Estos fastidiosos pactos
Una vez finalizado el ciclo electoral, ha llegado la hora de la negociación para formar equipos de gobierno en ayuntamientos, diputaciones provinciales, comunidades autónomas y en el Gobierno central. Mucho poder en juego, y no demasiado tiempo para negociarlo. Y, además, en un escenario que no tiene nada que ver con el del bipartidismo, cuando la cosa estaba muy clara, y a lo sumo quedaba dilucidar cuál iba a ser la factura del partido pequeño (a menudo, nacionalista periférico) a cambio de sus votos.
En cambio, ahora los partidos han de negociar a tres y a más bandas. Incorporar en sus equipos de gobierno a dirigentes de formaciones políticas muy variadas, con procedencias e ideologías dispares. Prometer el oro y el moro a pequeños partidos cuyo diputado o par de diputados son fundamentales para obtener la investidura o sostener la acción de gobierno, y que a menudo se llevan a matar entre sí, o con alguno de los socios [acceso al artículo completo]
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