El Hitler de la Historia. Juicio a los biógrafos de Hitler – John Lukacs

Hablamos, una vez más, de Hitler. ¡Este hombre está hasta en la sopa! Lo mismo te monta escraches que revoluciones en Ucrania. La novedad, en este caso, es que no estamos ante una biografía más. O eso se supone, porque la verdad es que este libro resulta un tanto desconcertante, desde varios puntos de vista. El principal es que no hace demasiado honor a su título. Se supone que nos encontramos ante una especie de biografía de biografías; un libro que analiza las aportaciones efectuadas por parte de los principales biógrafos de Hitler hasta el momento de la publicación del estudio, que ya tiene unos añitos (1997). Y tiene algo de eso, sobre todo en los primeros capítulos, pero más adelante el autor se lía la manta a la cabeza, pasa de lo que tenían que decir otros biógrafos sobre Hitler, y nos ofrece su interpretación personal en torno a su personalidad, sus capacidades, y su comportamiento.

Y allí es donde nos encontramos otra cuestión enormemente desconcertante, y perturbadora. La cosa es como sigue: cuando el autor analiza a otros biógrafos, se sitúa más o menos en una perspectiva de razonable moderación: pone a parir a los revisionistas, pero también se aleja de los que quieren ver en Hitler un mero demonio, tan malvado como estúpido. En particular, dedica sus dardos discursivos a todo lo que huela a izquierda, sobre todo a izquierda marxista. El marxismo, como modelo de análisis de fenómenos históricos, es para el autor lo mismo que le sugiere el propio marxismo en tanto ideología y visión del mundo: una puta mierda. Los marxistas no son historiadores serios, afirma.

Frente a la obsesión por demonizar a Hitler hasta las últimas consecuencias, Lukacs viene a decir: sí, vale, era malvado; pero no estúpido. Tenía virtudes, más allá de la oratoria, que son las que explican por qué tuvo tanto éxito. Luego, sin solución de continuidad, también se prodiga en explicar que, si bien Hitler probablemente fuera muy malo, no lo era menos que Stalin. Es más: ¡Stalin era peor! Y, por supuesto, el sistema político que regía Stalin, el comunismo, muchísimo peor, para sus ciudadanos, para su estructura productiva, para todo, que el nazismo. Ganaron la guerra de pura chiripa.

Todo esto te lo suelta en un libro que, recordemos, se supone que busca analizar otras biografías, otros enfoques, y no tanto el propio; pero, a la hora de la verdad, prácticamente no hace otra cosa que eso. Y su enfoque, propio de un conservador anglosajón, cultivado, amante de la democracia, de la civilización, es el siguiente: Hitler era un tipo muy listo; mucho más que los que intentaron pararlo (la derecha alemana, porque, según el autor, los comunistas y socialdemócratas, a la hora de la verdad, no hicieron nada de nada). También era elocuente, culto, divertido, y encantador si se lo proponía. Por otra parte, Lukacs deja claro que, como pintor, Hitler no estaba nada mal. ¿Y su papel en la conducción de la guerra? Pues oiga, no lo hizo peor que sus generales, con tanta medalla y oropel como tenían esos prusianos tan subiditos.

Un elemento de su carácter era el del artista: era un pintor y un dibujante con talento y un arquitecto en potencia. Estos talentos a menudo fueron rechazados injustamente o clasificados de modo impreciso (…). Maser citaba a Cézanne, quien dijo que pintar en un estudio no significa nada en comparación con la pintura al aire libre: “Hitler también sabía eso y sus pocos cuadros del natural sugieren un talento extraordinario; pero no le importaba, puesto que por entonces no quería ser pintor, sino arquitecto” (pág. 67)

