Black Sails
Una serie para todos
Imagine que ha invitado a dos amigos, y quieren poner algo en la tele. Y resulta que uno de sus amigos es de la Izkierda Anticapitalista, y el otro es un liberal de VOX. No lo dude: póngales esta serie y los tendrá a los dos encantados. A uno, porque los protagonistas son una banda de anarquistas libertarios que viven en una democracia asamblearia, lo comparten todo, funcionan a base de cooperativas autogestionadas, y retozan alegremente un@s con otr@s sin estar atados por las cadenas del heteropatriarcado opresor. Al otro, porque se trata de emprendedores hechos a si mismos, residentes en un paraiso fiscal, que retienen lo que es suyo sin temer a nadie, nacidos de algo tan noble como la privatización de la guerra, y que aspiran a desmontar las estructuras del estado español para integrar sus recursos en el libre mercado vía asalto de sus galeones (y encima, ¡funcionan con el patrón oro! ¿Se puede ser liberal y pedir más?).
Corsarios vs piratas
Los protagonistas son una tripulación pirata, comandada por James Flint, y que cuenta entre sus miembros a un tal John Silver, que son evidentemente el capitán Flint y el Long John Silver de la novela “La Isla del Tesoro” de Stevenson, para la que esta serie se supone que es la precuela, mezclados con personajes históricos de la edad de oro de la piratería. Aclaramos por si acaso la diferencia entre piratas y corsarios: un pirata es un señor, con su parche, su pata de palo y su barco, que se dedica a asaltar otros barcos en alta mar para robar, secuestrar y vender como esclavos a su tripulación. Y un corsario pues lo mismo, pero con un documentillo llamado patente de corso, otorgado por un soberano (generalmente un rey), que le obliga a limitar sus correrías a los enemigos de dicho soberano, y a los tiempos de guerra. A cambio, puede usar los puertos del soberano para vender su mercancía o reclutar hombres. Y siempre tiene que pagarle un 20% del botín.
Esta privatización de la guerra en el mar fue muy popular durante los siglos XVI y XVII, hasta el punto de que ladrones piratas corsarios como Francis Drake o John Hawkins fueron elevados a la nobleza. Ingleses, franceses y holandeses los usaban de forma regular para minar el poder español en el Caribe. Pero a principios del XVIII el poder español ya no es lo que era, y además se produce un cambio en los demás reyes: eso de “soy rey por la gracia de Dios y por eso no tengo que justificar nada de lo que hago, ni tengo escrúpulos en pactar con bribones y llevarme parte del botín de lo que no deja de ser un vulgar ladronzuelo con pretensiones” ya no queda bien en las portadas del ABC (en aquel momento, una publicación joven y rebelde). La perniciosa Ilustración, corruptora de mentes, está empezando, sabeh?, y lo de follar, matar y rapiñar como vulgares reyes godos ya no se considera un privilegio natural de la institución: hay que empezar a cultivar cierta imagen de cercanía, amor a la patria y preocupación por la chusma plebe los súbditos, y dejar los negocietes chungos (en manos de un yerno, por ejemplo). Vamos, lo que nos están colando ahora en España con tres siglos de retraso.
Se da el caso, además, que ingleses, franceses y holandeses tienen colonias propias, que viven del comercio, y este comercio se está viendo afectado. ¡Nuestros emprendedores se están pasando de entusiasmo! ¿Será que el capitalismo desatado y sin límites no siempre es bueno? El caso es que los ingleses buscan alguna manera elegante de librarse de su criadero de empresas en el Caribe. Es en este punto –año 1715- cuando arranca la serie: con el rey de Inglaterra lanzando una campaña para limpiar de piratas las Islas Bahamas, justo cuando la tripulación del capitán Flint está a punto de lograr el mayor botín pirata de la historia: el Urca de Lima, con parte del tesoro español a bordo.
