide rendimiento como a los becarios? ¿Por qué unos pueden ser subvencionados a partir de un 5 y otros necesitan un 6’5 para serlo? Así que tratemos de ir a lo fundamental, para ver si nos aclaramos un poco. Y lo hago también, como siempre en este blog, con la idea de recibir feedback y críticas, porque tampoco tengo certezas inamovibles en esto (bueno, de hecho, en casi nada) y sí muchas dudas. De modo que cualquier comentario o crítica que detecte fallas argumentales o incoherencias, o que simplemente me demuestre que lo que digo son majaderías será muy bien recibido.

1. Meter pasta en la educación pública es esencial para un país. Como sobre esto he hablado muchas veces y me parece algo muy obvio, no voy a incidir en la importancia del tema y hasta qué punto es esencial como nivelador, generador de igualdad de oportunidades y, lo que se suele perder de vista, también como mecanismos para aprovechar todo el talento disponible en un país y explotarlo al máximo. Quien no lo haya entendido a estas alturas muy probablemente es que no lo va a entender nunca (o que como buen señorito del cortijo está preocupado por otras cosas). Sin embargo, sí quiero añadir que esta importancia, a mi juicio, es decreciente a medida que se avanza en el sistema: para un país es mucho más importante tener un buen sistema público educativo en educación primaria que en secundaria y en primaria y en secundaria que en enseñanza superior. Por muchas razones pero, sobre todo, porque en términos de equidad y de eficiencia, si la primaria va bien la secundaria viene rodada y si ambas funcionan es imposible que luego la Universidad no lo haga. Es decir, que justamente a mí estos temas, con preocuparme, me parecen mucho menos importantes que el verdadero desastre que tenemos montado con el proceso de aniquilación de la educación pública vía conciertos y ahogo financiero a la red de todos, que es el gran problema, por encima de cualquier otro, de este país y lo que le va a condenar a seguir siendo una porquería en los próximos 50 años, con unas elites formadas (mal) en los colegios de señoritos, rodeadas de señoritos como ellos, bastante ignorantes y preocupados, claro, por encima de todo, en que no haya posibilidades efectivas de mucha competencia efectiva en el futuro que pueda afectarles negativamente a ellos o sus vástagos. Sabido es que cuanto más chunga sea la educación de los demás, menos problemas hay para perpetuar a los de siempre.

2. ¿Hay que pagar entre todos la educación superior? Como es sabido, si bien constitucionalmente está establecido que la educación es obligatoria y gratuita en sus niveles básicos, y que el Estado, en consecuencia, tiene una clara obligación prestacional en ese caso, en materia de enseñanza superior (lo que incluye no sólo a la Universidad sino también a la FP de grado superior) no hay mandato constitucional alguno, lo que es expresión de la ausencia de consenso en el sentido de que deba de haber una equiparación de esta etapa educativa con otras. A estos efectos, y a la hora de decidir quién paga, conviene ser conscientes de que este debate tiene implicaciones importantes. Por un lado, si se paga con los impuestos de todos, quienes más uso hacen de este servicio (que no son los ciudadanos que vienen de entornos con rentas más bajas y menores niveles socioculturales) se están beneficiando de una subvención indirecta pagada por todos (vamos, que una educación pública gratuita en enseñanza superior no es necesariamente un sistema progresivo de distribución sino más bien regresivo). Por otro, es manifiesto que la gratuidad genera mucha igualdad de oportunidades, dado que permite a todos disfrutar del servicio sin pagar sus costes de forma directa sino en proporción a la renta de cada cual y elimina muchas barreras económicas a seguir con los estudios. Sin embargo, la propia regresividad del modelo hace que probablemente sea más eficiente establecer una suerte de «copago» educativo en la Universidad y que al menos una parte del coste haya de ser soportado por el usuario, cubriendo a partir de criterios de renta sólo a los que de verdad lo necesiten. Es el sistema que se ha ido imponiendo en casi todas partes, con excepciones como Alemania (donde en casi todos los Länder la Universidad sigue siendo gratuita), y es el sistema que tenemos en España. A mí no me parece insensato como modelo, pues elimina cierta regresividad y con un sistema de becas que funcione permite eliminar los riesgos de exclusión. La clave, de todos modos, y como casi siempre con las soluciones mixtas a la hora de repartir costes, es cuándo tiene sentido que paguemos todos y cuándo que pague el usuario, cuánto tiene que pagar el usuario y qué porcentaje ha de pagar el Estado. Y también si tiene sentido tener en cuenta sólo la renta a efectos de discriminar o si además hay que establecer criterios de mérito. Adicionalmente, no conviene olvidar que la aceptabilidad de ese modelo depende de que se considere que se tiene (o puede tener) un sistema de becas que funcione bien (lo que a efectos prácticos en España genera muchas dudas, la verdad).