Ahí donde lo ven, este perro tan mono lo dibujó Hitler

Ahí donde lo ven, este perro tan mono lo dibujó Hitler

En resumen, Hitler… ¡Era un tío de puta madre! Como el autor no deja de recordarnos (lo hace en unas diez ocasiones), “si Hitler hubiera muerto en 1938, habría sido considerado uno de los más grandes dirigentes alemanes de la historia”. Esta es una frase de Joachim Fest, uno de los mejores biógrafos de Hitler. Pero Fest explicaba a continuación, concienzudamente, por qué el balance no puede ser ese, cosa que por lo demás parece obvia. Pero para Lukacs… ¡No es tan obvia! Sí, al final, en las conclusiones, abunda en explicar que para él Hitler es muy malo, que lo del genocidio del pueblo judío, el asesinato de millones de personas, la invasión salvaje del Este, … Sí, bueno, todo eso está mal. ¡Pero al menos no era comunista!

Bueno, un poco sí, porque Lukacs no deja de explicarnos, en una interpretación verdaderamente notable, que, a pesar de su derrota en 1945, en realidad el nacionalsocialismo ha triunfado en el mundo; que la mayoría de los regímenes democráticos son una combinación de los principios socialistas y el nacionalismo, es decir: nacionalsocialismo. Y que lo que más peso tiene, claro, es lo primero (¿lo peor?): un Estado opresor, el llamado “Estado del bienestar”, que ocupa cada vez más parcelas de la vida, friéndonos a impuestos y dificultándonos por todos los medios nuestro derecho constitucional a ser más libres y más felices. Sobre todo, claro, si somos los mejores. Los más capacitados. La clase dirigente del país.

Debemos reconocer que, a largo plazo, en un aspecto la visión de Hitler lo ha sobrevivido. Durante el siglo XX una mezcla de nacionalismo y socialismo se ha convertido en la práctica casi universal de todos los Estados. El socialismo internacional es un espejismo. Al mismo tiempo, cualquier Estado en el mundo se ha convertido en un Estado de bienestar, si puede llamarse así: el que se llamen o no socialistas a sí mismos no importa demasiado. Hitler sabía esto; la estructura económica de Alemania que concibió tenía pocas características tanto del socialismo marxista como del estatal, pero tampoco podía llamarse capitalista. Cincuenta años después no puede negarse que el nacionalismo sigue siendo la fuerza más potente del mundo; hoy día todos somos nacionalistas socialistas (pág. 208)

El libro se publicó en 1997, y claramente urge una nueva edición revisada. No por aquello de incorporar más biografías de Hitler, que espero que ya haya quedado claro que esto, en el mejor de los casos, es sólo una excusa, un aspecto menor del libro; sino para certificar que, a pesar del negro panorama de 1997 (el autor no se dejó engañar entonces por los cantos de sirena de la caída de la URSS y el bloque del Este: ¡el verdadero comunismo está entre nosotros, en Occidente!), ahora las cosas han mejorado. Ahora tenemos una crisis del sistema producida por los excesos de desregulación y desigualdad en beneficio de los más poderosos que se está solucionando… con más desregulación y desigualdad en beneficio de los más poderosos. Todo con tal de acabar con esta asfixiante dictadura del proletariado en la que vivimos. Para la próxima edición, si la hay, se impone un “Hitler, pedazo de socialcomunista: por fin te hemos vencido”.


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  1. Comentario de Latro (13/03/2014 09:00):

    Este debe de ser uno de los intelectuales de cabecera del Tea Party, me imagino.

  2. Comentario de Teodoredo (13/03/2014 10:52):

    “Franco bueno, Franco no era comunista” me saltó un viejecito al poner el pie en la tierra de este buen hombre. Y bueno, estrictamente hablando la verdad es que la segunda parte de la frase era cierta.

    La página de wikipedia aporta info interesante, lástima que el link de esta cita esté roto:

    “Lukacs describes himself as a reactionary”.