PIRATEX35: protagonistas cotizantes
Capitán Flint: capitán de la nave Walnut y protagonista principal. En términos empresariales, es la transfiguración de Steve Jobs al mundo pirata: un dirigente carismático y visionario con una ambición totalmente desmedida. Su tripulación le adora y respeta, aunque él les miente y manipula como a vulgares fanboys en la presentación del nuevo iPhone. Su relación con Apple Inglaterra es sencilla: “¿Pedir perdón? Que me lo pidan ellos a mi”. Tiene un plan para las Bahamas, que por desgracia no pasa por adelantarse dos siglos a Las Vegas, sino por convertirse en un reino independiente de hombres libre con él como rey.
Eleanor Guthrie: hija de Richard Guthrie, y apoderada de sus negocietes chungos (comprarles a los piratas mercancía robada para venderla como legítima en Boston, y venderles a su vez provisiones y armas a los piratas) en New Providence, en las Bahamas. Como hija de un padre explotador, suponemos que lo que más le pega es ser la hija de Amancio Ortega. Como buena capitalista, no le hace ascos a nada (esta frase tiene su doble sentido, por cierto), y preside ocasionales Consejos de Administración Piratas donde solo falta que alguien se saque un powerpoint con sinergías.
John Silver: simpático emprendedor que se alista en la tripulación de Flint cuando su barco es asaltado y los marinos masacrados (él se esconde en la bodega y afirma ser el cocinero). Su simpatía y habilidad para conspirar pronto le hacen ascender, aunque si recuerdan su aspecto en “La Isla del Tesoro”, sabrán que no sale demasiado bien parado. Es el Jenaro García de la piratería, merced a un papelito cuyo valor no para de subir en New Providence gracias a oportunos rumores que él mismo esparce, y que va a hacer muy rico a quien lo compre.
Max: amiga “especial” de Eleanor, socia de John Silver, juguete de Anne Bonny, y representante de la clase obrera en la isla (¡alguien tiene que trabajar al fin y al cabo!). Es decir, es la que se lleva los palos. Al menos, hasta que decide putear a sus compañeras del sindicato meretriz.
Billy Bones: contramaestre del Walnut, también sale en la Isla del Tesoro. Billy representa un arquetipo que no nos esperamos: ¡un pirata honesto! Honesto y desbordado por las circunstancias. El Goirigolzarri de los mares aceptará comandar una nave llena de desaprensivos. Si el barco vuelca, ¡hoygan, hice lo que pude!
Richard Guthrie: padre de Eleanor y el Amancio Ortega de las Bahamas, como dijimos. Dedicado al prestigioso oficio de gobernador, mientras gana una fortuna con fábricas en el Sudeste asiático el comercio de mercancías robadas. Hombre que va por libre, hasta que finalmente la Corona inglesa intenta arrestarle. Entonces ve la luz y decide meterse en el Consejo Empresarial para la Competitividad traicionar a sus hasta ahora socios, los piratas, para congraciarse con el rey.
Robert Gates: segundo de a bordo de la Walnut. Al igual que Billy, otro pirata que va de honesto. En su caso, y como recompensa, no le equiparamos a un empresario sino a Cándido Méndez: su tarea es representar los intereses de la tripulación, aunque luego siempre opta por ponerse del lado del patrón para que no peligre el mando de la nave. Hará falta poco menos que un asesinato para que empiece a reconsiderar su posición de mediador neutral. ¡Todo sea porque no peligre este estupendo marco de relaciones laborales que permite la creación de riqueza, que estamos todos en el mismo barco!
Capitán Bryson: un capitán que también vive de la piratería, pero él no es un sucio pirata, no, él solo transporta los bienes para la familia Guthrie. Llegado el momento, sufrirá una OPA hostil por parte de Flint, que solo desea trocear su barco y quedarse con las partes más beneficiosas (concretamente, sus cañones de 12 libras).
