“A Line in the Sand: Britain, France and the Struggle That Shaped the Middle East “ – James Barr
En este año 2014 se cumple un siglo de la “catástrofe original” del siglo XX: la Primera Guerra Mundial. Dicha guerra puso fin a lo que algunos historiadores llaman “el largo siglo XIX” (1789-1914), puso las bases para la siguiente guerra, y actuó como un gigantesco catalizador, acelerando procesos históricos y definiendo lo que sería el “corto siglo XX” (1914-1989). Como soy tremendamente influenciable por este tipo de modas, tras mi entusiasta “Wishlist Época Clásica” ahora se me viene encima una no menos entusiasta “Wishlist Primera Guerra Mundial”. ¡Casi ná! Así que prepárense para una retahíla de libros sobre el tema.
Comparada con la Segunda, la Primera Guerra Mundial siempre ha sufrido un cierto menosprecio. ¡A veces parece que su único papel es prepararle el camino a la Segunda! A nuestra querida Cultura de la Transición, huelga decir, también le gusta mucho más la Segunda que la Primera; ahí está El Mundo, que hace poco utilizó el centenario para lanzar una colección de cine bélico… donde hay más películas de la Segunda que de la Primera. Y es que la Segunda ofrece unas lecciones morales muy al gusto de nuestra Cultura de la Transición, a saber: que las democracias liberales –o lo que ellos entienden como tal- son lo más mejor porque ganaron al nazismo (en este relato, los soviéticos con sus 20 millones de muertos son meros comparsas), pero por otra parte Hitler y Mussolini ganaban elecciones y referéndums, así que también extraen la otra lección grabada a fuego en la CT: tampoco hay que pasarse con la democracia; alejémonos de populismos y demagogia, y dejemos el gobierno en manos de profesionales, o incluso en manos de gente nacida y educada desde siempre en el deber y la vocación de servicio a su pueblo.
Esta visión sobre la Segunda, tan cara a la CT, se deja no ya los dientes sino media mandíbula en la Primera: porque cuando estalla en 1914, todos los combatientes -salvo Francia, y no por falta de monárquicos- son monarquías donde gobiernan “los de siempre”, y son estas élites aristocráticas las que alegremente mandan a sus súbditos a la picadora de carne; diez años después, y en agradecimiento a esa gran vocación de servicio que se saldó con 16 millones de muertos (tirando por lo bajo), todos salvo Italia y UK habían dado la patada a sus reyes, zares, sultanes, emperadores y káiseres. Y de los que quedaban, pocos reinarían pasados otros 30 años.
Esta guerra, tan poco “ideológica”, que empieza como simple realpolitik como tantas otras en el Siglo XIX pero librada con los medios “totales” del siglo XX, y sin un reparto claro de buenos y malos, resulta precisamente por ello fascinante si les gusta la historia al margen de fanboys de uno u otro bando, porque además tiene una tremenda influencia en todo el siglo XX. Y hoy, LPD les trae un libro que analiza un aspecto concreto del mismo: el reordenamiento de Oriente Medio, entre Francia y Gran Bretaña, nacido de la Gran Guerra.
(Lo de Palestina es lo más parecido a hablar de la ETA catalana en cuanto a tema polémico, así que por favor recuerden que me compré este libro para aprender y que me limito a resumir lo que dice Barr, y no se ceben en los comentarios).
El reparto de la tarta otomana
El imperio otomano, “el enfermo de Europa”, entra en la Primera Guerra Mundial de la mano de Alemania, temeroso de Rusia y su ambición de llegar a Estambul para controlar los Estrechos. Inaugurando la tradición “Inglaterra se ceba con los aliados de Alemania mientras Francia recibe la del pulpo”, los británicos, operando desde Egipto, instigan revueltas entre los súbditos árabes de la Puerta Dorada, prometiéndoles la independencia, se atraen a los judíos prometiéndoles un estado propio en Palestina, y calman a los franceses prometiéndoles un reparto a pachas de las provincias árabes del imperio otomano.
Dicho reparto, llamado también Acuerdo Sykes-Picot por los negociadores Mark Sykes y Georges-Picot, trazaba literalmente una línea en la arena donde nunca había habido fronteras estatales. Pero dicho acuerdo casi desde el principio es agua mojada, pues los que llevan el peso de la guerra en esa zona del mundo son los británicos, que crean hechos consumados sobre el terreno, como la incorporación de Mosul (y sus ricos campos de petróleo que les permitieron reemplazar al carbón como combustible de la Royal Navy; los ingleses sentaron directamente a un directivo de BP en la comisión encargada de trazar las fronteras) a Mesopotamia; la zona de Mosul ni siquiera era árabe, sino kurda, y bajo la lógica “libertad para las provincias árabes” habría debido quedarse con Turquía, pero iba a ser que no y por eso Irak tiene un cacho del Kurdistán. Al mismo tiempo, hay que dejarle a Siria una salida al mar, respetar las exigencias de los saudíes reduciendo Jordania a su mínima expresión –pero sin negarle su salida al mar-, crear una provincia para los judíos y que llegue a ambos mares… el resultado es un mapa lleno de países hechos con retales y mal encajados.