    Más food for thought:

    In his 2005 book, Democracy and Populism: Fear and Hatred, Lukacs writes about the current state of American democracy. He warns that the populism he perceives as ascendant in the U.S. renders it vulnerable to demagoguery. He claims that a transformation from liberal democracy to populism can be seen in the replacement of knowledge and history with propaganda and infotainment. In the same book, Lukacs criticizes legalized abortion, pornography, cloning, and sexual permissiveness, as marking what he sees as the increasing decadence, depravity, corruption and amorality of modern American society.

  3. Comentario de jose (13/03/2014 10:55):

    Esos malditos cocker son tan odiosos como el propio Hitler. Menos mal que huyó a Brasil como todo el mundo sabe…

  4. Comentario de JoJo (13/03/2014 11:08):

    Lo que dice el tercer párrafo de este artículo lo he oído miles de veces antes. ¡Qué malo era Hitler! pero Stalin era peor. Cuando oigo algo así en una conversación prefiero callarme porque no me gusta discutir tonterías. Además eso de hacer un Hit Parade de los mayores dictadores de la Historia es muy propio de la gente que los apoya.

  5. Comentario de Otto von Bismarck (13/03/2014 11:19):

    Ardo en deseos de leer la aportación de Mauricio al tema que nos ocupa.

  6. Comentario de Beltza (13/03/2014 11:20):

    2º párrafo, 3ª línea “pone a partir”->”pone a parir”

  7. Comentario de Latro (13/03/2014 11:25):

    Si, ese tipo de cosas son un poco cansinas, sea cual sea el lado por el que sea. No me imagino a las victimas nazis sintiéndose reconfortadas por saber que los soviéticos matarían mas, o a las sovieticas diciendo “al menos nos matan por un noble ideal, ¿eh?”

    Y quiero mi premio por acertar a la primera con el señor Lukacs :-P

  8. Comentario de Latro (13/03/2014 11:45):

    Añadan un “de los” detras de cada “victima”, que tanto escribir en (mal) inglés se le pega a uno todo lo malo

  9. Comentario de Álvaro (13/03/2014 12:12):

    JoJo, la diferencia entre Hitler y Stalin más elemental es que en el III Reich sabías por qué estabas en el campo de concentración, hasta te lo indicaban con una estrellita o triángulo de colores. En el gulag, por lo visto, la mitad no sabían cómo habían terminado ahí.

  10. Comentario de Guillermo López García (13/03/2014 12:29):

    Muchas gracias por el apunte, Beltza. Ya lo he cambiado

  11. Comentario de Guillermo López García (13/03/2014 12:40):

    Lo de “Stalin era también muy malo, ojo” es el nuevo “pero condena Cuba”. Es la obsesión de los que se sienten atacados por envolverlo todo con un halo de ecuanimidad “todos culpables”. Lo gracioso del caso es que alguien se sienta atacado cuando criticas a Hitler.

  12. Comentario de Latro (13/03/2014 13:00):

    Mas bien, el típico balon fuera. Tu quieres hablar de X, pero yo te saco Y. Y que malo eres, porque en tu artículo sobre X, no se te ocurrió mencionar Y. Ni de pasada. Es que eres un vendido…

    Con lo cual o se habla de lo que a ellos le da la gana o no se habla de nada.

  13. Comentario de Eye (13/03/2014 15:23):

    Hace años, leí Koba, el Temible, una biografía de Stalin escrita por Martin Amis. Creo recordar que tocaba todos los asuntos habituales –la lucha por el poder contra Trotsky y Bujarin, las purgas, el Gulag, la hambruna de 1932–. Pero en medio del libro, Amis dejó escondida una frasecilla casual bastante perturbadora, que venía a decir más o menos así: “el estalinismo no hubiera sido posible sin la colaboración de millones de pequeños Stalins repartidos por toda Rusia”.

