Catar 2022 – Los rivales de la Roja (II): Alemania
La derecha española tiene un relación con Alemania, digamos, intensa, que ya psicoanalizamos por aquí, y que se materializa en una competición virtuosa de largo recorrido. Empezando en 1936, cuando tienen que venir los alemanes a mostrarles como se hacen las cosas. La respuesta vino en 1941, cuando la crème de la crème falangista acudió al frente este a dar una lección (y vaya si la dieron: participaron como el que más, montaron sus campos de concentración como el que más, eran tan antisemitas como el que más… ¡y se fueron de rositas!). Alemania tomó de nuevo la delantera echándose en brazos de los americanos ya en 1949, vendiéndose a ellos con pelos y señales y obteniendo a cambio un temprano milagro económico, cosa que al Caudillo le llevó diez años más de miseria y autarquía (y total, para acabar haciendo exactamente lo mismo). Los 70 son época de empate: por un lado, las derechas españolas exhiben poderío ante Alemania haciendo una transición de un régimen protofascista a uno democrático pero manteniendo íntegro el botín… pero no puede negarse que el primer intento, el de Arias Navarro en 1976, copia íntegramente la constitución alemana de 1871. Desde entonces, las luchas se dirimen en el campo económico y social: Aznar alecciona, dedito en ristre, a Schröder en los 90 sobre cómo cumplir los criterios de acceso al euro; cuando el milagro español revienta en un big bang de créditos, cemento y cocaína, es Merkel quien nos explica, como quien habla con un retrasado, las ventajas del modelo alemán, basado en austeridad, severidad prusiana, y gas ruso barato; y ahora mismo estamos nosotros con una ligera ventaja merced al final del gas ruso barato y la proliferación de paneles solares hasta en la sopa. En fin, todo esto para decirles que para VOX y PP este no es un partido más, sino la culminación de 80 años de batalla ideológico-nacionalista.
El rival
Al contario de Italia, que ya ganó Mundiales antes de hacer el ridículo en la Segunda Guerra Mundial, Alemania ha logrado todos sus títulos después del conflicto. En cierto modo, la Nationalmannschaft es a Alemania lo que el Barça es para Cataluña: un ejército desarmado con el que vengar agravios. La primera victoria en un Mundial vino en 1954 frente a Hungría, claros favoritos (le habían metido un 8:3 a Alemania en la primera fase), pero un equipo donde abundaban veteranos de la guerra decidió cobrarse la venganza por el pésimo papel de las tropas auxiliares húngaras en Stalingrado y se obró el milagro. En 1966, Alemania sufrió otra afrenta cuando Inglaterra le robó el Mundial merced a un gol inexistente y que hace que hasta hoy los goles fantasma se conozcan en Alemania como “goles de Wembley” (el gol lo concedió un árbitro suizo, que en principio lo anuló, pero reculó tras consultar con el linier soviético – no digo nada y se lo digo todo, señores). En 1974 organizaron la copa en casa y ya no perdonaron. Llegan entonces los 80, y Alemania alcanza tres finales consecutivas. En la primera pierde en el Bernabéu frente a la Italia de Rossi, en la segunda en el Estadio Azteca frente a la Argentina de Maradona, y finalmente en Italia ganan con ese fútbol tan rocoso que han convertido en su marca nacional. Vienen después un par de años de vacas flacas, cuando la escuela “torneros-fresadores” del fútbol entra en crisis, pero se recuperan infusionando a inmigrantes en la selección, y llegan cuatro veces seguidas a semifinales, jugando un fútbol muy vistoso, e incluyendo un segundo “Maracanazo”.
Estilo de juego
Abandonado el estilo “esto es como una cadena de montaje, y al final o sale un gol o un Volkswagen Golf, ya veremos”, ahora se dedican a tocarla y todo.
