“Europe’s Tragedy: A New History of the Thirty Years War” – Peter H. Wilson
Una guerra para empezar todas las demás
El 3 de mayo de 1945, con el cuerpo de Hitler aún caliente (bueno, caliente ya no, pero la Cancillería todavía olía a gasolina y barbacoa), el niño mimado del Führer y cara bonita del nazismo, Albert Speer, anunciaba por la radio que “la devastación física de Alemania ha alcanzado las cotas de la Guerra de los Treinta Años” y que para evitar alcanzar también la devastación humana de aquella guerra el almirante Dönitz iba a proceder a una rendición incondicional del Reich y de sus fuerzas armadas. La segunda mayor catástrofe de la historia de Alemania terminaba con una referencia a la mayor de todas.
Un momento: ¿hemos dicho lo que hemos dicho? ¿La segunda mayor catástrofe? ¿Hubo algo peor para Alemania que la Segunda Guerra Mundial, con los bombardeos indiscriminados, la guerra de exterminio y el Holocausto? Pues sí, lo hubo: la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), un conflicto casi olvidado a día de hoy, pero absolutamente fundamental para entender la historia moderna de Europa. Una guerra en la que murió entre un 25%y un 40% de la población alemana, que vio una devastación y destrucción a una escala impensable hasta entonces, y que constituye la primera guerra total de la era moderna. Si al ver a los alemanes en acción, ya sea en lo económico u organizando un Mundial de Fútbol, no puede usted evitar la sensación de que intentan compensar algo, de que como nación tienen algún tipo de trauma, aquí se lo vamos a explicar gracias a este pedazo de ladrillo que aspira a convertirse en obra de referencia, completo y muy exhaustivo, aunque –hay que decirlo- a ratos bastante coñazo.
Por hacernos una idea de lo que significó para Europa, imaginen que esta guerra nunca ocurre y que Alemania retiene hasta hoy las fronteras del Reich en 1618, es decir: Alemania incluyendo Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Alsacia-Lorena, el Franco Condado, Suiza, Austria, Eslovenia, Bohemia y Moravia, Silesia y Pomerania. De Prusia Oriental, la germanoesfera báltica, Hungría y otros territorios “asimilables” ya ni hablamos, como tampoco de las posesiones italianas, Savoya y Milán. Solo sumando los datos de hoy, nos sale una bestia con el doble de superficie, de PIB y de población que la Alemania actual. Con salida al mar en el Atlántico y el Mediterráneo, y lo bastante fuerte como para que nadie se meta con ella nunca. Nos ahorraríamos todo el debate sobre la hegemonía alemana porque esta sería incontestable. Que esto no sea así se lo debemos a un momento de debilidad de la Iglesia Católica.
El mayor despiste de la Iglesia
Hacia 1500 la Iglesia controlaba firmemente el universo intelectual europeo. Estaba el Gran Cisma con los ortodoxos, que había sido básicamente un conflicto de poder escenificado alrededor de una chorrada teológica, pero que no amenazaba los fundamentos. Este poder era ejercido en “modo campechano”, es decir, sin demasiados dogmatismos, con enchufes por todos lados, y bastante corrupción, pero “de la buena”, de la que permite emprender y crear riqueza espiritual y salvación de las almas. En esa placidez estaban cuando llegó un simple monje agustino alemán, gordo, iracundo y bocazas, y con marcado acento sajón empezó a denunciar que aquello no estaba bien. Con un lenguaje demagógico y populista, pero ojo, también con argumentos y fundándolo en la Biblia. Una enmienda a la totalidad y desde dentro. Y entonces la Iglesia cometió el mayor error de su historia: intentaron convencerle. En vez de agarrar al monje, atarlo a una estaca y quemarlo ad maiorem gloriam dei, se puso a argumentar con él convencida de su superioridad y su poder, en plan “¡pero si tenemos razón, vamos a demostrárselo a la pobre criatura y así todos verán lo buenos que somos!” Pero Lutero no era precisamente un peso mosca intelectual, sino un insolente que ni siquiera se citaba para una cena en un separado con el emperador para limar diferencias, y prosiguió con toda la pasión y obcecación de la que es capaz un alemán cuando ha dado con LA IDEA (si, ríanse, pero cuando les toque separar la basura piensen que de eso también tiene la culpa un alemán). Para cuando la Iglesia se dio cuenta de su error, habían pasado tres años, y la “bocaza más grande de Alemania” había iniciado una revolución imparable. Los alemanes, esa nación de fríos contables de sauerkraut, austeridad y cartilla de ahorro en la Landessparkasse, habían caído en un increíble fervor revolucionario, mezcla entre despertar religioso, deseos de liberación política, hermanamiento de todos los cristianos y cuestionamiento del orden establecido. Perroflautas con Dios de su parte. Algunos incluso montaron la revuelta más gorda que vio Europa hasta la Revolución Francesa (cosa que asustó a Lutero y empujó a muchos nobles protestantes a apoyar al Emperador y sostener el orden imperial, que con Dios no se juega pero con las cosas de comer aún menos). Un frenesí inconcebible para nosotros, los cínicos epígonos de aquel primer brote de modernidad.
El 90% de Alemania ya era luterano cuando la Iglesia Católica se alió con los Habsburgo, sancionando el proyecto de estos de una Monarquía Católica Universal como justificante para mantener unido su absurdo imperio. Esta reaccionaria contrarreforma entró a sangre y fuego y logró re-catolizar media Alemania desde el sur. A más no llegó. El tratado de Augsburgo establecía una precaria paz, y libertad religiosa dentro de un orden: cuius regio eius religio, es decir, el que gobierna decide qué confesión tiene su terruño y sus súbditos, aunque el disidente tiene derecho a emigrar. Ese era el cóctel religioso cuando estalla la guerra en 1618.
¿Fue un conflicto religioso o político? Pues como en Cataluña: ¿estamos ante una ciudadanía empoderándose y reclamando su soberanía, o ante un rancio nacionalismo excluyente dirigido en la sombra por intereses mezquinos? En ambos casos, la pregunta ya lleva implícita la respuesta “buena”. La religión pesaba bastante, pero dicho esto, tampoco hay que caer en la tentación de interpretarlo todo bajo ese prisma (una visión nacida en el siglo XIX a la sombra del conflicto entre prusianos protestantes y austriacos católicos). La ambigua Paz de Augsburgo permitía una gran flexibilidad a gobernantes pragmáticos y trajo 63 años de paz a Alemania, cosa que no se puede decir de sus vecinos franceses y holandeses. Fue la interactuación entre el enfrentamiento religioso y los conflictos políticos lo que convirtió a esta lucha en la más devastadora en siglos, una vez que el ascenso de una generación menos pragmática de dirigentes desató los perros de la guerra. Wilson de hecho se tira casi un tercio del libro solo para ponernos en contexto (incluyendo un repaso a la Úlcera de Flandes del imperio español, los tejemanejes escandinavos y el sindiós polaco), aportando un montón de datos, estadísticas y detalles muy interesantes, pero que acaban apabullando de pura acumulación. Si tiene usted unos conocimientos previos bien estructurados (yo ando metido en una wishlist y aún así me costó, a palo seco no les recomiendo este libro), podrá integrar en ellos las partidas del presupuesto de defensa de las Provincias Unidas en 1598, pero sino se perderá muy pronto en el libro.
La Revuelta Bohemia
Metiéndonos en harina, y aunque no faltan historiadores que afirmen que “la Guerra de los Treinta Años empieza en 1609”, el pistoletazo oficial de salida lo da la Revuelta de Bohemia, considerado el primero de los episodios bélicos que en su conjunto forman esta “guerra” (y además, “Guerra de los Treinta Años” suena mejor que “Guerra de los Treinta y Nueve Años”). El reino de Bohemia gozaba de libertad religiosa y una iglesia luterana estatal desde la Carta de Majestad que le arrebataron al Emperador Rodolfo II. El hijo de Rodolfo, Matías, al no tener descendencia, intentó legar las posesiones familiares a su sobrino, el futuro Fernando II, un católico bastante más intransigente que sus predecesores. La baja nobleza bohemia, temerosa de perder sus privilegios, acudió a Praga a exigir a sus subordinados una confirmación de la Carta de Majestad. En un momento de la discusión, los más radicales agarraron a los representantes del Emperador y siguiendo una vieja tradición los defenestraron.
Inmediatamente, Fernando II puso en marcha un ejército para aplastar la revuelta, que entretanto había elegido como rey de Bohemia al conde Federico V del Palatinado. Federico era el líder “moscacojonero” de los protestantes del Reich, y lideraba una Unión Protestante que en realidad usaba como un instrumento para sus intereses dinásticos (por cierto que la Unión Protestante tenía unos conflictos internos entre luteranos, calvinistas, zwinglianos y otras sectas a cual más puristas que a su lado la Confluencia de las Izquierdas en Común que Sí Pueden parece un bloque de granito). El sentido común le debería haber llevado a rechazar la corona ofrecida, pero en un giro que se repetirá muchas veces (cada vez que parece que la guerra puede acabarse ahí, alguien decide dejarse llevar por la ambición/codicia/resentimiento y la cosa rompe a peor) la acepta y convierte un conflicto local en un asunto imperial.
Bohemia tenía pocas opciones frente al poder del emperador, pero ni siquiera llegaron a planteárselas. Podría haber hecho como Suiza u Holanda (repúblicas que conformaban una especie de “Eje ideológico del Mal” para la sociedad bienpensante de la época, pero también ejemplos de países pequeños que habían logrado zafarse del control imperial y llevar una relativa independencia ante potencias mucho mayores), organizando milicias de ciudadanos libres en vez de usar mercenarios, y de hecho hubo una propuesta para liberar campesinos del vasallaje feudal, pero los nobles consideraron más cristiano pactar con el Sultán otomano. Nadie más pactó con ellos, estamos en la antesala del absolutismo y los reyes no veían con buenos ojos eso de favorecer revueltas populares. En la batalla de la Montaña Blanca, los soldados imperiales, en su mayoría católicos enardecidos por un monje que les mostraba una talla de la Virgen a la que los iconoclastas bohemios habían arrancado los ojos (el monje ya había encontrado la talla hacía tres semanas, pero prefirió guardarla para una ocasión especial), arrasaron a la nobleza bohemia. Contingentes mercenarios cosacos saquearon el país, preludio de las desgracias de la guerra que le esperaban al resto de Alemania.
Catolicismo triunfante
Justo después, en 1621, acaba la Tregua de los Doce Años en Flandes. La Tregua fue un éxito para España, que pudo recuperarse mientras estallaban conflictos interminables entre los holandeses, como acostumbra la grey perroflauta cuando la dejas a su bola. Pero España quiso reanudar la guerra, ya que, en palabras del embajador Zúñiga (tío del Conde-Duque de Olivares, que ese mismo año, y merced a ser amigote del nuevo rey Felipe IV, se convierte en favorito y gobernante):
“una monarquía que ha perdido su reputación [negritas mías; en castellano, aquí y a lo largo de todo el libro, se ve que Wilson cree que esta palabra define tan bien las motivaciones de la política española que hay que dejarla en el original], incluso si no ha perdido territorio, es como un cielo sin luz, un sol sin rayos, un cuerpo sin alma.”
