Ciudad liberal o ciudad justa
Las ciudades están de moda. También en la economía. El espacio urbano, que tanto en el enfoque económico clásico como en el marxista era visto como un algo contingente y neutro donde se desenvolvían los fenómenos sociales -en particular, el espacio residencial alejado de las fábricas, auténtico núcleo de la economía- cobró fuerza a partir de los 60, cuando empezó a estudiarse como la distribución de los factores productivos afectaba a la productividad y a la marcha de la economía. Desde entonces, el área de estudio se ha extendido para explicar e intervenir sobre otros factores conexos, como la educación, el mercado inmobiliario, la movilidad o el crimen organizado.
La comprensión del espacio urbano ha evolucionado en las últimas décadas, desde un modelo monocéntrico -con un distrito de negocios rodeado por áreas residenciales- a uno policéntrico basado en dinámicas de red. Los modelos han dado entrada a fenómenos como el cambio y conflicto generacional o la ocupación de la calle como generadora de valor intangible. El estreno de Ramon Marrades, uno de los referentes más solventes de la economía urbana en el Estado español, en la edición valenciana de ElDiario.es “Una ciudad liberal contra los desequilibrios generacionales” apunta en esta dirección: las herramientas de análisis que ofrece la economía urbana en las respuestas a la crisis, con especial énfasis en el caso de Valencia.
El artículo hace especial énfasis en las dinámicas urbanas existentes en una ciudad como Valencia -la bicicleta, el monopatín, la música en vivo, las iniciativas vecinales- y como el uso de la ciudad como constructo social -en cuanto espacio de convivencia abierto y no segregado- atempera las desigualdades existentes y ejerce como motor de cohesión social. El análisis se sustenta sobre dos pilares argumentales: el primero, que la desigualdad primaria es de tipo generacional, vinculada a la dualidad del mercado laboral; la segunda, que los problemas provienen fundamentalmente de una hiperregulación por parte de los actores públicos, que ejerce de freno para la marcha de la propia ciudad. De manera muy simplificada, su tesis es que las instituciones están monopolizadas por individuos de mayor edad, y éstas les sirven como instrumento limitativo y coactivo contra las generaciones jóvenes. La solución propuesta, en clave generacional, es una retirada de las instituciones en beneficio de la iniciativa individual de las “clases creativas”, nuevo motor económico de la sociedad.
Es curioso hasta qué punto éste planteamiento calca el análisis marxista tradicional para el que el Estado -y por extensión las instituciones- son un simple instrumento al servicio de la clase dominante. Simplemente sustituye la clase social -ese molesto dogma del pasado- por el conflicto generacional. Aunque lo más interesante es que no es cualquier conflicto generacional, puesto que el “sujeto revolucionario” no son la totalidad de los jóvenes, sino un sector muy particular: las clases creativas, proyectos de profesionales liberales que viven del trabajo intelectual autónomo. El conflicto que se dibuja, es, pues, entre una clase dirigente con trabajo fijo e ingresos consolidados y una potencial clase dirigente -urbana y con estudios superiores- privada por la coyuntura de ocupar el puesto que cree que le corresponde en el orden social.
Si intentáramos poner éste conflicto sobre el mapa de una ciudad cualquiera, estaríamos hablando apenas de algunos barrios del centro: los distritos de negocios y los cascos históricos, dónde se dan los procesos de gentrificación. A su alrededor, se extienden hectáreas de ensanches, bloques de pisos que alojan a decenas y decenas de miles de personas, barrios sin apenas equipamientos ni zonas comunes. Según el análisis anterior, son prácticamente espacios vacíos, pero dónde la desigualdad tiene otro rostro: las sucesivas crisis extendidas en el tiempo -la crisis del petróleo, la reconversión industrial, el estallido de la burbuja inmobiliaria- han dejado un escenario de paro estructural elevado, que en muchos de estos barrios supera el 50%.