Charles Vane: este emprendedor está basado en una figura histórica, lo que no quita que le hayan metido un grimoso culebrón como ex pareja de Eleanor. Bruto como un arado oxidado, representa a los piratas “sin complejos”. Como empresario que empezó siendo “bueno” (robaba, pero a los españoles) y luego se convirtió en “malo” (seguía robando, pero ahora a sus anteriores jefes) tras pasarse de listo y creerse “yo estoy aquí por mis méritos, no porque los de arriba me dejan”, poca duda queda sobre a quién se parece: Juan Villalonga. Defenestrado de Telefónica su barco, liderará junto a un montón de perroflautas una iniciativa de la Nueva Economía para barrer los modelos de negocio obsoletos de New Providence.
Jack Rackham: otro histórico, similar al anterior, aunque con Anne Bonny como pareja estable. Frente a la brutalidad de Vane, no obstante, Rackham es más bien el tipo enrollado que te ahoga en su cháchara insustancial. Es decir, un Rodrigo Rato que vende preferentes y luego si caen no sabía de nada. El problema de Rackham es su talento limitado (hay que ser tonto para tener un burdel en una isla pirata y encima perder dinero), y que no vende a ágrafos jubilados, sino a los más brutos de su tripulación, que amenazan con darle unas yoyah que ríase usted del 15MPaRato.
Anne Bonny: tercera histórica; mujer pirata en un tiempo donde esto no se estilaba precisamente porque se creía que las mujeres a bordo daban mala suerte (los piratas, al contrario que los del IBEX, si tenían principios irrenunciables aunque les costase el botín). Tiene una reputación de asesina despiadada, pero luego le asoma el corazoncito con Max. Si en algún momento de la serie aparece Mary Read, no habrá duda: son las Koplowitz.
Mr. Scott: consejero de Eleanor, a la que traiciona optando por su padre, que le recompensa, no como un capitalista, sino como un padre: con una lección que le dará sabiduría para toda la vida. Eso de recompensar con dinero está sobrevalorado, ahora lo que se lleva son contratos no remunerados para aprender. En cambio, la falta de lealtad y el cambiarse de empresa tienen su recompensa.
Mrs. Barlow: esposa/pareja del capitán Flint, a la que le gustaría dejar las cuitas del Nasdaq para cotizar en una bolsa tranquila y prestigiosa -la de Boston, por ejemplo- porque ya está harta de engañar a la CNMV sobre las bases de su riqueza.
¿Es digna de abordar?
La serie evidentemente busca el toque HBO (sangre, sexo y recreaciones históricas impactantes), y mayormente lo consigue. Otra cosa, ya más cuestionable, es su tendencia –que por desgracia comparte con muchos productos similares- a culebronizar el relato. Bajo la premisa “los personajes históricos también son personas humanas”, los guionistas empiezan a liarla con las cuitas emocionales y sentimentales de los protagonistas. Que miren, no dudo que las tuvieran, pero también las tiene Paqui la cajera del AhorraMás, y no creo que por eso vayamos a ponernos a ver una serie sobre reponedores titulada “Black Shelves”. ¡Si tienes piratas, haz una serie de piratas! Haz escenas de acción, abordajes, festines y duelos con sable; si usas la palabra “amor” más a menudo que la palabra “botín”, estás teniendo un problema con tu serie de piratas.
En el lado bueno, y quitando la parte culebrón, al menos la recreación histórica está lograda, y sobre todo acaban con esa loca idea de los piratas escondiendo grandes tesoros en islas desiertas, que Stevenson ha implantado en el imaginario popular. Porque a ver: ¿realmente nos creemos que los piratas tienen una ética protestante y webberina de ahorro y acumulación de capital para invertirlo en barcos más grandes con los que lograr botines aún mayores, para así acumular aún más capital en sus islas/bancos del tesoro, en una subida exponencial –pero no una burbuja, eh- que resuelva para siempre las crisis económicas? No, los piratas tienen claro que mañana mismo pueden morirse, y para eso mejor gastarlo todo en ludopatía, productos etílicos y experiencias eróticas. Si en España hubiésemos hecho lo mismo durante aquellos años dorados, otro gallo nos cantaba. O no, pero que nos quitaran lo bailado.