Debido a ello, los neerlandeses decidieron “alimentar los fuegos de Europa Central lo suficiente para alejar a los bomberos españoles“, acogiendo a Federico del Palatinado y financiando durante algunos años los últimos intentos de resistencia ante el emperador, quien castigó a los nobles bohemios y a Federico con la confiscación de sus tierras, para subastarlas o regalárselas a sus fieles, creando así en Bohemia una clase noble pro-austriaca que retuvo esas propiedades hasta prácticamente 1945. La Kurwürde del protestante Federico pasó al católico Maximiliano de Baviera, jefe de la Liga Católica (quitando las peleas teológicas, era igualita que la Unión). El emperador no realizó ningún cambio institucional o constitucional, pero quitando rebeldes (casi todos protestantes) y poniendo a sus fieles (casi todos católicos) en puestos de confianza y en las tierras conquistadas, se aseguró una cierta “recentralización” del imperio vía fidelización de los nobles. Súmenle a eso la re-catolización forzosa de los habitantes. La batalla de la Montaña Blanca la pueden ustedes interpretar, en función de su confesión, cosmovisión y/o eslavofilia, como un Villalar checo, un triunfo católico que sometió a Bohemia a la Iglesia, un salto importante en el camino al estado moderno frente al feudal, o el inicio de tres siglos de sometimiento de los checos a los alemanes (se germanizó toda la clase dirigente y el checo desapareció como idioma escrito). Por cierto que cuando se proclama la República de Checoslovaquia en noviembre de 1918, lo primero que hace la muchedumbre en Praga es derribar una columna conmemorativa con una Virgen encima (y hoy la República Checa lidera el ranking de ateos en Europa, así que lo de re-catolizar tampoco le sirvió de nada a la Iglesia).
Hacia 1625 la guerra ya había degenerado en hacer limpieza con los últimos contingentes de exiliados bohemios allá en el norte, y la cosa era como estar viendo TVE a las 22:47 un día cualquiera: que cualquier persona con gusto y criterio se debate entre apagar e irse a la cama, o esperar a ver si vienen los daneses a animar la cosa.
Kejserkrieg: la guerra del emperador
La intervención danesa (1625-1629) en la guerra es otro de esos momentos “la jodimos”: el Rey Christian IV de Dinamarca lideraba un estado pequeño, pero muy fuerte y bien organizado. Además, el comercio le daba importantes ingresos sin depender de la nobleza (en un año bueno, 5400 barcos podían entrar/salir del Báltico, y todos pagaban peaje a la Corona). Dinero que decidió usar, en alianza con Inglaterra y los Países Bajos, para asegurar que el norte de Alemania mantuviese su libertad ante el emperador (y ya de paso, para asegurarse unos obispados en Baja Sajonia y Westfalia que quería dejar en herencia a sus hijos), reuniendo un ejército y reavivando una guerra que ya casi había terminado.
Por el lado imperial, la respuesta a esta intervención es la elevación de Wallenstein a principal condottieri del emperador. El sometimiento de Bohemia se había pagado mediante las tierras confiscadas, pero en este caso eso no va a funcionar. No existe un estado moderno capaz de recaudar impuestos para mantener un ejército potente, de modo que los ejércitos tienen que vivir de la tierra (o como decía Wallenstein en uno de sus pocos arrebatos poéticos: “que la guerra alimente a la guerra”). Un sistema de “billetes imperiales” y “contribuciones locales” en teoría asegura el sustento de los mercenarios, pero en la práctica el paso de un ejército es como una plaga de langostas. La recurrente falta de efectivo lleva a los soldados a saquear para poder comer, sin que los generales intervengan, ya que no pueden permitirse que se desbanden las tropas. Con el tiempo, Alemania quedará tan arrasada que resulta imposible abastecer a un ejército grande, mientras que un ejército pequeño es incapaz de ganar batallas o decidir asedios, impasse que impedirá finalizar militarmente la guerra y solo prolongará el sufrimiento.
Pero de momento, los territorios aún contienen suficiente riqueza para que Wallenstein y Tilly (el otro gran general católico, nominalmente al servicio de Baviera pero cada vez más dependiente del emperador) marchen al norte con dos ejércitos y derroten a Christian IV. Los últimos restos de la revuelta bohemia son eliminados, Maximiliano logra que su Kurwürde sea hereditaria (y ya de paso pregunta a sus juristas si hay alguna base para que Baviera reclame el margraviato de Brandenburgo; luego se quejan en Baviera que los prusianos les tengan ojeriza), el emperador expropia a unos cuantos nobles más, y los daneses firman en 1629 una paz relativamente benévola con ellos. Solo la ciudad de Stralsund, en la costa del Báltico, resiste todavía. Bueno, y Federico del Palatinado, al que se le ofrece una paz honorable si renuncia al título de rey de Bohemia… y acude personalmente a pedir clemencia al emperador. Federico “porque yo lo valgo” dice que no, y la causa protestante/rebelde/holandesa/etc. perdura, esperando al profetizado “león del norte” que la rescate. En otro momento “éramos pocos y parió la abuela”, el león se presenta.
El Rey de Medianoche
Toda guerra que deje a Alemania arrasada parece precisar de un Adolf. En este caso, Gustav Adolf, rey de Suecia, que interviene en la guerra sin que sepamos muy bien porqué. Viendo lo que llegó a hacer y lo que pudo haber logrado, algunos historiadores argumentan que esa era precisamente su intención: invadir Austria, sustituir al emperador, salvar la causa protestante y hasta cruzar los Alpes para saquear Roma (la propaganda sueca afirmaba que Suecia era el país origen de los godos, y que como estos habían saqueado Roma en 410 eso ponía a Suecia a la misma altura que al Sacro Imperio Romano), pero eso es disparar una flecha a ciegas y dibujar después la diana alrededor. En realidad, el hombre no parece haber tenido un plan muy elaborado. Al acudir en auxilio de la sitiada Stralsund, publica un manifiesto en cinco idiomas (propagandístico y manipulador, porque las cinco versiones son diferentes; la francesa insinuaba que Luis XIII podría llegar a emperador y Richelieu a Papa), y su política confesional era bastante neutra para no enajenarse a la católica Francia. Lo más probable es que quisiera asegurarse el dominio del mar Báltico mediante la anexión de la costa alemana, pero que ante la patética resistencia imperial viese abierta la puerta a crear algún tipo de confederación protestante dentro del Reich bajo dirección sueca, aunque por supuesto lo envolvió todo en una retórica al uso:
“Como le dijo a su cuñado, el duque de Brandenburgo: no quiero oír ni hablar de neutralidad. Debéis elegir ser amigo o enemigo… esta es una guerra entre Dios y el Diablo, si Vos estáis con Dios, debéis uniros a mi, si estáis con el Diablo, debéis luchar contra mi. No hay una tercera vía.”
Algunos factores facilitaron su entrada. Primero, que al igual que Dinamarca contaba con un ejército potente y moderno (40.000 suecos de una población de 1.2 millones), aunque no de los medios necesarios para sostenerlo en campaña, de modo que llevaría al extremo la política de vivir de la tierra. En segundo lugar, España había quebrado en 1627, dejando patas arriba el sistema financiero internacional y sin ayuda española a los Habsburgo.
Pero lo más importante, y que le echó a media Alemania en brazos, fue un tremendo error político de Fernando II: el Edicto de Restitución de 1629. Resumen corto: una cagada monumental, la estupidez de su vida (y hablamos de alguien cuyos padres eran tío y sobrina y que se casó con una prima hermana; cosa que solo se ve en las más aristocráticas familias y en los rednecks de Alabama), tomada en un momento de euforia católica tras 11 años seguidos de victorias. Resumen largo: en tiempos de Lutero, los príncipes alemanes habían empezado a organizar iglesias reformadas en sus territorios. Como el Evangelio se predica mejor con el estómago lleno, las dotaron de ciertos medios, no de su bolsillo, claro, sino confiscándolos de la Iglesia Católica. La Paz de Augsburgo de 1555 confirmó estas incautaciones (ambiguamente y de manera temporal, a la espera de que los teólogos resolvieran sus diferencias y volviese a haber una Iglesia unificada; hay veces que uno no sabe si esta gente va en serio o son unos cachondos), que sin embargo prosiguieron después. Ahora, Fernando II ordenaba deshacerlas y restituir todos los bienes católicos incautados tras 1555. Como estos ya llevaban en algunos casos más de 70 años enajenados, habían sido partidos, repartidos y cambiados de uso, y los dueños y documentos originales ya no se podían localizar, esto dio lugar a arbitrariedades sin fin (los jesuitas particularmente se hicieron de oro). Además, el Edicto alejaba a los protestantes moderados (que no negaban la necesidad de una restitución, pero analizando cada caso por separado en los tribunales), declaraba fuera de la ley a los calvinistas, desataba expectativas irreales de una recatolización total de Alemania entre los exaltados, y metía al emperador en un callejón sin salida al no poder retirarlo sin perder la cara. En total, 2 arzobispados, 13 obispados y 500 monasterios debían regresar a la Iglesia.
Suecia no entró en guerra por el Edicto, por supuesto, pero la opinión “cuñada y católica” era que “los gerifaltes herejes han invitado al sueco porque no quieren entregar los monasterios, que lo han dicho en la COPE; eso pasa por no aplicar a tiempo el artículo 155”. En realidad, los príncipes protestantes se armaban y esperaban a ver si el sueco era capaz de protegerles, o si el duque de Sajonia (líder de los protestantes moderados y “dentro-de-la-legalidad”) lograba aplacar la aplicación del Edicto. Solo la ciudad de Magdeburgo se pasa abiertamente a Adolfo. Las cosas se precipitan, el emperador se niega a dar un paso atrás, y Magdeburgo es tomada en 1631 por los imperiales, que saquean y masacran a la población que ríanse de Berlín en 1945: 25.000 muertos de entre 30.000 habitantes. Pero el efecto es el contrario: indignación en vez de miedo, y cuando cuatro meses más tarde Suecia destroza al ejército imperial en Breitenfeld, Sajonia y Brandenburgo se pasan al bando de Adolf, que aprovecha y baja por el valle del Meno hasta Frankfurt y Maguncia (es decir, ocupa media Alemania, que además le recibe con los brazos abiertos por culpa del Edicto). Pero en vez de aprovechar esas conquistas para negociar algo realista para Suecia (anexión de los puertos bálticos, derecho a participar en la Dieta del Reich, amnistía para los rebeldes y una moderación en la aplicación del Edicto) y en otro “momento Ley de Murphy”, el León del Norte sigue atacando como si quisiese conquistar el mundo entero.
Al año siguiente, 1632, Gustav Adolf ataca Baviera, ocupa Munich y amenaza con llegar a Viena. Wallenstein ataca sus líneas de suministro, Adolf vuelve al norte a su encuentro, y muere en la batalla de Lützen, que sin embargo queda como victoria sueca porque los imperiales, con menos bajas, se retiran. A partir de este momento, la guerra ya se sale completamente de madre, dividiéndose en varios conflictos regionales, marchas y contramarchas, guarniciones que quedan tras las líneas enemigas y hacen la guerra por su cuenta, un montón de nobles aprovechando para aplastar y anexionarse vecinos molestos, soldados italianos que traen la peste, epidemias arrasando poblaciones enteras, y todas las potencias extranjeras metiendo la cuchara. Como cada vez es más difícil reunir dinero, los ejércitos saquean a la población para abastecerse, y arrasan comarcas enteras para negarle suministros al enemigo. Los campesinos abandonan los campos y se esconden en los bosques, y masacran a cualquier soldado que caiga en sus manos, sin fijarse en la confesión. Los soldados, por lo general mercenarios de la peor calaña cada vez más embrutecidos y con menos restricciones o disciplina, responden con torturas que han quedado fijadas en la memoria popular. El colapso de la autoridad propicia el surgimiento de bandoleros y ladrones por doquier. Hay comarcas donde los registros se interrumpen durante años, como si durante ese tiempo la civilización hubiese dejado de existir.