Entretanto, los franceses sienten que están llevando el peso frente a los alemanes, perdiendo hombres a porrillo, mientras los ingleses amplían su imperio. Hay momentos en los que parece que el enemigo de verdad está al otro lado del Canal, y no de las trincheras del Marne, sensación que se arrastra a lo largo del libro.
Finalizada la Gran Guerra, la Sociedad de Naciones oficialmente divide la zona en sendos Mandatos, uno para Francia y el otro para Gran Bretaña, con los consabidos cambios sobre Sykes-Picot: los ingleses se quedan Mosul y su petróleo, y los franceses se comen los mocos y las primeras revueltas de los árabes (las cuales, sospechan, cuentan con apoyo o al menos benevolencia de los ingleses). Lo siguiente es sacar el petróleo al Mediterráneo, para lo cual hay que montar un oleoducto, que los franceses quieren que vaya de Mosul a algún puerto libanés, y los ingleses prefieren que ni siquiera toque territorio francés y llegue a Haifa. ¡Si no fuera por los alemanes, esta gente andaría a la greña todo el santo día! La solución finalmente será la inglesa, para lo cual tienen que meter a los americanos como accionistas en la Turkish Petroleum Company (que de turca no tiene nada), logrando de paso su apoyo para que Mosul caiga en el Mandato británico y no retorne a Turquía. Empieza así la fiesta del petróleo en Mesopotamia, clamando muertes desde el primer segundo (literalmente: cuando los prospectores pincharon la primera burbuja de petróleo, la fontana resultante mató a dos operarios).
Tras las revueltas en la zona francesa durante los años 20, lideradas por los drusos, en los años 30 empiezan las revueltas en la zona inglesa, principalmente por la continua inmigración de judíos sionistas a Palestina. Estos llegan de Europa y compran tierras, primero a terratenientes que viven en Siria y que prefieren deshacerse de unos bienes que ahora están al otro lado de una frontera, y más tarde a campesinos árabes empobrecidos que tienen que malvender sus tierras para poder pagar sus deudas. Esto y su presencia cada vez mayor (solo en 1934, con la llegada de Hitler al poder, emigran 60.000 judíos a Palestina, elevando el total a 360.000) crean resentimiento entre los árabes, que de una manera casi constante empiezan a rebelarse. Los ingleses responden con guerra sucia y derribando las casas de los guerrilleros que pillan, o castigando a pueblos enteros por los crímenes de uno de sus habitantes. Al igual que los franceses, se alían con las minorías (los franceses con los cristianos del Líbano, los británicos con los judíos) creando protectorados específicos –Líbano y Palestina- para que cada una sea mayoritaria en su terruño.
James Barr estructura gran parte del libro alrededor de los principales protagonistas históricos, con un mayor énfasis en los británicos, citando de sus discursos y correspondencia. Destacan Lloyd George, el primer ministro británico que ganó la guerra y soltó aquella frase de “I want Mosul”, y T. E. Lawrence “de Arabia”, un enamorado de la cultura árabe que defiende los intereses de estos en Inglaterra. Por el lado francés, tenemos entre otros al general Gourard, que desembarca en Beirut y aplasta una revuelta árabe hasta llegar a Damasco (donde en sentido homenaje a Guy de Lusignan y toda la troupe del Reino Cruzada de Jerusalén, lo primero que hace es pasarse por la mezquita donde está enterrado Saladino para decir: “Saladino, hemos vuelto”).
Este relato centrado en los actores, aunque es un bello argumento a favor de “las élites aristocráticas, tan preparadas ellas, no se encontrarían el culo ni con un mapa”, pronto se hace un poco pesado, porque en seguida hay más protagonistas que en Juego de Tronos, pero sin George R. R. Martin haciendo limpieza de vez en cuando con una buena boda roja. Los que mueren –y no poco- son los árabes, que durante casi todo el libro solo forman una especie de masa anónima. Además, cuando Barr salta de un personaje a otro, a veces también hace un salto hacia atrás en el tiempo, y a ratos se me hacía difícil de seguir.
Y ahora hablaremos de la Segunda
El personaje elegido por Barr para “guiarnos” por la Segunda Guerra Mundial es nada menos que el general de Gaulle, embarcado desde 1940 en una épica cruzada contra la traidora Francia de Vichy, contra unos pérfidos británicos que intentan aprovecharse colonialmente del postramiento de Francia, y cuando le sobra algo de tiempo y está de humor incluso contra los alemanes. La autoridad colonial en Siria se mantiene leal a Vichy, y los británicos tienen que invadirla a toda prisa (con promesas de una futura independencia para los árabes, y unos jugosos sobornos para los jeques), ante el temor de que los alemanes usen los aeródromos sirios para bombardear los campos de petróleo de Mosul. Por cortesía incorporan algunos batallones de la Francia Libre, que se dedican principalmente a molestar y además dificultan enormemente una rendición de los franceses de Vichy, que se niegan a firmar e incluso a negociar mientras haya un representante de la Francia Libre en la habitación.