Compartir:
Tweet
Comentario de Guillermo López García (02/03/2015 15:36):
Magnífica reseña, como siempre, con mención especial “Fabuloso de oro” a Paqui, la cajera del AhorraMás, y sus cuitas existenciales, que algún día habrá que abordar en una serie pretenciosa de Canal+
Comentario de Latro (02/03/2015 15:42):
Genial. El paralelismo esta muy bien llevado, pero que muy bien.
Creo que ahora empezaban la segunda temporada, o ya empezó… o algo, no se, la primera me gustó pero ya casi no veo la tele y no me entero de cuando sale nada.
Ahora, lo de los tesoros piratas, pues… bueno, exactamente asi no era, pero algo habia que hacer con las ganancias serias. Que si, que la mayor parte de la tripulación lo invertiria en putas y ron, pero con las partes sustanciales de los mas enchufados era con lo que un señor inglés podia aspirar a retirarse comodamente como gran terrateniente y lord no se que en algun lado donde no le conociesen de ninguna OPA hostil. Incluyendo los sobornos que habia que pagar para conseguir indultos, etc. No recuerdo ahora el nombre de uno en particular que con sus buenos oficios consiguió “reconvertirse”… en cazador de piratas.
Comentario de Trompeta (02/03/2015 16:02):
El barco se llama WALRUS —>Morsa.
Walnut es nuez, solo por aclararlo y que no se rian de ustedes como si fuesen unas feminazis o separatas de la vida, pringadillos.
La serie se puede ver, a ver durante cuanto tiempo…
Comentario de Trompeta (02/03/2015 16:06):
Lo del tesoro escondido es por el capitán Kidd, que escondió parte de su botín para intentar zafarse de la horca, Stevenson solo lo usó de argumento, pringadillos.
Comentario de Trompeta (02/03/2015 16:09):
Perdón, he cometido una falta de respeto tremenda, donde puse pringadillos sustituyanlo por botarates que queda más nautico y de acuerdo al tema tratado. Arrrrrr!!!
¡Vamos ,cantad botarates! https://www.youtube.com/watch?v=9nEsIFLRZko
Comentario de Latro (02/03/2015 16:27):
Por cierto que lo del culebrón… bueno, hay una realidad básica marxista subyacente a todo esto.
Es que las escenas de navegar y abordajes y tal salen por un ojo de la cara :P Por eso enredan tanto en tierra
Pingback de Black Sails.Una serie para todos (02/03/2015 16:57):
[…] Black Sails.Una serie para todos […]
Comentario de galaico67 (02/03/2015 17:18):
Latro, que poco cinefilo ha resultado…Morgan, Sir Henry Morgan, de prototipo de emprendedor por las posesiones del Caribe Español a gobernador de la isla más contrabandeadora del momento, Jamaica…
Comentario de galaico67 (02/03/2015 17:28):
“Porque a ver: ¿realmente nos creemos que los piratas tienen una ética protestante y webberina de ahorro y acumulación de capital para invertirlo en barcos más grandes con los que lograr botines aún mayores, para así acumular aún más capital en sus islas/bancos del tesoro, en una subida exponencial –pero no una burbuja, eh- que resuelva para siempre las crisis económicas? ”
Ese modo de actuar les conducía al desastre en poco tiempo, nunca, pero nunca jamás de los jamases, se podía intentar competir con los mayores piratas de su tiempo: los reyes de Francia, Inglaterra y España, sin descontar a la Compañia Holandesa de las Indias Orientales…
Pingback de Lecturas interesantes del 02/03/2015 (02/03/2015 19:23):