3. Un modelo de reparto que sea eficiente ha de tener en cuenta sus consecuencias en materia de equidad y el papel que cumple la educación superior en la sociedad. A partir de esta premisa, la verdad, me surgen algunas dudas respecto de si el modelo que tenemos en la actualidad es el adecuado. Por ejemplo:

– La FP superior, como es enseñanza superior ni obligatoria, no tiene por qué ser gratuita constitucionalmente y ya hay Comunidades Autónomas (Madrid, Cataluña) que imponen el copago de parte del coste a los estudiantes. Teniendo en cuenta su importancia para la inserción laboral, llama la atención la medida. Más que nada porque la sociedad a la que vamos es una sociedad en la que lo deseable sí sería que al menos un gran porcentaje tuviera títulos de FP de grado superior o grados universitarios (en contra de lo que se suele decir habitualmente, por cierto). Atendiendo a la función social de la educación pública y sus beneficios para el resto de la sociedad, probablemente tiene sentido aquí la gratuidad… y por esa misma razón tiene sentido extenderla quizás a los grados universitarios (para, entre otras cosas, no generar un peligroso incentivo económico que llevara a los menos holgados a optar por una opción u otra sólo atendiendo a consideraciones de pago). Gratuidad o un coste que sea casi simbólico, que es más o menos lo que ha pasado tradicionalmente en España hasta la subida de las tasas decidida por el Gobierno del año pasado. En el fondo, personalmente, me gustaría más la gratuidad total que un sistema de coste reducido por la mayor facilidad de gestión (no harían falta becas, o al menos, no las que pagan el coste de los estudios, y sabemos que la asignación de becas es una fuente enorme de problemas y de inequidades que de este modo desaparecen). Entiendo, sin embargo, los argumentos de quienes, esencialmente basados en la regresividad de un sistema así, prefieren que haya tasas que, al menos, hagan pagar algo a quienes sí pueden (pero un modelo así sólo es aceptable, conviene recordarlo de nuevo, con un sistema de becas que funcione bien).

– Parece muy sensato que, dado que estamos en enseñanza superior, que sus plazas son limitadas, que hay gente que se queda fuera y que esto es un servicio público, puestos a extraer recursos de los usuarios del sistema lo hagamos teniendo en cuenta, también, su rendimiento. Pero lo que no se entiende en este punto de una propuesta como la de Wert es que pretenda sólo tomar en consideración el rendimiento de los becarios. Si un alumno becado tiene pagado el 100% de los estudios por la sociedad y uno no becado el 85%, ¿por qué uno ha de sacar un 6’5 para poder seguir disfrutando de una ayuda que se la ha dado para compensarlo por su situación económica y en cambio el otro sólo necesita sacar un 5 para seguir obteniendo esa financiación del 85%? A mi juicio, la mejor forma de incentivar el mérito y, sobre todo, de distribuir bien los recursos públicos es incrementar las segundas matrículas de manera sustancial, que la tercera matrícula sea prácticamente el 100% del coste y, por supuesto, que no haya posibilidad de cuarta matrícula. Un sistema así tiene efectos regresivos, obviamente, pues en segunda y tercera matrícula el rico puede seguir con mucha más facilidad en la Universidad que el menos holgado económicamente. Pero al menos se compensan con el hecho de que también el rico se va a la calle y deja su puesto a otro si suspende reiteradamente, lo que hasta la fecha en la Universidad española prácticamente nunca ocurre. Un modelo que a mí me parecería ideal sería la gratuidad de la primera matrícula en estudios de FP superior y grados universitarios, con cañazos tremendos en segunda y tercera matrícula e imposibilidad de seguir más allá de esa situación. Creo que económicamente no habría mucha diferencia para la sostenibilidad del sistema, que generaría incentivos al estudio indudables y que, además, dentro de lo que cabe, trata al menos por igual a todos en dos momentos (en el caso normal de ir aprobando a curso por año y en un número máximo de oportunidades que al ser breve genera un efecto incentivador positivo).

– Dentro de ese marco general me parece muy razonable, además, que haya ayudas para estudiantes universitarios con menos recursos a efectos de residencia o transporte o de ayuda a comprar material. Si nos vamos al actual RD 1000/2012 que regula en estos momentos la cuestión, vemos que sí, que más allá de imágenes míticas de los amos del cortijo sobre sueldos mileuristas pagados a los becados o pastones para hacerse operaciones de cirugía estética nuestro sistema sí ayuda en algunos casos más allá de cubrir la matrícula. Pero si nos vamos a la beca más exigente (beca salario para estudiantes de grado) podemos ver que son 3.500 € anuales con «todo incluido» pues es incompatible con el resto de ayudas (transporte, residencia). Ese es límite máximo de lo que se paga a día de hoy. Pagada la matrícula, y teniendo en cuenta para qué se concede, pensar que eso da para sueldos mileuristas o para operaciones de cirugía estética demuestra más bien cuál es la iconografía en que se mueven los amos del cortijo que nada relacionado con la realidad diaria de este país y de sus Universidades. En todo caso, personalmente, me parece muy bien que estas ayudas existan. Y creo, sinceramente, que con un sistema de matrícula gratuita y penalizada en caso de suspenso, además, deberían mantenerse en todo caso para todo aquel que siga en el sistema (incluso suspendiendo) y que cumpla los requisitos de renta que haya previstos. Porque ésta es la manera de que el «castigo» por suspender se haga más o menos igual para todos: yo tengo una ayuda por estudiar y debido a mi renta para «igualarme» a los demás, si suspendo pagaré mucho dinero y probablemente parte (o todo) lo tendré que sacar de esa beca, lo que ya de por sí me obligará a un mayor esfuerzo y me penaliza. Pero esta penalización se parece más a la que sufren el resto de estudiantes de esta manera, y además es más coherente con la idea de que la beca sea una «nivelación por renta». De este modo es mucho más igualitaria.