Una vez “liberado” el Levante, empiezan las peleas por su administración. A la Francia Libre le falta personal, así que los británicos asumen la administración militar y de Gaulle la civil. Spears, el delegado de Churchill en Oriente Medio, planea unas elecciones civiles para Siria y Líbano que reduzcan el descontento árabe – para enfado de de Gaulle, que sabe que los gobernadores árabes que nombró perderán las elecciones. Por suerte para él, llega Erwin Rommel para echar una mano: la presencia del Afrika Corps a las puertas de El Cairo es la excusa para no convocar elecciones. Y para contrarrestar el creciente arabismo de los británicos (que intentan ganarse a los árabes prometiéndoles un estado propio y retractándose de la Declaración Balfour, que les prometía lo mismo a los judíos) empiezan a apoyar a los judíos. Un grupo de terroristas/guerreros de la libertad (tachen lo que no encaje con su cosmovisión), la Stern Gang, se identificaba de noche silbando la Marsellesa.
Empieza el sindiós
Acabada la guerra, todo el mundo viene a cobrarse las promesas inglesas. Los árabes quieren su Gran Siria, los franceses prefieren una Siria pequeñita y con el Líbano desgajado, los judíos empiezan a llegar a raudales desde Europa, los americanos les apoyan presionados por sus lobbies, y los ingleses empiezan a perder el control. Bandas radicales de judíos (la Stern Gang, el Irgun…) inician una lucha armada/campaña terrorista (de nuevo, tachen lo que no encaje con su cosmovisión) para echarlos, que culmina en la voladura del Hotel Rey David.
La historia de este atentado refleja el lio morrocotudo en que se empieza a convertir esto: los británicos sospechan -correctamente- que la Jewish Agency (una especie de ONG dedicada a traer e integrar judíos de todo el mundo a Palestina) juega un doble juego y sirve de enlace entre los franceses y los radicales, de modo que asaltan sus oficinas y se llevan todo el material. No encuentran evidencias, pero los radicales no lo saben y deciden volar el hotel donde se aloja la Autoridad Británica y así destruir los documentos. Seis militantes del Irgun, disfrazados de lecheros, introducen 350 kilos de explosivo en bidones de leche, los colocan junto a unos pilares maestros en un club nocturno en el sótano del hotel, y salen abriéndose paso a tiros hasta un coche aparcado -casualmente- delante del consulado francés con el que se dan a la fuga. Al poco estalla la bomba. Las llamadas de advertencia se hacen tarde, o a los números incorrectos, y no se produce una evacuación. O al menos eso dijeron los británicos, en el consulado francés hasta les dio tiempo a abrir todas las ventanas (para evitar que estallaran con la onda expansiva y los fragmentos volaran hacia dentro), aunque en un primer momento el cónsul francés dijera que la propia onda expansiva había abierto las ventanas. ¡Ni que estuviésemos conchabados con los terroristas y recibiésemos llamadas de cortesía para advertirnos!
El ataque/atentado deja claro que el Protectorado tiene los días contados, y Gran Bretaña ya solo aspira a salir dignamente y asegurándose un cierto control sobre el Canal de Suez. Intentan promocionar al rey de Transjordania como rey de una Gran Siria, pero ninguno de los otros estados árabes le reconoce. Mientras, los sionistas siguen trayendo a judíos desde Europa, con ayuda francesa (los comunistas franceses incluso llegan a interrumpir una huelga para que salgan algunos barcos) y pese a la prohibición británica. Los judíos, con armamento francés (Francia ya ha perdido Siria y le da igual todo con tal de que mueran británicos, además será el principal proveedor de armas de Israel hasta 1956), empiezan una guerra sin piedad contra los árabes, que responden con la misma moneda. El libro se cierra con la salida de los ingleses, el comienzo de la primera guerra árabe-israelí, y el comentario de un oficial británico diciendo que, pese a todo el bien que hicieron durante su administración, desde un punto de vista así como filosófico, pues que alomejó no debían haberse dedicado a ocupar a países lejanos para ordenarle a la gente como debe vivir, que eso es como malo para el alma o algo así.
Empanada franco-británica
Lo confieso: me compré el libro en parte por la Primera Guerra Mundial, y en parte por entender un poco mejor el origen de todo el galimatías de Oriente Medio. Ahora puedo decir que es un galimatías aún mayor de lo que pensaba, y que es un milagro que Francia e Inglaterra no hayan tenido una guerra entre ellas en 200 años, visto el odio que se profesan ambas. Mérito de Alemania, sin duda, cuyas contribuciones a la Paz Mundial son frecuentemente ignoradas. Dicha animadversión, en el contexto de Oriente Medio, es el gran hilo conductor del libro, así que supongo que es bueno si usted busca profundizar conocimientos es lo indicado, pero si busca una visión global se queda corto y se centra casi exclusivamente en franceses e ingleses (que por otra parte lo dice el propio título, así que mea culpa si me creí otra cosa).