El sistema económico, más allá de las crisis, dibuja un escenario de baja productividad, paro estructural elevado y desigualdades sangrantes en materia de renta. Renta no sólo entendida en términos salariales, sino también implícitos, como las infraestructuras públicas; o sistemas de transporte público netamente regresivos en cuanto al precio y de acceso difícil en la periferia. Las desigualdades económicas, más allá de análisis interesados, persisten, y el desmantelamiento forzado de la clase media las agudiza. Parece, pues, que en las ciudades hay algunos desequilibrios más que los generacionales, que, intentando tener una visión de conjunto son bastante más relevantes para la mayoría de la población que las habita.
Hay otro tipo de problemas transversales a toda la ciudad y a clases sociales: el tráfico de drogas o la especulación inmobiliaria vinculada al sector turístico y el blanqueo de capitales son algunos de los ejemplos de dinámicas macro que se ceban especialmente en las partes más degradadas y pauperizadas del entorno urbano. Problemas, junto a la del paro y la desigualdad que las iniciativas espontáneas e individuales de la pregonada “Ciudad liberal” no son capaces de afrontar, por su simple magnitud. Sólo el sector público dispone -al menos teóricamente- de las herramientas para afrontar -lo que no significa necesariamente poder resolver- estos problemas.
Desarrollando el concepto de Foucault de las leyes como dispositivo de dominación, y reflejo del equilibrio de poder en un momento concreto, varios economistas urbanos de raíz marxista, a la cabeza de los cuales se encuentra el norteamericano David Harvey, han teorizado que el espacio urbano funciona de la misma manera, y cristaliza luchas económicas y políticas por el poder. David Harvey relaciona los procesos de urbanización y construcción de infraestructuras con los procesos de acumulación, hasta qué punto las grandes crisis modernas tienen una íntima relación con las burbujas y las implosiones del mercado inmobiliario, y la relación con ello de las luchas que las suceden. El ejemplo histórico paradigmático es el París de Napoleón III y su gran reforma desde la revolución de 1848 hasta la Comuna de París de 1871; y cómo la Comuna incorpora demandas básicas de naturaleza urbana, como el precio de los alquileres y acceso a la vivienda.
La centralidad identitaria del acceso a la vivienda urbana en los nuevos movimientos sociales -los Estados Unidos, España y la PAH, China ante su emergente burbuja inmobiliaria- se une a los estallidos de rabia de los grandes suburbios ante la crisis económica y los centros gentrificados -la banlieue francesa de 2005, Londres, Brasil. Estos últimos ejemplos son curiosos, puesto que ante la insistencia gubernamental y mediática de plantearlos como episodios de violencia étnica, especialmente en el caso francés, hubo numerosos detenidos con patronímico ranciamente europeo: hablamos de marginación ligada a la planificación urbana -barrios de casa baratas, sin equipamientos ni oportunidades- no de estallidos étnicos.
El marco conceptual de “ciudad liberal” profundiza en la creencia de cierta academia económica -altamente hegemónica en los medios de comunicación y generosamente regada con dinero público- que sostiene que, dado el poco éxito del intervencionismo económico de tipo keynesiano en el ciclo económico anterior, lo que deben hacer las instituciones es retirarse en la medida de lo posible del campo económico. Sería reiterativo profundizar aquí en las limitaciones del concepto de libre mercado, mano invisible, etc; dejémoslo en que aplicado al entorno urbano, supone pensar que la distribución del espacio es natural, y no resultado concreto de ninguna planificación -o falta de planificación- previa, y por tanto la intervención institucional habría de ser poco menos que residual en un entorno perfectamente capaz de autorregularse.
Sean los nefastos resultados del ciclo anterior “excesos” o más probablemente el resultado más lógico de los incentivos puestos sobre la mesa -moneda sobrevalorada, crédito barato, política gubernamental activa de fomento a la compra de vivienda vía deducciones fiscales, legislación urbanística laxa- parece tramposo inferir que son defectos inherentes a cualquier acto de planificación económica o regulación en el entorno urbano, al mismo acto de intervenir.
