El planeta de los simios
Hace una semana, el cine norteamericano decidió hacernos su regalo estival, esa película que todos los años se deposita como taquillazo a la espera de retomar la temporada en septiembre. Con los cerebros achicharrados por el calor, lo mejor es dejar una superproducción tontorrona que haga caja en agosto en todo el mundo mientras los medios de comunicación cantan las alabanzas de siempre: que si la película es muy entretenida, que si tiene buenos efectos especiales, que si el actor principal realiza una gran interpretación. Ya se sabe, las tonterías de siempre.
Este verano esas tonterías saltan a la vista con el estreno de El amanecer del planeta de los simios, la segunda precuela del clásico de ciencia ficción de los años 60. Hace tres veranos, ya recibimos la primera precuela, El origen del planeta de los simios, una de las películas más asquerosamente retrógradas de los últimos tiempos. Volvamos a situarnos rápidamente ante la magnitud de la operación de Hollywood [acceso al artículo completo]
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