Pero es que Oriente Medio es un tema que da para mucho, así que para una visión global igual hacen falta siete libros como este. Con lo cual ya empezaría yo a montar una nueva “Wishlist” cuando apenas he empezado con la actual, y creo que por ahí no paso. Sobre todo porque al ritmo que van las cosas en esa zona del mundo, igual tengo que añadir nuevos libros antes de acabar la lista.
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Comentario de Trompeta (26/06/2014 00:10):
De de Gaulle se podran decir muchas cosas, pero gracias a él Francia no acabo siendo un satelite de UK, la ironia es que estos acabaron siendolo de USA por enfrentarse a franceses y a los alemanes.Que los hijos de la Gran Bretaña si son malos enemigos, son también pesimos aliados. Ademas el gran Charles, se les meo en la cara cerrandoles el ingreso en el mercado común, que no olvidaba con quien se jugaba los cuartos ni cierta masacre britanica de la flota francesa…
Comentario de apipijarl (26/06/2014 03:12):
gracias por ilustrarnos tan bien como siempre. En el apartado de descuidos, me ha gustado lo de “agua mojada”, pleonasmo creo que lo llaman.
Comentario de Latro (26/06/2014 10:57):
Hombre, hay que destacar que los franceses e ingleses saben sobreponerse a estas diferencias y aunar esfuerzos cuando se trata de luchar por el bien común.
Como cuando invadieron Egipto de la mano con Israel por ocurrirseles nacionalizar el canal de Suez.
Comentario de Quebec (26/06/2014 11:56):
Muy interesante, Carlos, cuando muchos especialistas en relaciones internacionales están hablando de la balcanización de Oriente Medio a cuenta de la desintegración iraquí (Que puede remontarse a la invasión de 2003) y la desestabilización consiguiente a las revueltas árabes, con unos estados del Golfo financiando y fomentando descaradamente el wahabismo radical para contener a los herejes chiitas, de imparable avance en la región. Como aquí vemos, el primer antecedente de las operaciones humanitarias conjuntas lo dieron los británicos hace casi 100 años.
Sobre el Rey David, hay otra curiosidad adicional, y es que a mucha gente del Irgún les formaron los propios británicos, el famosísimo SOE (Special Operations Executive) y el SIS/MI6 les formaron en operaciones especiales para realizar misiones de infiltraciones, sabotajes, asesinatos, propaganda, etc… Cosas todas esas tan irrelevantes si luego uno se monta un grupo terrorista cambiando alemanes y arabes por británicos.
Comentario de pedante (26/06/2014 12:46):
Se echa de menos en el libro (por lo demas muy interesante) alguna mencion a los lios en el sur de Oriente Medio. Porque la relacion amor/odio de franceses e ingleses es una soseria comparada con la de los sunies y chiies. Estos no se andan con tonterias y se masacran sin importarles las consecuencias practicas (siempre desastrosas para ambos bandos). Justo lo contrario de los amantes del Canal, que se odian pero sin llegar a las manos… conscientes de lo mucho que perderian.
Como bien dices, Carlos, los arabes aparecen en este tocho como un ente abstracto… curioso, sobre todo cuando sus contradicciones son brutales. No solo nacionales (Jordania, Irak, estados alrededor de la Meca, etc.), sino religiosas (como indicado antes) y tribales (familia de Saud contra los demas).
Me temo que la conclusion final (estilo ‘que malos somos los colonizadores que nos metemos donde no nos llaman’) es digna de Pablemos y demas demagogias: los colonizados se aliaban con poderes extranjeros para vencer al vecino, con una percepcion cortoplacista muy del desierto y nomadas varios. Que los barbaros del norte querian prebendas (petroleo) a cambio? Habrasevisto! En fin, que Oriente Medio lleva podrido siglos, los europeos (y yanquis) no han hecho mas que aplicar la maxima del ‘a rio revuelto…’.
Por cierto, los metodos de los grupos sionistas de los 40 y 50 me sorprendieron: curioso que el estado de Israel se arrancase a los ingleses con metodos terroristas (llamenles gudaris si gustan), y hoy en dia ellos sufran algo parecido.
Comentario de Latro (26/06/2014 12:52):
Vamos pedante, no me joda. Esa es la típica excusa de “es que como se matan entre ellos”.
Pues si, se matan entre ellos. Y vamos nosotros y les damos varias razones mas para matarse entre ellos, matarnos a nosotros, matar a otro que pasaba por ahi, armas, alianzas, desalianzas, etc. Asi que a lo mejor y gran parte de la culpa la tiene Occidente. Una cosa es lavarse las manos y la otra meterlas a fondo en la mierda y luego pretender estar limpio.
Comentario de Carlos Jenal (26/06/2014 12:54):
@apipijarl
Pues si, pleonasmo es, aunque podríamos llamarlo “narcolapsus”: “lapsus que te ocurre por falta de sueño”. ¡Las prisas por tener algo para el 28 de junio, centenario del Atentado de Sarajevo! Evidentemente, quería decir “papel mojado”.