Para buscar las raíces de ésta idea, cabe intentar aventurarse a los inicios de la misma. La escuela austríaca de Hayek y von Mises, tan importante en la economía neoclásica, la Escuela de Chicago y aquello que se ha denominado neoliberalismo. Von Mises y compañía vivieron de primera mano la desintegración del Imperio Austrohúngaro, la única realidad que habían conocido, y su sustitución por la minúscula República de Austria, con unos equilibrios económicos y de población muy diferentes.
El Imperio Austrohúngaro se había sustentado en sus ciudades -Viena, Budapest, Praga, Lemberg, Cracovia, Trieste- multiculturales, con una importante presencia judía en su vida económica y cultural y un movimiento obrero robusto, seguidor de la corriente austromarxista. Tras la desintegración de los Tratados de Saint-Germain y Trianon, Viena quedó aislada como una gran metrópolis moderna con hegemonía izquierdista inserta en un país rural y agrario de sólida hegemonía conservadora. Durante los años 20 y principio de los 30, mientras que el gobierno de la República de Austria estaba controlado por los democristianos, la izquierda tenía su feudo en el gobierno municipal de Viena, que concentraba más de un cuarto de la población. La “Viena Roja”, la llamaban entonces.
El gobierno municipal de Viena invirtió gran parte de su presupuesto y capital político en consolidar su hegemonía haciendo uso de sus competencias: construyó decenas de miles de viviendas sociales destinadas a obreros, barrios enteros con sus correspondientes equipamientos deportivos, sanitarios y educativos. Durante la Gran Depresión, los cuadros de la derecha -entre los que se encontraba, asesorando al gobierno conservador, el propio Von Mises- echaron la culpa de la crisis a los grandes gastos gubernamentales y la planificación económica izquierdista, simbolizada en los nuevos barrios obreros. Durante la guerra civil que precedió al golpe de estado de 1934, los paramilitares de derecha bombardearon repetidamente los barrios obreros, símbolo de todo aquello que odiaban.
Los economistas ultraliberales de la futura “escuela austríaca”, en su ulterior exilio norteamericano -tras el golpe de estado derechista de 1934 y la ulterior invasión nazi-, lucharon decididamente por evitar la intervención del gobierno en la economía, que creían el origen de la guerra civil y la dictadura en su propio país. Es sorprendente hasta qué punto el concepto de “ciudad liberal” y la teoría que la subyace puede ser hija de los traumas personales de un grupo de exiliados austríacos en torno la planificación urbana a escala municipal y la inversión en los barrios obreros.
Achacar los grandes problemas urbanos a la hiperregulación o a un problema generacional no es necesariamente un análisis erróneo; simplemente es una visión de conjunto un tanto obtusa de las grandes cuestiones. Para resolverlas, el planeamiento urbano, entendido en sentido amplio, es la herramienta más potente, que además de la necesaria participación ciudadana a través de entidades -que tiene sus limitaciones y sesgos, atendiendo al tiempo, la clase social, el nivel de estudios, etc-, necesita de un férreo soporte institucional para salir adelante.
Los grandes problemas a qué se enfrentan nuestras ciudades son de una escala mundial, que las trasciende, y necesitan ser abordados por instituciones sometidas a control democrático, aunque sea limitado. Poner voz -además de simplemente pedir el voto- a esas masas sociales que sufren la mayoría de estos problemas en sus carnes es harto complejo, implica liderazgos y procesos llenos de contradicciones. Difícil cuando la mayoría de la izquierda sociológica o bien se ríe de un mandatario extranjero por llevar chándal o les perdona el gusto estético y de paso la vida por sus persistentes victorias electorales, cuándo posiblemente sus vecinos, algunas calles más allá, no sean tan distintos a sus homólogos venezolanos o ecuatorianos.
Nadie dijo que la democracia fuese fácil. Pero entender que nuestras preocupaciones individuales, grupales o gremiales no representan necesariamente aquella quimera del interés general, quizá ayudaría. Ciudades liberales… o ciudades justas.