De los convocados, apenas tres nacieron antes de la caída del muro, y abundan los apellidos poco germánicos. Pero aun así han llegado al Golfo ganado con facilidad casi todo, si bien tuvieron un gazapo en casa frente a Macedonia del Norte. En este torneo salían entre los favoritos, hasta que Japón les pasó por encima con un 2:1. Una cagada que podría explicarse con “igual esta Mannschaft es mala”, “a lo mejor los japoneses traen un equipo más potente de lo esperado”, o incluso con “un error lo tiene cualquiera”. Sin embargo, si se meten en el Twitter alemán, verán que la culpa es de “los brazaletes woke esos” y del gestito de taparse la boca con la mano al hacerse la foto. Al parecer unos señores que llevan años rutinariamente rindiendo al máximo ante 50.000 espectadores que les gritan de HIJOPUTA para arriba, se han venido psicológicamente abajo por querer hacer un gesto a favor de una sociedad inclusiva sin discriminación al colectivo LGTBI.
Sí, señores: tanta eficiencia germana y tanta potencia de Europa, y al final son igualitos que España, solo que los verdaderos dueños del país no son el lobby del sector de la restauración sino el lobby de los fabricantes de automóviles, y que sus derechas no vienen tan gallitas porque perdieron la guerra. En lo rancio, ese mínimo común denominador de la Humanidad, nos igualamos sobradamente.
Estrella
Iba a decir Toni Kroos, pero luego he visto que ni siquiera está convocado. Mi boicot al Mundial (aún no he visto ni un solo partido) y todo lo que se parezca a fútbol profesional parece estar dando sus frutos. Pasando lista a los convocados, veo que hay otro madridista, Antonio Rüdiger, del que jamás oí hablar pero por comodidad vamos a tirar de él, no vaya a ser que haya que nominar a Marc-André ter Stegen y darle un excesivo protagonismo al FC Barcelona.
Homenaje a Rod Stewart
Gasoline Alley, sobre volver a la avenida de la gasolina, donde todo empieza y acaba.
Nuestra propuesta al Comisario Político de la Anti-España
Alemania tiene un talón de Aquiles del tamaño de los meados en el Oktoberfest muniqués: su dependencia del gas. Habiendo perdido el gas ruso, ahora van desesperados por el mundo comprando lo que pueden, por ejemplo, de Catar. Dicho de otra forma: a cambio de combustibles fósiles ya se encargarían Von der Leyen, Scholz y Baerbock de que la Mannschaft tenga tembleques en las piernas. Como ya no nos da tiempo a construir un gaseoducto que lleve a Alemania el gas de nuestras siete plantas de regasificación (que no creo que hayamos construido por ser tan sabios energéticamente, sino por temor a que Marruecos la líe), aconsejamos que España alinee a sus jugadores con rasgos más árabe-bereberes, y que se pasen el partido diciendo “gaasssss”. Entre que la derecha española anda ahora mismo envalentonada por la revancha sobre esos ingratos ticos que se independizaron del Imperio del Amor, y que la derecha alemana anda de capa caída por su derrota en la liguilla “repesca perdedores de 1945”, esta es la ocasión más alta que vieran los siglos para que PP-VOX puedan decidir la virtuosa competición para unos cuantos lustros por lo menos.
Compartir:
Tweet
Comentario de Takashi Tetsuhara (26/11/2022 15:40):
“la Nationalmannschaft es a Alemania lo que el Barça es para Cataluña: un ejército desarmado con el que vengar agravios”
Pues teniendo en cuenta que para los chavales (cada vez menos) que siguen el futbol , el Barça solo es el equipillo al que el Bayern le cascó 8 goles en Europa, un El 14 de agosto de 2020 , no sé yo…
Comentario de L RON (29/11/2022 08:13):
Pues al final, se ha firmado un estupendo empate con Alemania que venía con ganas después de perder con Japón.
Y respecto al comentario, muy triste efectivamente que al Barça se lo conozca ahora solamente por ser el equipo en que jugaba Messi y al que eliminaron en el mismo año de la Champions y Europa League.
Menos mal que es un ejercito desarmado, porque si fuera de verdad, se mataban ellos solos con los fusiles.
Comentario de L RON (29/11/2022 14:28):
Última hora, en el Marca dicen que Alemania suplica a España que gane …
Lo cierto es que Alemania está en manos de una España que con los siete goles logrados ante Costa Rica, se ha acercado y mucho a los octavos de final. La poderosa selección germana ha suplicado entrega.
https://www.marca.com/futbol/mundial/2022/11/29/6384cc62268e3ed5428b45c6.html
La antiespaña una vez más muerde el polvo.