“Dies the Fire”’ y el Emberverse – S.M. Stirling

Los frikis de la literatura épica medieval -o de la novela histórica en general– tenemos un problema: es imposible que una novela nos sorprenda. Al fin y al cabo, trata de sucesos ya conocidos y estudiados. Si usted ya sabe cómo fue la vida de Ricardo Corazón de León, o cómo acaban las cruzadas, o quién ganó la batalla de Hattin, ¿qué interés puede tener el leer una novela del tema? Por otro lado, puede que no lo sepa y lea esas novelas precisamente para conocerlo, pero si no conoce, con un nivel de detalle exhaustivo, sucesos irrelevantes para la vida actual que ocurrieron hace mil años al otro lado del Mediterráneo, ¿cómo osa llamarse friki? ¡Shame on you! ¡Expulsado de la comunidad de los frikis!

En nuestro auxilio se inventa la fantasía épica. Un autor se inventa un mundo, lo puebla de unas culturas atrasadas con una tecnología medieval, y ya puede el friki sumergirse en conjuras, batallas e historias cuyo desenlace ¡no conoce! Es como la vuelta a la feliz juventud, cuando en el instituto el friki aleccionaba al propio profesor de clase de historia, como un amigo mío al que el profesor pidió salir a la pizarra para explicar la Primera Guerra Mundial de principio a fin, porque se sabía el tema mejor que él. Mi amigo se afilió posteriormente al PSOE, donde no les molestó su cero raspado en matemáticas.

El problema de la fantasía épica es “ese” que todos conocemos. El “temita”. El que empieza a chirriarle al friki cuando supera los 25 años o así: la puta magia. Todos estos mundos inventados tienen su magia, sus elfos, sus trasgos y sus componentes esotéricos salidos como de algún exceso de setas en Ámsterdam. Y tú piensas: ¿realmente hacía falta esto? ¿Realmente hacía falta que George R.R. Martin metiera en su mundo medieval bastante logrado todos estos elementos mágicos y nos quitara el placer de disfrutar de una segunda Edad Media?
Pues verán: sí, tuvo que hacerlo. Y hoy, LPD va a desvelar la razón que le llevó a meter más y más magia para cabreo y espanto de más y más frikis maduros. Fue porque no quiso sufrir el destino de otro gordo barbudo que también firma con dos iniciales y que escribe novelas de más de 600 páginas de fantasía medieval sin una pizca de magia y con abundantes masacres y batallas y realismo y casquería de lo más repugnante, incluso ¡creando personajes ateos (en el bando de los malos, claro, que todo tiene un límite)! ¿Y qué obtuvo este hombre a cambio de su esfuerzo por crear fantasía realista? Pues no se comió un colín. No tiene obras traducidas a nuestra lengua, ni tan siquiera tiene página en la wikipedia española, ni yo he conocido aún a ningún español que lo haya leído. Esa es la verdad: la magia tiene salida, el realismo no. Miren si no a George Lucas, que quiso darle un toque racional a la Fuerza y se inventó los midiclorianos, y la que le cayó.

Hoy, LPD rinde tributo a este autor con una crítica a su novela “Dies the Fire”, por extensión a todo el universo ficticio en el que se sitúa -llamado Emberverse-, y a su obra en general.

No necesito magia para zamparme a GRRM. Solo mostaza

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SMS, el hermano oscuro de GRRM

Stephen Michael Stirling nace en Francia de madre inglesa y padre canadiense. Esto le da el cosmopolitismo suficiente para conocer historia y saber describirla, al contrario de muchos autores americanos, que no tienen ni idea y lo mezclan todo, hasta llegar a ese nauseabundo engendro que es “El Ocho”, una de las contadas novelas que jamás pude terminar de leer. Stirling evita el principal error, que es asumir que la gente de otras épocas en el fondo es como nosotros, solo que con ropas graciosas. Pero tampoco se engañen, aunque tiene una notable capacidad de entender otras culturas y otras mentalidades, SMS es “anglo” hasta las trancas. Y describe escenas de barbarie con la misma facilidad que GRRM, aunque la frase “y Menelao hundió su espada en la frente del teucro, encima de la nariz: crujieron los huesos, y los ojos, ensangrentados, cayeron en el polvo, a los pies del guerrero, que se encorvó y vino a tierra” la acabo de sacar de la Ilíada, y nadie tendría a Homero como escritor de folletines (aunque desde luego que lo era, y además también era gordo y barbudo; aquí parece haber un patrón).