Llegan los franceses
En esta fase de la guerra, cada vez hay menos batallas importantes, ya que resulta imposible mantener ejércitos lo bastante cohesionados, y además todo el mundo tiene miedo a que una derrota le fuerce a aceptar una paz humillante. Una de las excepciones es la batalla de Nördlingen en 1634, que todo cuñado les citará como un grandísimo éxito de las armas españolas, lo cual es una verdad como un templo: un puñado de españoles mal alimentados resistieron quince asaltos y les dieron a los suecos una paliza con la mano abierta que casi los empotran de vuelta sobre el Báltico. Ahora bien, no pregunten al cuñado cómo se escribe correctamente Nördlingen, donde está situada, qué demonios se les había perdido allí a soldados españoles, por qué luchaban (que, con el lío montado para entonces, probablemente no lo sabrían ni ellos mismos) o para qué sirvió su victoria. Todo eso implicaría tener que cuestionar la idea de que las yoyah son un valor en sí mismo, y que también habría que tener en cuenta las razones por y el contexto en el que se dieron.
Nördlingen tiene una consecuencia inmediata, que Sajonia abandona el barco sueco. Cosa que no les sirvió de mucho, porque a los dos años en Wittstock (aprovechando que no había Tercios españoles por ahí, claro) los suecos le dan la vuelta a la tortilla y se cargan lo que queda del ejército sajón. En el ínterin, sin embargo, Fernando II negocia con los sajones un tratado que luego será ofrecido a los demás bajo el engañoso nombre de Paz de Praga. En el fondo era un edicto imperial para reforzar al emperador y así poder luchar contra las potencias extranjeras, pero podría haber colado de ser más generoso en sus amnistías. Pero varios estados alemanas lo rechazan, y como consecuencia adicional, se forja una alianza entre Suecia y Francia que alargará la guerra otros 13 años más. Francia ya llevaba en guerra con España unos cuantos años, pero sin entrometerse en Alemania. Ahora, Richelieu teme a un Reich y un emperador fuerte, y que este entonces pueda aliarse con sus primos españoles, aplastando juntos a los neerlandeses y terminando de estrangular a Francia. La escalada a nivel europeo está servida. Ya de entrada, Francia se cobra un precio goloso: Alsacia (parte del Reich desde hacía siete siglos y alemana hasta las cachas hasta hace relativamente poco, por mucho que los franceses llorasen por la pérdida de 1871), que se quedará tras la Paz de Westfalia. Y es que (al contrario que los españoles, maestros mundiales de yoyah y que ante cualquier dificultad pues optaban por… dar aún más yoyah) los franceses nunca han sido muy buenos en eso de dar yoyah en condiciones, pero en cambio saben muy bien cómo sacarles el máximo provecho a poco que dan una buena, y si no vean como sacaron petróleo del mito de la Resistance.
Aún así, e incluso contando con que la ocupación de Alsacia corta en dos el Camino Español, al principio el resultado es un catolicismo nuevamente triunfante. La muerte del emperador Fernando II (sucedido por su hijo Fernando III) en 1637 no frena la buena suerte, y hacia 1638 los franco-suecos y sus aliados están arrinconados en el noroeste de Alemania.
Créanlo o no, lo peor aún está por llegar
Hay un cierto consenso que la fase final de la guerra a partir de 1640 es la peor de todas, por cruel e innecesaria. Wilson apunta que en parte esto es un mito posterior, creado por los gobernantes para justificar las fuertes subidas de impuestos y el aumento de su poder durante esta fase. Lo que no quita que el horror fuese a más, una vez se quemaban las últimas reservas.
Los suecos a estas alturas ya solo quieren largarse con dignidad. La hija de Gustav Adolf, Christina de Suecia (cada vez que un general sueco saqueaba una ciudad, requisaba todos los libros y se los mandaba a su soberana para congraciarse con ella – ¡qué raros estos suecos!), presionaba para acabar de una vez. Empujado por el canciller Oxenstierna, en 1639 el general Johan Banér sale a la desesperada de su rincón de Mecklenburgo… y arrolla a los sajones y brandenburgueses, plantándose en Bohemia, donde derrota a otro ejército imperial. Pero su ejército ya es demasiado pequeño para controlar el territorio o tomar Praga, así que en 1640 se retira siguiendo una estrategia de tierra quemada. Según las crónicas, un tercio de Bohemia queda reducido a cenizas. Es interesante añadir que a estas alturas el ejército “sueco”, de unos 16.000 efectivos, solo incluye a unos 500 suecos, el resto son mercenarios, mayormente alemanes. Los pocos soldados suecos se usan como guarniciones para asegurar las plazas conquistadas, ya que ellos no las rendirán tan deprisa. Los imperiales, también a la desesperada, persiguen a Banér, que muere (de cirrosis, a los generales no les faltaba de nada) en 1641. Su sucesor, Torstenson, vuelve a empujar hacia el sur por Silesia y Moravia, para luego ofrecer y obtener batalla otra vez en el campo de Breitenfeld en 1642. Con 7000 soldados menos, Torstenson destroza el último ejército imperial importante que quedaba.
Al mismo tiempo, los franceses empujan por Alsacia y Suabia. Pese a algunas derrotas llamativas como la de Tuttlingen (donde un tal Johann von Werth, al servicio de España y con un entusiasmo loable, se cargó un regimiento francés… compuesto de prisioneros de guerra españoles que solo querían desertar de vuelta), mantienen Alsacia y amenazan Flandes. Tiempo pues de mirar hacia España.
“Spain’s growing crisis: 1635-43”
Wilson dedica aquí un apartado entero al estado de la Corona Española en aquellos años, que se podría resumir en “quien mucho abarca, poco aprieta”. Tras años de mantener un imperio absurdo, España ha llegado a sus límites materiales, financieros y humanos. Entre 1580 y 1630, la población disminuye un 25%. Una crónica asegura que la sexta parte de los habitantes de Mérida eran viudas de guerra. En 1637, apenas se ha secado la pintura de “La Rendición de Breda”, los holandeses recuperan la ciudad. Hay problemas en Italia y en los pases alpinos, que amenazan el Camino Español y cuya resolución cuesta bastante dinero… sin que sirva para nada, ya que Francia mantiene Alsacia. El comercio atlántico colapsa entre 1638 y 1641. En 1640 no hay Flota de Indias. Y como guinda, Portugal y Cataluña se rebelan con ayuda de Richelieu. Wilson sentencia: “Dejando aparte las carencias personales de Felipe IV, la monarquía española estaba estructuralmente mal equipada para responder.”
Finalmente, a partir de 1643 las cosas se aceleran: en enero, al Conde-Duque de Olivares le jubilan. En mayo, los Tercios de Flandes son destrozados en Rocroi. En Francia, mueren Luis XIII y Richelieu. En Suecia, los éxitos de Torstenson les llevan a creer que es su momento y que ha llegado la hora de expandir un poco las fronteras a costa de Dinamarca. Torstenson empieza la guerra que lleva su nombre y que permite a los suecos redondear su país. También tenemos un Papa nuevo, Inocencio X, de quien el emperador espera que ayude a mediar una paz separada con Francia, pero los franceses ya están en un punto donde la religión pues respetable y cojonuda para el Más Allá y el reposo de las almas, faltaría más y muchas gracias, pero para el Más Acá preferimos priorizar cosas más prácticas, como la posesión de Alsacia y el derrumbe de los Habsburgo. Si les soy sincero, a estas alturas ya no me aclaro con todos los conflictos paralelos. Va siendo hora de acabar.
Los Años de la Basura
Ya desde 1642 empiezan las primeras negociaciones para una paz general. Francia y los estados católicos se reúnen en Münster, Suecia y los protestantes en Osnabrück (ambas situadas en Westfalia, de ahí el nombre de la paz final). La cosa es una especie de concilio laico: no hay un mediador, sino que los casi doscientos delegados negocian “entre iguales” (lo que implica dar a todos los embajadores el mismo trato –“excelencia”- y permitirles a todos usar carruajes tirados por seis caballos, ni uno más y ni uno menos). Como la guerra mientras tanto sigue su curso, las negociaciones se estiran y cambian según la suerte militar de cada uno, con los Habsburgo peleados entre ellos, primo donde está la pasta que prometiste, coño que yo te lo dejé encarrilado en Nördlingen y tú la cagaste, si joder pero es que me fallaron los sajones. Pronto resulta evidente que la pretensión de los Habsburgo de volver al statu quo ante es ilusoria, pero harán falta unas cuantas campañas más para que dejen de intentarlo.
El problema es que cada victoria lleva a un bando a pensar que “ahora sí que podemos negociar“, mientras en el otro solo aumentaba su determinación de continuar la lucha hasta obtener ventaja. Con solo una batalla, pueden cambiar completamente las tornas. Además, Francia exige la presencia de catalanes y portugueses en Westfalia, por joder un poco suponemos, y España replica que nones y que quien debe asistir es Lorena. Al final, ninguno de los tres (aunque mandaron embajadores, sus credenciales no fueron aceptadas), pero sí las Provincias Unidas, al igual que todos los estados alemanes. Las campañas se suceden, generalmente con éxito “protestante”, con los suecos llegando al pie de los Alpes.
En 1647, España cumple una vez más con el papel que la Providencia le ha reservado para iluminar los siglos: recordarnos que las cosas siempre pueden ir a peor. Otra quiebra real provoca una revuelta en el Reino de las Dos Sicilias que drena aún más recursos. Nápoles añade a la puñalada el insulto al Rey Planeta… ¡proclamando una república! Por suerte para España, la nueva república es heredera de las tradiciones militares italianas y le dura dos asaltos al bastardo español encargado de recuperarla, pero solo a costa de detraer recursos de la guerra de Flandes, que a estas alturas (y tras meter en ella casi todo el oro que vino de América) ya está perdida y termina al año siguiente con un tratado y el reconocimiento de su completa independencia.
En 1648, finalmente, el general sueco Wrangel, sucesor de Torstenson, ataca Austria por el sur, mientras Königsmarck ataca con otro ejército sueco por Bohemia, asediando Praga y tomando media ciudad. Estas acciones quebraron la resistencia del emperador, que ante el temor a una derrota completa accedió a una paz humillante para Alemania, que queda con media docena de Gibraltares en su territorio: Alsacia es cedida a Francia, que no la soltará nunca más (quitando dos breves fases 1871-1914 y 1940-1945). A España, partidaria de continuar la guerra con Francia, le dan con la puerta en la cara, y tendrá que seguir sola hasta la Paz de los Pirineos en 1659. Suecia se queda con los territorios bálticos que pide, y de propina Bremen y Verden (dos ex-territorios eclesiásticos que deberían haber vuelto a la Iglesia en virtud del Edicto de Restitución). Se compensa ampliamente a Brandenburgo por sus pérdidas y para establecerla como estado-tapón ante Suecia (sentando las bases de la expansión prusiana, pero claro, eso los austriacos en ese momento no lo podían ver). Hay arreglos entre Baviera y el Palatinado por la Kurwürde, la cual ante la debilidad del emperador tampoco importa ya mucho. Se reconoce oficialmente a la fe calvinista y se establece la paridad entre católicos y protestantes en los jurados y consejos imperiales. Suiza y los Países Bajos abandonan definitivamente el Reich, con lo que la pertenencia formal al mismo del Norte de Italia también es cosa del pasado. Pero sobre todo, se les reconoce a los estados alemanes la potestad para establecer alianzas internacionales (siempre que no sea contra el imperio) y declarar la guerra y la paz. Es decir: como si fuesen estados soberanos. El Reich como actor político en Europa ha muerto.
