¿Se puede decir en la tele que no te gustan los homosexuales?

Decíamos hace no mucho que teníamos muchas dudas de que, en un entorno en el que ya no hay servicio público, la Administración pueda dedicarse a velar por la «corrección expresiva» de actividades empresariales que son, legalmente, desde el 1 de mayo, servicios de interés general que se prestan en régimen de libre competencia, con los únicos límites marcados por la Constitución y las normas que puedan desarrollarla válidamente. Límites que, en cuanto a cuáles sean las concretas fronteras de lo «decible» (de lo «efable», si nos ponemos cursis), de lo «escribible», de lo «imprimible» o de lo «emitible», han de fijar los jueces, según determina nuestro art. 20.5 de la Constitición.

Explicábamos también la delicada situación en que el nuevo marco normativo nos ha situado. Vivimos desde que ha cambiado el modelo inmersos en una peligrosísima confusión conceptual. Ya no hay servicio público sino actividades que tienen su fundamento en la libertad de empresa (y en la libertad de expresión). Pero como el servicio público, como es lógico, se podía disciplinar administrativamente sin mayores dificultades jurídicas y no queremos prescindir de esta posibilidad (es más, parece que vivimos tiempos en que, al contrario, la nueva moral pública desea imponerse por la vía de la represión, por nuestro bien, ya se sabe) pues hemos aprobado una ley que supuestamente liberaliza pero sin que, sorprendentemente, se derive de ello que la Administración deje de intervenir y sancionar por cuestiones de policía relativas no a la actividad (algo que es de lo más norma y pasa en muchos sectores de negocio) sino al contenido del mensaje (algo que afecta directamente a la libertad de expresión). Además, como cada vez hay más normas que integran, como en los viejos tiempos, pautas moralizantes a las obligaciones expresivas, parece ser que uno ya no puede hablar mal ni de curas, ni del ejército, ni de homosexuales, ni de feministas, ni del islam, ni del Papa… no sea que alguien se ofenda. ¡Y no sea que venga la Administración a ponerte una multa (o a cerrarte la cadena, o el blog), porque eso no se dice!

Apenas unos días después de exponer estas ideas la realidad nos proporciona un ejemplo magnífico de a qué nos referíamos. El Gobierno ha decidido multar a una cadena de televisión (recordemos una vez más: una actividad privada amparada por el derecho a la libertad de expresión) por emitir un spot de menos de un minuto con contenido abiertamente crítico con las celebraciones del día del Orgullo Gay.

El vídeo, y eso es lo más alucinante de todo, ni siquiera se mete con los homosexuales o la homosexualidad. Que pueda intuirse que sus autores no son precisamente unos entusiastas de ese tipo de prácticas no tiene nada que ver, como es obvio, con el concreto contenido de lo emitido. Que, como es muy evidente para cualquiera que lo analice, se centra en criticar la celebración en cuestión, ciertas conductas de la misma y que sea financiada, en parte, con dinero público. Confundir una cosa con la otra es como pensar que por escribir una denuncia incendiaria del sustrato moral que impera en las Fallas uno está insultando a los valencianos (aunque, la verdad, es lo que a buen seguro  ocurriría si alguien osara poner en cuestión el indudable buen gusto de la fiesta fallera y la tranquilidad y placidez con la que se desarrolla, educando a la población en valores de civismo y convivencia).