Especializado en ciencia ficción militar y en historia alternativa, Stirling dio sus primeros pinitos en la ciencia ficción, de la mano de maestros de la ciencia ficción “hard” (la más apegada a la verosimilitud científica) como Jerry Pournelle y Larry Niven, algo que en el mundillo editorial de la ciencia ficción se conoce como “universos compartidos” (o, cuando la cosa se va muy de madre y las obras publicadas son bazofia, “universo franquicia”): a raíz de una novela o serie muy exitosa, el autor permite a otros autores escribir libros dentro del mismo universo. Cuando ya se hubo hecho un nombre es cuando Stirling pudo dar el salto a sus propias creaciones, las más notables de las cuales son la serie de los Drakas, y el universo del Emberverse, en el que se sitúa “Dies the Fire”.

Génesis del Emberverse: El Cambio

Bueno, cuando decimos que en “Dies the Fire” no hay magia, es “salvo alguna cosa al principio”. O no. Porque no queda claro de que se trate de magia.

El 17 de marzo de 1998, a las 21:15 hora Este de los Estados Unidos, un domo de energía aparece de repente alrededor de la isla de Nantucket, situada ante la costa de Nueva Inglaterra. Tras estabilizarse brevemente, se expande rápidamente para engullir el planeta durante unos segundos y desaparecer. Con dos consecuencias: una, la isla de Nantucket, con sus habitantes y barcos, es lanzada al año 1250 antes de Cristo, dando origen a la “Trilogía de Nantucket”, en que los americanos transportados tienen que sobrevivir en la edad de Bronce. Y dos, el resto del planeta en 1998 ve cómo desaparece toda tecnología moderna. Deja de funcionar toda la electrónica, la electricidad, las armas de fuego, los motores de combustión interna, incluso las máquinas de vapor. El mundo de “Dies the Fire” ha vuelto al nivel tecnológico del año 1400, más o menos.

Un ingeniero en la novela, tratando de explicar lo que ellos llaman El Cambio, concluye que se han alterado constantes físicas y las leyes de la termodinámica. Y, dado que el mundo no se ha diluido en una sopa cuántica, que esa alteración ha sido intencionada y perfectamente medida, y a falta de una explicación mejor se las atribuye a unos Murciélagos Mutantes Alienígenas del Espacio que experimentan con la humanidad. Pronto se establece el dicho “no intentemos explicar El Cambio” para describir cháchara que no lleva a nada, y que es un guiño del autor a sus lectores, “que no le busquéis una explicación, que no la hay, El Cambio es solo una excusa para crear historias de aventuras medievales que ocurren en Estados Unidos”.

Dies the Fire

Estas aventuras medievales empiezan de una forma muy medieval: con unas hambrunas y unas guerras a palos y machetazos por los recursos accesibles que en un año matan al 95% de la población humana. Los supervivientes se adaptan como pueden, formando grupos alrededor de individuos carismáticos, capaces, o simplemente afortunados, los cuales imponen sus ideas y gustos personales a esas nuevas sociedades que se forman. Un ex-marine junto con una familia de origen escandinavo acabarán siendo la base de una sociedad, los Matadores de Osos, con rasgos vikingos. Corvallis, una ciudad con una universidad, creará un imperio comercial y de servicios, con los departamentos universitarios convertidos en gremios. Y una wiccana y cantante folk aficionada apellidada Mackenzie recreará una sociedad gaélico-irlandesa, el Clan Mackenzie, dividida en clanes y basada en el chamanismo, los tótems y la armonía con la naturaleza (los wiccanos, a veces llamados “la religión de las brujas”, son un culto neopagano que lo peta en USA, especialmente entre hippis pitopáusicos y jovencitas con sobredosis crepusculares). En general solo las zonas rurales sobreviven, las áreas urbanas muy habitadas se convierten en “Zonas de Muerte”, y los pocos supervivientes recurren al canibalismo y degeneran hasta prácticamente dejar de ser humanos (pero meten más miedo que los caminantes esos de más allá del Muro: hay algo en la idea de que el vecino del quinto degenerado en salvaje intente comerte el hígado, que da más miedo que un caminante blanco).