La Paz de Westfalia
La última parte del libro analiza la Paz de Westfalia no solo como término de la guerra, sino en su desarrollo histórico. Tradicionalmente ha habido dos aproximaciones: una que dice “la paz fue cojonuda y sentó las bases para las modernas relaciones internacionales”, y otra que dice “la paz no sirvió de nada porque no resolvió los problemas fundamentales”. En realidad, lo revolucionario de Westfalia no está en las guerras terminadas, sino en los instrumentos: el surgimiento del “estado de Westfalia”, con soberanía indivisible, libre de agentes externos, fronteras bien definidas y una cierta identidad común de sus habitantes (elemento este último que en el siglo XIX se convirtió en central). Dichos estados se relacionan formalmente como iguales en un marco de “contrato voluntario laico”. Hoy en cambio nos alejamos del estado-nación, con la UE como un nuevo Sacro Imperio en pos de una paz entre los pueblos (el libro es de 2009, antes de las tormentas del euro).
La reducción del poder del emperador en realidad se produjo por la vía de los hechos: el debilitamiento de España, que ya no pudo ayudar a Austria (es más, que empezó a necesitar ayuda ella misma), la dejó impotente ante los integrantes del Reich, que habían aprendido que podían recurrir a protectores extranjeros. Al mismo tiempo, emperador y príncipes engrandecieron su poder interno. En ese sentido, la guerra de los 30 años fue un catalizador histórico hacia el absolutismo del siguiente siglo y medio. A diferencia de Inglaterra y USA (donde este absolutismo fue muy atenuado o ni siquiera apareció) o de Francia y España (donde se justificó como un instrumento para proyectar fuerza al exterior), en Alemania el poder absolutista se asumió como imprescindible para la supervivencia y para vencer al Caos, que quedó como el gran trauma de aquellos años. El estado y su “monopolio de la legítima violencia”, que decía Max Weber (del alemán “Staatsgewalt”, que también significa “poder” o “autoridad” pero que en España, vaya usted a saber porqué, se traduce como “violencia”), como garante de la paz, por encima incluso de consideraciones religiosas. Por cierto y ya que mencionamos al Papa de Roma, el Papa Inocencio X montó en cólera ante la paz de Westfalia y mediante la bula Zelo Domus Dei la declaró “por el Poder Apostólico, nula, inválida, ilegal, injusta, condenable y condenada, inútil y sin efectos para todos los futuros, no estando nadie obligado a su cumplimiento”, especialmente por el reconocimiento de –¡Vade retro Satanás!– la libertad de conciencia.
En cuanto al coste material y humano, Wilson da un amplio repaso a varios estudios (incluyendo a varios nazis y ultranacionalistas que intentaban elevar la máximo las muertes para denunciar la injerencia extranjera), para concluir con una fórmula general de un tercio: un tercio de reducción en la superficie cultivada, apenas un tercio de las deudas se pagaron, y un tercio de alemanes muertos. Teniendo en cuenta que la Segunda Guerra Mundial acabó con el 17% de los polacos y el 15% de los soviéticos, son números brutales. Y con significativas variaciones regionales: pocas muertes en las tierras hereditarias de los Habsburgo, más de un 60% para ciertas zonas de Brandenburgo.
Conclusiones
El libro, como ya dijimos, es MUY denso, sobre todo al principio. Mejora un poco cuando estalla la guerra, pero muchas veces el contexto queda ahogado en un bombardeo de cifras. Y todo resulta demasiado “limpio”: los generales nunca están borrachos, los mensajeros nunca se pierden, y todo lo que se acontece parece ser el producto de decisiones racionales de expertos sometidas a una Peer Review anónima, en vez de salir de los santos cojones del mandamás de turno. Por suerte, yo he complementado esta lectura con esta otra, escrita desde el punto de vista sueco, y ofreciendo también una visión de la guerra “a nivel de calle” y de la vida en general durante el siglo XVII (un verdadero siglo de mierda para quienes les tocó vivirlo, posiblemente de los que más, y mira que tiene competencia); una visión bastante más limitada pero con más colorido.
La Guerra de los Treinta Años llenó la cultura alemana de un temor profundo al caos, asociado a muerte, destrucción e indefensión. Un trauma del que a veces no parecen conscientes. A nivel europeo, fue una tragedia porque mostró por primera vez lo que puede ocurrir cuando se desatan pulsiones destructivas combinadas con propaganda deshumanizante y armamento moderno: una guerra total europea, librada en este caso sobre las cabezas de los alemanes. Un monstruo que volvió a asomar la cabeza tres o cuatro veces desde entonces. Todo el sistema de Westfalia, vigente hasta prácticamente hoy, en el fondo solo busca evitar eso y limitar los conflictos en la medida de lo posible. El debate actual sobre si intervenir o no en Siria gira sobre los mismos ejes que los debates en Osnabrück, y las decisiones de Hollande, en 300 años, igual suscitan la misma interpretación que nosotros le damos a la campaña de Wallenstein en Dinamarca. A lo mejor la Guerra de Irak es nuestra Revuelta de Bohemia que incendie el mundo árabe durante treinta años (con listillos que digan “la Guerra Civil Musulmana empezó en 1979”); tampoco nadie era consciente en 1629 de estar viviendo una guerra continua desde 1618, y a lo tonto se tiraron tres décadas. Claro, a Francia aquella guerra le salió bien, pero a veces conviene ponerse en el lugar del otro (incluso cuando el otro es alemán) antes de jugar a ser el nuevo Richelieu.
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Comentario de Folks (25/01/2016 14:15):
Estoy convencido de que en los comentarios se va a liar otro Juego de Tronos.
Comentario de emigrante (25/01/2016 14:23):
Para los que no se atrevan con un texto tan expeso aquí pueden ver una película que ilustra muy bien aquellos tiempos
https://www.youtube.com/watch?v=8uRPJPx0Vfg
A Omar Sharif in memoriam
Comentario de Mr. X (25/01/2016 14:31):
Magnífico artículo. Por cierto, comentar que justo antes de la Reforma, Alemania fue el centro de la Gran caza de brujas, que llevó a un mínimo de 30000 personas, casi todas mujeres, a la hoguera. Y recomendar la estupenda película británica -esa gente sí que sabe hacer cine histórico- sobre esta guerra, El último valle, con Michael Caine y Omar Sharif.
Comentario de Mr. X (25/01/2016 14:32):
2-Vaya, hemos coincidido ;)
Comentario de emigrante (25/01/2016 15:58):
En cuanto a Lutero yo no creo que su éxito se deba a que la Iglesia se puso de repente maricomplejines sino a que contaba con la protección de Federico de Sajonia. Además de cuidar su persona el príncipe elector también financiaba sus publicaciones. Y es que como siempre quien tiene padrinos se bautiza, de otro modo el agustino habría acabado como Savonarola. Sin menoscabo de su talento político, que era muy listo el jodío, por eso puso los bienes de la Iglesia en manos de los príncipes y no dudó en traicionar a los campesinos en la Bauernkrieg.
Yo había achacado la falta de fe entre los checos y eslavos en general a las enseñanzas marxistas durante la guerra fría. De hecho, también hay una clara diferencia entre los alemanes del este y el oeste en cuestión de fervor religioso. Pero mirándolo mejor lo que más sorprende es que vecinos católicos y eslavos como Chequia y Polonia estén en las antípodas en la influencia de la religión en la sociedad. Quizá porque unos tuvieron que aguantar a los austriacos y los otros a los prusianos?, todo sea por llevarle la contraria a los teutones.
Comentario de Mr. X (25/01/2016 17:13):
En realidad, hubo una parte de Polonia, la Galitzia, que estuvo bajo dominio austriaco hasta el fin de la I Guerra Mundial. Lo que ocurre es que mientras los prusianos germanizaban y los rusos rusificaban, los austriacos dejaban la administración a la nobleza polaca y, en general, mientras se mantuvieran fieles a los Hansburgo no se metían demasiado en sus asuntos.
Comentario de SInanPacha (25/01/2016 17:23):
A la tierna edad de 12 años algún pariente desalmado me regaló un libro de Gran Angular (colección mítica donde las haya) que contaba la historia de una familia durante el susodicho conflicto. No se ahorraba nada, el autor/a: violaciones, torturas, la angustia ante la llegada de los mercenarios de turno, violencia y miseria a tutiplén. Su lectura me dejó dos cosas que perduran hoy en día: un antibelicismo militante y un interés insano por “el peor siglo de la historia”, un siglo XVII que estoy de acuerdo fue para borrar de la faz de la tierra, oigan. Gracias por la recensión, nos animaremos a leer el tocho.
Comentario de SInanPacha (25/01/2016 17:31):
De hecho he encontrado el libro de marras: “Quizá dentro de 300 años”, de un tal Tilman Róhrig. Si quieren crear un trauma imperecedero a sus hijos/sobrinos/hermanos pequeños, no lo duden: es la Guerra de los 30 años para críos.
Comentario de Pagano (25/01/2016 23:22):
Felicidades por la divertida y aguda recensión de esta obra.
¿Es casualidad que se publique a la semana siguiente de otra de una obra de Elliot? La biografía del Conde-Duque de Olivares de J.H. Elliot, afecta a la misma época y en ella esta Guerra de los 30 años ocupa una gran importancia. Por cierto, debería ser de lectura obligatoria para los españoles, ya que parece que es imposible que aprendamos de nuestra historia.
Volviendo a la obra de Wilson, no sé si se aborda la tesis de algunos historiadores de que en el fondo la Guerra de los 30 años, fue la guerra entre Francia y España, o entre los Borbones y los Habsburgo españoles, librada a través de intermediarios, financiados por una otra potencia, hasta que no les quedó más remedio que intervenir directamente. Las sucesivas intervenciones de las potencias protestantes en gran parte estarían estimuladas por Francia, que no quería en modo alguno verse rodeada por un Imperio alemán Habsburgo, y por un Imperio español Habsburgo.