Comentario de emigrante (27/06/2014 14:14):
Mientras leía el texto no podía dejar de pensar en “Exodus” la película en la que Paul Newman hacía de amigo de los terroristas.
No se si la Gran Guerra fue el origen de todos los males del s. XX o el catalizador de “algo que tenía que pasar” pero la lista de consecuencias directas e indirectas es interminable: la revolución bolchevique y todo lo que vino después, el triunfo de los fascismos, la descolonización, la liberación de la mujer, la Gran Depresión, la segunda guerra, la fría y toda una serie de guerras, guerrillas, terrorismos, golpes, dictaduras y revoluciones.
De hecho ningún acontecimiento posterior es explicable sin tener que remontarse al conflicto. Por ejemplo, la corona de Felipe VI se la debe a la restauración de Franco que ganó la guerra gracias a los apoyos de Hitler y Mussolini que llegaron al poder como consecuencia de la inestabilidad política generada tras la primera guerra. Es como el Efecto Mariposa pero al revés, primero es la gran tormenta que justifica hasta el movimiento de la última mariposa.
Comentario de Lluís (28/06/2014 09:13):
@Offtopic (más o menos)
Ya que ha salido el tema de la Gran Guerra, me gustaría recomendar (y que conste que ni soy familiar del autor ni tengo interés alguno en todo lo relacionado con la compra/venta de libros) “Sonámbulos. Cómo Europa fue a la guerra de 2014”, de Chistopher Clark, un inglés que parece bastante germanófilo o, por lo menos, tiene algo más de simpatía por los alemanes y los autríacos que por los franceses, rusos, serbios y demás chusma continental.
El libro analiza las causas del conflicto. En lugar de empezar en Sarajevo y terminar en Versalles o con el führer empezando a hacer sus pinitos en Munich, empieza en 1903 en Belgrado, con el asesinato de la impopular pareja real serbia por un grupo de oficiales (sr. fiscal: le juro que lo pone el libro, no estoy dando ideas a nadie ni incitando al odio y termina con los primeros), y termina con los primeros cañonazos.
Tampoco sé cuán tendencioso es el autor, pero es de agradecer que alguien le dedique más de 10 páginas a las causas de la guerra y que no limite el análisis al “militarismo prusiano”, el “imperialismo alemán” y la “cárcel de naciones autrohúngara”. Aquí, aunque el kaiser salga tan mal parado como en el resto de obras, por lo menos se habla del papel protagonista de Rusia o Francia, el aventurerismo de las élites políticas serbias o incluso se sugiere que Inglaterra pudo equivocarse porque sus rivales auténticos eran Rusia y Francia y con Alemania no tenían prácticamente nada más que una competición para ver quién la tenía más larga (traducido a la época: quién podía construír más acorzados) y que estaba ganando Inglaterra de calle.
Comentario de Alejandro S (28/06/2014 13:43):
Soy un gran seguidor de esta página, especialmente de esta sección que revisa libros de Historia.
Casualmente, soy estudiante de ídem y el año pasado tuve la oportunidad de profundizar en los “mandatos” británicos mientras estuve de Erasmus en una universidad inglesa…
No estoy de acuerdo con tu artículo. No creo que entender sykes-picot y la correspondencia hussain mc-mahon te permita entender gran cosa de los países árabes, salvo el origen de sus fronteras.
El principal problema es que la visión tradicional deja a los árabes fuera. Parece que ellos están ahí a sus cosas y que las potencias hacen y deshacen y nada importa realmente. Lawrence de Arabia consiguió levantar a los árabes y después estos no se organizaron, etc… ¡mentira! Odio estas visiones de la Historia que lo reducen todo a cálculos y pactos entre grandes potencias que no tienen en cuenta las vidas de las personas sobre las que toman decisiones… ejemplo muy claro Mountbatten y la partición de India y Pakistán. ¡Las fronteras de Oriente Medio son artificiales!
Te has dejado un montón de cosas sin mencionar, no sé si porque no salen en el libro o no te han parecido relevante:
– Egipto. Invadido por los ingleses (con la connivencia de los franceses) en 1882, protectorado hasta 1953.
– El “air control” de la RAF sobre Irak, una técnica parecida a la de los drones que consistía en ametrallar a los pueblos que no pagaban en tributo.
– El apoyo a los hachemíes, una familia aristocrática que ni de lejos tenía la popularidad y la legitimidad como para gobernar, por muy jerife de la meca que fuera el abuelo Hussain. De hecho, el rey Faisal de Egipto estuvo primero en Siria, de donde fue expulsado por la población, que no sabía quien era ese tipo.
– Referencias a la modernización política en los países árabes. No solo la revuelta palestina de 1936 (quizá la primera experiencia “real” de panarabismo), sino toda la evolución ideológica de la población local, que hace que en Iraq se empiece a desarrollar un nacionalismo proto-fascista en los años 30 (influencia de Sati al Husri) o que en Egipto tengamos en 1919 a una feminista como Huda Sharawi; o que aparezcan Rashid Rida o Hassan al Bana… ¡son un producto moderno, fruto de la experiencia colonial!