De hecho, adicionalmente, hay que tener en cuenta que si todo el problema es una mera cuestión de números, de pasta a dedicar al sistema, se puede ajustar el modelo de matrícula gratuita y cañazos en caso de suspenso, así como los umbrales de renta para dar las ayudas y que el coste global del sistema sea el mismo (o más o menos, dependiendo de lo que como sociedad queramos o podamos gastar). La cuestión es que, obviamente, cambia mucho el reparto de hacerlo de una determinada manera a hacerlo de otra. Y no entiendo muy bien del proyecto de reforma de Wert las razones por las que quiere hacer pagar más de lo que hasta ahora por mal rendimiento sólo a los que tienen beca. Si un rendimiento por debajo del 6’5 le preocupa, debería preocuparle tanto para los que tienen el 100% de los estudios financiados como para los que tienen el 85% de los mismos pagados por todos.

– En cuanto a los incentivos por la «excelencia» académica, me parece que pueden tener sentido. Se pueden establecer, por ejemplo, umbrales de créditos aprobados con más de cierta nota que puedan «compensar» segundas o terceras matrículas más caras (totalmente o hasta cierto punto, según se considere). Se pueden establecer incentivos en forma de rebajas de los créditos futuros en posgrados a partir del expediente. Que un Estado cuide a sus mejores estudiantes es bueno y generar estos incentivos es socialmente deseable. Pero una cosa no tiene nada que ver con la otra, con supuestos «castigos» que pueden acabar expulsando por una mera cuestión de rentas a mucha gente de la Universidad y de unos estudios que son cada día más socialmente necesarios e imprescindibles en casi cualquier trabajo de los que una economía como la española desea generar, además de lo esencial es que una sociedad que funcione bien dé las mismas posibilidades a todos de desarrollar su talento, pues maximizar lo que puede aportar cada cual es mejor globalmente para todos.

– En esos niveles superiores, precisamente porque sí son socialmente menos relevantes (si bien los grados o la FP superior equivalen casi ya de modo total a lo que hace 50 años era el bachillerato, es obvio que los Másters todavía son algo que cumple una función social diferente) y porque en este caso la regresividad sería enorme con un modelo de gratuidad. De nuevo la cuestión es determinar el copago que pueda ser razonable (no parece que 2.500 euros por un Máster público sea un precio barato, de modo que subirlos más, eso sí, tampoco es una alternativa muy sensata) y cuándo hay que becar a un estudiante. Probablemente, dado el retorno económico que un Máster generará en quienes los cursen, tienen poco sentido las becas por razones económicas en estos niveles, aunque tengo mis dudas y sí me parece que para casos muy claros (umbrales de renta realmente bajos) es perfectamente admisible que existan. Igualmente, además de posibles reducciones por expediente en los grados, estaría también muy bien que hubiera becas por rendimiento (lo cual puede ser instrumentado de modo automático, de hecho, a partir del sistema anterior, con umbrales de rendimiento en el grado que directamente den lugar a cursar el Máster gratis).

Como se puede ver, no me parece que el debate abierto sea innecesario ni estúpido. Tampoco me parece que por sistema haya que pagar la educación superior de todo el mundo (porque no se puede). Ni siquiera me parece que siempre y en todo caso la gratuidad sea buena socialmente (porque no tiene sentido). También creo importante penalizar el mal uso de un servicio público limitado y con mucha demanda social que deja a fuera gente y que no tiene sentido que se derroche en quienes no lo aprovechan. Y me parece muy bien incentivar el mérito y los buenos resultados. Por esta razón, así como medidas como las del año pasado, subiendo las tasas de segundas y posteriores matrículas no me merecieron demasiadas críticas (el incremento, aunque leve, de las tasas en primera matrícula, máxime asociado a la reducción de becas, sí me pareció grave), lo que pretende hacer el Ministerio en estos momentos creo, sencillamente, que no se sostiene. Y que no se sostiene ni siquiera a la luz de la pretendida lógica de justificación (eficiencia, mérito…) de quienes lo proponen. Porque pretender un sistema asimétrico de penalizaciones para quienes tienen beca y quienes no, estructuralmente, no tiene ningún sentido. Olvida que la educación pública superior, en gran parte, la financiamos entre todos en todos los casos. Y destila ese tufillo a amos del cortijo a quienes no les gusta, sencillamente, que lo que ellos consideran «chusma» estudie y que tienen constantemente la sensación de que nos están haciendo un favor a todos los demás… cuando somos todos los demás los que no sólo les tenemos que soportar todo tipo de tonterías sino también los que, en el fondo, les pagamos la fiesta casi siempre.

