The Following
Las series de crímenes están bien, y eso. Es divertido seguir la pista del asesino y sus maniobras, la pérfida inteligencia del Mal que intenta confundir a los investigadores en sus pesquisas, y que al final, casi indefectiblemente, acababan por capturar al malo… Y hasta el siguiente capítulo.
Sin embargo, se perciben claros cambios en los últimos años, que de alguna manera buscan superar este modelo más viejo que el mundo (bueno, más viejo que Colombo; tampoco vamos a exagerar). Y, en concreto, una tendencia en las series policiacas, que amenaza con no tener fin y que puede acabar desnaturalizando los misterios: los malos son cada vez más malos. El Mal, para impresionar a un espectador saturado de estímulos, no puede limitarse a evadir impuestos. Tiene que ser malo de verdad.
Esta tendencia, que no sólo se da en la TV, sino que es común a todos los productos culturales, provoca que casi cualquier película o serie del género hecha en el pasado (por “pasado” entiéndase “anterior a los 90”, y eso siendo muy generosos) nos acabe resultando ingenua e incluso risible, y que nos sentemos ante la pantalla del televisor en busca de historias más y más atrabilarias que logren sorprendernos. O que, al menos, lo intenten. O igual la cosa tiene que ver con que en el pasado, con la amenaza de un holocausto nuclear, el público quería evadirse con villanos “Bambi” en los productos culturales, y ahora, que la geopolítica es un rollo y el mayor peligro es que un Premio Nobel de la Paz te desintegre enviándote, juguetón él, un misil desde un dron para conjurar la amenaza de que seas un terrorista, se buscan emociones fuertes.
De esta manera, las series policiacas, últimamente, no es ya que se dediquen a solventar asesinatos, y punto (porque todo lo demás, violaciones incluidas, se antoja insuficientemente oscuro para el paladar del espectador). Es que, cada vez en mayor número, se centran exclusivamente en los asesinos en serie, que están más perturbados y dan más miedo. Un ejemplo magnífico de esto es la serie Criminal Minds, de la que ya hablamos. Otro, no tan magnífico, la serie que nos ocupa: The Following, que intenta dar una vuelta de tuerca al concepto de Criminal Minds y le sale así, así.
El argumento de The Following es el siguiente: hay un asesino en serie, malísimo, que asesinó a catorce mujeres, pero fue capturado por un agente de la ley hace ocho años y desde entonces se pudre en la cárcel. Pero hete aquí que el asesino escapa de la cárcel y lo primero que hace es ir a por la única víctima a la que no logró asesinar en su día. El agente que lo capturó vuelve de su retiro, en plan héroe crepuscular-jodido (alcóholico, con marcapasos, … Un clásico). Vuelve y, de paso, protege a la exmujer del malvado asesino, mayormente porque en su momento, aprovechando la coyuntura de que el marido estaba en el corredor de la muerte, le tiró los tejos con éxito. O sea: un tío te mete en la cárcel y, encima, te pone los cuernos. Ya me dirán si no es para odiarlo y jurar venganza.
¿Y cómo se venga? Lo primero que hace el asesino es capturar a la víctima a la que no logró matar, se la carga y se entrega de nuevo, para tocarle la carita al agente de policía en plan “mira cómo has fracasado”. Pero hay más. Resulta que, durante estos años, el malvado asesino en serie, desde la cárcel, no ha estado perdiendo el tiempo. No, amigos. El asesino en serie ha… ¡Creado una secta de asesinos en serie o aspirantes a tales que le siguen a él como supremo gurú del asunto! Y lo ha hecho a través de Internet. Internet, que sólo sirve para descargarse cine español, pornografía pederasta y para montar cultos satánicos.
Y no sólo eso. Ha logrado que tres de los miembros de su culto (tres “followers” con más peligro aún que los que en Twitter dicen eso de “si me sigues, te sigo”) se acercasen a los principales objetivos del malvado psicópata Gran Maestre de la Luz del Crimen (no lo llaman así, es por ambientar el culto satánico un poco). Una se convierte en la canguro del hijo del Sumo Gurú y lo secuestra; y los otros dos se transmutan en amables vecinos de la víctima a la que el asesino se carga en el primer capítulo; de hecho, gracias a ellos es como consigue cargársela.
Ya ven la cosa cómo va: asesinos en serie que siguen a un asesino en serie en un culto siniestro de asesinos en serie. La quintaesencia del Mal. Si de paso se pusieran a rezar a Alá en catalán ya estaríamos todos (dar vivas a ETA también sirve, siempre y cuando fuese en catalán). Pero aún hay más.
Y es que los dos vecinitos amables de la víctima propiciatoria del primer capítulo, además de asesinos en serie, son homosexuales. O mejor dicho, se hacen pasar por tales. Y, atención, tras años de convivencia haciéndose pasar por gays, poco a poco… ¡Se hacen gays! Y, además, se hacen gays según un hermoso paralelismo que podríamos resumir en “a más asesino en serie, más gay”. A uno de ellos, el gay dominante y que no tiene dudas respecto de su sexualidad, le encanta matar. Al otro, en cambio, que en realidad se supone que no es gay pero sí, como mucho un poco gay, no es capaz de matar a nadie, hasta que, una vez avanzados unos cuantos capítulos… ¡Se carga a su pareja gay, de la que reconoce estar enamorado! ¡”Gaysesino” en serie!
