El lobo de Wall Street: Desmadre en la Meca de la economía
Cojan una película búlgara sobre un jardinero decidido a competir en un concurso de tomates grandes y el crítico de cine moderno la relacionará, por supuesto, con toda la obra anterior del director, pero también, no puede ser de otra forma, con un anime japonés, los grandes éxitos de Preston Sturges, el carácter del cómic francés, un par de novelas de Auster, el giallo italiano y varios tratados sobre la construcción de arbotantes en la Abadía de Bath. Son las llamadas referencias que contextualizan. Sin eso no se puede comprender lo que tenemos entre manos, iríamos a la sala de cine a ciegas, no oiríamos nada. ¿Qué es eso borroso que sale en la pantalla? ¿No puede usted verlo, verdad? No, no puedo. No puede usted verlo sin la referencias. Sepa que la película anterior también tenía algo de la obra poética de William Carlos William. ¿Puede verla ahora? ¿Puede verla ahora? Sí, ahora la veo. Totalmente clara, búlgara y con tomates. Pues es por la labor del crítico de cine moderno. Sépalo.
Pues ahora tenemos aquí “El lobo de Wall Street”. ¿Qué hacemos, crítico de cine moderno? Hola a todos, soy el crítico de cine moderno y paso a explicarlo. Gracias por su atención.
a) Se me coge la obra anterior del director y la relacionamos.
b) Se me cogen los grandes éxitos que labraron la fama del director y decimos que ahí está el sustrato de su obra y que se ve también en ésta.
c) Relacionamos con otras películas de Wall Street, porque en el título pone bien claro, ahí tó gordo, Wall Street. No puede faltar la propia película titulada así, “Wall Street”.
d) Como es de Wall Street, que pone ahí tó gordo, Wall Street, pues la relacionamos con la crisis y con otras anteriores.
e) Hay que poner “icono” cada dos frases, pero si no es un icono digamos… icónico, utilizaremos “prótesis icónica”.
Gracias por su colaboración y hasta pronto, crítico de cine moderno. No, muchas gracias a ustedes por permitirme estar con ustedes. Gracias. Gracias.
Tenemos con nosotros ahora a Martin Scorsese. ¿Qué tal, señor Scorsese? Gracias por estar aquí. Grazze a vosotri. Parlaré in italiani para que me enttienda li lectori por ser il italiani molto parezzido al espagnolo. Bien, señor Scorsese, ¿nos puede explicar que ha pretendido hacer con “El lobo de Wall Street?. Por supuesti, prozzedo si me lo permitte. Adelante, señor Scorsese.
In primeri lugare, grazzie a tuto le mondi per su attenzzione. In seccundo lugari, lo qui é pretenditto con la realizzazzione di “Il lupo di la Vía Wall Street” é, digámolo coloquialemente, meterzzela doblatta al crítico di la cinematografía modernna. Yo zzabía perfectamente que iba a relazzionarla con mi obra, e con la mía obra anteriore, é con tuttas las películas della economía, é con la crisis. No prittenddo pazzarme de listillo, pero zzabía qui iba también a poner icono é sustratto iccónicco. Entonzze me digge, voy a hazzer lo que zziermpre hi queritto. Una película di desmaddre, di dispeditta di soltero. Muchas gracias, señor Scorsese, le dejamos ya que sabemos que tiene muchos compromisos. Un salutti a la España. Gracias.
En efecto, si hacemos de críticos de cine modernos podríamos hablar de la huella de las obras anteriores, de las posteriores, de Wall Street y de la economía. Salvo por un pequeño detalle. En primer lugar el inequívoco paso a la comedia de Martin Scorsese. Y en segundo lugar por el exceso.
Pocas veces se ha visto a un Scorsese tan decidido a apostar por la comedia, aunque haya contado indudablemente con el humor en las obras descriptivas en cierto modo más parecidas a “El lobo de Wall Street”, como “Uno de los nuestros” o “Casino” (más que comedias propiamente dichas como “El rey de la comedia” o “Jo, qué noche”).
Pero es que el “El Lobo Wall Street” parece en ocasiones un homenaje hiperbólico a la comedia clásica de Hollywood. Hay comedia física desternillante, comedia de diálogos rápidos a lo “screwball” aunque sin lucha de sexos, comedia absurda, gags de todo tipo y condición… La utilización del humor no es sólo un vehículo para otras intenciones, sino que la ambientación en un lugar donde la riqueza permite todo tipo de acciones posibilita precisamente que haya determinadas gracias imposibles de justificar si los personajes no son millonarios. No es que la historia de un empresario tenga momentos cómicos, es que sus características sostienen el propósito de este trabajo: la comicidad desatada.
Y ese desate se liga al segundo factor, el exceso. Jamás se ha visto en ninguna película de la historia tanta concentración de drogas y putas por minuto. Scorsese parece que se plantea el no va más, el cuádruple salto con tirabuzón que consiste en hacer una película de despedida de soltero ambiciosa y tan cuidada como podría estarlo cualquier otro género que en teoría se considere “artísticamente” superior. Es una película de despedida de soltero tan, tan ambiciosa, que sus protagonistas están casados desde el principio.