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Comentario de Folks (15/10/2013 11:24):
Soles dir que l’anàlisi de Marrades és tan sols l’anàlisi d’allò que ell pot analitzar i coneix. Ixa contraposició del longboard i el bike-polo amb la gerontocràcia és un fenómen que pots veure si et fixes molt molt molt en Ciutat Vella i zones del Carme, encara que uns carrers més enllà, ja en El Chino, no diguem en La Coma son inexistents.
L’article del blog de Escolar te un biaix important: Parla del que afecta a l’autor i amb alló que es pot sentir identificat qui arribe a eixa pàgina. No soles el Bike Polo i el longboard (El Bike-Polo encara, pero el longboard no tinc ni idea del que és i es suposa que jo soc un jove creatiu liberal precari contracte-únic expat cool), son coses com “Para una generación donde ser un expat es habitual, la calidad de vida es un elemento fundamental para elegir destino”. Ser expat? Ara resulta que tots els que s’en van en Ryanair a netetjar taules en parcs d’atraccions de l’area periurbana de Birmingham son expats, no emigrants à la Juanito Valderrama. Ale a fotre al camp, home ja.
I tu a veure si et deixes ja de comunisme, comuniste.
Comentario de perri el sucio (15/10/2013 11:45):
ortografía. Cómo y como, qué y que.
Comentario de Ramon Marrades (15/10/2013 12:03):
admet el meu reduccionisme.
No estava dibuixant una relació causal clara: desregulació –> èxit econòmic.
Quan parle d’un gremi/classe em referixc a certs estàndards de creativitat/capital humà/formació (Florida/Lucas/Glaeser), clau del desenvolupament endògen. Per atreure capital humà la qualitat de vida és important i eixa intersecta amb mobilitat/espai públic etc.
Quan parle de llibertat penseu en Amsterdam, no (necessàriament) en Hayek.
El títol podria haver estat ‘el uso de la ciudad nos hace libre’; però vaig optar per ser polèmic i ambigu
Comentario de Santi (15/10/2013 13:25):
El asunto generacional da tanta grima q
Comentario de Santi (15/10/2013 13:50):
Perdón, se me ha escapado. Da grima el argumento generacional, sí, igual que el uso sin vergüenza (como si fuésemos expertos en publicidad) del termino ‘creatividad’ y asociados. Y bueno, ya sé que aquí los análisis son más eruditos, pero me parece de sentido común que un artículo sobre la ciudad contemporánea deba mencionar, a la fuerza ahorcan, al automóvil personal, que es, en puridad, el habitante de lo que todavía hoy en día, por fuerza de la costumbre, se sigue llamando ciudad (hay que reconocer que fue un gran invento humano -la ciudad- hasta que otro invento humano mucho más desgraciado, el del coche, la ocupó espuriamente).
Comentario de Pablo Ortega (15/10/2013 17:18):
Interesante el artículo este. No obstante, sería interesante ver el fracaso del supuesto proyecto socialista de Chávez a la hora de luchar contra los suburbios pobres de las grandes ciudades de Venezuela.
Baste ver Petare, considerado el barrio más grande de Latinoamérica. 15 años en el poder, y hay más precarias viviendas construidas en un lugar donde no debería haber casas que nunca.
Baste ver esta imagen: http://tvpetare.org.ve/Noticias/noticiacinco_archivos/image001.jpg
Comentario de Carles (15/10/2013 17:32):
¿¿¿Vols dir que hi ha una linia entre Von Mises – l’Escola de Chicago i Rita?? Quin és el nexe????
Rita ha dirigit una política urbanistica amb un intervencionisme salvatge.
L’ampliació del Cabanyal, el Parc Central, els 20 camps de fútbol de solar que hi ha al meu barri (Jesús-Senabre), el preu de la vivenda…
Utilitzar l’Estat per a impulsar l’economia NO ÉS LIBERALISME. És el bigotes i Calatrava, que és el contrari al liberalisme.