– El mapa “étnicamente” correcto que cuelgas solo tiene sentido si entendemos las confesiones y ramas del islam como grupos monolíticos, homogéneos y enfrentados entre sí, cosa que ni de lejos llega a ser cierta. (El mapa fue diseñado por un militar americano en 2006). En los años 20, los árabes orientales concebían sus tierras como Egipto, Arabia, y al-Sham (Levante. Meter al Líbano no tiene sentido. Además, “étnicamente” son todos árabes y como tal se sienten. El “divide and rule” creo diferencias que anteriormente no existían o no estaban tan acentuadas.
– Estrategias imperiales. Los británicos, además del petróleo (que explica la peculiar forma de Jordania, por donde pasaba un oleoducto), querían asegurar las comunicaciones entre sus bases mediterráneas y la India.
– La génesis del conflicto árabe-palestino. Los inmigrantes judíos compraban a los terratenientes absentistas árabes largas porciones de tierra, de donde se expulsaba a los campesinos palestinos que las cultivaban (algo normal, pues los judíos querían las tierras para establecerse ellos mismos, no para vivir de las rentas)… estos campesinos tuvieron que emigrar a las ciudades, donde se veían discriminados en favor de los judíos.
– La amplia gama de identidades y solidaridades superpuestas que experimenta un árabe no se puede resumir a cristiano/musulmán sunní/chií. Hay más cosas.
Recomendaciones:
En castellano: Amín, Samir: ¿Primavera árabe? El mundo árabe en la larga duración, Mataró, El Viejo Topo,
2011.
Ansary, Tamim: Un destino desbaratado. La historia universal vista por el islam, Barcelona, RBA,
2009.
Kassir, Samir: De la desgracia de ser árabe, Córdoba, Ed. Almuzara, 2006.
En inglés:
Allawi, Ali A.: The crisis of Islamic Civilization, Londres, 2009, Yale University Press.
Y. M. Choueiri, “Modern Arab Historiography: Historical discourse and the nation-state”, (Routledge, 2003)
y sobre todo,
Zubaida, Sami: Beyond Islam. A new understanding of the Middle East, Londres, I.B. Tauris, 2011.
Pero en fin, ¡me encanta esta página!
Un abrazo
– Alejandro S-
Comentario de Beltza (28/06/2014 18:50):
¿Nadie ve la similitud entre los ingleses apoyando a los judíos en los 30-40 para luego recibir los zarpazos de Irgún, y la administración americana suministrando armas y entrenamiento a los rebeldes “moderados” sirios, que posteriormente, y por arte de magia, se convierten en los yihadistas takfiris (como muy bien ha apuntado Quebec) de EIIL que arrasan Iraq? ¿No? Bueno, serán paranoias mías.
El mapa ese tan chulo de oriente medio creo que es un plan del gobierno USA para dividir a los árabes y poderlos controlar más fácilmente, en Siria de momento parece que han fracasado, en Iraq han conseguido que los Kurdos se independicen de facto (si no lo estaban ya) y crear una guerra sectaria regional entre suníes y chiíes (gracias occidente por empeorar las cosas cuando parecía que ya no era posible).
Por cierto, por si algún liberal católico de esos me sale con las bondades del tío Sam sólo comentar que la mayoría de los cristianos de Siria (10%) e Iraq (3%) van con Assad y Maliki, o en su defecto con los kurdos pero nunca con los majos de los wahabitas rebanacabezas y violadores que nuestros gobiernos apoyan.
¡Ah! Y han convertido a Irán en una potencia regional, aunque eso igual no estaba en sus planes. A este paso Rusia va a tener más aliados que USA en la región.
Comentario de Carlos Jenal (28/06/2014 22:32):
@Lluis
Offtopic, trailer y postureoLPD todo en uno:
El libro de Clark estuvo a punto de entrar en mi wishlist (y no descarto que lo haga en el mercado de invierno), aunque leí que era demasiado complaciente con Alemania y carga demasiado contra los serbios. Estoy con otro libro, ya más centrado en la guerra (que me gustaría haber comentado hoy en el Centenario, a ver si mis obligaciones me permiten tenerlo para el 1 de agosto), donde los principales responsables -desde el punto de vista de que pudieron deescalar y no lo hicieron- fueron Alemania y Gran Bretaña.
Comentario de Carlos Jenal (28/06/2014 23:26):
@Alejandro S
Encantados con que te guste la web, y totalmente de acuerdo con tus críticas… que creo haber plasmado también en el post, me temo que no lo bastante claro.
Efectivamente, apenas he podido aprender nada sobre los árabes porque se los ignora completamente (así como cualquier cosa fuera del periodo 1914-1949). De los puntos que mencionas, no aparece nada en el libro (bueno, de los intentos de poner a los hachemíes como títeres sale algo, pero este mes estoy muy antimonárquico y los he ignorado), que se centra casi exclusivamente en el enfrentamiento franco-británico.