Algunos matices. El paneslavismo (patronazgo, “protección”….) ruso siempre lo es respecto de los súbditos eslavos de otras potencias. Sus propios súbditos eslavos siempre lo han pasado bastante mal, sean polacos, ucranianos, bielorrusos o los mismos rusos. El sentimiento nacional polaco siempre ha tenido, y conserva, como uno de sus símbolos de identidad el catolicismo, frente a la igualmente identitaria Ortodoxia del Patriarcado de Moscú, jerárquicamente sometido a ocupante del Kremlin de turno (Hay otros Patriarcados ortodoxos distintos del moscovita). La Galicia del Este (Galychyna, Galicja, Galizien…y también Rutenia, Ruthenia, Rus) fue sucesivamente territorio lituano-polaco, polaco, ruso-austriaco, ucraniano, polaco, soviético, y ahora es Ucrania. Tras las sucesivas 3 particiones de Polonia en el s. XVIII, los súbditos polaco-ucranianos del Imperio Austro-húngaro gozaron de más derechos que los del Imperio Prusiano, y, a su vez, estos de mucha mayor libertad que los de los Zares. Frente a la relativa tolerancia germánica, la bota rusa aplastó todo lo que pudo.
Comentario de Carlos Jenal (25/01/2016 23:23):
@SinanPacha
Tuve el inmenso placer de asistir a una charla que dio el señor Tilman Röhrig. El caballero efectivamente tiene la manía de tratar a los niños como adultos y no ahorrar los horrores de la guerra. Fue hace tanto que me parece debió ser mismamente tras la Revuelta Bohemia, y solo recuerdo dos cosas: que nos leyó unos fragmentos de la obra de Ernst Jünger (para mostrar la existencia de hijoputas que glorifican la guerra), y que contó que solo un 6% de los escritores podían vivir de su obra (cosa que a mi, que fantaseaba con ser escritor, me chocó infinitamente más, supongo que por eso recuerdo el dato).
Comentario de mictter (25/01/2016 23:54):
Hace un par de años me atreví con este mismo libro, que me llevó buena parte del verano. Acabé harto de tanta campaña y realineamiento, ¡eso no se acababa nunca! Como bien dice don Carlos, la Guerra de los Treinta Años es fundamental para entender a los alemanes. Y por fin me enteré de por qué el Oberpfalz (Alto Palatinado), lugar donde pasé el verano más coñazo de mi vida, queda al extremo contrario del Palatinado propiamente dicho.
La reseña me ha parecido magnífica. Dado el tamaño del tocho, un ejercicio de concreción admirable. Un aspecto que no menciona pero que me pareció determinante para explicar la duración de la guerra era el empeño en reclutar a los soldados capturados en combate: ¡con tanto reciclaje sacaban mucho más partido de los mercenarios!
Finalmente: también leí el libro para adolescentes, a partir de ese momento adolescentes traumatizados, que menciona SinanPacha. Dios, qué salvajadas. Estilo “Lord’s Resistance Army” suelto por la República Centroafricana.
Comentario de Perri el sucio (26/01/2016 02:40):
-#2: Emigrante, menudo tesoro en youtube me ha hecho descubrir. Está invitado a unas cañas si va por la tierra de los hermanos garzones (que eran unos marineros).
-Hoygan, me han hundido el corazón. Llevo unos años viendo el paralelismo entre nuestra época y el siglo XVII (polarización del poder, cambio climático y hambrunas, fanatismo a manta, desprecio por las ciencias, absolutismo…) y ahora van y dicen que es un siglo de mierda todos a coro. Contento me han dejado.
Comentario de Lluís (26/01/2016 08:33):
Pues cuando finalizó la guerra de los 30 años, la marcha se trasladó al Este. El estado polaco-lituano, principal potencia en la zona, perdió como un 25 % de su población, y por la época era un estado muy extenso, ocupaba incluso parte de la actual Ucrania. En el fregado estuvieron también los suecos, rusos, cosacos o prusianos, su jefe aprovechó para librarse del vasallaje debido al rey de Polonia.
Comentario de emigrante (26/01/2016 10:55):
El s. XVII también tuvo sus cosas buenas. Contrasta mucho que entre tanto fanatismo el pensamiento científico diera un salto cualitativo importantísimo que puso las bases de la ilustración y el pensamiento racional. Es el siglo de Galileo, Pascal, Descartes, Torricelli, Cassini, Newton, Huygens, Leevenhoek, Hook, Leibnitz… la lista es interminable; se inventaron el telescopio, el microscopio, barómetro, cronómetro… Sin ese siglo la revolución industrial se habría retrasado cien años. En España siempre fuimos 100% de letras pero también fue un siglo de oro.
Comentario de Pululando (26/01/2016 11:11):
Me da a mi que cuando se revise el s. XX dentro de un par de centurias también lo tendrán por un “siglo de mierda”, por aquello de las guerras, crisis, genocidios varios, nuestra concepción del arte y vaya usted a saber que más. Pero copón ¡antes todo era peor!
Comentario de emigrante (26/01/2016 14:48):
#3, parece que con todo y con eso los tudescos no fueron los campeones de la caza de brujas
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/01/25/actualidad/1453751389_918669.html
Comentario de Gekokujo (26/01/2016 18:00):
Estupenda reseña, sin duda. El XVII no es un siglo que me dé muchas ganas de bucear y en esa relativa ignorancia he permanecido hasta ahora. Aunque claro, peculiaridades regionales como la defenestración a la bohemia pues no se pueden esquivar. Y hablando de peculiaridades regionales, el comentario #16 apunta directamente a mis antepasados pirenaicos. Nunca me he planteado lo de quemar brujas, pero comparto plenamente el problema de que te juzguen los vecinos. Un cubano afincado aquí me dijo que es lo normal, “pueblo pequeño, infierno grande”.
La otra cosa que me llama la atención del siglo XVII es que, efectivamente, es el momento de eclosión de la ciencia occidental, que explica la posterior revolución industrial. Curiosamente en un contexto de caos e intolerancia religiosa. A veces da que pensar que el caos propicia avances notables en el conocimiento.
Comentario de Mr. X (26/01/2016 22:09):
16-Hombre, ese señor dice que en Cataluña hubo doscientas personas “juzgadas” por brujería.
En Europa Central se calcula que se quemaron, no juzgaron, entre 30000 y 60000 personas.
Una cierta diferencia hay. En la península la caza de brujas en comparación con centroeuropa fue muy leve, digan lo que digan los artículos de El País, ya tenían suficiente con perseguir a los conversos y cristianos nuevos.
Comentario de emigrante (27/01/2016 01:11):
Que en España se quemaran tan pocas brujas se lo debemos a un buen hombre llamado Alonso de Saladar y Frías.
Comentario de Perri el sucio (27/01/2016 01:25):
Guau, acabo de flipar con el artículo colgado por emigrante. Es un caso de libro de “esto seguro que no lo conocéis porque es algo muy especial de cataluña, que tiene una cultura muy especial y singular”, que al parecer debe ser lo que se aprende en el sistema escolar catalán, dado el éxito de la doctrina.
Comentario de Mr. X (27/01/2016 08:27):
21-No sé si buen o mal hombre (era un inquisidor, al fin y al cabo), pero tiene toda la razón.
Comentario de Oscar L (27/01/2016 19:40):
Veo que el debate está interesante, pero no quiero comentar nada que en su momento ya tuve que debatir con Galaico sobre el tema de la ejemplaridad o no de la Paz de Westfalia ¡Una luz sobre la oscuridad de la historia española! Y quedé agotado.
Eso sí, sobre el artículo de las brujas permítanme un poco de corta/pega. Me parece una reflexión maravillosa sobre los beneficios de acercar la administración al ciudadano. Viene muy a cuento tal día como hoy, en el que El País nos regala el enésimo artículo de opinión reclamando el cupo para cataluña, por la via rápida, sin necesidad de referendum ni nada, y, lo más dificil todavía ¡LA FEDERALIZACIÓN DE LA JUSTICIA! Tan conveniente para la clase política de nuestro bienquerido noreste.
Este es el artículo al que me refiero: http://elpais.com/elpais/2016/01/22/opinion/1453467557_612033.html
Y estos son los fragmentos más jugosos del artículo que algún malvado ha dejado por aquí.
El secreto de la virulencia catalana contra la hechicería no debe buscarse, dice Castell, “en que aquí fuéramos menos tolerantes o más crédulos” sino, hay que ver, en la descentralización. “La gran autonomía judicial de la que disponían los poderes locales en Cataluña, especialmente en las zonas de montaña, como los Pirineos”, explica Castell, “hace que los procesos a los sospechosos de brujería y su ejecución se lleven a cabo en el ámbito mismo del supuesto crimen, donde la animosidad hacia el reo es mucho mayor”. El historiador apunta que la caza de brujas es un fenómeno que va “de abajo arriba”, una “psicosis colectiva” alimentada por la superstición, el miedo, los rumores y la (mala) fama de la sospechosa. Un fenómeno que “sale no de los magistrados sino de los vecinos, que son los principales acusadores”. “Cuando el tribunal comparte el miedo y la inquina”, señala, “la caza es durísima”.
Para las brujas (y a diferencia de lo que pudiera parecer), cuanto más lejos de casa y más arriba en la línea del poder se las juzgaba, mejor les iba. Curiosamente, los inquisidores catalanes muestran una relativa prudencia, e incluso escepticismo, respecto a los crímenes de brujería, al contrario que las cortes locales y señoriales. Algunas mujeres se salvaron tras ser condenadas, precisamente, al apelar a instancias más altas (y lejanas). Una supuesta bruja de Estac (Lleida) que había confesado incluso haber matado niños —algo mucho peor que hacer granizar o convertir alimentos en sapos— se salvó al apelar a Tribunal Inquisitorial de Barcelona, que la volvió a interrogar y la castigó solo con destierro, con lo cual probablemente le salvó la vida al alejarla de sus vecinos.
“De abajo arriba” Me encanta, es tan podemita <3
Comentario de Lluís (27/01/2016 20:10):
#22
Pues no veo qué relación tiene lo de las brujas con lo de acercar la administración al ciudadano. Lo digo porque si nos ponemos a contar, el número de “judaizantes” o “herejes” liquidados por la Inquisición superó en bastante a las brujas ajusticiadas. Y la Inquisición si que era algo bastante más centralizado. Supongo que por eso era eficiente. De hecho, se cargaron al último en pleno siglo XIX, y no fue en un pueblo de garrulos perdido en los Pirineos, sino en Valencia. Pero eso de la Ilustración afectó a una parte muy pequeña de la población.
Comentario de Berserker de corredoira (27/01/2016 20:57):
Si no saltaras cuál virgen inocente ante rampante miembro viril cada vez que se toca Catalonia, te informarias antes de escribir según que cosas.
Y ahí lo dejo, las mismas fuentes que puedo leer yo, las puedes leer tu. Si tu crees que los círculos jodemitas del Pirineo Catalán no eran para tanto, imagina círculos jodemitas por el Reyno de Castilla, buscándole las pulgas y los dineros a conversos y cristianos nuevos.
Si quieres contrargumentar, aporta algún dato, si sólo es salir a itumasmear, tranqui, relaxing vip of tila…o traemos algo de Fontana, para echarnos unas risas
Comentario de ocnos (27/01/2016 21:35):
¿Y que dice Jordi Bilbeny de todo esto? Hasta que no se pronuncie no tendremos la verdadera versión de esos hechos…
Comentario de Trompeta (27/01/2016 23:21):
@ 25 Esta ocupado intentando demostrar que DIOS es catalán, y no me refiero a Cruiff.
Aunque teniendo que andan las hembristas con el furor puterino tratando de demostrar que venimos de una diosa, pues no sé quien se llevará la subvención correspondiente.