Y de las ayudas, ayuditas y escándalos varios para pagar con dinero público la educación segregada de los señoritos y que puedan ir a concertados reservados para ellos y segregaditos o incluso a privados (incluyendo Universidades) con todos los demás apoquinando, ya hablamos otro día. Porque tiene tela la cosa, tiene tela lo de este país… y tienen mucha tela los señoritos del cortijo y la naturalidad con la que creen que los demás les hemos de pagar sus privilegios.



27 comentarios en Las becas de Wert y las ayudas a los señoritos del cortijo
  1. 1

    Estoy de acuerdo con todo o casi todo de lo aquí expuesto, quizá sobre todo en incidir la importancia de un sistema de becas que correctamente articulado y que, aunado con una mejora de la recaudación de impuestos para evitar los fraudes fiscales, evite trampas (que alguna hay, seguro, pero como siempre, los cortijeros generalizando). Y vaya, lo de las becas en una situación como la actual se antoja una necesidad imperiosa.

    Interesante propuesta la de gratuidad de la primera matrícula, y a partir de ahí ir pegando el palo. Algo así pasa ahora (¿no?), pero sin llegar a dar el palo como tal. Con la subida de tasas del curso pasado ya las segundas matrículas multiplican su precio, pero según el modelo que propones aquí, el ahorro (o no gasto) producido por la gratuidad de la primera supondría -creo- una especie de fondo para que las segundas no salgan tan caras.

    A nivel de master, quizá incidiría en la posibilidad de los préstamos -además de las becas- al modelo inglés (devolución a partir de un determinado nivel de renta anual una vez se comience a trabajar).

    De todas maneras, partes de la premisa de la educación superior pública igualitaria, que parece claro que los actuales dirigentes quieren eliminar… Y según veo en las noticias, hasta al PP le parece que la reforma de Wert tiene «tufillo clasista». Eso es acojonante.

    Comentario escrito por Jaime — 26 de junio de 2013 a las 12:35 pm

  2. 2

    Excelente análisis Andrés…

    Añada lo siguiente en el tema penalización. Tema oposiciones. ¿Cómo se come que a la hora de contar el expediente académico no se tenga en cuenta el número de convocatorias que uno empleó? ¿O los años empleados en la consecución de la carrera?

    No es lo mismo el Sobresaliente al quinto intento que el Aprobado al primero. O una carrera en 12 años que en 5. Vamos, digo yo. Un factor corrector es más que necesario a la hora de que quien vaya a la Universidad se lo tome «un poquito» en serio…

    Comentario escrito por Garganta Profunda — 26 de junio de 2013 a las 1:09 pm

  3. 3

    Ay, los progres de salón, cómo os jode que se prime el mérito y la capacidad. En este país sólo leyendo lo que escribe la gente te haces una idea de la notas que sacó y de cómo le fue en la Selectividad (porque los que habéis ido a coles públicos soleis venir con notas hinchadas, pero en selectividad, aunque los profesores tienen muy claro que hay que penalizar a la privada, como se ve año tras año, aun así salis retratados).

    Aquí entre todos no pagamos la carrera a nadie. La pagamos unos cuantos, los que pagamos impuestos, que en este país somos una minoría. ¿Que no os gusta la gente con dinero? ¡Pues a ver cuándo dejais de pedirnos dinero para impuestos!

    Y mientras tanto, a hacer estudiar un poquito, aunque a vosotros no os haya ido tan mal sin tener que esforzaros.

    Comentario escrito por JJ Dómine — 26 de junio de 2013 a las 1:56 pm

  4. 4

    Estando de acuerdo con la mayor parte del análisis de Andrés, me gustaría reflexionar sobre unas pocas cuestiones:
    El criterio de la renta familiar para conceder la beca choca con el alto nivel de fraude fiscal en este país, especialmente en aquellos casos de ocultamiento flagrante de ingresos: el que pone la empresa familiar a nombre del abuelo o cobra en negro no sólo no tiene que pagar impuestos, sino que además como premio sus hijos reciben beca. No es un argumento para hacer pagar a justos por pecadores (sí para que se combatiera el fraude fiscal, pero dudo que eso lo lleguen a ver mis ojos), pero sí para analizar mecanismos para no hacer depender las ayudas al estudio de la renta familiar.

    Un ejemplo es el de Suecia: según tengo entendido, la matrícula es gratuita y todo el mundo recibe un préstamo del Estado que cubre manutención y alojamiento, con condiciones de devolución muy favorables. Es evidente que las familias ricas no necesitarán del préstamo, pero todos los demás se benefician de él, con lo que se favorece además la movilidad geográfica de los estudiantes y la emancipación temprana del a veces asfixiante hogar paterno.

    Evita además la pregunta: ¿hasta cuándo consideramos que un estudiante ya no depende de sus padres? ¿21, 22, 25 años? Con tanta reforma y paso a master de estudios que antes eran de grado, cada vez es más relevante.