Jo veig MÉS una linea intelectual entre V. Mises – Chicago i Ramon Marrades
(encara que només siga per les influències de la UV, i també per la seua
curiositat intelectual infinita i ganes d’entendre el món)
Sobre el liberalisme, un moment:
Va ser un valencià (Reig Albiol) qui va ser amic de Mises i va traduir les obres al castellà per primera vegada, Ignasi Villalonga un dels millors economistes valencians era també un defensor de la llibertat (va alçar Banc de València). L’esquerra valenciana no s’enten tampoc sense el concepte de llibertat com a pilar fonamental, recordem que ací varem fundar la FAI… el pensament polític de nivell al nostre País no s’entén sense la llibertat… i és un gran patrimoni!!
L’urbanisme ha sigut allò més intervingut i el que pitjor ha anat en esta ciutat…
i, Francesc… el referent ha de ser Caracas???
Per últim, quan dius:
“Es sorprendente hasta qué punto el concepto de “ciudad liberal” y la teoría que la subyace puede ser hija de los traumas personales de un grupo de exiliados austríacos en torno la planificación urbana a escala municipal y la inversión en los barrios obreros.”
Recordem al minipúblic que llig açò que el suposat “”traumado”” és premi Nobel (quan encara eixa distinció significava alguna cosa).
I alguna cosa sabria l’home, a més dels traumes…
És un plaer escriures amb vosaltres!!!
Comentario de emigrante (15/10/2013 19:57):
Sobre el conflicto generacional
http://www.eldiario.es/vinetas/tratan_10_185931407.html
Y ahora en modo gafapasta on, lo de las ciudades planificadas es algo que existe desde que se contruyó la primera choza. Creo que fue Platón el filósofo que se dedicaba a planificar la polis perfecta en sus ratos libres. Buena parte de las ciudades europeas tiene su orígen en campamentos de legiones romanas que estaban trazados con tiralineas, luego con el tiempo se fue emborronando el plano. De las misiones jesuitas en América o los colonos manchegos de Franco ya no hablo porque me estoy enrollando mucho. Cerca de aquí en Ausburgo se puede visitar el barrio obrero más antiguo del mundo contruido en el s. XVI por el banquero Fugger para los pobres supongo que con los intereses de la deuda de la monarquía hispana. Todavía está habitado se conserva impecable y sus inquilinos pagan un alquiler simbólico. http://de.wikipedia.org/wiki/Fuggerei
Comentario de Yopino (15/10/2013 22:34):
No entiendo que se entre en un foro donde se comenta un articulo escrito en castellano expresándose en otra lengua distinta cuando se sabe que conoce la del autor .Es un desprecio hacia el autor y los demás comentaristas.Me estas diciendo : me importa una mierda lo que pienses y que tu entiendas lo que pienso.Es la manera mas ruin y bastarda de utilizar un idioma ,utilizarlo como arma en si mismo para dividir no para comunicarse.Cuantas caras tiene el fascismo…
Comentario de Sgt. Kabukiman (16/10/2013 00:30):
Las sales, por favor!!
Y un abanico!!!
Comentario de Yopino (16/10/2013 08:19):
Kabukiman cuanta sensibilidad ,espero que siempre tengas la misma.
Comentario de kirikiño (16/10/2013 11:09):
Bueno, yo no tengo ni puta idea de valenciano (o catalán, o lo que sea), pero más o menos se entiende lo que dicen. A mí no me molesta, vamos.
Y al grano de artículo y comentarios, me parece un poco complicado hacer una análisis de ciudades metiendo en el mismo saco una ciudad venezolana y Valencia. Son realidades tan distintas (supongo, que en venezuela no he puesto pie) que establecer patrones comunes…
Comentario de sangonereta (16/10/2013 16:58):
Yopino, ama, no odies, ama.
Comentario de sangonereta (16/10/2013 16:59):
Li ha dit feixista per escriure en català? Hòstiaputa!