[…] Black Sails según «La Página Definitiva» Imagine que ha invitado a dos amigos, y quieren poner algo en la tele. Y resulta que uno de sus amigos es de la Izkierda Anticapitalista, y el otro es un liberal de VOX. No lo dude: póngales esta serie y los tendrá a los dos encantados. A uno, porque los protagonistas son una banda de anarquistas libertarios que viven en una democracia asamblearia, lo comparten todo, funcionan a base de cooperativas autogestionadas, y retozan alegremente un@s con otr@s sin estar atados por las cadenas del heteropatriarcado opresor. Al otro, porque se trata de emprendedores hechos a si mismos, residentes en un paraiso fiscal, que retienen lo que es suyo sin temer a nadie, nacidos de algo tan noble como la privatización de la guerra, y que aspiran a desmontar las estructuras del estado español para integrar sus recursos en el libre mercado vía asalto de sus galeones (y encima, ¡funcionan con el patrón oro! ¿Se puede ser liberal y pedir más?). […]
Comentario de Latro (02/03/2015 19:41):
galaico, no , no era Morgan. Vamos, Morgan como paradigma esta muy bien, pero estaba pensando en Woodes Rogers, primer gobernador de Bahamas y al tio al que o le toca salir ahora en Black Sails o lo han ninguneado de su propia historia, porque fue el que se dio de palos con Vane.
Aunque Rogers nunca fue pirata-pirata, pero alcanzó su fama en cositas como saquearse Guayaquil con bajada a la ciudad para quitarle (muy cortesmente al parecer), las joyas a las señoras bien de la ciudad, y llevarse un galeón español.
Ah, y por rescatar al que se supone es el modelo verdadero de Robinson Crusoe, un tal Alexander Selkirk
Pues tras ese curriculum de corsario serio siempre a la orden de su Majestad (de hecho, la cosa casi que funcionaba en plan bolsa, exactamente: se reunian en el puerto de, pongamos, Liverpool, los burgueses del lugar a fletar una expedición de corsarios con documentos firmados de a cuanto va el porcentaje de la empresa…)
, a Rogers, que quedo bastante mal parado económicamente porque se le ocurrio comerciar con los holandeses en Indonesia con parte del saqueo, mas en plan “estos barcos se me hunden antes que llegue a Londres, mejor agarro la pasta” pero que le valio que la Compañia de Indias le formase juicio por ir contra su monopolio (ya ve como acierta con las jerarquias)… pues le dieron el puesto de Gobernador de las Bahamas en plan vaya usted y limpie esa mierda de colonia que la tenemos perdida de piratas, y de paso si puede fortalecerla un poco para que no se la pillen los españoles, mejor.
Por cierto, otra parte redonda del negocio. Entre vender los barcos capturados y quedarse con los mas apropiados para aumentar la flota… lo de invertir en nuevos barcos casi que se hacia a base de rebautizar Nuestra Señora de Esto o lo Otro como Dauntless o Fearless o lo que saliera…
Comentario de Paisano (03/03/2015 09:50):
Saludos:
Pos fijarsus.
A mí me emociona pensar en Pedro Menéndez de Avilés y sus medidas para defender el Caribe (exterminio de hugonotes en La Carolina de Florida, me temo) con más de 50 buques piratas capturados.
En el postrero viaje del Draque del que no regresó ni él ni su maestro, el negrero.
En lo de Blas “Mediohombre” de Lezo ante Cartagena de Indias (que si, que si, era la flota regular).
O en que la flota de Indias sólo llegó a perderse unas cuatro veces en siglos.
Vamos que para chulo…
Comentario de Trompeta (03/03/2015 10:25):
@10 Paisano.
Es que la gente ve las pelis de Errol Flynn y se piensa que todo era así.
El 3º reich de Adolfo en las páginas de la historia no es nada comparado con el imperio colonial español.