    Comentario escrito por mictter — 26 de junio de 2013 a las 2:03 pm

  5. 5

    Mictter, estoy muy de acuerdo contigo en todo. Lo más relevante, a mi juicio, es lo que cuentas sobre las becas. Precisamente ésas son las razones por las que prefiero un modelo de gratuidad y cañazo a los repetidores para que el Estado acabe gastando lo mismo que ahora pero sin necesidad de montar todo el tinglado de gestión burocrática de las becas donde pasa, demasiadas veces, lo que pasa (como bien cuentas). Y junto a ello un modelo más limitado de beca de transporte, material, etc. para umbrales de recursos bajos, que por gestionar menos becas podrían controlar algo mejor (es de esperar) que las becas fueran efectivamente a quien las necesitara.

    JJ, tengo poco que aportar a lo que dices, pero si tienes por ahí la nota de selectividad (o reválida o lo que fuera que él tuviera que hacer) de Wert, yo saco la mía. Oye, y si hace falta nos jugamos algo a ver quién la tiene más larga, ya que el planteamiento, por lo que veo, va por ahí.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 26 de junio de 2013 a las 2:12 pm

  6. 6

    Hace ya unos 20 años que salí de la Facultad. Me sigue sorprendiendo que no se hable de la disparidad de criterios para aprobar una u otra asignatura según dónde la estudies y quién la imparta; si en mi facultad (Derecho UAM, años 90) la asignatura chunga era «X», amigos que estudiaban la misma carrera en la Complutense lo pasaban fatal con la asignatura «Y»; o dentro de la misma facultad, la asignatura «Z» era un coladero si te tocaba tal profesor o ibas por las tardes, mientras que era un horror si te tocaba el profesor «ZZ» o ibas por mañanas; con el tiempo que ha pasado, la propuesta que lanzaba el catedrático de Administrativo de la UAM me parece la más adecuada: para cada asignatura, examen único estatal el mismo día y a la misma hora (ya hemos mentado la bicha; si lo prefieren, examen único autonómico, pero no bajemos de ese nivel); de ese modo evitamos profesores-hueso y profesores-coladero, distintos tipos de examen (test, test de cada tres respuestas mal te quitan una bien, test de sólo cuentan las contestadas, examen de desarrollo, de caso práctico, examen oral, escrito, notas en las que cuenta la asistencia y/o los trabajos realizados durante el curso…) todo ello según el sitio donde estudies; asignaturas que son un infierno en una Facultad y un aprobadogeneral en otra Facultad…; si las notas puntúan para obtener las becas, las notas deben conseguirse tras superar la misma prueba, con el mismo programa oficial, con independencia de quién y cómo haya impartido esa materia. Derecho Penal, o Química Orgánica, o Econometría son lo mismo en Madrid que en Santiago o en Sevilla, y deben superarse de forma idéntica, con independencia de que hayas estudiado en Salamanca o en Oviedo. Además, si a la prueba única estatal (o autonómica) no concurren las privadas, mejor: ¿a quién ficharía usted antes para su empresa? ¿a un tipo que se ha tenido que presentar a un examen público oficial o a uno que le han regalado el aprobado en la privada?)
    De otra forma, podemos llegar a ver «migraciones» en busca de dónde es más fácil aprobar una u otra asignatura y así obtener la beca.

    Comentario escrito por Abogangster — 26 de junio de 2013 a las 2:30 pm

  7. 7

    Aboganster, si te refieres a Alfaro, es catedrático de Mercantil, no de Administrativo. En todo caso, a mí su propuesta (que no es sólo suya, lo pide mucha gente, sobre todo los que tendemos a imitar muchas cosas alemanas) me gusta mucho. Una salvedad, no es por asignaturas, es un examen nacional tipo MIR a final de la carrera donde «va todo» y que luego cuenta para optar a trabajos en el sector público, ordenando según la nota.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 26 de junio de 2013 a las 2:45 pm

  8. 8

    JJ Dómine, no das una:
    – No has definido «progre de salón», pero algo me dice que yo no encajo ahí (por lo que voto, tipo de estudios que hice, en qué trabajo, etc). Probablemente la definición tampoco sea aplicable a la mayoría de lectores de este blog o de esa página que prueba que la Red está llena de basura. Defínelo y lo comprobamos.
    – ¿Sólo pagamos impuestos una minoría? ¿Seguro?
    – Venga esa nota de Selectividad, verás que risa. ¿Si te gano harás una declaración pública poniendo a Wert de borrico?

    Comentario escrito por mictter — 26 de junio de 2013 a las 3:11 pm

  9. 9

    Muy de acuerdo, Andrés.
    JJ Dómine, en la primera frase ya demuestras que la comprensión lectora la llevas regular. Va a haber que explicarte todo otra vez. O mejor vuelve al cole.
    Y no sé de dónde sacas esas informaciones, pero los profesores que corrigen Selectividad no saben de dónde proceden sus alumnos; es más, hasta desconocen sus nombres. Así que cuéntanos cómo castigan a la escuela privada en Selectividad, ilumínanos con otra tanda de despropósitos.
    Yo también saco a relucir mi media de Selectividad, y de la carrera si hace falta.
    Y prefiero que con mis impuestos se financie la educación antes que otro montón de cosas.