Comentario de pfutro (16/10/2013 18:19):
Yopino:
La llengua és un mitjà de comunicació, d’entendre’s les persones. He fet molts comentaris en valencià, que és un idioma minoritari. Ho faig perquè me dona la gana gastar el meu propi idioma, per practicar el valencià, ja que de xicotet no hi havia eixa possibilitat (estic estudiant valencià superior, l’any passat vaig aprovar el mitja i fa dos anys l’elemental), també perquè ningú s’havia molestat…
Alguns comentaris estan en anglés, idioma que no domine molt bé i no m’he molestat. Caldrà estudiar més anglés o utilitzar algun programa traductor, però no crec que el comentarista ho faça fet per fotre.
El llenguatge es per comunicar-se, no per fotre. Es evident que si poses un comentari en xinés no t’entenga ningú, però en valencià?
Els valencians som molt educats, si algú no ho anten que ho diga i se li tradueix. També està el Salt…
Salutacions
Paco.
Comentario de keenan (16/10/2013 18:37):
@Yopino: El autor del comment elige hacerlo en un idioma X (en este caso, catalá/valenciá), y tú o bien eliges leerlo (haciendo un pequeño esfuerzo -el catalán escrito es bastante comprensible para un castellanohablante-) o bien decides no leerlo. No veo donde está el problema, vamos, ni que esto fuera el puto BOE. Ni estas obligado a leerlo, ni es información vital, punto. A partir de aqui, que cada cual se exprese en el idioma que le de la gana.
Algunos os teneis que quitar esa mentalidad chunga. No podeis ir por la vida molestandoós porque la gente hable un idioma X en un contexto Y, ni podeis pretender que en un medio donde mayoritariamente se escribe en castellano, todo el mundo se tenga que expresar en castellano. Por la misma regla de tres, en un medio en valenciano, tú no te podrías expresar… sin embargo, no creo que nadie te censure por escribir en castellano.
Y eso por no hablar de esa gente que te echa miraditas (o directamente te increpa, -lo he visto-) por hablar catalán/valenciano/euskera en Cuenca (lo de Cuenca es un decir). Luego presumimos de “cuna de la civilización”, de “amalgama de culturas”, y de “modelo de convivencia”. Pero al que no habla lo mio, palo en la cabeza.
Comentario de Latro (16/10/2013 18:50):
Una falta de educación, si, lo es. Sobre todo dirigirse a alguien que no habla el idioma en ese idioma :-P
Un fascismo ya es pasarse 3 pueblos.
Comentario de Eye (16/10/2013 21:06):
Yo es que leo “clases creativas” y me imagino a listillos con gafas de pasta y accesorios de Apple que trabajan de diseñadores gráficos y toman infusiones en Starbucks. Y claro, esos infraseres deberían acabar todos reunidos en algún barrio de estética soviética, como Bellvitge.
Sobre urbanismo, esto ya es todo un clásico:
Satán es mi señor: ¡tu vida va a ser un infierno!
PD: No se enfade, Yopino, que ese idioma extraño con olor a azufre que han usado arriba forma parte también del acervo cultural de España, y por lo tanto leyéndolo conocerá un poco mejor este país.
Comentario de pfutro (16/10/2013 22:25):
Sube un grupo de excursionistas por la huerta valenciana concretamente por Carpesa, en un día de verano, extremadamente caluroso.
Al doblar la alquería del tío Carrucha, ven una fuente de agua y se precipitan corriendo a ella; cuando acercan sus manos en forma de cuenco, suena, unos doscientos metros más arriba, la voz de un labrador, que les dice:
– ieeeee!!! Cagen deu!!!! que feu!!!! Che!!! Collons!!!! que eixa aigua no es potable i és molt roin!!
Los excursionistas no le entienden y dicen:
– Qué?
El labrador repite:
– Cheeeeeeeeee!!!! Cagen deu!!!! Esteu bobos o que!!! que feu!!!! Recontracollons!!!!! que eixa aigua no es potable, no begau que és molt roin!!
Siguen sin entenderle, y le preguntan otra vez:
– Que …. qué dice?
Y el labrador repite:
– Cheeeeeeeeee!!!! Cagen l’hostia la mare que vos ha parit als fills de putes estos!!!! que eixa aigua no es potable, no begau que és molt roïn!!! que no es potableeee!!!