Del mapa ignoraba el origen, tampoco creo que afecte mucho, la idea era contraponer un diseño alternativo al actual (confieso que siento extrema debilidad por mapas e historia alternativa) para mostrar que aquí hay tema para pelearse durante siglos. Desde luego, el mapa lingüistico
http://joshberer.files.wordpress.com/2009/12/middle-east-linguistic-map.jpg
refleja una variedad que, como indicais, va mucho más allá de sunní/chíi.
Comentario de Lluís (29/06/2014 08:16):
#12
Si, desde luego ese libro se va a vender mucho mejor en Berlín que en Belgrado (aunque supongo que en Zagreb, o Skopje entrará algo mejor y podrán amortizar la traducción). Y debo admitir que me pasa como al autor, soy más bien germanófilo. Pero es el único texto que he pillado hasta ahora que hace un repaso a la situación general en las Balcanes en el periodo comprendido entre 1880 i 1914, y que permiten entender mejor por qué el asesinato de Sarajevo acabó en una guerra a gran escala como no se había visto desde la época de Napoleón.
Tampoco salen bien parados los franceses o los rusos, y la palma se la lleva su embajador en Belgrado. E incluso sobre el famoso ultimátum de Viena, que se considera inaceptable por unanimidad, se permite compararlo al que emitió la OTAN en su día, también dirigido a Belgrado, y este último sala perdiendo, por lo menos desde el punto de vista del respeto a la soberanía de los estados.
Comentario de pedante (29/06/2014 12:21):
@Latro,
No, querido, no le jodo. Simplemente expongo mi punto de vista. Que por lo demas no creo tan distinto al suyo: Occidente se ha metido en Oriente Medio (igual que en muchos otros sitios) como un elefante en una cacharreria. Como toda civilizacion conquistadora. La diferencia es que esa region ha sido un avispero desde antes de que existiese “Occidente” y lo seguira siendo cuando la V flota se marche a Asia.
Aqui en los Emiratos el malo no es Occidente, se lo aseguro. El malo es el chiita (irani o mejicano, pero chiita). Suena a reduccionismo, pero asi es esta parte del mundo.
Comentario de Meollo (30/06/2014 19:03):
pedante, si recuerda, en las filtraciones de Wikileaks, todos a una, los países del Golfo le pedían por favor y por Dios, a Estados Unidos, que bombardeara Irán antes de que fuera demasiado tarde.
Comentario de Eye (30/06/2014 22:01):
#11 «Ah! Y han convertido a Irán en una potencia regional, aunque eso igual no estaba en sus planes».
En The Exiled, al calor de la guerra de Irak, el “Empollón de la Guerra” solía bromear sobre eso, diciendo que, a la vista de los resultados del conflicto, Dick Cheney debía ser un topo iraní infiltrado en EE.UU.
Porque sí, once años después de esa gilipollez de guerra puede decirse que el único ganador claro ha sido Irán, lo cual encima era bastante predecible. Bueno, y los kurdos, que por primera vez tienen perspectivas de conseguir su propio país.
PD: No sé hasta que punto un mapa “étnicamente correcto” de Oriente Medio puede contener algo llamado “Gran Líbano”. El pequeño Líbano actual ya es un avispero de futuro dudoso.
Comentario de Latro (01/07/2014 18:25):
#17 De acuerdo en gran parte pero discrepo, por ejemplo, en lo del “avispero”.
Si es por avispero ahi esta Europa, sin mas. No se a cuantas guerras por siglo salimos, y honor de causar las 2 (primeras?) guerras mundiales.
Avispero somos todos, que la humanidad es mas o menos igual de mierda en todas partes. Otra cosa es que aqui, por ahora, y tras mucho calvario, llegasemos a la conclusión de que nos conviene mas forrarnos juntos que por separado y tengamos una tregua en el tradicional deporte de degollar vecinos.