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Pasada la fase “voy a novelizar el comienzo de una partida al Civilization”, “Dies the Fire” se pone en plan novela de aventuras, con todas sus características, que Stirling domina bastante bien: para empezar, malos muy malos y buenos muy buenos. Hasta exagerar. Fíjense que el “bueno” de la Serie de Nantucket es un capitán de navío de la US Navy que es, todo en uno, mujer, negra y lesbiana. ¿Se puede dar más? Sí, se puede: es de origen humilde. ¿Alguien da más? Tomó clases de artes marciales y filosofía oriental combinadas, que le permiten entrar en batalla prácticamente recitando haikus (lo que no quita que luego reparta hostias como panes, que lo cortés no quita lo valiente). Hasta que a Leire Pajín no la muerda una sabandija radioactiva, no encontrarán una “progrheroina” mayor.

No obstante, la especialidad de SMS son los malos malísimos. La trilogía de los Drakas, una historia alternativa no situada en el Emberverse, nace de explorar qué pasaría si colocáramos juntos a todos los malos de la historia y todo saliera mal. Hasta el extremo de que los Drakas le hacen a uno desear que Alemania gane la Segunda Guerra Mundial (convenientemente liquidado Hitler por los generales de la Wehrmacht, claro). Muchas veces son gente que llevaba una vida normal y a la que se le va seriamente la olla con El Cambio, pero que conservan suficiente cordura para llevar a cabo maléficos planes. En otros casos, son sociópatas que de repente ven el campo libre para dar salida a sus frustraciones. Como SMS escribe mucho desde el punto de vista de los malos, eso ha llevado -junto al tono general militarista de varias de sus obras- a algunos a acusarle de fascista. A lo que él responde: “hay un término técnico para aquellos que confunden las opiniones de un personaje con las de su autor. Ese término es: idiota.”

Un friki malo

El malo de la trilogía de “Dies the Fire” (que en plan Juego de Tronos ha acabado fagocitando a su serie, dándole nombre) es un friki. Pero no de los flaquitos que leen libros, no: Norman Arminger es una bestia sofisticada con manos como jamones. Lord Protector de la APP (Asociación Protectora de Portland, la novela tiene lugar en el Noroeste de Estados Unidos), ex-profesor de historia, de antropología urbana, y presidente de un club de recreación medieval donde ya era conocido por su obsesión por la verosimilitud como “el nazi”, que es como los americanos llaman a cualquiera obsesionado con cuidar las esencias y seguir el manual. Arminger también reparte con la espada, y muy bien, cosa necesaria además para ganarse el respeto de los pandilleros que luego serán sus barones. Como buen tirano, además, se agencia bastante pronto una pléyade de esclavas que sirven la comida en su castillo vestidas con picardías y collares para perro, aunque se acaba imponiendo la cordura: que vistan ropa práctica, siempre y cuando se abran de piernas cuando él lo demande.

La civilización que crea Arminger está basada en la Normandía del siglo XI, uno de los estados más eficaces de la Edad Media. Y con su absoluta falta de escrúpulos logrará el dominio más grande de todos. Enrola a los pandilleros criminales de Portland como músculo, aportando los conocimientos de su club, y convierte a los supervivientes en siervos de la gleba, dividiendo el dominio en baronías para cada pandilla. Como las comunidades libres del sur representan una amenaza y acogen a sus refugiados, la guerra con ellos resulta inevitable, con toda la panoplia de espías, líos familiares y batallas que podríamos esperar del imperio angevino, cuya historia a veces sirve de inspiración.

Que no haya magia, por otra parte, no quita que SMS no nos aburra a veces. Aunque al principio los Matadores de Osos llevan el peso de la narración, luego este pasa a los Mackenzies, y empezamos a perdernos en eternas descripciones antropológicas de los festivales celtas, su organización social, sus creencias, su estructura familiar, y su forma de hablar ligeramente ridícula, deseando que llegue la próxima batalla o les llegue el turno a los malos. Gran admirador de Tolkien, Stirling parece empeñado en imitar también las partes más lentas de sus libros.

¿Tú también, Stirling?