Si, recordando la famosa frase, las películas han de empezar con un terremoto e ir creciendo en acción, Scorsese, tras el terremoto, mantiene un Apocalipsis de meteoritos durante el resto del metraje, donde los meteoritos son todo tipo de drogas, todo tipo de prostitutas y todo tipo de cosas que hacer con los dos tipos anteriores. Cojan a los universitarios, desmadrados a la americana, los Albóndigas en remojo o sin remojar, al Tom Hanks de la despedida de soltero con burro incluido tan blando por dentro como por fuera, a la pandilla con resacón en Las Vegas y multipliquen por diez. Pues bien, el resultado es una virgen inocente en comparación con estos lobos. Se cree que John Belushi, desde el infierno, supervisó el guión de Terence Winter y que lo utilizó, mediante telequinesis fantasmal, para hacerse un canuto con el que esnifar una espectral raya de metro y medio.
La descripción del ascenso de un empresario sin escrúpulos en la Meca de la economía resulta interesante, pero el caos y la orgía son tales que queda sepultada ante la avalancha de ponga aquí todos los estupefacientes que conozca y ponga aquí putas de cualquier estilo, aficionadas y profesionales. Evidentemente, no se puede dejar pasar que las finanzas están en manos de personas absolutamente desequilibradas que permanecen drogadas desde que se levantan hasta que se acuestan y también durante el sueño, que no lo concilian sin su morfina, y que los estafados son pobres diablos que en realidad quieren ser como ellos. Pero, insistimos, la bacanal es de tal calibre que esto queda en un plano secundario.
La madre de todos los despiporres, el follón definitivo, en suma, la rehostia santísima elevada al cuadrado. Eso encontramos en “El lobo de Wall Street”, una señora comedia para inyectar en vena o inhalar con pipa de cristal, sobresaliente, ingeniosa y descacharrante, con actores en estado de gracia, que pone en los altares al subgénero de las despedidas de soltero y fiestas desenfrenadas. Los significados más profundos los dejamos para crítico de cine moderno. Nosotros, embrutecidos ya, nos quedamos con las putas, los barcos, la pasta y la droga.
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Comentario de Teodoredo (21/03/2014 14:35):
Pues a mí este documental sobre la vida cotidiana de los traders me gustó muncho.
Comentario de Señor (21/03/2014 15:15):
Bravo! Insto a Don Alfredo a que continúe el despiporre de “metida-doblada-a-la-crítica” con los volúmenes 1 y 2 de Nymphomaniac, y así todos nos echamos unas risas y eso.
Comentario de ieau (21/03/2014 15:31):
¿Algo que decir, señor de la Fuente? ¿Cree que el señor MG lo llegaría a considerar a usted un ícono del crítico de cine moderno?
Es por malmeter un poco, que cuando hay crítica de cine por parte de colegas elepedianos, don Manuel se prodiga muy poco en el ejercicio de metacriticar.
Comentario de de ventre (21/03/2014 16:14):
lo ha clavado usted. yo no paré de reirme en las tres horas (se dice pronto) que dura la película. por mí podría no haberse acabado aún, la panda de anormales en acción eran capaces de superarse a cada escena.
de esta semana no pasa que la vuelva a ver
j
Comentario de Alfredo MG (21/03/2014 18:44):
# Ahhh, cizañero señor Ieau. Creo que más bien el prototipo máximo de crítico de cine moderno sería el ínclito Jordi Costa, donde se dan referencias sin sentido para crear una imagen junto a un vocabulario y sintaxis más allá de lo pedante, de forma que aquellos iniciados que lo siguen se consideren parte de una especie de familia. Costa es ya su propia caricatura. Otro que considero de ese estilo, pero más derivado al cine basura, sería Jesús Palacios.
En general son éstos y otros parecidos críticos incapaces de analizar la película, por lo que hacen gala de una especie de cultura miscelánea que no se ha absorbido en absoluto para llenar de dichas referencias la mitad de la crítica y aparentar erudición. Luego unos lugares comunes, conclusión y a correr.
Hay muchos de estos, cada uno en su estilo. Siempre igual. Parrafada de referencias, varias perlas dignas del blog Cultureta Watch (donde se mezclan las cultas con alguna otra que no tanto para decir “joder, sé mucho pero estoy con vosotros, amigos”) y varias majaderías de adorno.
Comentario de Quevedin (21/03/2014 18:48):
Yo sólo diré que Boiler Room me gustó más
Comentario de Quevedin (21/03/2014 18:48):
Y que este hombre no hace más que remakes
Comentario de keenan (21/03/2014 18:59):
Como lo lea Manuel se va a liar. Yo le agradezco el intento, Alfredo, pero creo que El Lobo de Wall Street es mas que una comedia de despiporre. Me temo que el crítico moderno tendría algo (quizá bastante) de razón en este caso.