Dicho lo cual, creo que conviene indicar que incluso en el caso de que el contenido del spot fuera algo tan directo como una crítica a la homosexualidad, ¿acaso eso justificaría la sanción? A mi juicio, tampoco. ¿O es que no se puede decir, escribir, difundir una opinión de alguien que considere una absoluta aberración la homosexualidad? No veo el más mínimo problema en que se haga, la verdad. Como no veo el más mínimo problema en que alguien critique la heterosexualidad, el matrimonio tradicional y las parejitas con tres churumbeles y adosado para el fin de semana. «Son unos enfermos y tendencialmente perversos», diría yo. E, incluso, digo yo, se podrá decir todo tipo de animaladas sobre los homófobos y su psique enferma. ¿O es que acaso quien tenga esa opinión no la puede expresar? ¿No están amparadas por la libertad de expresión  juicios como los refferidos, todos ellos evidentemente valorativos,  opiniones que es claro que no son más que eso y que, en consecuencia, valen lo que valen los argumentos que las sustentan?Incluso, yendo si cabe más allá, y caso de que el contenido de un hipotético vídeo fuera claramente reprobable (yo qué sé, imaginemos una emisión diciendo que hay que exterminar a los homosexuales o a aquellos que se acuestan con señoras de origen extremeño de entre 30 y 32 años y con los ojos azules «porque Dios lo pide para borrar la indencencia de la faz de la Tierra»; —-que, ahora que lo pienso, ¿de veras eso sería claramente reprobable?, ¿no se trata de una chaladura sin demasiada importancia y a la que no vale la pena dar mayor importancia?—-, así que mejor pongamos un ejemplo que a todos nos pone de acuerdo sobre su inadmisibilidad, imaginemos un vídeo insultando gravísimamente a los Príncipes de Asturias y sus adorables hijitas, llamándolos chupópteros y cosas peores), ¿qué hace ahí el Gobierno decidiendo lo que se puede decir y lo que no? ¿No se supone que eso, según la Constitución, en España, lo debe hacer un juez?

En resumen:

– No queremos (la Constitución no quiere) que el Gobierno se ponga a decirnos qué podemos y qué no podemos decir (si quiere, que nos recomiende, oriente, incite, aliente…, eso estamos dispuesto a soportarlo incluso aunque gaste dinero y tenga un tufillo moralizante algo asquerosillo, pero, por favor, al menos que no nos castigue si no pensamos de modo que no le parece adecuado y además osamos decirlo en público). Queremos que tal juicio de admisibilidad a los parámetros constitucionales de libertad de expresión sea hecho únicamente por el juez (no por nada, sino porque nos fiamos más de los jueces que de los gobiernos para estas cosas y porque, ¡caray!, es lo que dice la Constitución), y que lo haga de acuerdo a las pautas constitucionales en materia de libertad de expresión, sin añadir cosas raras.

– No queremos, además, vivir en un país donde las pautas constitucionales en materia de libertad de expresión se analizan cada vez de manera más restrictiva. Queremos vivir en un país que sea para estas cosas coherente con nuestra Constitución donde, por ejemplo, las opiniones sobre cuestiones generales, por aberrantes que sean, puedan expresarse y no merezcan otra sanción que el ridículo en que incurren quienes las defienden.



30 comentarios en ¿Se puede decir en la tele que no te gustan los homosexuales?
  1. 1

    Es cierto, con todo, que la sanción está referida a una acción anterior al 1 de mayo y, por ello, relacionada con un momento en que la cadena era todavía, legalmente, concesionaria de un servicio público.

    En realidad todas las alarmas saltarán (o debieran saltar) cuando se sancione por algo así ocurrido después de esa fecha.

    Ya veremos si ocurre.

    Que, sin duda, ocurrirá.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 20 de julio de 2010 a las 10:20 am

  2. 2

    Pues yo lo que no entiendo es que por una parte se sancionen -por el ejecutivo y sin juez de por medio- comportamientos supuestamente homófobos por parte de intereconomía, en lo que yo entiendo un ejercicio de la libertad de expresión; y paradójicamente se esté estudiando la posibilidad -por parte del ministerio de sanidad- de prohibir la ingesta de bollos en los colegios, entre otras cosas, y como epítome de la intromisión en el ámbito privado de las personas, con lo que el hecho tiene en sí mismo de ataque intrínseco al colectivo lésbico.

    Comentario escrito por pepito71 — 20 de julio de 2010 a las 10:45 am

  3. 3

    [quote]imaginemos una emisión diciendo que hay que exterminar a los homosexuales o a aquellos que se acuestan con señoras de origen extremeño de entre 30 y 32 años y con los ojos azules “porque Dios lo pide para borrar la indencencia de la faz de la Tierra”; que, ahora que lo pienso, ¿de veras eso sería claramente reprobable?[/quote]

    En el primer caso sí porque ha habido un antecedente en España («Ley de Vagos y Maleantes») y porque en muchos países la homosexualidad está castigada con la pena de muerte.