Comentario de Trompeta (27/01/2016 23:24):
Y ya que estamos, nuevo capitulo de empomderadas en acción:
https://www.youtube.com/watch?v=qV6k5sNd5zk
Comentario de Lluís (28/01/2016 11:50):
#24
Oiga, lo que yo discuto, básicamente, es la burrada que han soltado de asociar esas cosas con la descentralización de la administración, y eso vale lo mismo para los Pirineos que para Murcia. Entre otras cosas porque quizá serían los vecinos los que detendrían a la supuesta bruja y la quemarían en la plaza del pueblo, pero la legislación aplicable no se redactaba ni aprobaba a nivel local.
De hecho, fue Fernando el Católico el que aprobó implantar la inquisición castellana en Aragón, encontrándose con la oposición, cuando no la resistencia, de las instituciones locales, tanto en Zaragoza como en Barcelona, no porque fuesen más tolerantes con los judaizantes y los herejes, sino porque creían, y con razón, que era una medida de “recentralización”.
Comentario de Berserker de corredoira (28/01/2016 12:12):
No voy a entrar, que eres especialista en no dar la mano a torcer, solo voy a recordarte la escena de la lapidación en “La vida de Brian”, a ver si entiendes la diferencia entre “legislación aplicable” y “descentralización de la aplicación de la justicia”
Comentario de Lluís (28/01/2016 17:24):
#29
Hombre, admito que soy bastante cabezón. Pero en esta ocasión, me temo que carece vd. de argumentos medianamente sólidos. Pero si lo que quiere es una palmadita en la espalda, dela por recibida, cuando termine con las películas empiece con los dibujos animados, es más de su nivel.
Comentario de Berserker de la corredoira (28/01/2016 20:09):
Lluís, no ofende quien quiere, sino quien puede.
Siga buscando afrentas y tal, que ya veo que así se entretiene mucho.
Comentario de Berserker de la corredoira (28/01/2016 20:15):
Una pregunta para el comentador: de donde saca el regimiento de españoles masacrado en Tutlingen? He buscado pero no encuentro nada
Comentario de Morcilla (29/01/2016 08:44):
#28 …hombre “recentralización” cuando hablamos de reinos diferentes, con leyes diferentes y con órganos separados…
Más bien “supranacionalización”… o algo asina, más como hoy hace la U.E. con los reglamentos y directivas, no?
En cuanto a Justicia… yo también prefiero instancias lejanas. Y si me tienen que juzgar, casi prefiero que me juzgue un alemán o un holandés que un juez de aquí. A igual legislación aplicable, se entiende.
Comentario de Lluís (29/01/2016 11:52):
#33
De acuerdo, pero la “supranacionalización” se entendía, por lo menos por parte del conde-duque de Olivares y compañía, en la “reducción a los usos y costumbres de Castilla”. Algo que no es exactamente lo que está haciendo la UE, sería como si de repente saliesen los alemanes y impusieran toda su legislación y sus reglamentos a Italia, Francia, España, el Reino Unido,… sin ni siquiera pedirles la oponión a los afectados. Por lo menos, ahora se molestan en disumularlo un poquito y las cosas vienen de Bruselas y no de Berlín.
Comentario de Gekokujo (29/01/2016 17:39):
Solamente he querido señalar que en las comunidades pequeñas las fobias se hacen mucho más evidentes, independientemente de que hablemos de una aldea pirenaica o un villorrio manchego, o un pueblucho bávaro. Pero bueno, parece que si no se mete a los catalufos por el medio no se quedan ustedes contentos. Yo es que flipo, en serio.
Comentario de Trompeta (29/01/2016 19:20):
Un consejo, a no ser que seais un ser de luz, que no os juzgen en UK.Si teneis vagina , entonces podeis hasta violar.
Un nuevo capitulo de empomderadas en acción
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151007_violacion_abuso_sexual_ninera_sexo_menor_reino_unido_aw.shtml
Comentario de Carlos Jenal (30/01/2016 00:06):
@Berserker de la corredoira
La referencia sale sobre la Localización 11383/26641 de mi edición Kindle: “Werth and 2000 horsemen hit the french cavalry upstream at Möhringen, riding down the 500-strong Mazarin infantry regiment in the process – an action that was regretted since the unit was largely composed of Spanish prisoners of war who would have welcomed an opportunity to change sides.” Como fuentes para todo el capítulo cita entre otras F. des Robert, “La Bataille de Tuttlingen”, la biografía de Franz von Mercy de G. Herbert, y otra de Werth escrita por Lahrkamp. Material francés y bávaro, sobre todo. No sé si le sirve…
Comentario de varo (30/01/2016 02:34):
Me ha gustado el artículo, gracias. Yo había leído un poco sobre Muntzer y lutero y tal, pero del merdé posterior no sabía casi nada. Procuraré estar atento la próxima entrada para comentar el primero, y hablar, sin importar de qué se trate, de como Catalunya es una mujer mala que pretende violar con un pene de goma a todos los tíos que no somos “manginas” (¿”manginas”, en serio? mereceis cárcel por violación…de la lengua castellana). A ver si con eso cumplimos con el capítulo de neuras y reconducimos un poco el tinglado, que se nos está quedando feillo
Comentario de Trompeta (30/01/2016 07:04):
@ 37 Habló el que escribe “Catalunya” en lugar de Cataluña en castellano.Lo digo por lo de ponernos exquisitos y meter la pata.Sobre todo porque las hembristas a los primeros que violan es a los manginas, los hombres no nos dejamos, es más mojan las bragas por nosotros, nuestros genes superiores y nuestros recursos.
Pero por aquello de enseñar a los que no saben, a los pobres de espiritú, a los que estan por estar y hacen bulto ( y porque acabo de venir de follarme a 2 chavalas que el dinero es para lo que es y no para tirarlo en empoderadas.
Aparte que mejor usar 6 orificios para el placer que solo uno y con cortes en el suministro y estoy muy contento) .
Te diré que puedes sustituir “mangina” por “calzonazos” si optas por el estilo clásico, “pagafantas” si prefieres algo festivo y “hembrista” si prefieres referirte al movimiento de las niñatas y sus lametacones.
Y ahora un poco de música
https://www.youtube.com/watch?v=xyPdrWKL_zg
Comentario de Trompeta (30/01/2016 07:21):
Y volviendo a la guerra de los 30 años, me extraña que nadie haya comentado el tema de Gustavo Adolfo de Suecia y que su ejército está formado su núcleo es un ejército nacional, una tropa homogénea animada por un mismo ideal patriótico y de fervor luterano. Las soldadas se pagan con regularidad. El objetivo del ejército sueco es la destrucción del ejército enemigo, por lo que obligan a presentar batalla para aniquilar al enemigo gracias a la superioridad de su artillería. Así nace un nuevo arte de hacer la guerra.
Algo que se reproduce con el new model army de Cromwell, que además derrotó y ejecutó al rey Carlos I de Inglaterra.Vamos que la guerra de los 30 años será el germen del paso de los ejercitos mercenarios a los ejercitos nacionales, los tercios serán sustituidos por la organización en batallones y cuando Europa alcance la paz, los piratas y corsarios del caribe serán los siguientes en caer.Ejemplo PORT ROYAL, de puerto para bucaneros pasará a base de una flota dedicada a cazarlos, aunque eso ya será a partir de la decada de 1680.
Ya veis que follar y mearse en el hembrismo, no esta reñido con la cultura, en realidad es una consecuencia lógica de la inteligencia, el conocimiento y no aceptar ser un mangina.
Comentario de Berserker de la corredoira (30/01/2016 11:27):
Trompeta, ese núcleo nacional de suecos duró bien poco. Los censos suecos daban que los muchachotes que iban a la guerra duraban, como promedio, menos de tres años, así que después de las campañas del Adolf majo, el ejército de campaña sueco estaba compuesto, como todos, por mercenarios de todas partes. En guarniciones y artillería puede que fuera sueco, pero haciendo turismo rural, había de todo.
Comentario de Gekokujo (30/01/2016 22:02):
En juegos de guerra le llamamos a eso manpower, o sea base poblacional. Suecia siempre ha tenido un manpower débil e idefectiblemente sus andanzas por centroeuropa siempre han terminado bastante mal. y aunque lo petaran en esta guerra gracias a la agilidad y coordinación de sus tres cuerpos, era cuestión de tiempo en el que no pudiesen hacer más. Justamente, en el lado opuesto, estaba la situación de Francia, que era con mucho el reino con mejor base poblacional, tenía. Y me refiero a que quizás en números gruesos tenía menos que el Sacro Imperio, pero evidentemente no adolecía de su heterogeneidad. En fin, no sabía que la palmara tanta gente en los principados alemanes, supongo que eso quedaría en el imaginario colectivo y de ahí la aceptación del imperio casi como una necesidad, dos siglos más tarde.
Comentario de Berserker de corredoira (30/01/2016 22:25):
El dicho popular
“Cada soldado necesita tres campesinos; uno que abandone la propia casa, otro que le provea una mujer y un tercero que ocupe su lugar en el infierno”
explica unas cuantas cosas.
Otra que, como explica el texto, el saqueo para alimentar a las tropas era despiadado y continuo, hasta el punto en que había ejercitos que se deshacían sin más causa que la propia hambre ( y si un grupo de fulanos armados pasan hambre, hay que imaginarse como las pasaban los campesinos)
Comentario de Trompeta (31/01/2016 23:02):
@40 Tiene usted razón, pero los comienzos son siempre duros.
@ 41 Geko poco manpower va a quedar fuera de Rusia (alabado sea Putin y su aplastamiento de las Femen) y China.
Ya veo el futuro de la peninsula iberica y es un Coran en cada casa.Hasta en la Vanguardia se estan dando cuenta, eso sí, la culpa de los infraseres de cromosoma XY, cero autocrítica, cero resultados.
http://www.lavanguardia.com/vida/20160129/301742191666/mujeres-generacion-7-mas-infecundas-desigualdad-genero.html
Veo un futuro para las empoderadas lleno de gatos, consoladores arrugados, lubricantes y soledad mucha soledad
LOL!
Aunque a mi plim, tengo 30 hijos mínimo, gracias a la legislación de donantes de semen y mi esperma superior (sí, en España,Francia, Noruega, Portugal,Rusia y UK hay pequeños Trompetas).
Eso sin contar las donaciones no reguladas en Latinoamerica.
3:)
Comentario de Berserker de corredoira (31/01/2016 23:20):
Geko, ¿Hay algo en juegos de guerra sobre la Guerra de los 30 años? Quizá es que ahora – como argumentan los neurólogos- tanta información nos ha cambiado el cerebro, pero visto en plan fortalezas/debilidades, los Habsburgo españoles no tenían ni que haber empezado, aunque siendo lo más parecido a la casa de Saud en esa época, no tenían otro remedio. Los Habsburgo alemanes, emparedados entre turcos y protestantes, quizá debieron usar menos el palo y más la zanahoria, y resolver los problemas de uno en uno. Falta saber por que los turcos no aprovecharon el momento – ¿Los amigos persas? como intentaron 40 años más tarde…
Si se empiezan a valorar -con ojos actuales- todos los aspectos necesarios para ganar ese juego, los Habsburgo necesitarían más tiempo y…tener a los franceses de su lado
Comentario de Gekokujo (01/02/2016 06:27):
Lo más parecido que recuerde es el Machiavelli, pero está ambientado en la Italia renacentista.
https://boardgamegeek.com/boardgame/286/machiavelli
http://labsk.net/index.php?topic=24403.0
Matrix Games ha hecho un juego para Pc, no suele hacer juegos muy visuales, pero en cambio se curra bastante la AI, cosa que es de agradecer
http://www.matrixgames.com/products/575/details/Thirty.Years%27.War
Dónde triunfa mucho es en los juegos de miniaturas, usualmente de 15 mm. Supongo que por lo vistoso de la indumentaria de la época.