    Y ése es el asunto: Hitler o Stalin no son aberraciones, son tan humanos como usted, yo, o Paulo Coelho. Se les demoniza porque ellos y sus regímenes muestran algo de nuestra naturaleza que preferiríamos no ver. No se trata de “todos somos nazis”, sino de “casi todos podríamos comportarnos como tales si se nos asusta y se nos estimula de forma adecuada”. El camino entre un inofensivo oficinista de clase media y un ustaše croata no es tan largo como la gente cree.

  14. Comentario de parvulesco (13/03/2014 16:35):

    Bueno, Eye, es que esto es la banalidad del mal de Arendt y por eso se han ejecutado 500.000 desahucios en España desde el inicio de la crisis.

    A mí cuando me dicen: “ya, y Stalin? Stalin era muy malo también!” les respondo, “bueno, claro, ya puestos, y Churchill? Y Truman?” Hiroshima, Birmania, los ERE, etc.

  15. Comentario de Alcalá (13/03/2014 16:42):

    Yo no conozco a ningún nazi. Ni a ningún estalinista. Pero criptonazis y criptoestalinistas, a puñaos.

  16. Comentario de emigrante (13/03/2014 18:08):

    Esto de meter a Stalin en la partida para relativizar el nazismo no lo inventamos en España? porque no es más que un “y tú más!” de toda la vida. Por otro lado, como Hitler representa el mal absoluto, cualquier intento de matización te convierte en amigo de los terroristas. Si te gusta la música de Wagner eres un nazi? si criticas el separatismo nacionalista eres un facha? Hasta llegar al extremo de que al PSN no se le permite presentar una moción de censura por el qué dirán.

  17. Comentario de Eye (13/03/2014 18:32):

    #14 Es que los ingleses también tienen sus propios monstruos en el armario, como todo el mundo. Durante la hambruna de 1876-1878 en el Raj británico murieron más de cinco millones de personas, mientras se seguía exportando grano a la metrópoli. Y las autoridades coloniales, ya de paso, insistían en que había que ser muy moderados con la ayuda a los hambrientos para no fomentar la vagancia (!).

  18. Comentario de varo (13/03/2014 21:45):

    pensaba que era el otro Lukacs, que igual es como decir González, pero ya es casualidad que haya dos Lukacs tan distintos.

  19. Comentario de Eye (13/03/2014 22:57):

    Por cierto, aquí hay una selección del arte pictórico de Hitler:

    http://www.socialphy.com/posts/images-pics/4484/Paintings-and-drawings-by-Hitler.html

  20. Comentario de Pablo Ortega (13/03/2014 23:42):

    Realmente, Hitler era buen pintor. A menos claro, que ustedes consideren arte a esta mierda: http://www.ibiblio.org/wm/paint/auth/pollock/pollock.number-8.jpg

    A todo esto, siempre he pensado y pensaré que el nazismo es la creación más diabólica alguna vez hecha por el Hombre junto al Islam. Sencilla y llanamente por que estaba basado en un racismo estúpido, que dejaba por fuera a todo aquel que no fuera de origen nórdico, y de paso, ejemplificó el más espantoso totalitarismo basado en el culto al Líder. Al menos, todos podemos ser comunistas, hasta el más rico, si renuncias a todo lo que tienes en pro de darlo a los pobres.

    Y con todo, Lukács acierta en una cosa: el internacionalismo que antaño predicaba el marxismo ya no existe. ¿O es que acaso ustedes los europeos permiten la libre competencia de los productos agrícolas africanos en Europa? ¿Acaso ustedes los europeos y los norteamericanos ayudan de forma incondicional, sin interés alguno, a nosotros los latinoamericanos o a los africanos o a los asiáticos?

    Y cuando digo europeos y norteamericanos, pienso más que todo en gobiernos de izquierda socialdemócrata, que todos los países del Primer Mundo han tenido excepto USA.