Los tíos comentan entre si que no entienden nada, y uno de ellos se dirige a él:
– Mire, somos un grupo de excursionistas del Real Madrid y no entendemos el valenciano así que háblenos en español, que estamos en España, coño!!!
Y el labrador dice:
– Que beban despacito, que sale muy fría!””
Comentario de pfutro (16/10/2013 23:51):
Les faltes d’ortografia ja venien incloses i jo no sóc qui per a esmenar-li la plana a l’autor d’este acudit en iber apitxat.
Salutacions
Paco.
Comentario de Francesc Miralles Borrell (17/10/2013 15:58):
Latro y Yopino, dudo que sea una falta de educación. Pero en todo caso se dirigía a mí, que soy catalanófono, es decir, sean cuales sean vuestras opiniones sobre convivencia políglota, el debate no viene al caso. Salut
Comentario de Latro (17/10/2013 16:41):
#21 No, yo me referia al mensaje #15. Ahora, tampoco muy en serio, ni en broma.
Y si que no viene al caso :-P
Comentario de Gekokujo (17/10/2013 20:32):
Pues a mí me queda claro que internet no es la casa de nadie, por tanto uno puede expresarse como quiera. Existen además traductores gratuitos, como en la ONU. Otra cosa es que por deferencia se emplee un idioma facilitándole la tarea al lector. Pero justamente aquí, lo raro es que lo que te interese esté escrito en tu lengua materna.
Respecto a las ciudades estoy de acuerdo en que la introducción del automóvil ha sido la punta de lanza de la progresiva individualización y desconexión social entre sus habitantes, más allá de si hablamos de megaurbes como Mexico DF. Recuerdo una exposición, justamente en Valencia, de Frank Lloyd Wright. En ella se podían ver maquetas y dibujos de sus ideas arquitectónicas. Llamaba mucho la atención los grandes espacios dedicados a la movilidad de los vehículos (estamos hablando de antes de 1930). Un acierto, aunque no creo que se imaginara esos espacios embotellados, contaminados y plagados de basura consumista.
Comentario de Yopino (17/10/2013 23:02):
No entiendo que tiene que ver la libertad de expresarte como quieras con esto . El hecho de expresarse dentro de un grupo en un idioma que no es común a todos cuando el que comienza la conversación lo hace en uno común a todos me parece una falta de respeto como poco .El mensaje que quieren transmitir no tiene nada que ver con lo que se habla, el mensaje es la lengua que se usa y por lo tanto hacen un uso de esta con fines ajenos a la comunicación .Y digo lo de fachas por hacer de la lengua sea cual sea un medio en si mismo de alinear el pensamiento .No importa lo que digas mientras lo digas en tal lengua ,entonces eres de los nuestros. Si entro en un foro euskaldun gallego o catalán expresándome en castellano piense lo que piense ya sabes de que me van a tildar o lo que es peor quizá ni exista.
Comentario de Beltza (17/10/2013 23:10):
“supone pensar que la distribución del espacio es natural, y no resultado concreto de ninguna planificación -o falta de planificación- previa, y por tanto la intervención institucional habría de ser poco menos que residual en un entorno perfectamente capaz de autorregularse.”
Desde la atalaya intelectual que me ofrece mi carrera de arquitectura (con sus correspondientes clases de urbanismo), ser miembro de eso que llama “generación creativa” -que no sé en que lugar deja a alguna familiar mia sin carrera que trabajan de camarera- y estar en paro puedo decir que la ciudad sin planificación es una puta mierda.
Añadiendo a lo ya expuesto por emigrante: Los cascos históricos de ciudades fundadas durante el medievo también estaban planificadas (mejor que las actuales, dicho sea de paso, debido a que la escala en la que trabajaban era mucho más predecible y manejable), un ejemplo claro es Gares/Puentelarreina; las colonias griegas también son un buen ejemplo (Priene, Mileto, etc..).