Después de la trilogía original, 22 años tras El Cambio, los hijos de los personajes originales protagonizan su propia historia a lo largo de siete libros, en los cuales cruzan de lado a lado los Estados Unidos camino de Nantucket, en un homenaje clarísimo a la Comunidad del Anillo. Pero nada es perfecto en este mundo, y tras escribir la Serie de Nantucket y la trilogía de “Dies the Fire” sin recurrir a la magia, a Stirling le pudo la envidia a GRRM y a su éxito – y nos la clava: visiones místicas, hechizos que desarman y profecías varias. Supuestamente El Cambio “ha abierto la puerta” a que todo esto exista. Algún personaje teoriza que ya hayan ocurrido varios Cambios, solo que al no haber tecnología la gente no se daba cuenta. Una idea sugerente es que en el penúltimo Cambio la magia dejó de funcionar, y los magos y chamanes se encontraron con que tenían que disimular, y lo disfrazaron todo de ritual, creando las modernas religiones.

EEUU 22 años tras El Cambio. Todo lleno de lunáticos religiosos y granjeros paletos. Vamos, como ahora pero sin la gente maja de Nueva York

EEUU 22 años tras El Cambio. Todo lleno de lunáticos religiosos y granjeros paletos. Vamos, como ahora pero sin la gente maja de Nueva York

Aún así, se deja una puerta abierta: pasada una generación del Cambio, la gente ya cree en la magia y te cuentan lo que creen ver, las visiones pueden ser autosugestiones, y el hechizo una orden posthipnótica, ya que el hechizado estuvo preso mucho tiempo en la fortaleza del hechicero. Estas explicaciones racionales, además, nos las ofrece un monje-guerrero jesuita, nada menos. Veremos cómo acaba la cosa, aún no se han publicado todas las novelas ni las he leído todas. De momento, sigue el combate de gordo barbudo contra gordo barbudo.


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  1. Comentario de alfonsotwr (22/08/2013 19:08):

    Pero qué burda malinterpretación, ¿quién dice qué en Juego de Tronos hay magia? :P http://www.lapaginadefinitiva.com/wp-content/uploads/2013/08/dragon-e1376294790337.jpg

  2. Comentario de Benet CheChe (24/08/2013 01:28):

    El mundillo de las realidades alternativas es una mina inagotable para el friki calvo(y)melenudo americano. Su ucronía favorita, partiendo del volumen ridículo de material al respecto que se publica año tras año, es que su guerra civil la ganaron los Confederados. Es alucinante el pajillerío que tienen por allí con respecto a este tema. El gran Gurú de este asunto es Harry Turtledove.

    Yo a día de hoy sigo esperando que alguno de nuestros beneméritos patriotas escriba algo equivalente, alguna saga en la que el Caudillo entra en la II GM y le da de ostias a Stalin, ampliando la reserva espiritual de occidente de los Pirineos a los Urales.

  3. Comentario de Gekokujo (24/08/2013 04:06):

    A mí la fantasía sin magia de por medio ya me resultaba interesante hace años. Pero para una reseña que leo va y resulta que se desarrolla en los EEUU. Lo sé, son manías, pero me resulta a priori del todo indigerible. Seguiré con Juego de Tronos.

  4. Comentario de Mouguias (24/08/2013 15:42):

    Los Wiccanos heredaran la tierra? Ellos y los Reenactment groups, esos pringaos que se disfrazan para hacer el memo los fines de semana? Esos iban a ser los primeros en morir, hombre, se los comerian crudos los Ñetas en cuanto se acabasen las reservas de burritos. En fin, otra fantasia politicamente correcta pensada para compensar una vida de soledad frente al ordenata en algun siniestro “suburb”.

  5. Comentario de Gekokujo (25/08/2013 00:27):

    Mouguias, eres un poco bruto pero me temo que tienes razón. Hay personas que se toman en serio que viene un cataclismo, se preparan para ello, se arman, algunos hasta se organizan (especialmente en los EEUU). Wiccans y compañía necesitarían de mucha magia de la buena si quisiesen imponerse.

  6. Comentario de keenan (25/08/2013 13:29):

    Eso de las esclavas con collares me suena. ¿habeis oido hablar de John Norman y su mundo de Gor? Eso si que dá para una analisis sesudo. No la obra del autor -los primeros libros son espada y brujería de toda la vida, con el ingrediente especial de la esclavitud como institución universal; los últimos son puras fantasías de sometimiento de las féminas como “esclavas naturales” (permiso para vomitar concedido)-, sino al fenomeno social de los cultos goreanos, que proclaman la esclavitud voluntaria. Han proliferado las webs dedicadas a este tema como setas. El tema es que no es casualidad que en Canción de Hielo y Fuego (aka Juego de Tronos) también aparezcan esclavos con un collar donde va grabado el nombre del propietario. En Muerte de la Luz, de GRRM, también aparece una sociedad, los kavalares, con muchos parecidos respecto el mundo de Gor. Y en concreto, en este libro de SMS, el tema de las esclavas sexuales suena mucho a John Norman.