    Comentario escrito por Silvirgilio — 26 de junio de 2013 a las 3:59 pm

  10. 10

    Andrés, la propuesta aquella la exponía Gallego Anabitarte, el catedrático de Administrativo de entonces; el de mercantil que nombras no lo recuerdo, han pasado unos 20 años desde que acabé la carrera.
    Un examen tipo MIR, un examen por asignaturas… alguna forma de validar objetivamente desde fuera lo aprendido dentro.
    Un saludo

    Comentario escrito por Abogangster — 26 de junio de 2013 a las 4:08 pm

  11. 11

    Ah, vale, es que le otro día hablaba de eso en su blog Alfaro Águila-Real: http://derechomercantilespana.blogspot.com.es/2011/12/hacer-reformas-un-listado-de-las-cosas.html

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 26 de junio de 2013 a las 4:23 pm

  12. 12

    Interesantisimo debate, Andrés.

    mcitter, comentario sobre los préstamos/beca: el demonio está en los detalles. Dar un préstamo a devolver puede llevar a una esclavitud de deuda antes de empezar a trabajar incluso. No conozco el sistema sueco, sí el gringo, y me parece peligrosísimo.

    Abobangaster: ¿examenes? ¿Aún existen? Personalmente, pienso que un examen de esos de «todos en una aula a una hora…» y pienso en la China comunista. O en el Bac. Vamos, en el s. XVIII. Apostaría a que hay muchísimas maneras de evaluar conocimientos más eficaces que un examen (aunque quizá adolezcan de la «equidad» que da un examen único a todo el mundo).

    Hay otro debate fundamental que Andrés obvia que es para qué sirve la enseñanza y la universidad. Si es para formar ciudadanos con capacidad crítica y capacidad de aprender, no le daría un aprobado. Si es para formar recursos humanos, el suspenso me parece meridiano (hay poco contacto con la empresa).

    Comentario escrito por CusCus — 26 de junio de 2013 a las 6:34 pm

  13. 13

    Que la mision de la universidad no es, ni debe ser jamas formar ciudadanos con capacidad critica etc etc, yo creo que es algo evidente. Para eso esta la educacion basica general.

    Comentario escrito por PETER — 26 de junio de 2013 a las 10:00 pm

  14. 14

    El asunto es interesante y felicito a Andrés por el artículo. Mi opinión es que todas estas historias del ministro son juegos de prestidigitador, fuegos artificiales para tener al personal entretenido. A estas alturas de la película, creo que la educación, la preparación profesional, el formar ciudadanos y todo eso, a esa gente que gobierna les importa un pimiento. eso y un montón de cosas más como una sanidad, justicia, bienestar social, etc. que puedan catalogarse de decentes y civilizados. Sencillamente, no les interesa.
    Lo de las becas es un debate accesorio y además inútil. Creo que quieren volver a aquellas universidades de comienzos del siglo XX a las que sólo una minoría podían acceder.
    Lo mismo con reformas a cual más idiota de planes de estudio, agencias postizas de calidad y discursos de progreso, implicación en las empresas, investigación y desarrollo… Palabras huecas.
    Y escribo lo anterior, no desde la visión de uno quemado y harto o frustrado. Ni de lejos. estudié una carrera de Ciencias. He tenido que seguir estudiando y poniéndome al día continuamente. He trabajado fuera de este santo país y conozco gentes de otros países. También a un montón de gente que ha estudiado aquí, con esos planes de estudios «que no sirven para nada» o «desconectados de la visión empresarial», «obsoletos» y demás lindezas que unos cuantos esparcen sin aburrirse, y esa gente trabaja en empresas, ha emigrado fuera integrándose en institutos de investigación, en empresas o ejerciendo libremente la profesión y resulta ¡oh, sorpresa! que son muy bien considerados, que de ellos se opina que están bien formados y cosas así. O sea, que la Universidad española con sus fallos, miserias y carestías, funciona. Que siempre los de aquí queramos ver mierda por doquier, revela un masoquismo penoso.
    Por tanto las paridas del ministro y de otros anteriores, me resbalan. Simplemente, quieren destruir la enseñanza pública y montar chiringuitos para hacer negocios. Como en todo.
    Y hablando de todo un poco, para terminar, sobre becas, pues en general cualquier profesor de universidad sabe que los alumnos mas currantes son precisamente los becarios. Y que sigue ocurriendo, en muchas partes, a veces, que unos relumbrantes apellidos son un pasaporte para obtener becas, notas altas, proyectos de investigación, etc. O para hacer carrerones académico-políticos, de lo que son muestra algunos de los altísimos cargos de ese ministerio.
    Entonces, paciencia, a esperar la próxima estupidez integral de estas lumbreras.