Comentario de DePeixes (01/02/2016 11:56):
@Berserker de corredoira
Aunque no me llamo Geko :), ahí te pongo un enlace con un juego por turnos para PC de un diseñador español (HQ) y con el respaldo de los de AGEOD:
http://www.ageod.com/products/575/details/Thirty.Years‘.War
Un saludo.
Comentario de asertus (01/02/2016 14:53):
#44, por supuesto, el de siempre…
Europa Universalis 4!!!
http://www.vandal.net/noticia/1350654492/presentada-la-nueva-expansion-de-europa-universalis-iv/
Comentario de Gekokujo (02/02/2016 00:24):
Yo nunca me he llevado bien con los juegos de Paradox, pero bueno, Europa Universalis también entra dentro del saco. Aunque en situaciones políticamente enrevesadas es cuando más se disfruta la presencia de otras personas. Precisamente, el Machiavelli, por su naturaleza, tiene fama de poner a prueba la amistad de los jugadores… no sé si se ha llegado a las manos, pero broncas sí que ha habido. Vamos, como en la vida real.
Comentario de Berserker de la corredoira (02/02/2016 09:54):
Yo no me refería a jugar una partida – me imagino al programador planteándose como valorar ejecutar a 1000 campesinos bohemios o los puntos que da saquear el Palatinado para matar de hambre al ejército enemigo-, sino al ejercicio mental de plantearse a que coño se va si, salvo en el apartado “repartir yoyas con infantería”, todo pintaba bastos. Mención aparte para los imperiales, que se dedicaron a autodestruirse mientras sus primos sauditas aportaron oro y hombres y los dejaron tirados cuando se quedaron secos. Intentar revertir el protestantismo, después de tres generaciones…
Comentario de Carlos Jenal (02/02/2016 10:19):
@Berserker de la corredoira
Parece que los problemas del servidor me han borrado un comentario. Le decía que las fuentes indicadas para el capítulo de Tuttlingen son Ferdinand Des Robert, “La bataille de Tuttlingen”, y unas biografías de Werth y otro comandante bávaro.
Aquí lo tiene en Goggle Books, es la nota 37:
https://books.google.es/books?id=XgtpAl8HzjcC&pg=PA906&lpg=PA906&dq=F+Des+Robert,+%22La+bataille+de+Tuttlingen%22&source=bl&ots=W8qbnkCzVt&sig=UR3fcui9SDEoXlOhJg6YqHKpD4k&hl=en&sa=X&ved=0ahUKEwjEwK-d39jKAhVMVhQKHU1lCGsQ6AEIHDAA#v=onepage&q=F%20Des%20Robert%2C%20%22La%20bataille%20de%20Tuttlingen%22&f=false
Comentario de asertus (02/02/2016 10:50):
Berserker, hay que tener en cuenta que esas guerras no eran guerras entre países o entre ideologías, sino guerras para apoyar a una familia que mandaba u otra, sea la familia del emperador, Habsburgo, o las de cada príncipe protestante que quería trincar su parte…
Los campesinos y demás no eran más que gasolina que quemar para avanzar en el camino. El mismo Lutero estuvo en contra del alzamiento de la Guerra de los Campesinos en cuanto tocaron un pelo a los de familias nobles…
Así que el programador tiene que pensar si a tal familia noble que manda en el Palatinado le importa más que los invasores pasen hambre y después pueda venir un ejercito aliado a echarlos o que sus habitantes pasen el invierno comiendo piedras por haber quemado las cosechas “preventivamente”…
Comentario de Berserker de la corredoira (02/02/2016 11:18):
No, si para comprender la matanza sólo hay que haber leído algo de las guerras del XVI, cuando la religión estaba por el medio. Las guerras de religión en Francia o las campañas de Flandes, sin cuartel y sin prisioneros.
Pero habría que ir a entender que es lo que provoca esa necesidad de echarle una mano a los primos.
Hay motivos económicos, de apropiación de rentas eclesiásticas por parte de la nobleza local, con el consiguiente recorte del poder central/imperial, con la consiguiente reacción imperial, hay una pequeña edad de hielo (dioxxx abandona a los viejos príncipes…), hay paises que quieren su parte del botín… pero la sobreactuación de los Habsburgo centrales es la misma que la de los Habsburgo españoles en Flandes, con los resultados conocidos.
Está claro que las mentalidades son diferentes y que es fácil ser más listo o calculador, con los conocimientos y forma de pensar actuales, que un gobernante del XVII, pero el Imperio Español hacía mucha agua y el SRG, ni te cuento. De no ser por el KAOS francés hasta Richelieu, la historia hubiera sido otra.
Comentario de Santi (02/02/2016 12:04):
“sus habitantes pasen el invierno comiendo piedras…”.
De la novela de Huxley Grey Emminence (sobre el “ministro del interior” de Richelieu, místico y torturador de talento) saco que en las alemanias se dio mucho el canibalismo durante la Guerra de los 30 años.
En otro orden de cosas, observen una vez más como la explicitación simbólica del poder (masculino, claro: ese falo potente y reproductor) y el objeto de chanza, la comedia, se dan la mano. Así fue al parecer históricamente en el origen del género cómico, y así nos suena hoy de la mano del apreciado Trompeta.
Comentario de Gekokujo (02/02/2016 12:49):
#51 No sé porqué me he acordado de Príapo,
Comentario de emigrante (02/02/2016 14:03):
#50, de ahí viene el cuento de “Hansel y Gretel” que en España es más conocido como “La casita de chocolate”. En la versión original tampoco es chocolate sino Lebkuchen, una especie de pan de gengibre tan típico de navidad como el turrón en España. Se puede llegar a poner tan duro que no es descabellado que alguien lo conciba como material de construcción.
Al grano, el cuento describe como unos niños son abandonados en el bosque por su padre y recogidos por una anciana que pretende comérselos. Con la guerra se convirtió en una práctica habitual abandonar a los hijos o diréctamente matarlos y después comérselos. Supongo que muchos padres llegaron a la conclusión de que era mucho más cruel dejarlos morir de hambre, y una vez muertos pues oye todo es aprovechable cuando hay necesidad. Además, entonces la mortalidad infantil era tan elevada, incluso en tiempos de paz y entre la nobleza, que no se le tenía tanto apego a los críos como ahora. Hoy afortunadamente nos parece abominable, supongo que otro logro del hembrismo triunfante para que se lo apunte Trompeta.
Dicen que entre la ola de refugiados hay más de 10.000 niños que se han perdido en los bosques de Centroeuropa http://www.eldiario.es/zonacritica/posible-perder-rastro-ninos_6_479512065.html
Comentario de Santi (02/02/2016 14:13):
#52
Gracias por recordarme lo del cuento.
El enlace: la hostia puta.
Comentario de Gekokujo (02/02/2016 14:53):
Ya, 10.000 niños y en Europa, la verdad es que es terrorífico. Damos por sentadas muchas cosas, me temo.
Comentario de JoJo (02/02/2016 18:23):
#52 La mayor parte de los cuentos de los hermanos Grimm son tradiciones orales recogidas y sistematizadas por ellos, no ficciones literarias. Y como toda tradición oral, hay detalles inventados pero hay una base real. También leí que El Flautista de Hamelín está inspirado en la Cruzada de los Niños y que Blancanieves se insparaba en una condesa o algo así que había abandonado a su hija adolescente en un bosque… hay muchos cuentos de los Grimm de niños abandonados.
Y abro un off-topic. ¿Para cuándo un artículo sobre la formación de des-gobierno en España? De los editoriales y columnas de opinión de El País no me fío. Creo que hemos llegado al estado perfecto de Rajoy, el Tao por antonomasia: no pasa nada, nadie hace nada, sólo dar vueltas una y otra vez al mismo sitio como un burro atado a una noria.
Comentario de Lluís (02/02/2016 19:36):
#55
Pues la situación actual no es tan mala para el PP. Como a nadie se le ocurrió que podía darse la situación actual, mientras al rey no le dé por proponer a nadie, Rajoy puede seguir como presidente en funciones por los siglos de los siglos, y como nadie baje del burro (o le bajen), aún durará más ahí que su paisano, ese que estuvo hasta el 75. Y de forma totalmente legal.
El problema es que la Merkel no creo que esté por eso. Sobretodo, si hay que recortar para que los acreedores puedan cobrar.
Comentario de Trompeta (02/02/2016 22:54):
52 Los logros del hembrismo son más de este estilo
http://www.lavanguardia.com/local/girona/20151209/30697882692/mujer-hijos-girona.html
Un caso típico de empoderada en acción, esta hizo un aborto tardio, el aborto es cool, ser madre malo para hembristas, jau.
Hasta las ratas cuidan a sus crias, las hembristas no.
Lo de los crios una lastima, anda avisa a las hembristas, a lo mejor salvan a las niñas , y dejan a los niños para que se los coman los cuervos por falocratas.
Comentario de Trompeta (02/02/2016 23:00):
Por cierto Vacio va a intentar la investidura, preparen las palomitas.
http://politica.elpais.com/politica/2016/02/02/actualidad/1454437134_638707.html
A ver como pablemos y la lideresa del sur se lo montan para torpedear el tema.
Comentario de Trompeta (02/02/2016 23:02):
Vacio en la cima del mundo, si lo viera su mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=OjzKiEs_pHI
Comentario de Lluís (03/02/2016 17:05):
#58
Debo admitir que me equivoqué. Pensaba que la situación actual (Rajoy renunciando sin renunciar, Sánchez diciendo que espera la renuncia de Rajoy) duraría unas cuantas semanas más. Se ve que alguien se habrá mosqueado y les ha obligado a mover ficha.
Rajoy aún puede salirse con la suya aplicando su método de sentarse a esperar leyendo el Marca. Por lo pronto, el rey le ha solventado la papeleta de presentarse en el Parlamento y ver como, de los demás grupos, no le apoya ni el tránsfuga al que expulsaron del partido.
Ahora la pelota está en el tejado de Sánchez. Por lo menos, demuestra que le va algo más la marcha, ya que su investidura es casi tan difícil que la de Rajoy. Claro que con buena parte del partido haciéndole la cama cual plantilla del Real Madrid con Benítez, la huída hacia adelante era la opción menos mala de todas, por lo menos si suena la flauta podrá vivir una temporadita en La Moncloa.
Ahora, ciertamente, será divertido. El PP ya ha dicho que votarán en contra de cualquier candidato que no sea Rajoy, por lo que una GK con Sánchez es difícil. Claro que igual se cargan a Rajoy a cambio de una legislatura corta, seguramente a la Lideresa y a unos cuantos más no les importaría estar de vicepresidentes con Sánchez, sabiendo que éste seguirá defraudando al votante socialista y que en las próximas elecciones, el PP tendrá opciones para recuperar lo suyo, sobretodo si ya ha amainado la tormenta de corrupción. Incluso ganan tiempo para “limpiar” un poco la casa, Rato fuera del partido, una nueva dirección en Valencia y pelillos a la mar. No deja de ser una opción, no para Rajoy pero si para el PP. Y podrán sacar pecho hablando de “sentido de estado”. Supongo que el IBEX aplaudiría.