  7. Comentario de Carlos Jenal (26/08/2013 08:34):

    @Benet CheChe, Harry Turtledove se ha hartado de escribir del tema. Stirling apunta maneras como sucesor.

    @Gekokujo, la Trilogía de Nantucket se desarrolla a lo largo y ancho del mundo. Bueno, Nantucket tiene se protagonismo, pero en 1250 AC no hay mucho que escribir sobre los EEUU. Aunque no es fantasía propiamente dicha, porque la tecnología (toda la que puedes recrear con los tres talleres de coche de una isla con la población de Formentera) funciona.

    @Mouguias, una vez muerto el 95% de la gente, hay sitio de sobra para todos. Los Ñetas -o sus equivalentes portlandenses- podrían imponerse pero en seguida estarían luchando contra la Mafia, contra los rusos, las Triadas… el mérito de Arminger es unirlos; en cierto modo ganan porque serán la nobleza de la APP.

    @keenan, lo de las esclavas sexuales es completamente accesorio, sirve para reflejar la personalidad de Arminger al principio de la narración. En realidad son criadas de toda la vida, que si las pilla el amo pues toca complacerle.

  8. Comentario de David (27/08/2013 13:44):

    El problema con SMS es que, por más que diga que no, es un facha de cuidado. Al margen de su obra de ficción, que tiene ciertas fijaciones que se le ven venir, es leer sus comentarios sobre política (solía comentar en el blog de Charles Stross por ejemplo) y preguntarse si es un clon de Kissinger. Apología constante del imperialismo, excepcionalismo, y destino manifesto de los pueblos de habla inglesa y preferiblemente los yanquis de dominar el mundo, que después de todo hay que valer para mandar.

  9. Comentario de Gekokujo (30/08/2013 22:55):

    Del “complejo yanqui” no sólo adolecerá Stirling, algo parecido dicen de Robert Heinlein, aunque Starship Troopers me dejó buen sabor de boca. Pero bueno, no hay que sorprenderse, en realidad un montón de productos americanos suelen tener mucho de eso.

  10. Comentario de NMJ (31/08/2013 16:00):

    No lo acabo de ver claro. El marine, la wicanna, el friki malo, … hay algo ahi que no encaja. Creo sinceramente que si el tipo no ha triunfado no ha sido por la ausencia de magia.

    Yo sigo con Cancion de Hielo y Fuego.

    A mi de “fantasia” sin magia (aunque con poderes o cosas raras) escrita por un americano me gusta Dune, aunque supongo que es mas Ciencia Ficcion que otra cosa.

  11. Comentario de baranda (01/09/2013 01:01):

    Esta reseña prometía mucho, tanto que me eché Dies the fire al kindle por 4 euros y pico.
    Para empezar: de tetas nada. Bueno, hay bastantes personajes femeninos y en ningun momento se especifica que carezcan de mamas, pero en libro se evita tanto el sexo que yo creo que el autor era virgen cuando lo escribió. Pero si hasta el malo sigue viviendo con su mujer. Las esclavas con collares son simples chachas.

    Luego lo de que no hay magia, a ver cómo se explica entonces que aparezcan experimentados constructores de arcos a cada paso?

    Lo mejor del libro son los detalles técnicos sobre como hacer espadas, lanzas, arcos y fortificaciones, lo peor los personajes, que son todos bastante planos y tópicos y la historia que trata de un cambio hecho a propósito para que los usanos blancos y normales puedan recuperar los bríos de sus ancestros celtas y escandinavos, progresivamente desamariconándose y dejando atrás la vida sedentaria, las depresiones, la democracia, la tecnología y las tribus urbanas.