    Si en España apareciese alguien diciendo que se deben matar a los homosexuales, debería ser multado y en caso de reiteración encarcelado por apología de la violencia.

    En cuanto al vídeo, si la cadena fuese una organización privada, no debería recibir multa alguna, dado que están ejerciendo su libertad de expresión (aunque sea en forma de parodia)

    Comentario escrito por Caminante no hay camino — 20 de julio de 2010 a las 12:00 pm

  4. 4

    Hola,

    i) Ni el TS ni el TC han desarrollado el concepto y alcance de servicio público de una manera satisfactoria. Las Exposiciones de Motivos de las Leyes (desde la de Telecomunicaciones hasta las de Transportes son vagas al respecto) son jabonosas. Y me temo que cuanto más tiempo transcurra, más restrictivo será su alcance a la vista del impacto de la economía en el Derecho. A más economía liberal menos servicio público. En fin.

    ii) La sociedad es tan hipercompleja que terminará por autocolapsarse como un big crunch pedestre. El sistema financiero es un ejemplo: nadie sabe la causa mediata. Un hecho tan simple como que a una cadena de TV emita una penosa cortinilla le sea abierto un procedimiento administrativo sancionador en uso de su libertad de expresión sea objeto de debate implica que las Leyes son tan alambicadas que no sirven para su fin primero: la seguridad jurídica.

    iii) Como bien dice el comentario, el hecho de que no sancionen a quienes se meten con las madres solteras es porque no consideren que ese grupo social merezca ser defendido, esto es, hay un aire paternalista en la Administración que me toca las narices.

    – Hace unos días disolvieron a un grupo de nazis. ¿Alguien tiene la sentencia?

    Comentario escrito por Borja — 20 de julio de 2010 a las 12:06 pm

  5. 5

    Bueno, aprovechando la discusión, espero que me permitáis que pegue aquí el vínculo a un proyecto en el que ando metida. Se llama MEDIADEM y persigue explorar la relación entre medios de comunicación y democracia, relación en la que justamente la libertad de expresión es esencial. El vínculo es http://www.mediadem.eliamep.gr Hay un pequeño comentario a una sentencia reciente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la que se condena a España porque sus tribunales entendieron que ciertas informaciones en medios españoles habían vulnerado el honor del rey Hassan II de Marruecos.

    Por otra parte, y en relación con la libertad de expresión, merece la pena echar un vistazo a un curioso proyecto islandés, del que quizás hayáis leído algo (Icelandic Modern Media Iniciative): http://immi.is/?l=en&p=intro Estudiando todos los modelos jurídicos del mundo (?), quieren construir el mejor contexto posible para el desarrollo de la libertad de expresión.

    En cuanto al tema concreto del debate, no creo que guarde relación con la configuración como servicio público, teniendo en cuenta que la televisión lo era por cuestiones técnicas – lo limitado del espectro – y, en principio, no tanto por su función (aunque, lógicamente, estuviera presente esta idea de manera implícita). Entiendo que el tratamiento de la libertad de expresión en la televisión es un debate que va más allá de su encaje técnico en esta o en aquella categoría.

    Estoy de acuerdo en lo esencial con Caminante. Cuando entramos en el terreno de ciertas apologías, quizás no sea tan gracioso todo, pero antes de llegar ahí hay grados. Y comparto con Andrés el poco gusto por la idea de la Administración centinela en estos temas.

    Comentario escrito por Susana — 20 de julio de 2010 a las 12:30 pm

  6. 6

    El asunto de la apología es un buen ejemplo de cómo hemos retrocedido. Hace no mucho el Código penal español decía (de hecho, creo que sigue diciéndolo, aunque nadie haga ya mucho caso) eso de que la apología sólo era delito cuando era un modo de incitación directa a la comisión de un concreto delito. Vamos, que una proclama abstracta no constituía apología sino la expresión de una opinión que, en su caso, había de ser combatida con opiniones en sentido contrario.