Otra cosa es que la idea de Le Corbusier de “matar la calle” y la Unité d´Habitacion fuese la “Gran Cagada” de su carrera; las Banlieu existen como ejemplo del fracaso del modelo lecorbuseriano de la zonificación. Sobre el tema recomiendo la lectura de “muerte y vida de grandes ciudades” de Jane Jacobs, una crítica al urbanismo moderno que el autor de Vicisitud y Sordidez aplaudiría con las orejas.
Y hablando de planificación exitosa, el ensanche de Barcelona de Indefonso Cerdá a mi modo de ver sigue siendo un ejemplo de cómo se debería expandir una ciudad (a pesar de que la realidad dista bastante del modelo ideal que propuso Cerdá -manzanas abiertas y no cerradas-). El problema lo hemos tenido al propiciar un desarrollo exponencial sin control, ni sentido, ni nada más allá del pelotazo. Esa es la mano invisible del mercado, un trepa avaricioso sin escrúpulos intentando exprimir la naranja valenciana hasta sacar la última gota para después tirarla a la basura, barracones estudiantiles incluidos.
PD: Los condominios si que son la cúspide de la ciudad liberal, y me dan asco por todo lo que implican.
Yopino
Y por cosas como esa los catalanes quieren poner tierra de por medio… en fin, luego se preguntarán que por qué no somos todos coleguitas. http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/30/paisvasco/1351589634.html
Comentario de Beltza (17/10/2013 23:27):
Gekokujo
La “Usonia” de FLW era una utopía para la América rural, no contemplaba ni grandes núcleos urbanos ni aglomeraciones, era su idea (tatcheriana) de lo que era la sociedad, familias granjeras cuasiindependientes y cuatro puntos de reunión comunitaria (uno era la iglesia).
El plan para el gran Baghdad (abortado por la revolución del general Qassem y la ejecución de Faisal II) sique en esa línea. http://www.biblicalarchaeology.org/daily/archaeology-today/cultural-heritage/frank-lloyd-wright-baghdad-through-the-eyes-of-a-visionary/
PD: Tal vez fuese la misma exposición que recaló en el Guggemheim de Bilbao. Muy buena.
Comentario de pfutro (18/10/2013 15:32):
Reivindique el meu dret a expressar-me amb la llengua que vullga i si els demés volen parlar en castellà, no tinc cap problema.
Ara entrem en matèria.
Açí s’ha comentant que la culpa de tots el mals el té el cotxe.
Jo crec que no.
En el segle XIX, antes de la invenció del cotxe, La vida era distinta.
Les ciutats eren mes xicotetes (amb l’excepció de Nova York, París, Londres…)
La gent anava a treballar prop d’on vivia. Comprava prop d’on vivia. No existia l’oci, almenys per a les classes treballadores. Els rics sempre han tingut oci (tenien diners i temps lliure) però eren molt pocs i hi estava dins de les ciutats.
En l’actualitat, la gent viu en ciutats, o pitjor en cara, en urbanitzacions mal comunicades. El treball està en el centre de les ciutats (de coll blanc) o en els polígons que envolten la ciutat (treball de granota blava, en castellano mono azul) Va a comprar als centres comercials, també d’oci. Existeixen els diumengers que se’n van al camp.
Tot això fa que la gent sols vega el cotxe com mitjà de transport… fins i tot hi ha a gent que agafa el cotxe fins tot anar a pel pa.
Clar que sí, existeix el transport públic, però no aplega a tots els llocs. En el centres de les ciutats, no hi ha aparcament.
En ciutats planes com València, la gent es refractària a anar el bici i els polítics a fer fàcil la vida dels ciclistes.
Un bon mètode de transport és la moto, fàcil d’aparcar, ocupa poc de lloc, gasta poc, etc. però no es promociona ni es facilita el seu ús per part dels polítics.
El cotxe té avantatges i inconvenients. No cal anar a tots els indrets en cotxe, n’hi ha alternatives, i si no cal fer-les, però no eliminar-lo.
Salutacions a tothom.
Comentario de Santi (19/10/2013 15:59):
#18 Qué buen enlace.