  12. Comentario de Carlos Jenal (01/09/2013 12:21):

    @baranda, a mi me costó la trilogía entera 13.5 lerus en una tienda de segunda mano. Y no me he arrepentido. Si en cambio de seguir con la historia de los hijos, y a cada libro me arrepiento más, pero me confieso atrapado. Es el componente ganador de la historia alternativa: usted podría dejar de ver la serie “Isabel” porque ya sabe lo que viene, pero no sabe como se resolverá la Guerra del Protector.
    Sobre las tetas, llámeme truculento pero no se mencionan en esta crítica (declino responsabilidad directa por el trailer, lo vigilaré mejor a partir de ahora). Pero le aseguro que el malo se folla a todas las chachas. Y los personajes son planos, desde luego, es lo que tienen los buenos muy buenos y los malos muy malos: que son planos. Es una novela de aventuras y no de personajes. Y para reflexionar como nos organizaríamos si la tecnología dejase de funcionar (que yo también espero que no sea así, pero no puedo dejar de temer que ocurriría algo así).

    Aunque suene como un fan de JdT: lo de los arcos no es magia. El tiro con arco es un deporte que practica bastante gente. Por poner un ejemplo y sin salirnos de España: Ramoncín (http://www.eladelanto.com/index.php?news=36608). Así que cuando se produzca el Cambio, tendremos a Ramoncín como Rey de España y del Pollo Frito.

    A todos: por supuesto, es escapismo. Eso va implícito en “fantasía épica”. A veces necesitas meterte algo así en vena, yo lo hice para contrarrestar el tocho político-social que me metí en vacaciones, cuya crítica -Dios y Guillermo mediante- verán próximamente aquí.

  13. Comentario de Gekokujo (01/09/2013 23:37):

    Bueno, bueno. Vamos por partes.

    Desde luego existen ya armas diseñadas para eliminar lo que comúnmente llamamos tecnología. Son bombas de pulso electromagnético, que por cierto y si no voy errado es también uno de los efectos colaterales de las nucleares. Es decir, que en un desastre global, podríamos quedarnos sin electricidad, sin lineas de comunicación, los móviles y los ordenadores fritos, etc… Pero los militares ya preveen esto de manera que algunos de sus equipos estás protegidos.

    Es decir, volveríamos al XIX salvo alguna cosa.

    Otro elemento es que hay personas que saben como se hacían las cosas antes del desastre, de modo que poco a poco empezaríamos a ver elementos tecnológicos funcionando. Ni que sea por el hecho de emular la civilización tal como era.

    Los arcos modernos se hacen con piezas fabricadas industrialmente. Tienen varillas y contrapesos, algunos tienen poleas. Los arcos de láminas encoladas son más artesanales, pero de hecho también necesitan máquinas para la confección de los listones. Sabiendo esto creo que también se intentaría la recuperación de la maquinaria necesaria.

    Otra cosa es suponer que nadie en el planeta tratara de emular la gloriosa civilización industrial fenecida.

  14. Comentario de baranda (02/09/2013 01:05):

    Carlos, gracias a La Señora que existe la wikipedia y nada más acabar el libro me he puesto una vacuna de spoilers, no sea que me de a mí tambien por seguir tirando del hilo.

    Gekokujo, como segundo mayor experto en Stirling aquí le contesto: el cambio va más allá de un EMP, no funciona nada elécrico ni nada explota. No porque los componentes queden fritos por el pulso sino porque esos fenómenos se han vuelto físicamente imposibles. Por no funcionar, no funcionan ni las máquinas de vapor.

    Sí es verdad que podrían llegar a hacerse un mundo a lo picapiedra pero eso tendría resultados poco épicos. Al fin y al cabo el autor se monta una situación a medida en la que aficiones y habilidades que antes te hacían objeto de mofa, después del cambio te convierten en el puto amo. Apostaría algo a que Stirling tiene una buena colección de arcos de fabricación propia.

  15. Comentario de asertus (02/09/2013 09:29):

    Me parece que me mantendré bastante alejado de esto. Eso de que los useños se monten algo complicadísimo para tener edad media, pues no, si quieren edad media épica que usen al tatarabuelo de Toro Sentado atacando al tatarabuelo del último mohicano, o viendo de lejos a algún maya para ver lo que se era una civilización con escritura, y todo eso a pie, claro, o montado en un bisonte.