    Gracias por la información sobre la sentencia, Susana. Es un caso, en efecto, muy interesante, del que no sabía nada. ¡Qué diligentes son nuestros tribunales protegiendo a Hassan II con lo poco que lo son cuando se trata del honor de otras personas! (ayer mismo el Supremo se fundió una sentencia que había indemnizado a un ciudadano, que fue absuelto de todo lo que le acusaban -parricidio-, porque TVE usó sus imágenes, esposado y conducido por la policía, para ilustrar de modo reiterado noticias sobre violencia de género, a pesar de la absolución, entendiendo el Supremo que, por supuesto, el honor de ese ciudadano no padeció lo más mínimo:
    http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2010/07/19/tribunal-supremo-avala-pena-telediario-tve/723927.html

    ¡Será por eso de que era el «hermano» de nuestro Rey!

    La iniciativa MEDIADEM está muy bien. Tomo nota del enlace.

    Y sí, lo de Islandia es muy interesante. Eso de crear un «safe haven» para la libertad de expresión es un experimento jurídico de lo más curioso. Será interesante, además, ver cómo se combate con más saña que los otros «safe havens» que tenemos por ahí contra los que, ya se sabe, «nada se puede hacer» y, por ello, obligan a bajar la tributación al capital también aquí. ¿Obligarán los islandeses a rebajar las cortapisas a las libertad de expresión aquí? No creo. La verdad. Es curioso que el argumento no valga siempre.

    Por lo demás, se supone que lo de Islandia tiene su origen en una iniciativa de wikileaks, si no tengo mal entendido. Esa gente vale su peso en oro a efectos de control democrático del poder.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 20 de julio de 2010 a las 12:47 pm

  7. 7

    Me ha recordado el tema del post a un debate escolar (allá por primero de BUP, contaba yo con 14 años estupendamente bien llevados) en el cual el ejercicio era precisamente hacer de abogado del diablo.
    Durante este ejercicio yo defendía que un nazi o cualquiera debía tener el derecho a expresar cualquier idea que tuviera (exterminios incluidos) y que la clave no era la censura, sino el derecho del oyente a replicar “no me cuente usted gilipolleces”, es decir, que la clave no era la censura del mensaje por era lo dañino, sino la educación fuerte del receptor que le haría desestimar rápidamente ideas asóciales por muy bien vestidas que estas vinieran.
    Hoy con el doble de edad pienso lo mismo.

    Hoy la tendencia cada vez más extrema de la administración de llevar la pauta sobre lo que el ciudadano puede o no puede ver, oir, etc (cosa que a mi me parece de un corte peligrosamente stalinista) veo que degenera en una sociedad imbécil donde son los elementos (y estos son, tristemente, o personas o colectivos que un gobierno crea que puedan tener influencia de cara al voto de un gran, o al menos estimable numero de personas) más histéricos, maniáticos y quisquillosos los que marcan cual ha de ser la conducta social admitida.

    Es decir, que el gobierno se calle la bocaza que no esta para eso, y aparte y no menos importante que hay que cuidar la estética, que lleguemos a tener en consideración cosas como eso del “miembros y mientras…” no habla bien nuestra inteligencia colectiva, y que asi parecemos todos una panda de mariconazos, vamos, creo yo.

    PS: comentario #2 Ha estado usted sublime!!!

    Comentario escrito por Bunnymen — 20 de julio de 2010 a las 1:27 pm

  8. 8

    Pues eso…, que por la misma regla de 3 quedan prohibidos todos los chistes de mariconas, locazas y gangosos del gran Arevalo!

    En serio, yo me largaría mañana mismo de este país, sino fuera porque estaría en el Aeropuerto más de 6 horas esperando por culpa de unos controladores aereos que ven que ganar 200.000 Euros de vellón al año da para poco…

    Lean, lean…y rianse copón!! Qué a este paso hasta nos lo van a prohibir!!!

    http://www.elmundotoday.com/tag/homosexualidad/

    Comentario escrito por Garganta Profunda — 20 de julio de 2010 a las 1:52 pm

  9. 9

    Gracias, Bunnymen.
    Ahora espero que caiga todo el peso de la ley, digo de la sanción ejecutiva…no sé como llamarlo, sobre Oliart, ese homófobo:

    http://www.libertaddigital.com/sociedad/oliart-llama-transgenicos-a-los-transexuales-en-la-comision-de-control-de-rtve-1276397733/

    Comentario escrito por pepito71 — 20 de julio de 2010 a las 2:37 pm

  10. 10

    Desde la época de Martes y 13 lo políticamente correcto es la excusa más perfecta para la censura y la imposición de las ideas del poder. En este caso la clave, creo, es que se critique la aportación de dinero público al desfile del Día del Orgullo Gay.., es decir, una crítica política.