  21. Comentario de Guillermo López García (14/03/2014 00:43):

    #18 Yo al principio, al leer la cubierta (fue un regalo), también lo pensé: “oh no, el marxista pesao de teoría de la literatura que ya tuve que aguantar en la carrera”. Luego me alegré de constatar mi error

  22. Comentario de gottlieb (14/03/2014 14:37):

    #20 “dejaba por fuera a todo aquel que no fuera de origen nórdico”

    El nórdico era el ideal ario, aquello a lo que aspiraban, parte de su mitología. Pero no había nadie menos nórdico que Goebbels, por ejemplo. Y otros más. Lo que no podías era ser judío, obviamente. Aunque hubo gente incluso con tres abuelos judíos a la que se protegió, porque interesaba.

  23. Comentario de Pedro (14/03/2014 14:38):

    Según pone en la Wiki, Lukacs tiene noventa tacos, de modo que cuando salió el libro tenía ya más de setenta. Por lo visto es anglófilo y admirador de Churchill.
    Aparte, parece ser que ha mantenido una larga lucha con David Irving, quien llegó a acusarle de “historiador judío” (su madre era hebrea).

    http://es.wikipedia.org/wiki/John_Lukacs

    Me choca un poco entonces la descripción que se hace aquí de Lukacs casi como si fuera un neonazi. Habrá que leer el libro.

  24. Comentario de Pablo Ortega (14/03/2014 17:56):

    @gottlieb: excepto dos o tres excepciones aisladas, en general el nazismo dejaba por fuera a todo aquel que no tuviera un origen remotamente ario. Si no baste ver el cómo trataron a los eslavos, a los franceses, e incluso a los italianos cuando Italia trató de salvar su pellejo durante la invasión aliada del sur de Italia.

  25. Comentario de gottlieb (14/03/2014 18:28):

    La cuestión está en la definición de “ario”. No solo los nórdicos eran arios como usted dice, si no que incluso Hitler mandó expediciones a la India y al Tibet, para encontrar el origen de los arios. A Franceses o Italianos los consideraban arios.
    Sobre lo que usted dice de tratar mal, trataban mal a los partisanos en países como Francia o Italia, pero no trataban mal a los colaboracionistas o aliados, todo lo contrario. Hitler se arriesgó mucho por Mussolini, y creó la RSI. También personajes como Degrelle, fueron muy importantes para los nazis.
    Sobre los eslavos, es cierto que se planteó una guerra de exterminio contra la URSS, pero algunos pueblos eslavos como los croatas fueron importantes aliados.

  26. Comentario de Pablo Ortega (16/03/2014 20:46):

    Hitler, es cierto, estaba dispuesto a colaborar con italianos, o franceses. Pero siempre y cuando fuera bajo el mando de la “Gran Imperio Alemán” y afirmó explícitamente que el nacional-socialismo era solo aplicable en Alemania. Y aunque el concepto de ario es muy discutible, Hitler dejó claro que lo aplicaba más que todo a Alemania y los países nórdicos. Quisiera ver bien yo, en que parte dijo explícitamente Hitler, que consideraba arios a franceses e italianos.

    Quien sabe cómo hubiera tratado a los latinos europeos tras su triunfo en la guerra… si creó la RSI y se arriesgó por Mussolini, es por que éste le era útil, más nada, para conservar los apoyos sociales que se pudieran conservar en Italia -no se olvide la popularidad con la que contó el fascismo-. No podía darse el lujo de mandar a un gauleiter a las zonas ocupadas por Alemania en la península.

    Degrelle era solo un títere, no era relevante para los nazis.

    Y los croatas fueron aliados, sí, pero nada de importantes. Eran meros mayordomos de los alemanes como lo fueron también los rumanos, los húngaros y los búlgaros.