    Comentario escrito por Toño — 27 de junio de 2013 a las 12:24 am

  15. 15

    Lo que comenta JJ de privados y concertados… vamos, como ex-usuario de colegio concertado, y como persona con algo de mundo, no me autoengaño, ya que los concertados y privados se quitan de en medio los alumnos ‘problemáticos’. Vamos, si partimos de esa base, cualquier tipo de comparación (y no digo que vayan a salir bien parados, de todas maneras) parte de un presupuesto tramposo.

    Y yo, por circunstancias, fui uno de esos a los que ‘abrieron la puerta’ (aprobar un par de asignaturas con tal de irse del centro). Con todo y con eso aprobé COU y selectividad a la primera…
    Luego, si quiere, sacamos expedientes y vemos qué tal.

    Comentario escrito por Jaime — 27 de junio de 2013 a las 7:31 am

  16. 16

    estoy de acuerdo con andrés; es vergonzoso que el coste de la universidad pública sea soportado casi en su totalidad por el estado, (cuando a las clases altas no les deberiamos pagar los estudios, ya que los impuestos son para re-distribuir la riqueza, no para que se aprovechen de ella de nuevo los más privilegiados), y por una pequeña parte que hay que pagar también a las clases más desfavorecidas, estén siempre con el culo escocido….una vez más, los idiotas de buena familia que nos llevan gobernando desde tiempos inmemoriales, quieren eliminar la competencia, y que solo ellos tengan acceso a la educación, los buenos puestos de trabajo en ese estado que tanto abominan, y los pesebres politicos, por supuesto

    Comentario escrito por pescadilla — 27 de junio de 2013 a las 7:43 am

  17. 17

    ahh, y para el jj domine ese: yo fui a colegio e instituto público, y lo que dices de la selectividad es exactamante al reves: los de colegios privados llegaban con sobresalientes a gogo, y en la selectividad se les hundia la media; a los del público nos exigian mucho, y los sobresalientes brillaban por su ausencia, pero cuando llegabamos a la selectividad, les dejabamos con el culo al aire, y nuestro insti era el primero de pamplona desde tiempos inmemoriales, los privados siempre por debajo¡¡ vuestras argumentaciones parten de premisas FALSAS, o también llamadas MENTIRAS GORDAS

    Comentario escrito por pescadilla — 27 de junio de 2013 a las 7:49 am

  18. 18

    Señoritos de cortijo vs progres de salón.

    Comentario escrito por josé luis — 27 de junio de 2013 a las 10:38 am

  19. 19

    En el punto 2 has descrito perfectamente lo que ocurre en la mayoría de países de Hispanoamérica. Buena parte de la población (el porcentaje varía según el país de que se trate) no tiene acceso a la educación básica pero la universidad, a la que sólo llegan los ricos, es gratuita. Así que la universidad en esos países es una subvención de los pobres a los ricos.

    Respecto a las notas, yo también era una empollona. El primer año de carrera no pagué nada porque saqué todo sobresalientes en COU (matrícula de honor lo llamaban). Durante la carrera, formé parte de una asociación de estudiantes universitarios europeos y puedo decir que en los encuentros y actividades que se realizaban, los españoles estábamos muy bien considerados. La cantidad de jóvenes con estudios que ahora emigran y consiguen un buen trabajo relacionado con sus estudios en otros países es muy alto: no se puede decir lo mismo de emigrantes de otras nacionalidades (pregunten a rusos, ucranianos, italianos, griegos o hispanoamericanos…)

    No obstante, podemos debatir y dar vueltas sobre la educación pero nada de los que se concluya será útil si los titulados (universitarios o de FP) después no encuentran trabajo o lo hacen de camareros o reponedores de supermercado. En los años del ladrillazo donde el dinero corría como la pólvora, las cajas de ahorro buscaban licenciados para incorporar a sus plantillas empezando como administrativos de nivel XIII (sueldo neto, 850 € al mes) y cargar con la responsabilidad de todo lo que no hacían los empleados de toda la vida que no sabían ni hacer la o con un canuto. Item más, los supermercados Mercadona buscan titulados para su plantilla, es decir, para cajeros y reponedores, de hecho, conozco varios licenciados y diplomados que trabajan en esta empresa o que están sirviendo cafés en un bar y todos contentos de, al menos, trabajar. Lo que quiero decir es que con esta perspectiva laboral y salarial mucha gente no querrá estudiar para ahorrarse el coste personal y económico que supone y que no se recuperará. Todo ello es una desgracia para el país y no sólo económica.

    Comentario escrito por JoJo — 27 de junio de 2013 a las 11:56 am

  20. 20

    Yo a veces pienso que nos saldría a cuenta si los pobres y las clases medias nos montáramos nuestro estado de bienestar aparte y le cobráramos a los ricos los servicios que quisieran utilizar. Nada de impuestos para ellos pero pero si quieren ir al médico o a la universidad les presentamos la factura con el 100% de los costes.