    Es más, la crítica política no es un «servicio público»??? Aunque sea de la opinión contraria…

    Mi opinión es la misma para este caso, que para las Fallas que para la visita del Papa.., el que quiera circo, que se lo pague él…

    Saludos

    Comentario escrito por asertus — 20 de julio de 2010 a las 3:16 pm

  11. 11

    Asúmanlo, señores. En el resto de europa no sé, pero en españa no hay leyes. Desde los años dorados del ladrillo se puso de moda que cualquiera podía comprar leyes a su medida, y esa corrupción ha calado hasta el fondo de nuestro sistema. Por supuesto, todo lo relativo a la libertad de expresión respecto a grupos con poder fáctico está condenado (es evidente que la homosexualidad está más instalada en las clases altas, y especialmente en sectores concretos como por ejemplo el de la televisión, que nadie espere que se condene a José Mota por hacer chistes de campesinos). Mejor será que lo asumamos y vayamos escondiendo chistes de curas y de mariquitas.

    Comentario escrito por perri el sucio — 20 de julio de 2010 a las 3:29 pm

  12. 12

    ¿Va a prohibir consumir bollería ó va a prohibir las máquinas expendedoras de bollería?
    Es que no es lo mismo, de igual manera que no es lo mismo prohibir el sexo que las casas de lenocinio…

    Comentario escrito por galaico67 — 20 de julio de 2010 a las 3:58 pm

  13. 13

    Por cierto, no había seguido el tema de intereconomía, aunque sabía de ello. Y , meditandolo, se han pasado un pelo sus castigadores.
    No se a que esperan para sofreir al Pio Boa, que ese si que hace permanente apologia del uso pleno de las FFAA para modificar la situación politica…

    Comentario escrito por galaico67 — 20 de julio de 2010 a las 4:00 pm

  14. 14

    a mi me dio mucha verguenza ajena ver la manifa contra el matrimonio gay, pero a nivel personal, vamos, verguenza de que mis conciudadanos salgan a exhibir su homofobia apudorosamente, pero estoy con andres en esto; in dubio, pro libertad, siempre pro libertad

    en mi humilde opinión, tenemos un pequeño deficit democrático, herencia de muchos años de control ferreo de las opiniones vertidas, y ahora nos cuesta aceptar la libertad y las opiniones ajenas,sobre todo cuando son contrarias a las nuestras, por dañinas; con la excusa de «protejamos a los niños» nos sale el censor franquista ipso facto

    la libertad en españa siempre es así como un poco sospecha

    Comentario escrito por pescadilla — 20 de julio de 2010 a las 7:03 pm

  15. 15

    Andamos atrapados bajo el férreo nudo de la corrección política progre y molona (mola ser gay,2 papas 0 mamas, los inmigrantes son seres de luz, vivan los velos de la diversidad) y el facherio libegal del peor corte (este se resume fácil: adhesión a los principios e ideas del movimiento «reloaded»).

    Quiero poder decir que Jorge Javier Vazquez es una verguenza para los maricones dignos, que los menores marroquies derivan en calaña social y que media derecha española apesta a catolicismo ultra apolillado, pidiendo el regreso al aborto penado, las cruces en las escuelas, etc…

    Es divertido poque asi tienes a unos que te llaman facha y a otros que te llaman sociata, asi que discusiones para llenar tu vida no te faltan

    Comentario escrito por Juan Carlos I — 21 de julio de 2010 a las 11:34 am

  16. 16

    Una cosa es hacer chistes de «mariconas» y otra salir en la tele diciendo que hay que matar a los homosexuales. Vamos, yo veo ciertas diferencias y tal.