En resumen, una vez acabada la primera temporada… ¿Merece la pena verla? Pues oiga Usted, depende de la necesidad de consumo audiovisual que tenga. Si se ha visto ya unas cuantas bazofias porque no había de dónde coger series decentes, por un poco más… Pero quede claro: esta serie es un bajonazo capítulo tras capítulo. Parte de una premisa probablemente interesante, sin duda original, pero resbala más y más conforme avanzan los capítulos. El rollo del culto de asesinos en serie pasa de lo siniestro a lo banal, y de ahí a lo ridículo, con sorprendente eficacia. Los personajes son tan extremados (el malo malísimo, el héroe jodido) que resultan demasiado caricaturescos. El final es un final de “hala, se acabó la serie”, reorientado hacia “bueno, si nos renuevan seguimos”, extraordinariamente forzado. Se deja ver, pero tampoco más.
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Comentario de Fulano (26/06/2013 21:40):
Hombre, se te ha olvidado el defecto más irritante de la serie, que los guionistas son incapaces de hacer avanzar la acción sin recurrir constantemente al mismo truco: que los del FBI son rematadamente gilipollas y van siempre varios pasos detrás de los de la secta, que a su vez son como el KGB y el Mosad juntos.
Comentario de Guillermo López García (26/06/2013 22:25):
Pues sí, el asunto funciona exactamente así. Superinteligentes y superpoderosos; la secta tiene todo tipo de recursos y está por todas partes, mientras que el FBI, pobrecillos, siempre va a salto de mata…
Comentario de Barbara (27/06/2013 06:57):
Jajaja, muy bueno Guillermo. Reconozco mi querencia por esta series ( criminal minds, me flipa, de hecho). Para mi, el defecto mas irritante era saber que cualquier nuevo personaje era un follower, de hecho, la aventura era esperar el día que Kevin Bacon diga, “yo también te sigo”.
La seguí bastante en su 1a temporada, a pesar de su “malrollismo” pero no sé si seguiré con la segunda…
Comentario de pescadilla (27/06/2013 09:26):
yo estoy mucho peor, barbara, me he visto ya hasta la 2ª temporada entera….pse, si no hacen una 3ª, no pasará nada
Comentario de David (27/06/2013 09:30):
Por no mencionar que en los capítulos iniciales le dan mucha cuerda al tema “Somos superfans de Edgar Allan Poe (Poelivers o algo así) y nos sabemos todos sus poemas” para luego obviarlo totalmente. Pobre Edgar, siempre olvidado por la gente.
La serie no está mal, la ves con el piloto automático puesto, mientras piensas en tus cosicas. Para psicopatas violentos, de verdad, lo mejor es ver “Utopia”, esa serie británica que es más rara que un perro verde.
Comentario de De Tomaso (27/06/2013 13:02):
Vaya tela marinera.
¿Dónde quedan aquellas series de antaño, como Miami Vice?
Por no hablar de “Golden Years” de Stephen King (No, no es una serie porno, a pesar del nombre de la serie y del guionista, que podría pasar por estrella del porno con ese nombre)
De aquí a poco, tendremos alguna serie que recoja las peripecias de un policía de la brigada de delitos telemáticos, enfrentado a una red internacional de piratas del ciber-espacio. Ya me imagino los capítulos… tensión tras tensión, a cada ataque informático, desencriptación de las claves de acceso, inscrustación de archivos popper en el sistema binario del protocolo de transferencias, microdatos ocultos que ayudarán al bueno en el desenlace de la trama…
Todo muy emocionante, como emocionantes son los capítulos de “cazadores del pantano” o “fast&loud”
Comentario de E. Martín (27/06/2013 14:53):
Lo mejor es del deusexmachinismo de los psicópatas infiltrados: cuando menos te lo esperas ¡el ascensorista era un psicópata infiltrado! ¡El chico de Telepizza era un psicópata infiltrado. Seguro que al final de la última temporada se revela que el verdadero amo del culto era el mismo policía.
Comentario de Pacou (27/06/2013 17:37):
Guillermo, d’acord totalment en el comentari de la sèrie. Una altra que em repateja és “El mentalista”. Si bé les trames autoconclusives dels capítols no estan malament (es deixen veure agradablement), quan apareix el rotllo de “Jon el Rojo” o com li diguen és que desconnecte immediatament.
Comentario de Barbara (27/06/2013 21:38):
4- Pescadilla, y qué tal la segunda temporada? seguimos con el mismo palo? porque como siga igual, mi televidente consorte, que odia estas series malrolleras, me manda a pasturar…
Este invierno ha sido gris para las series, me enganché a Person of interest porque la encontré en inglés con subtítulos en catalán y me quité a mitad 2a temporada porque me aburría…
Debo estar desganada, porque ni siquiera el porno vampírico que me gusta, True blood, me está gustando esta 6a temp.
The newsroom… cuánta presión estás acumulando para la 2a temp!
Comentario de Guillermo López García (27/06/2013 21:45):
#4 y #9 Nada más lejos de mi intención que aguaros la fiesta, pero The Following sólo ha emitido hasta la fecha una temporada, aunque ha renovado una segunda: http://en.wikipedia.org/wiki/The_Following
Yo creo que Pescadilla se refería a The Killing. Puede ser?
Comentario de Pogrom Pom Pom (01/07/2013 10:10):
#8 Estoy de acuerdo: lo de John El Rojo en “El Mentalista” es completamente inverósímil. Un asesino en serie que tiene un ejército de seguidores totalmente fanatizados, con contactos en las más altas esferas policiales, que lo controla todo, lo sabe todo, nunca comete fallos…
Lo más parecido a eso en el mundo real es Rubalcaba y ya ven que de infalible nada, o sea que…
Comentario de pescadilla (01/07/2013 13:43):
cierto, guillermo, me he liado con homeland, las vi casi a la vez, y ésta sí que tiene 2 temporadas….