Es más, los mongoles (raza inferior según los “arios”) lograron conquistar Moscu. http://es.wikipedia.org/wiki/Invasi%C3%B3n_mongola_de_Rusia
Volviendo al tema ,Blas de Lezo se meo literalmente en la “grandeza británica” que llevó también unos cuantos palos, que mucha gente piensa que todo es Nelson y se olvida donde perdió el brazo…
Le joda a quien le joda, por cada Henry Morgan hubo muchos más piratas ahorcados , o que se los comieron los canibales como al Olones.
Comentario de Latro (03/03/2015 11:39):
Tampoco nos pongamos excelentes, que va a parecer que los piratas se metian al negocio por tontos.
Lo que pasa es que claro, la flota del tesoro se perdió pocas veces (de hecho, el boom de la pirateria en Bahamas se dio, precisamente, porque todo dios queria apuntarse a buscar los restos del tesoro español en Florida tras una de esas pocas veces, y una vez acabado eso… pues de algo hay que comer)
Pero el tráfico de mercancias si que se veia afectado mucho mas. Digamos que la flota del tesoro era el gran objetivo que todo ladrón naútico soñaba, pero el dia a dia era pillar un barco de esclavos por aqui y vender el “material”, por ejemplo.
Al final la cosa se acaba cuando empiezan a tocarle los huevos a los mismos ingleses, en plan “yo que tenia mi negocio de contrabando ilegal a las colonias españolas y va el capullo este y me roba…”
Comentario de galaico67 (03/03/2015 14:34):
Más ien fue en plan “esto se está poniendo perdido de emprendedores que hacen subir los salarios y reducen las oportunidades de negocio para la gente bien”. Las tripulaciones comerciales se pasaban a las primeras de cambio al emprendedurismo, porque los capitalistas estaban demasiado por el beneficio para el accionista…
Aunque tambien podemos decir que lo que ocurrió fue que el sistema de presas de la Navy transformó la pirateria en algo institucional y echaron del mercado a los autónomos.
De todas formas, la historia del emprededurismo en el Caribe tiene varias fases. Una primera de “todos contra el acaparador”, hasta el final del tercer Felipe. Otra de “este Imperio es una ruina, pero esta podrido de plata”, hasta la llegada del Borbón. Y una última que empieza con el Borbón, con el Caribe perdido de emprendedores autonomos y que va derivando en el “Aquí se roba como el rey manda o no roba ni dioxxx”, donde hasta los españoles llegaron a poner en apuros a la Lloyds y las andanzas de la Real Companía Guipuzcoana y sus opas hostiles sobre los comerciantes británicos y holandeses se hicieron bastante famosas.
Comentario de Latro (03/03/2015 14:43):
Ah, la Guipuzcoana. Fui de pequeño a la casa-museo en La Guaira una vez. No me acuerdo de nada :P
Del resto salian como “los malos” en todas las clases de historia, evidentemente
Comentario de galaico67 (03/03/2015 14:52):
Sabía que le iba a tocar su corazoncito caribeño…aunque el corso gallego y gaditano tampoco fue manco
Comentario de Judge Dredd (03/03/2015 17:08):
La serie empieza muy floja y casi que solo es salvable por las tetas y culos que aparecen. Triste, pero cierto. Como bien apunta el Sr. Jenal, demasiado rollo “mato, violo y descuartizo, pero joder, tengo mi corazoncito y nadie piensa en él”.
Hacia el final se va animando pero poco más. Es prescindible. Igual la segunda temporada lo mejora, pero la primera entretiene lo justo.
Comentario de The Bunnymen (03/03/2015 20:01):
Culebrón con espadas (y tetas). Pues tiene pinta que lo mejor de la serie va a ser la reseña. Otra como Vikingos, Roma, Espartaco (el que te metió todo el… ) u alguna otra que no me sale el nombre (JdT, JdT, JdT, JdT, JdT…).