    Comentario escrito por Caminante no hay camino — 21 de julio de 2010 a las 11:52 am

  17. 17

    Hablando de esto y demas en un bar, se mete un jubilata sin que nadie le pida opinión y suelta…

    “Pero queee, ni queee, que los homosesuales son una panda de maricones”

    PS: Y si, pronuncio «homosesuales».

    Comentario escrito por Bunnymen — 21 de julio de 2010 a las 3:11 pm

  18. 18

    Creo que los firmes defensores de la libertas olvidais en este tema un pequeño detalle: es un hecho que determinados colectivos, por diversos motivos, sufren violencia y discriminación. En el caso de los homosexuales es más que evidente, visto el historial de este país y nuestro tradicional respeto hacia lo diferente. Así, cuando uno hace anuncios en los que de manera presuntamente sutil contrapone la «normalidad» a determinadas identidades sexuales, está lanzando un mensaje de odio. Daría igual que celebrasen los 364 días de la hombría (frente al dia internacional de las mujeres) o los 364 días de la raza caucásica, que es la nuestra, que cojones, frente a esas manifestaciones a favor de negros y moros. Estoy de acuerdo en que debería existir un mecanismo legal de sanción en estos casos -y que no dependiera de una acción administrativa-, pero creo sinceramente que no es el punto del debate. Este estaría, más bien, en por qué a Intereconomía, en determinadas comunidades autónomas, le han concedido una cantidad desproporcionada de licencias visto el respeto que dicha emisora tiene por los valores recogidos en la constitución que, según me dicen, nos dimos entre todos. Y a partír de ahí que el Estado liberticida machaque con su martillo antidemorcrático toda aquella conducta o mensaje destinado a fomentar cualquier violencia contra determinados colectivos: yo estaré detrás con un picahielos, dispuesto a rematar al moribundo y, si es posible, sodomizar el cadaver mientras le despojo del reloj y la cartera.

    Comentario escrito por SinanPacha — 21 de julio de 2010 a las 8:44 pm

  19. 19

    Si en algún canal mostraran un video como el de Intereconomía pero mostrando a beatos legionarios, curas y monjas sudando la sotana, pijillos y pijillas valencianos de pelo engominado y pendiente perlas, así como varias fotos del Bigotes, Camps y Rita, en la visita del Papa, y terminaran acusando al PP de gastar el dinero de todos en la mierda esa… no me parecería correcto que le impusieran ninguna sanción al emisor.
    Y aunque la sobreprotección que ha de otorgarse a ciertos colectivos me parezca correcta, creo que una cosa es lo que dice Intereconomía sobre el dinero que se gasta ese anarcosindicalista de Gallardón y otra muy distinta lo que (seguramente) pudieran haber dicho los de Intereconomía sobre el hecho de ser homosexual (o como ha escrito Andrés en una ida de tarro bastante fuerte «que hay que exterminar a los homosexuales»). Ahí coincido totalmente con el comentario #3.
    Por otro lado, es posible que a cierta derecha española lo que le joda sea la homosexualidad (ahí está nuestra querida Rita Barberá para demostrarlo) sino las pintas, las locazas, el petardeo (qué overdose, que decía Fabio McNamara), no?

    Comentario escrito por nate fisher, sr. — 21 de julio de 2010 a las 11:01 pm

  20. 20

    Perdón, quería decir:
    Por otro lado, es posible que a cierta derecha española lo que le joda NO sea la homosexualidad (ahí está nuestra querida Rita Barberá para demostrarlo) sino las pintas, las locazas, el petardeo (qué overdose, que decía Fabio McNamara)?

    Comentario escrito por nate fisher, sr. — 21 de julio de 2010 a las 11:03 pm

  21. 21

    Y cierta ex-alcaldesa, a quien no se le conocian novios, que casó con un empresario a quien no se le conocian novias…bueno , o eso dicen lenguas viperinas donde la virgen no quiere ser francesa….

    Comentario escrito por galaico67 — 21 de julio de 2010 a las 11:33 pm

  22. 22

    Es que, justamente, conviene llevar al extremo las cosas para ver claro dónde conviene situar los límites de la represión estatal.

    Por ejemplo, es obvio que existe derecho a pensar que sería una buena medida social exterminar a los pelirrojos. La libertad de conciencia no conoce límites. De hecho, es imposible, si estas ideas no se expresan, llegar siquiera a limitarlas pues, ¿cómo se sabe que alguien las tiene?