    Comentario escrito por emigrante — 27 de junio de 2013 a las 1:13 pm

  21. 21

    Un tema muy interesante y más complejo de lo que parece.
    Hay que recordar que se subvenciona a los hijos, no a los padres, por lo que lo del nivel de renta es relativo, es posible que haya hijos de ricos que no pueden estudiar lo que quieren porque sus padres no les pagan esa carrera, o que sean ricos pero no como para mandar a 3 hijos a estudiar la carrera que no hay en su ciudad a otra más lejanas…
    Creo que lo más justo en este caso sea el caso de los créditos subvencionados a devolver en función de ingresos futuros similar a los que existen en Inglaterra y que estos créditos fueran sobre el total del coste de la carrera y manutención (se que seguiría siendo injusto, y Botín hijo no lo necesitaría) y los costes recaerían sobre los beneficiarios.
    Respecto a lo de las notas públicos-privados, supongo que habrá de todo en ambos casos y me parece una discusión algo fuera de lugar que en cualquier caso se superaría con un examen nacional como se hace con la selectividad y con el MIR. Nota que tampoco creo necesario que cuente en una oposición que ya cuentan con sus propios exámenes.

    Comentario escrito por leporello — 27 de junio de 2013 a las 4:44 pm

  22. 22

    @emigrante eso ya pasa con los ricos de verdad. No pagan apenas impuestos y, por otro lado, casi siempre se pagan lo suyo, sanidad privada, escuela privada (de verdad, Kensington, etc..), universidad privada (ESADE, etc..)… Los que pringamos somos los mediopensionistas, esquilmados y sin derecho a casi ninguna ayuda porque cobramos algo más que sueldo de miseria…. Lo que pasa es que en España hay mucho wannabe…, que parece rico solamente…

    En cuanto a Universidad, el ejemplo alemán es paradójico para el argumento. Porque sí, la universidad es gratuita, pero los requisitos académicos son fuertes, empezando por la selección a los 10 años de los niños que van al Gymnasium, que son los que, en principio, pueden llegar a la universidad…. Si hicieran esa selección por aquí con los logsianos las aulas iban a casi vacías….

    Comentario escrito por asertus — 27 de junio de 2013 a las 7:58 pm

  23. 23

    Siendo LPD el único foro donde deposito mis opiniones, os contaré lo que vi con las becas de excelencia de la Comunidad de Madrid.

    Se pagaban alrededor de 3500-4000 € por curso a los alumnos de 2º de bachillerato y universitarios de la Comunidad de Madrid, sin importar la renta familiar. Esto provocaba casos como el de dos familiares, estudiantes brillantes, que no necesitaban becas por vivir en familias sin ahogos económicos. No había que justificar en qué se gastaba la beca así que mi prima un año se hizo la depilación láser, que en aquellos años no era barata (cuando la periodista de ABC dijo lo de las tetas, me sonreí) Mi primo directamente se bebió la beca. A cambio tenían que hacer unas cuantas horas de apoyo en la universidad que eran para cubrir el expediente. Hubieran seguido sacando matrícula tras matrícula sin haber tenido beca. Que alguien me explique para qué sirvió en este caso que la Comunidad becara a estos dos estudiantes.

    En mi universidad viví el caso contrario. Compañeros obligados a sacar todo sobresalientes porque de lo contrario perdían la beca y eso suponía un golpe muy serio a la economía familiar. Que no todos los alumnos universitarios viven con sus familias en la misma ciudad en la que estudian.

    Llevo unos años fuera y no sé si este sistema sigue funcionando. Es otro ejemplo de cómo Esperanza Aguirre entiende la sociedad. Cuidamos la «Excelencia» y el que venga detrás que arree.

    Comentario escrito por Torcuato — 28 de junio de 2013 a las 11:01 am

  24. 24

    Mi modesta opinión es que habría que aprobar únicamente a los alumnos que jugasen bien al fútbol, como en la NBA. El resto de criterios ecodémicos o acanómicos me parece una soberana estupidez.

    Comentario escrito por jose — 28 de junio de 2013 a las 1:01 pm

  25. 25

    Sr. Boix, es usted famoso:

    http://www.elplural.com/2013/06/30/la-razon-triunfa-en-twitter-en-su-entrada-en-la-campana-popular-para-lavar-la-imagen-de-wert/

    Comentario escrito por lawrence — 01 de julio de 2013 a las 1:08 pm

  26. 26

    Las becas de Wert y las ayudas a los señoritos del cortijo | Blog jurídico | No se trata de hacer leer Os adrezco el compartir con todos nosotros toda esta amena información. Con estos granitos de arena hacemos màs grande la montaña Internet. Enhorabuena por esta web.

    Comentario escrito por iluminacion eficiente — 09 de julio de 2013 a las 2:07 pm

  27. 27

    […] se la pagamos entre todos en un 80% a todos los estudiantes (y luego, a los becados, al 100%). Esto es algo que Wert y sus propuestas sobre becas suelen olvidar escandalosamente, pero como estamos discutiendo entre personas alfabetizadas, tampoco hace falta incidir más en […]

    Pingback escrito por ¿Universidad pública para todos? Costes, demanda... | Blog jurídico | No se trata de hacer leer — 23 de julio de 2013 a las 2:16 pm

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