Dicho sea de paso, la escena del Yate en la tormenta y posterior rescate me parece de lo mas hilarante que he visto en los últimos años en una sala de cine.
Comentario de teresa (21/03/2014 19:04):
Big!
Comentario de Asín...nos va (21/03/2014 19:14):
Como postcrítico de cine moderno has hecho una gran reseña.
Por cierto, qué difícil es escribir en italiano.
Comentario de Alfredo MG (21/03/2014 19:15):
Sin duda el Lobo de Wall Street analiza el funcionamiento de esos negocios como Scorsese analizó a la mafia en Casino, por ejemplo. No es que considere en ese sentido superficial a El Lobo, sino que el desmadre es de tal calibre, tan desmesurado y descojonante que se lo come.
Por poner un ejemplo distinto. Me leí hace poco el recomendable libro “El otro Hollywood”, sobre historia del cine porno americano. Te cuenta de forma inmejorable el funcionamiento de esa industria, sus comienzos y evolución, sí, pero lo que hacen los implicados en tan descacharrante y sobrepasa cualquier cosa que uno espere… que igualmente el desmadre se termina comiendo, por su fuerza, a la parte documental. Por lo que al final en “El otro Hollywood” nos encontramos también con una comedia delirante.
Comentario de Spirit (21/03/2014 20:46):
Espero que ese telequinético guionista espectral sea John Belushi, y no su hermano Jim. Más que nada porque el difunto John tenía cien veces más gracia que su hermano.
Comentario de menipo (21/03/2014 21:22):
Me pareció muy divertida, y cuando se pusieron a colocar las acciones de la empresa de zapatos del colega me acordé de cuando en España se vendieron las acciones de Terra.
Comentario de parvulesco (21/03/2014 21:25):
A mí lo que me gustó de la peli es que analizara la vida no de les peces gordos, sino de un pringado ambicioso que vendía acciones de mala muerte. La escena del yate cuando el del FBI le viene lo explica muy bien: el lobo le dice “hey, si quieres te paso toda la info de lo que se está haciendo ahí arriba, las dotcom, hipotecas subprime, una burrada, va a petar”. Obviamente quién va a la cárcel es él, mero imitador, vulgar intruso, y los de las dotcom y las subprime -lo realmente chungo y fundamental del sistema- siguen ahí, de fiestuki, como si nada.
Comentario de Santi (21/03/2014 23:15):
#13 Sigue la fiestuki, claro, y a lo peor ya no hay tantas drogas y putas y la llevan a cabo señores muy grises, buenos padres de familia, amantes de Bach, y meticulosos profesionales que gestionan qué sé yo, fondos de pensiones. Esto se ve de lujo en The Mayfair Set, de Adam Curtis: empezaron unos piratones a mover dinero y especular a lo jarto y continuó la labor, sin más, la maquinaria misma del sistema, con algún somero aggiornamiento en formas y instituciones.
Comentario de Johnnie (21/03/2014 23:39):
Yo cuando las pirulas esas caducadas hace 20 años le suben, ahí dije: no puede ser verdad.
Comentario de Teodoredo (22/03/2014 08:24):
#14 En cualquier empresa, a nivel de dirección, hay drogas y putas. Putas y drogas y drogas y putas. Siempre. No me creo que Ergo sea la excepción.
Mención de honor para Espéin, donde si intentas cerrar un trato sin haberte ido de comilona y de putas antes es que eres gay.
Comentario de keenan (22/03/2014 13:32):
#17 @Teodoredo: Eso me recuerda al chiste este de twitter: “Me han echado del curro por no saber catalán. También me iba de putas con la tarjeta de la empresa, pero ha sido por lo del catalán” en respuessta a un twit de intereconomia que pedía a la gente que contara casos de discriminación linguistica en cataluña. De todas maneras, no está tan extendido el puterio en las empresas españolas, yo creo que está mucho mas implantado en los ayuntamientos. Yo conozco el caso de un alcalde que se llevó de putas al novio y sus amigos la noche antes de casarle en ceremonia civil, y me cuentan que el susosdicho era agasajado en el putetxe como si fuera el dueño. Bueno, igual lo era.
Comentario de Santi (22/03/2014 13:43):
Es hora de descreer que algunas herramientas humanas puedan tener usos útiles y beneficiosos (“cuando dos se pelean, manda el cuchillo”). En este sentido, en último término, el dinero ES putas.
Comentario de Manuel de la Fuente (22/03/2014 14:39):
Lo he leído y suscribo todo lo que dices, Alfredo (además de haberme reído un montón). Caña a la pedantería!
Un abrazo.
Comentario de Pepito (02/04/2014 12:08):
No mates a James, aunque lo puedas desear. El finado es John Belushi.
Comentario de Alfredo MG (03/04/2014 13:23):
He matado a Jim antes de tiempo. Corregido, gracias.