MENTES CRIMINALES

Nunca me ha acabado de entusiasmar el universo CSI. A pesar de que me tragué un montón de temporadas de las tres franquicias de CSI (Las Vegas, Nueva York e incluso Miami), veía el asunto más que nada como una cuestión de consumo rápido. Si lo que había era eso, pues vale. Como quien escribe un discurso para Mariano Rajoy. Lo escribes porque es tu trabajo, pero nada conseguirá que lo vivas con intensidad.

Los episodios de CSI son todos iguales y siempre se basan en ese momento mágico en el que el CSI de turno analiza lo que sea menester para llegar a la conclusión precisa. Ellos lo llaman ciencia, pero a mí me parece magia televisiva. Por otro lado, los personajes de los diversos CSI, con alguna excepción, tienden a ser bastante planos, y cuando no lo son, como en Miami, es porque son de cartón piedra (Miami fue la primera franquicia que se me hizo insoportable y dejé de ver; luego llegaría Las Vegas y, finalmente, Nueva York). Por último, llega un momento en el que las historias no es que sean repetitivas, sino que cualquier episodio parece clónico de algún episodio anterior (entre las tres franquicias la cosa debe ir por las 25 temporadas).

Todo esto para contarles que, por fortuna, no todo es CSI en la Villa del Señor. En el mundo de la investigación policial, hay cosas mucho mejores, como por ejemplo Mentes Criminales, que ya va por su séptima temporada. Una serie que se diferencia de CSI en dos aspectos cruciales:

1. Mentes Criminales se centra en la Unidad de Análisis de la Conducta del FBI. Es una unidad radicada en la sede central del FBI, que se desplaza por EEUU según se requieren sus servicios como apoyo a las fuerzas policiales locales. Su enfoque no se basa en el análisis de pruebas en el laboratorio, sino en la elaboración de un perfil psicológico que después intentará adaptarse a un sospechoso concreto. Naturalmente, este enfoque psicológico-psiquiátrico resulta, en realidad, mucho menos fiable que el análisis de las pruebas físicas, y en la práctica sólo puede funcionar bien como complemento de lo anterior.

Pero esto es una serie de televisión, así que los personajes llegan, observan tres o cuatro características del crimen, y en un santiamén reúnen a la policía local para decirles algo tal que así: “el asesino tiene entre 30 y 33 años. Es blanco, con barba y vive en una caravana con visillos. Es alto y fuerte, aunque posiblemente cojee de la pierna izquierda de resultas del maltrato que sufrió a manos de su padrastro en 1988, motivado por el fracaso de la selección de baloncesto de EEUU en la final de los JJOO de Seúl, y que el asesino significa dejando una biografía dedicada de Sergio Scariolo en la escena de cada crimen. El asesino cree que tiene novia, pero ella está tonteando, porque en realidad le gusta más un vecino de la escalera que tiene tableta de chocolate y no cojea”.

2. Como esta serie se basa en una unidad especial (que existe realmente) centrada en los asesinos en serie, la verdad es que no se anda con mariconadas: vamos de asesino en serie a asesino en serie, a cual más psicópata, truculento e hijoputa. Y, como llevamos ya siete temporadas (además de una segunda franquicia que creo que va por la segunda), habrá que concluir que en EEUU la tasa de mortalidad por crímenes violentos tan elevada no es por las armas, sino por la enorme ratio de asesinos en serie que puebla el país; la cuestión, en la Mayor Democracia del Mundo (y que la India se joda), no es si alguno de tus vecinos es un asesino en serie, sino cuántos lo son (para que luego se extrañen de que en EEUU sean necesarios héroes como Michael Knight o los componentes del Equipo A).

Desde luego, el universo que muestra esta serie no puede calificarse de amable. Los miembros de la unidad van de psicópata en psicópata, a cual peor. La serie trata argumentos tan duros que uno de los actores, que interpretaba a uno de sus personajes principales, acabó abandonando la serie, arguyendo que él era pacifista y ya no podía soportarlo más (o igual es que hizo un Cristiano Ronaldo y le salió mal).

Por si esto fuera poco, en ocasiones, algunos de estos psicópatas acaban yendo a por los agentes, en plan “eterna venganza”. Pese a lo cual, casi todos los miembros del equipo mantienen cierto optimismo vital, combinado con un (a veces surrealista) sentido del humor. La excepción que confirma la regla es el jefe de la unidad, Aaron Hotchner, un tipo con una cara de amargado que parece un votante de UPyD en Cataluña, que se casó con una que le dejó por un militante de Bildu que apuntó a sus hijos a una Ikastola y ahora sólo se dirigen a él en euskera o en catalán normativo, con lo que, despechado, se compró un piso en las afueras de Vic en lo más alto de la burbuja para, desesperado, invertir a continuación todos los ahorros que le quedaban en preferentes de la CAM.

Hotchner sólo sonríe en sus tiernos momentos familiares con su pequeño hijo. Y no es para menos; uno de los asesinos en serie más renombrados entra en su casa, le dispara nueve veces a quemarropa, y a continuación remata la faena con un cuchillo, mientras le dice algo así como: “te voy a dejar al borde de la muerte, sólo para que puedas ver cómo me cargo a tu familia y tú no podrás hacer nada para evitarlo; ¡JAJAJAJAJAJA!”