    Por eso un régimen liberal y respetuoso con la libertad de conciencia se manifiesta no tanto en el respeto a la libertad de conciencia sino en el respeto a la expresión de cualquier idea. Así, ¿puede decirse en público en España que uno cree que sería una buena medida social exterminar a los pelirrojos?

    El entendimiento clásico es que una declaración como ésa, abstracta, genérica (no dice «hay que matar a ese pelirrojo de ahí», tampoco «vamos todos a unirnos y a empezar a armarnos para a partir de las 00.00 de esta noche liquidar a cualquier pelirrojo que se cruce por la calle»), que es más una expresión de una idea potencial que una llamada a la acción (es más una llamada a convencer que una llamada a actuar) ha de estar protegida por la libertad de expresión. Y yo estoy de acuerdo. Cuando la emisión de opiniones particularmente repugnantes o delirantes, como es más bien este caso, no pasa de ahí (emisión de una opinión) no tiene sentido castigar a quien la emite. Si así estuviéramos obrando estaríamos limitando la libertad de conciencia de manera clara.

    Pongamos un ejemplo menos aberrante. ¿Se puede defender públicamente en España la conveniencia de esterilizar forzosamente a todos los disminuidos psíquicos? ¿O sería mejor que nuestro ordenamiento prohibiera -y castigara- la emisión de una opinión sobre las bondades de semejante acción?

    A mi juicio (y es como se entendía hasta hace no tanto nuestra Constitución, hasta que por la vía de la excepción contraterrorista se ha empezado a ensanchar la figura de la apología) ese tipo de palabras no delinquen. Y no han de ser combatidas por el Estado, por la sociedad, metiendo en la cárcel a quien así piensa o así se expresa.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 22 de julio de 2010 a las 10:04 am

  23. 23

    Andrés ¿es posible que estuvieras el otro día en una de esas teles locales chungas hablando de este blog?

    Comentario escrito por juanfer — 22 de julio de 2010 a las 10:19 am

  24. 24

    Es más, Andrés, ¿se puede decir en España que no quieres que con dinero público se subvencionen desfiles del Día del Orgullo Gay, o Fallas, o al papa, o publicidad antimaltrato o televisiones autonómicas???

    A mí me da que de lo que he puesto, si hay algún No, ya es para pensar qué libertad de expresión queremos/tenemos.

    Además, ya no es sólo «delinquir», sino que te meten un procedimiento administrativo para quitarte una licencia de emisión…, dejan de considerarte «servicio público».

    Saludos

    Comentario escrito por asertus — 22 de julio de 2010 a las 10:49 am

  25. 25

    ¿Se puede defender públicamente en España la conveniencia de esterilizar forzosamente a todos los disminuidos psíquicos?

    Debería poderse, aunque la medida pudiera suponer una merma en votos a largo plazo para muchos partidos políticos, y nos impidiese disfrutar con las perlas lingüístico-filosóficas de los debates parlamentarios y de los debates del estado de la nación a cargo entre otros -y sólo con ánimo de fomentar el debate- de:
    – Leyre, la monger #1
    – Soraya, la monger #2
    – Bibiana, la tia buena que cuando calla gana puntos
    – de la Vega, la antilujuria; mención especial a sus declaraciones de ayer.

    Ahora en serio: dejar en manos de organismos controlados por los políticos la aplicación directa de sanciones sin intervención judicial me parece de escasa inteligencia, al menos en esta España dirigida al abismo económico y moral, y es una merma de libertades en toda regla.

    Claro, que si miramos un poquito el poder judicial y el reparto de puestos en el mismo a la luz de lo anterior……

    Además, habría que excluir a los pelirrojos que se expresen en lenguas autóctonas reoconocidas por el Estado, (máxime ahora que en aplicación de la lógica acuñada por Ignatius J. Reilly -ese filósofo-, ya hay traducción pagada por el Estado para que se pueda tardar diez veces más en discutir tonterías), especialmente el panocho, para no sancionar doblemente su vínculo con el hecho diferencial panocho.