    Además, “no funcionan las máquinas de vapor”, es decir, no tendrán ni hogueras ni hervirán agua para el té…

    Pues sí, me rindo, el JdT tiene menos magia…

    Saludos

  16. Comentario de Gekokujo (02/09/2013 15:27):

    “Pues sí, me rindo, el JdT tiene menos magia…”

    +10

  17. Comentario de emigrante (02/09/2013 17:05):

    Lo mejor del tema de la historia alternativa es el planteamiento de partida que presenta unas hipótesis muy interesantes, que habría pasado si… Sin embargo el desarrollo de la obra demuestra que suele ser una excusa para justificar los prejuicios del autor. En una situación en que la tecnología fracasa los gringos no tendrían ni media hostia ante las hordas de latinoamericanos que les invadirían. La estructura social de los latinos con unos lazos familiares fuertes les hace estar mejor preparados para sobrevivir que los individualistas anglos cuando las instituciones colapsen. Allí donde la cultura se aprende en casa en lugar de en la escuela se perderá menos tras el cataclismo. Se ha dicho que si cayera un meteorito bien gordo podría hacer desparecer la civilización occidental mientras que las comunidades más atrasadas apenas lo notarían.

    Estuve pensando si leerme en vacaciones la de Pavane de Keith Roberts donde especula lo que habría sucedido si la Armada Invencible hubiera derrotado a los ingleses. Al final lo dejé porque tenía otras cosas pendientes y las reseñas no me convencieron. Roberts plantea un mundo steampunk en los 60 del s. XX donde la máxima autoridad mundial es el Papa. Prejuicios anticatólicos.

  18. Comentario de galaico67 (02/09/2013 18:12):

    No estoy de acuerdo: los latinos sufren de aversión al frío y amor, por encima de todas las cosas, a la puñalada trapera. Antes de avanzar 200 Km por las estepas useñas ya se tendrían que dar la vuelta por un golpe palaciego en Technotitlan
    Remember el Alamo…o como los krauts se merendaron los restos del imperio romano sin eructar ni nada

  19. Comentario de emigrante (02/09/2013 19:26):

    #18, es que la situación hace siglo y medio era exactamente inversa a la actual. El bando mexicano representaba el estado y su compleja burocracia más sensible a cualquier desestabilización que la población mayoritaria organizada por su cuenta. Puede que los latinos seamos peores a la hora de organizar un estado serio pero los clanes familiares son algo natural en nosotros y tienen ventaja cuando el estado desaparece.

  20. Comentario de perri el sucio (03/09/2013 02:09):

    Hoygan, pues si “cambiar las leyes de la termodinámica porque sí” no es tanta fantasía como los dragones, que venga dios y lo vea. Al menos en JdT en los primeros libros la peña no cree en la magia y se sorprende cuando ve un truco que funciona o un dragón, que no está mal.

    Por cierto, no sé qué decirles entre latinos y hillbillies. Obviamente las protagonistas de sexo en nueva york y compañía lo tienen crudo (sobre todo si se dan al canibalismo, chiste del perri), pero los estadounidenses son tan comparables en aprovechamiento de trastos tecnológicos, véase bidones y ruedas, como un campesino salvadoreño, y más ambiciosos: hace unos años conocí en la bella y salvaje west virginia a un tipo que se había hecho su propio mosquete para cazar… y lo había conseguido. De todas formas, si esto se va a parecer en algo a la cutreserie esta de “revolution”, yo me bajo aquí.

  21. Comentario de Latro (03/09/2013 09:46):

    Interrumpo para decir que se ha muerto Frederick Pohl. 93 años.

    Creo que se merece que le saqueis siquiera un libro por aqui, apartando el hecho de que por su forma de ver la vida y la política … bueno no da para cachondeos porque estaríamos de acuerdo con él, y ya el cachondeo se lo trae de casa en obras como Los Mercaderes de Venus.

  22. Comentario de Carlos Jenal (03/09/2013 14:17):

    @emigrante: de eso también va un poco la novela: los individualistas urbanos sin fuertes lazos familiares se mueren, la gente rural con su mundo familiar intacto sobrevive.
    Los latinos rumbo al norte se encontrarían con todo el desierto, y sin tecnología de California a Texas no hay manera de vivir. Además, se supone que se quedarían en sus propias tierras.
    No conozco a ningún mexicano, pero por lo que oigo, si no fuesen tan desorganizados, México llegaría desde Panamá hasta el Misisipi.

    @Latro: yo me leí Pórtico hace como un millón de años, nada más. Pero anímese usted. Esto de escribir una crítica le hará sentir que le ha sacado el doble de partido al libro.

    @todos: Por favor, no intenten explicar el Cambio.

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