Comentario de Perri el Sucio (04/03/2015 03:15):
Lo que le gustan a los anglos los piratas del caribe, por eso de que roban a españoles y eso es chachi, cuando realmente los “emprendedores” serios, como los teach y compañía, hicieron su agosto en el índico… habrá que chutársela a ver qué tal va…
Comentario de galaico67 (04/03/2015 09:25):
Teach fue caribeño y acabó muerto en la coste Este de los EEUU, Kidd fue el turista del Indico.
Aquí tambien hubieramos tenido buenos elementos, si no fuera por la proverbial burocracia española y su costumbre de comer ellos primero, tendriamos rutas pir…corsarias por todas las costas de Iberia. Hay mallorquines, gallegos, andaluces, cantabros, vascos, canarios…pero cuando se liberalizó el mercado, ya los cañones hacían daño y la Navy mandaba en todos los mares, así que no hubo oportunidad de elaborar una épica moderna sobre como salir de pobre a base de saquear al vecino. Para eso ya tenemos la conquista del Nuevo Mundo
Comentario de Paisano (04/03/2015 11:52):
Saludos:
Buenos comentarios. Aquella época iba de lo que iba. Como cualquier otra. Y molaba más jugar a marinerito “averquénoscaehoy” que deslomarse con un legón. Total eran anticristos papistas o les sobraba.
Y a posteriori, pues llega la idealización romántica (“Condenado estoy a muerte, yo me río”), los autores de novelas de aventuras para niños, revestidas de supuesto historicismo o el Holibú más esquemático de buenos y malos.
Qué majo Errol Flyn, como muy bien escribe Trompeta. Aún no se había desintegrado el hígado y quedaba apuesto, y mojabragas de época, que no veas. Lo juzga la Inquisición española nada menos. Y como decía Reverte, encima enamora a la única española guapa.
Salgari ya me parece infame. Todo es un lance de honor por culpa de un gobernador flamenco y unos hermanitos de colores que tienen a gala hacer temblar a poblaciones. Y el apuesto Corsario Negro, que incluso hace amigos españoles por honor, cuando encuentra su obsesión realizada, vuelve la espalda- Claro en el saqueo de Maracaibo, él no va a dedicarse a violar niñas o torturar hombres pacíficos para que confiesen dónde tienen el peculio. Ya están para eso los Carmaux de turno.
Pues eso, muy bien dicho por parte de Trompeta, que si unos tuvieron a Morgan otros podemos pasear a Álvaro de Bazán. Pero “España y yo somo así señora mediante” el primero bautiza ginebras y pubs de Benidorm y proporciona argumentos a James Bond. Mientras al otro no lo recuerdan mas que lectores ocasionales de la Espasa.
Comentario de galaico67 (04/03/2015 14:39):
Hombre, tanto como jugar…digamos que la vida era so suficientemente dura en tierra, la esperanza de vida tan relativa y las posibilidades de mejora tan improbables que la posibilidad de ser ahorcado, ahogado atado a un poste o arrojado enmaromado al agua no frenaba los intentos de acumulación de capital por parte de los proletarios más espabiladados.
Y no hablamos bromas. Alvaro de Bazan colgó a 500 marineros y degolló a 60 nobles en la Terceira (Azores), en un solo día, los ingles colgaron a toda la tripulación de un guardacostas español en Jamaica, 24 o 25 tripulantes de una sentada, y si no había galeras cerca donde cobrar los intereses pendientes, lo más habitual era atar de pies y manos a los prisioneros, ya fueran por bandidaje o de guerra y al agua…
Comentario de Latro (04/03/2015 15:33):
Si ya no era por que te matasen. Es que sin llegar a eso, ser marinero en la Royal Navy o cualquier otra de la época era una puta mierda. Pero una puta, puta mierda.
Ah, que al señorito capitan no le gusta como le miro. 30 latigazos. Ah, que la cubierta no quedo chachi de limpia. 30 latigazos. Ah, que no me gustaron los primeros 30 latigazos. 30 latigazos.