    Disculpen el modo «batiburrillo on, concreción off», tan criticado por muchos; sin duda la ávida lectura de Bryce Echenique ha mermado mi sintaxis y capacidad de expresarme sin frases de menos de 10 páginas.

    Comentario escrito por pepito71 — 22 de julio de 2010 a las 11:44 am

  26. 26

    En un mundo donde imperase el sentido común todo idea podría ser expresada públicamente, por bestia que fuera, aunque solo existiera por el sano ánimo de ser rebatida (ya saben, eso del método socrático y demás zarandajas de sodomitas griegos).

    Hoy aquí, y como han mencionado, gracias a la excepción antiterrorista, ya por norma cualquiera que moleste será sancionado, y casos reales hay (por quemar fotos del rey, llamar mentirosa a Rita Barbera es causa de delito y denuncia, por decir que el PSOE o el PP son instituciones mafiosas, etc) que la “gente” del gobierno/oposición indignan tanto, como para prohibirlos por decreto ley.

    Así que lo de los pelirrojos dependerá,
    – Si son del partido o de alguna coalición necesaria se multara a quien se le ocurra mirarlos mal.

    – Si el pelirrojo no esta dentro de la “cosa nostra” y por casualidad ha grabado a un concejal del PPSOE a cámara superlenta levantándose un maletín lleno de billetes destinado a pensiones y piensa denunciar este hecho por creer que los ciudadanos deben saberlo…entonces se dirá en toda tele y radio que el pelirrojo es de ETA, y un fascista tambien, y que quiere romper España y que no respeta el hecho diferencial vasco ni el catalán, que es misógino y que odia a los gays y abandono a su perro en una gasolinera y mea en la sopa, y todo el peso de la ley caerá sobre el puto pelirrojo, por molesto y andar jodiendo chanchullos y silbar al rey, el muy payaso del pelirrojo, que se pudra y se joda, panocha de mierda.

    Comentario escrito por Bunnymen — 22 de julio de 2010 a las 12:41 pm

  27. 27

    Una referencia a «lo políticamente correcto»..

    http://www.harrymagazine.com/200403/la_esencial_intolerancia_del.htm

    Saludos

    Comentario escrito por asertus — 22 de julio de 2010 a las 4:01 pm

  28. 28

    Bueno, Pepito, piensa que tenéis ventaja, porque nosotras además de escuchar payasadas de unos y otros, no podemos recrearnos visualmente ni con uno… por más que lo intentemos.

    La prueba de que no nos creemos la libertad de expresión y de que tenemos miedo a lo que pueda pasar – a otra escala en este caso, supongo… – es que (casi) todo el mundo aquí firma con pseudónimo. Así es muy fácil

    Comentario escrito por Susana — 22 de julio de 2010 a las 4:01 pm

  29. 29

    Cada vez que me topo con uno de esos tipos a los que no se les cae de la boca la palabra «tolerancia», corro a ponerme a cubierto. O tiene un garrote en la mano o aspira a tenerlo.

    Comentario escrito por Antonio López-Peláez — 22 de julio de 2010 a las 7:17 pm

  30. 30

    asertus: de Volkoff me encantó un libro titulado algo así como «por qué cada vez soy menos democrático» que viene a ser algo así como una visión pesimista de las tésis de Cipolla sobre la evolución de las sociedades democráticas modernas, que han renunciado a la sabiduría en la toma de decisiones delegando en el reparto igualitario de las mismas por cuotas; mi interpretación personal -no en vano mi formación primordial es de ciencias puras- es que la aplicación de las leyes de la termodinámica, especialmente la que preconiza que la entalpía de un sistema es siempre creciente, a las sociedades democráticas modernas, en las que la opinión de alguien sin formación (ahora no sé a cuál escoger de los ministros que deciden cómo gastar nuestro dinero, elegid vosotros) sirve para la toma de decisiones fundamentales a largo plazo, lo mismo que la de alguien formado, llevan a donde llevan, que es a las mismas conclusiones de Cipolla y Volkoff; y quizá España sea un ejemplo palmario en ese sentido. Pero quizá eso sea para otro debate.

    Comentario escrito por pepito71 — 23 de julio de 2010 a las 10:39 am

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