El contubernio con Podemos e IU molaría, sobretodo porque a algunos “libeggales” les daría un ataque y, con suerte, les entra el pánico y salen huyendo hacia Miami. Pero no suman, y no veo al PP ni a Cs absteniéndose para facilitar la investidura. Y con el discursito de ayer en plan “unidad de destino en lo universal”, supongo que para intentar congraciarse a los del “antes roja que rota”, no ayudará a que ERC, DyL, Bildu o PNV por lo menos se abstengan. El de Corrupción Canaria también dijo que con Podemos nada, claro que si le sueltan unos cuantos billetitos en “B”, igual cambia de opinión. Pero lo tendrá muy complicado.
Aún veo menos a PSOE-Cs, básicamente porque todavía suman menos, si los nacionalistas no quieren nada con el PSOE aún van a querer menos con Rivera y elementos como Girauta y al PP no le va a hacer gracia que su rival de centro-derecha se cuelgue medallas.
También queda la opción de un gobierno del PSOE en solitario. Con 90 escaños es muy complicado, pero tienen la ventaja de que pueden llegar a acuerdos puntuales con todas las demás fuerzas, y ni Podemos ni el PP pueden rechazar una propuesta que está en su línea sólo porque en un proyecto anterior han buscado el apoyo del otro. Con los presupuestos las pasarán canutas, pero siempre se puede intentar una prórroga y apuesto a que, en el mejor de los casos, si en Bruselas avalan las cuentas que presenten, el PP y Cs se verán en la obligación de apoyarlas de alguna forma, seguramente una abstención baste. Tendrían que conseguir la investitura con la abstención del PP, de Cs y o bien Podemos o bien el resto de grupos pequeños, muy difícil, pero superado esto, también sería complicado que los demás pudiesen ponerse de acuerdo para una moción de censura. Yo, al final, no descartaría esta opción, otra cosa es que, como en el caso catalán, la luz verde llegue sobre la bocina y cuando los partidos, PSOE incluído, ya estén preparando la maquinaria electoral. La Merkel, los capos de Bruselas o del BCE pueden ayudar bastante. Y con 90 escaños y el PP mandando en el Senado, olvídense de aventuras como reformar la constitución o la ley electoral
Comentario de bofifa (04/02/2016 13:42):
Trompeta, veo que vas a estar ocupado este finde http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/grupo-machista-radical-convoca-encuentro-barcelona-4869366
Por cierto, qué aburrimiento que LPD no suelta ningún artículo sobre porras de negociaciones PPSOE o del grupo político anteriormente conocido como PP Valenciano…
Comentario de emigrante (04/02/2016 13:57):
El CIS a venido a dar otra mano de cartas en esta partida de poker que son las negociaciones de investidura. La encuesta es vieja (un mes) y viene a decir lo que ya imaginábamos PP y Ps querrán repetir y PSOE y Cs rezando el virgencita…
Ya hay quien ha hecho cálculo de escaños en electomania
Khanbalik:
PP: 123 (123)
PSOE: 83 (90)
Podemos y Confluencias: 81 (69)
Ciudadanos: 37 (40)
ERC: 10 (9)
PNV: 6 (6)
DIL: 5 (8)
IU-UP: 2 (2)
EH Bildu: 2 (2)
CC-PNC: 1 (1)
Jespefe:
PP= 28,8 = 127
P’s+UP= 25,6 = 109
POSE = 20,5 = 81
C’s=13,3 = 17
estadistico1:
PP 121
Psoe 84
Podemos 81
c’s 35
erc 9
dl 9
pnv 6
bildu 2
iu 2
cc 1
El cálculo matemático de Podemos+IU+pacma = 6.700.000 votos con 99 escaños
pp – 114
psoe – 79
c’s – 32
los demás igual excepto Pnv que perdería 1
Comentario de emigrante (04/02/2016 14:18):
Las dos Españas ya no son las de rojos contra fachas sino jubilados contra el resto. Peazo brecha generacional!
IDV por tramos de edad:
18-24 años:
– Podemos+: 24,9%
– PSOE: 14,4%
– PP: 11,4%
– C’s: 10,0%
– IU-UP: 4,0%
25-34 años:
– Podemos+: 24,7%
– PP: 13,2%
– PSOE: 11,0%
– C’s: 9,9%
– IU-UP: 3,0%
35-44 años:
– Podemos+: 25,3%
– PP: 14,3%
– C’s: 11,7%
– PSOE: 11,2%
– IU-UP: 4,1%
45-54 años:
– Podemos+: 19,0%
– PP: 15,1%
– PSOE: 13,7%
– C’s: 9,0%
– IU-UP: 2,9%
55-64 años:
– Podemos+: 16,4%
– PP: 16,2%
– PSOE: 15,9%
– C’s: 6,5%
– IU-UP: 3,0%
65 y más años:
– PP: 30,7%
– PSOE: 19,0%
– Podemos+: 6,9%
– C’s: 4,3%
– IU-UP: 2,4%
Comentario de Oscar L (04/02/2016 17:06):
Impresionante la supervivencia de IU entre los tramos de edad jovenes, verdaderamente impresionante que haya más veinteañeros votando al PCE que la generación del BabyBoom. No les ha salido tan mal la operación Garzón (y el fenómeno #Garzoniers) visto lo visto.
Aunque por supuesto no me lo termino de creer
Comentario de Trompeta (04/02/2016 19:08):
@ 65 No, que esta cancelado.
http://www.returnofkings.com/79537/announcement-the-meetup-on-february-6-is-cancelled
Fue una trolleada de Roosh para demostrar que las feminazis, han prohibido el derecho de reunión.
Aparte que los fines de semana, yo me voy de señoras, de señoras prostitutas que son mucho más señoras de lo que jamás lo será una pescadilla empoderada feminazi en la vida.
Comentario de Trompeta (04/02/2016 19:51):
Por cierto, me imagino que las próximas victimas del feminazismo sean los asistentes a este otro encuentro
https://www.youtube.com/watch?v=rsYC7MX8nEE
Ahora que las hordas machirulas estan violando, matando y robando cual bárbaros a la caida de Roma, hay que mantener prietas las filas.
El problema es que solo palmaran las manginas, mientras las empoderadas le limpian el sable a los islamistas o a los xenofobos.La empoderada a la hora de la verdad, va con el vencedor.Yo lo sé por partirle la cara a más de algun mangina de joven y cepillarme a su “novia del alma” al poco tiempo.
Comentario de Santi (04/02/2016 20:36):
Qué risa da la potencia exhibida. Es pura dialéctica: sólo el potente es impotente; se exhibe, arrogante e ignorante, y mueve a la risa. Le mando una buena higa, fierecilla.
Comentario de Gekokujo (04/02/2016 20:38):
“O del grupo político anteriormente conocido como PP Valenciano…”.
Muy bueno.
#70 Yo normalmente me ligo a los chavales sin necesidad de atizarles previamente, ni a sus parejas si es que la tienen, le aseguro que es posible.
Comentario de Trompeta (04/02/2016 21:12):
@72 Geko, en realidad lo normal es usar los mecanismos típicos con las hembras:estatus, genes y actitud.
Lo que comento son excepciones, cuando te vienen falsos alfas a por lana y salen trasquilados.Vamos que empiezan ellos la pelea para afirmarse ante su hembra, les sacas los dientes y la hembra se va contigo.De todas formas las hembras que se juntan con ellos , suelen ser de calidad sub-estandard y uno solo las usaba como entretenimiento.
Aparte que uno era más joven y menos frío.
Comentario de Trompeta (04/02/2016 22:02):
Y reconduciendo el tema a la guerra de los 30 años hay un ejemplo muy claro en la película “el último valle”.
El capitán (Michael Caine) y el alcalde se juegan a una mujer a los dados, ella se va con el macho que considera más apto.
Antes estuvo con el alcalde, ahora toca el capitán (el nuevo amo del pueblo).
Comentario de Trompeta (04/02/2016 22:14):
La escena en cuestión
https://www.youtube.com/watch?v=lWRAOmy1_Zg
Por cierto, os dejo durante un tiempo , acabo de cerrar un buen trato , cobrar mi parte del botín y me apetece tomarme unas vacaciones en el Caribe.
Además hace tiempo que no uso a 3 mulatas a la vez ;)
3:)
Comentario de Mr. X (04/02/2016 22:17):
Me siento perplejo por ese segundo puesto del PSOE en la franua entre los 18-24 años. Siempre había pensando que los ninis eran apolíticos.
Aunque si uno lo piensa fríamente, eso explicaría la altísima tasa de fracaso escolar en Andalucía…
Comentario de Oscar L (05/02/2016 02:49):
Tanta apología de la prostitución empieza a resultar molesta… incluso para mí que creo que no soy un manguina… Dios me libre.
Comentario de Gekokujo (05/02/2016 10:36):
#76 Pecando de malpensado, creo que en muchos casos se debe a que se apuntan a un partido como el que es de un equipo porque es el que triunfa en su entorno inmediato.
Comentario de notengoniidea (05/02/2016 12:29):
Pues yo creo que el dato mas llamativo es que Podemos gana en todas las franjas de edad salvo la de mayores de 65, donde no le vota ni dios. Y luego solo es el tercer partido mas votado. No se, o la abstención entre los jubilados es mínima, o algo falla en esos datos, me parece.
Comentario de Mr. X (05/02/2016 13:11):
80-Los jóvenes se abstienen mucho y los jubilados muy poco, en efecto.
Comentario de JoJo (06/02/2016 15:08):
# 80 sí, sobre todo los jubilados que van a votar con el sobre que les han preparado las monjitas de la residencia. En esos casos, 0 abstención
Comentario de JaJa (09/02/2016 08:15):
#81 el mito de las monjas que obligan a los jubilados a votar contra su voluntad sigue vivo. Además creo que lo hacen pagadas por Irán. Además son monjas disfrazadas, cuál PI para ir de fiesta con sus colegas de la casta del cine.
Comentario de asertus (09/02/2016 10:42):
A ese respecto está bien el artículo de Kike Vázquez, Viejunocracia.
“Porque los mayores de 65 años son el mayor ‘lobby’ político que existe en nuestro país, unos 8,5 millones de personas movilizadas (vota más del 90%) y cuyas preocupaciones son muy concretas: mi pensión, mi pensión, mi pensión.”
http://goo.gl/nVQmNd
Si Podemos quiere cortejarlos que prometa subir todas las pensiones y que éstas no pagarán impuestos.., así, mayoría über absoluta…
Comentario de Berserker de corredoira (09/02/2016 16:03):
82#Tiene razón, no viejos que van a votar, disciplinadamente en esa excursión dominguera no votan contra su voluntad. Para hacerlo tendrían que tenerla.
Además, no es un mito, sinó un milagro. En un país donde normalmente vota el 65-70%, los octo-nonagenarios que se pueden tener en pie y viven en comuna, votan todos. Casi dan ganas de pedir que el voto sea obligatorio.
Y el mito de los que quieren votar y no pueden, gracias a un acertado cambio de ley ¿Existe o no?
Pingback de “Wallenstein” – Golo Mann « La Página Definitiva (24/02/2016 13:10):
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