Y todo para cobrar un sueldo de mierda.
Los piratas ofrecian una parte del botin y un significativo descenso del número de latigazos. Y también la posibilidad de ascender en base a merito y no a ser el hijo tonto de algun enchufado.
Comentario de mictter (04/03/2015 19:31):
Soy incapaz de recordar dónde lo leí, pero parece ser que en el S. XVIII los ingleses tuvieron que decretar horrendos castigos para las tripulaciones que “se dejaran dominar” por los piratas. Según parece, una práctica muy común en los barcos negreros del Golfo de Guinea era apresar al capitán y oficiales en cuanto veían un barco pirata cerca, y sumarse a la fiesta con gran entusiasmo, por todo lo que cuentan Latro y galaico67 en los comentarios anteriores.
El artículo donde lo leí era una especie de panegírico a la sociedad libre y democrática que se supone habían fundado los piratas en un par de islas que dominaban en el Caribe. No decía qué se había fumado el autor.
Comentario de maca (04/03/2015 23:29):
mictter, sera un libro que se llama piratería libertaria en el caribe, yo lo leí y me gusto, capas que leí mucho sandokan cuando chica??
hablando de la serie y el sexo, yo solo v un capitulo de la serie y no me pareció que tuviera mucho sexo, no mas que juego de tronos
Comentario de Paisano (05/03/2015 00:50):
23
Estimado Galaico:
Hombre, lo de “jugar” iba con toda la ironía del mundo.
De verdad, que no pretendo molestar su sensibilidad cuando del país hermano se trata.
Y sobre Don Álvaro de Bazán, en la Wikipedia, piadosamente imagino, se han olvidado incluir lo de “hizo cautivos a tropecientos mil turcos, moros y moras”.
Lo dicho, es lo que había.
A mí, más bien me repatea el buenismo (o la manipulación cínica)imbécil de tratar de recrear buenos y malos donde sólo había malnacidos por ambas partes. Porque es lo que se requiere en estos trances.
Pensemos en la, por lo demás, maravillosa, serie de Barrillé, “Érase una vez el Hombre”. ¿De verdad no había otra cosa, para representar la Inglaterra del s. XVI, que la segunda expedición de Dracke a la América española? La de la vuelta al Mundo, obvio (a Magallanes-El cano no los incluye, sólo los cita). Repasa el episodio (el nº 16) que vale la pena. Dibujan un Dracke apuesto, viril e inmaculado (en el episodio anterior, un Cristóbal Colón patético). Siempre valeroso, respetado por sus hombres y correctísimo. Cuando asalta barcos o ciudades, no se ve correr sangre. De hecho no aparecen apenas españoles. Sale una regia Isabel I a armarlo caballero. Sus hombres son caricaturas pero los españoles patibularios. Y cuando hablan de ir contra Cádiz, Pedro (jamás lo he odiado tanto) está radiante de felicidad. Por cierto podrían haberse ahorrado al reloj llorando por el saqueo de Cádiz de 1597. No hace falta dar penita. Podría haber puesto saqueos españoles en tierra inglesa. Que los hubo. O la paliza del mismo ante La Coruña. Esa María Pita.
Pues eso, que de románticos, lo justo. o sea, nada (Pérez Reverte dixit).
Comentario de Alfredo MG (19/03/2015 21:06):
Excelente y descojonante reseña. Llevo unos días viendo la segunda temporada, creo que mejor que la primera. La veo estilo enganchado, necesito mi dosis. Si el culebrón parece excesivo en la primera, agarraos a la segunda. Sin embargo gana en ritmo y nos cuentan la sorprendente historia de Flint, que deja en bragas a cualquier serial venezolano. Y lo compensan todo en los primeros episodios con un simpatiquísimo psicópata precursor de las acciones propagandísticas de Isis.