Comentario de Enrique ZZ (01/07/2014 18:42):
Muy bueno Suizo! como siempre…
Comentario de Yehuda (03/07/2014 09:51):
La Tierra de Canaan/Yisrael, 2014
-la IDF mata a Adnan Abu Khater, 16 años, Youssef Shawamra, 15 años, Nadeem Siam Nawara, 17 años, Mahmoud Odeh, 16 años … y alguno más
-dos chavales palestinos matan a 3 chavales judíos
-la IDF asalta 1500 casas, detiene a 500 palestinos, bombardea 34 objetivos, dinamita 2 casas y mata a 6-7 palestinos: Muhammad Ismail Atallah Tarifi (30), Ahmed Said Soud Khaled (27), Mohammed Dudin (15), Mustafa Hosni Aslan (22), Jamil Ali Abed Jabir’s (60s) …
-y ahora recientemente ha aparecido el cadáver de un chaval palestino de 15 años y las noticias son confusas
Ojalá algún día los israelitas aprueben en su parlamento la pena de muerte individual o el viejo principio “un ojo por un ojo, y un diente por un diente”, pues la tasación viene siendo entre diez y cien por uno, al fin y al cabo siguen el ejemplo imperial
Comentario de Yehuda (03/07/2014 10:31):
“se estancó el tabaco” (1876)
pero no olvidemos que en este dolorido planeta no hay lugar más maltratado por la naturaleza y la historia que la cabeza colmada de privilegios del imperio vasco-castellano (1492-1833) vencedores de la historia de Yspanya (711-1492) el pueblo oprimido más rico de Europa, eso sí que es un sufrir en este planeta
José María Pemán, los batasúnicos y yo y otros poetas … lamentamos que el breve y fugaz pequeño imperio de los nafarros de ben-nabarre en la Ribagorza a laredo en el Cantábrico fuera desmantelado por señores riojanos, alabeses y bizcainos, qué gran tragedia, sólo comparable a cuando Jaume y Alfonso se repartieron las Tierras de Tud-Mir, entonces los últimos poetas lloraron en Damasco la partición de Murcia
Comentario de Yehuda (03/07/2014 11:33):
El lamento elegíaco de Salih ben Sharif al-Rundi
“Preguntad a Valencia lo que sucedió con Murcia,
Y dónde está Xativa y dónde está Jaén;
¿Dónde está Córdoba, gran sede del aprendizaje,
Y cuántos afamados eruditos permanecen allí?
¿Y dónde está Sevilla, con su animado gentío
junto al gran río, fresco y rebosante de agua”
Comentario de Yehuda (03/07/2014 12:32):
“Pero tres años de guerra [1936-1939] han sido decretados para purificación de la tierra. El que tenga que comparecer, comparecerá. La paciencia de Dios ha llegado a su límite. Un basta ha sonado en el cielo: los segadores ya han sido enviados. Después, habrá un nuevo comienzo y el Evangelio será la ley suprema de esta tierra.”
Qué podemos decir de la perversión moral del “padre Fortea”
A mí me parece que está meridianamente claro que una religión/identidad sirve para bombardear una aldea vietnamita y sentirte que formas parte de ‘los buenos’ o matar escolares palestinos con una mira telescópica
Comentario de Santi (04/07/2014 11:20):
Yehuda, totalmente de acuerdo, y es que:
(i) Los buenos, mucho antes y mucho más acendradamente que los buenos, son los nuestros (una genealogía de la moral, supongo).
(ii) No se hace mal a sabiendas o no saben lo que hacen (porque se creen que sí).
Comentario de Yehuda (06/07/2014 18:18):
Pues sí, Santi, es tremendo
En un foro en Israel uno decía que esos escolares palestinos tiraban “piedras mortales” (así) a los soldados y que por eso la IDF, la Idiot Force, disparando desde 80 metros de distancia los mataba para defenderse
Y en un foro en USA hoy mismo leo: by the way, there no such thing as a “palestinan”, además no existe tal cosa llamada un “palestino”
lo he fotografiado
http://www.areopago.eu/gallery/5112_06_07_14_6_10_54.gif
la pura, absoluta y completa negación del Otro
Comentario de Yehuda (09/07/2014 16:11):
La IDF, la Idiot Force, sigue matando palestinos, 35 más
El procedimiento siempre es el mismo:
matar palestinos y esperar su respuesta, si responden, entonces se les bombardea a gusto, luego alto el fuego, y vuelta a empezar: matar palestinos, esperar su respuesta, y si responden, entonces se les mata de diez en diez o de cien en cien, alto el fuego, y vuelta a empezar …
Comentario de galaico67 (09/07/2014 22:15):
Y sin olvidar la destrucción de propiedad pública y privada, “porque si”…
Comentario de Yehuda (20/07/2014 12:58):
Bereshit
Las habituales matanzas de palestinos en la Tierra de Canaan son vistas con tranquilidad desde el Occidente Atlántico, pues por un lado ellos son los expertos en matanzas de negros e indios y, por otro lado, son habituales las matanzas que realizan las legiones del Imperio en los aledaños del cortijo
Después de un largo paréntesis de pestífero cristianismo (400 – 1959) hemos vuelto al principio, el Siglo I
Comentario de Yehuda (20/07/2014 13:00):
El séptimo Lubavitcher Rebbe y ese mar por descubrir
Aquí estoy con lágrimas recordando a Menachem Mendel Schneerson y el completo fracaso de sus hijos a la hora de novar el judaísmo
Menos mal que tenemos Yspanya para ver en comedia lo que en la Tierra de Canaan es una tragedia
El judaísmo rabínico (200 – 1875/1914) ha muerto, y lo que queda es la versión original, el software judaísmo 1.0 de época fundacional persa, “el ángel (…) purificador/exterminador”, “mi Terror te precederá”, y el software judaísmo 2.0 de los fariseos del Siglo I
Menos mal que tenemos el Opus y la Eta para echarnos unas risas en el otro extremo del Mediterráneo