  27. Comentario de Santi (18/03/2014 15:39):

    Álvaro, me cuesta aceptar su diferencia desde el momento en que mucha peña se enteró de que “era” “judía” a raíz de su detención. Con lo que yo entendería que al igual que estaban dentro por ser judíos (y, efectivamente, lo sabían, aunque fuese la primera noticia al respecto), los soviéticos sabrían que eran enemigos de la revolución (¿qué más hay que saber? Y ello independientemente de que la revolución sea un monstruo paranoico-delirante.). Una diferencia de grado, en cualquier caso, y no cualitativa. Zizek, habla de otra diferencia, y no meramente de grado -yo me reservo mi derecho a no comprar la moto, pero ahí va-: los acusados soviéticos debían “confesar” sus culpas; los deportados soviéticos eran obligados a escribir cartas de felicitación por el cumpleaños de Stalin. Eran, en suma, todavía hombres. A partir de aquí, creo recordar que el esloveno defiende que el terror estalinista es hijo (montruoso si se quiere) de la Ilustración, y el terror nazi, en cambio no. Yo creo que estoy más con Adorno: todo es hijo de la Ilustración.

  28. Comentario de Joanet (18/03/2014 18:11):

    27> En el libro de Djilas, la nueva clase. Dice que es peor la persecución ideológica (la comunista) que la racial, de castas o nacional. Porque en la segunda, eres judío o un burgués, te pegan un tiro y se acabo. Destrozan al hombre físicamente. En cambio la otra lo destrozan psicologicamente, no sirve solo que esa persona deje de existir sino que tiene que aceptar el nuevo credo.

    Es como en la inquisición, no era solo condernarles en la hoguera sino ademas aceptar que estaban equivocados y abrazar la fe.

  29. Comentario de Santi (20/03/2014 13:35):

    Hombre, si ha leído usted algo de literatura testimonial del holocausto sabrá que no se puede trazar esa línea. Cuando se va a destruir al hombre, se hace en todos los frentes, y estamos ya hartos de rechazar el dualismo alma – cuerpo, ¿no?

    Cuando liberaron Auschwitz los supervivientes del campo se encontraron un almacén lleno hasta arriba de cucharas. Según Primo Levi las cucharas (que, tras afilar parte de su borde, hacían las veces también de cuchillos) eran bienes muy escasos y, como se podrá imaginar, causa de grandes preocupaciones y dificultades, en ocasiones mortales, para los prisioneros.

    Lo que quiero trasmitirle es que las víctimas de estas persecuciones, ambas, eran sistemáticamente destruidas en tanto que personas, es decir, física y psicológicamente.
    Además de que el hecho que he mencionado en mi anterior comentario (que algunos se enteraron de que eran no arios por la prensa).

    “Te pegan un tiro y se acabó” es, al fin y al cabo, falsear el asunto.

  30. Comentario de Joanet (20/03/2014 16:10):

    29> Si no te matan rápido, como en las limpiezas étnicas de Yugoslavia, o en las de África, sufres también psicologicamente por estar encerrado en un campo de concentración. Claro que es una tortura piscologica aparte de física. Pero a lo que yo me refiero es a que no les obligan a renegar del judaísmo y hacerse nazis o cristianos o lo que sea.
    En el caso del proselitismo religiosa (Inquisición) o en la URSS te metían en el gulag o en hospitales psiquiaricos no solo como castigo sino par que renegaras de tus creencias y abrazaras la fe verdadera.

    Para 27> lo mas parecido al Comunismo aplicado no es la ilustración si no sectas de integristas cristianos primitivos o religiones parecidas.

  31. Comentario de Santi (20/03/2014 21:52):

    También se ha olvidado usted de que en el III Reich limpiaron el forro primero a los socialistas y comunistas. Las víctimas de los pogromos son siempre destruidas en tanto que seres humanos, o sea espiritual y físicamente. La raya que traza el señor Djilas tan guapamente, me atrevo a decir que no puede ser, que es de un esquematismo absolutamente fraudulento.

    (No digo que Zizek diga que el estalinismo es Ilustración, sino que es un monstruo producido por las ideas de la Ilustración, al contrario que el nazismo, que es anti-ilustrado, irracionalismo puro. Insisto en que ésta es su moto, no la mía.)

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