En efecto, el asesino es un virtuoso, porque Hotchner sobrevive. Ponen a su ex mujer y a su hijo bajo custodia, pero el asesino se las apaña para encontrar el lugar donde están escondidos. Mata a la ex mujer, y cuando se dispone a cargarse también al niño aparece Hotchner, se enfrenta a él, le suelta una yoyah detrás de otra y ahí mismo, a hostia limpia, se lo carga. Un hombre así se pasa la vida rellenando informes de esos de “y no tuve más remedio que disparar” para justificar por qué se carga a la mitad de los asesinos en serie a los que captura (o los deja malheridos), por el procedimiento de darles el alto y disparar a continuación, al estilo de Jack Bauer.

 

¿Me has mirao mal? ¿Me has mirao mal? ¿Me has mirao mal?

Por fortuna, el resto de los personajes no son tan oscuros (porque, si no, esto parecería una tertulia de Intereconomía), y aportan el contrapunto a tanto silencioso dolor como el que emana del jefe. Los episodios resultan siempre entretenidos, a pesar (o quizás gracias a) la reiteración en los asesinos en serie, y con el maravilloso momento de “y ahora vamos a explicaros el perfil del asesino”, que siempre es de agradecer.


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  1. Comentario de Tururu (26/09/2012 16:29):

    Meanwhile in Spain:
    http://www.youtube.com/watch?v=4FLW4OjlcrU&feature=youtu.be

    Podrían hacer una serie española sobre las tribulaciones de una unidad de maderos especializada en infiltrarse en manifestaciones y provocar incidentes.

  2. Comentario de Tururu (26/09/2012 16:35):

    En el episodio piloto, el prota tendría que pasar la vergüenza de disfrazarse de malincuente para poder defender la democracia española:
    https://pbs.twimg.com/media/A3uVV7-CMAABu6D.jpg:large

    Uno de los puntos de interés de la serie sería que, debido a la particular naturaleza de su trabajo, todo el mundo ingnoraría que, en lugar de un gris funcionario de las Fuerzas Represoras del Estado, nuestro personaje es en realidad un verdadero Héroe de la Nación.

  3. Comentario de Tururu (26/09/2012 16:45):

    Y ahora ya dejo de trollear y hablo de Mentes Criminales. Odio bastante este tipo de series porque en seguida se me hacen repetitivas, aunque en este caso vi la primera temporada con gusto. Pero la baja de la preciosa Lola Glaudini a principios de la segunda y lo cansinos que se me hacían algunos personajes (especialmente el doctor rubito y la hacker de baratillo) me inclinó a perder el tiempo con otras cosas (igual de tontas, valga decir).

  4. Comentario de Bárbara (26/09/2012 16:50):

    Genial Guillermo!!!

    Para mi es casi como porno, materia oscura y prohibida. A mi chico le da mal rollo verla y la veo a escondidas…

    Quizás ha faltado un análisis de los personajes, Penelope, la hacker informatica que parece Pumuki en gordita, y que en un plis plas te da los datos más enrevesados, el buenorro, un maromo con un cuerpo de escándalo que mantiene una enfermiza relación con la hacker (por Dios, que se la tire!!!), el piradillo, que casi se vuelve psicópata…

    Espero ansiosa un analisis vuestro de The newsroom, que me ha encantado.

  5. Comentario de Jiri (26/09/2012 17:13):

    Visto lo visto, mejor cuando te dedicas a hablar de series de TV que de política. Particularmente, me ha encantado:

    – “en la Mayor Democracia del Mundo (y que la India se joda)” Zas en toa la cara.

    – “un tipo con una cara de amargado que parece un votante de UPyD en Cataluña, que se casó con una que le dejó por un militante de Bildu que apuntó a sus hijos a una Ikastola y ahora sólo se dirigen a él en euskera o en catalán normativo, con lo que, despechado, se compró un piso en las afueras de Vic en lo más alto de la burbuja para, desesperado, invertir a continuación todos los ahorros que le quedaban en preferentes de la CAM.”
    Este da para una serie de TV, o al menos, para una de Almodóvar.

    – “Por fortuna, el resto de los personajes no son tan oscuros (porque, si no, esto parecería una tertulia de Intereconomía)” Lo he pensado muchas veces. De hecho, a veces parece que muchos de esos tertulianos podrían ir maquillados como el cantante de los Cure de siniestros que son, los jodíos. Me encanta el presentador de las noticias, uno con gafas, que tiene pinta de estar dudando entre violar al cámara y luego matarlo o hacerlo en orden inverso.

    – ““el asesino tiene entre 30 y 33 años. Es blanco, con barba y vive en una caravana con visillos. Es alto y fuerte, aunque posiblemente cojee de la pierna izquierda de resultas del maltrato que sufrió a manos de su padrastro en 1988, motivado por el fracaso de la selección de baloncesto de EEUU en la final de los JJOO de Seúl, y que el asesino significa dejando una biografía dedicada de Sergio Scariolo en la escena de cada crimen. El asesino cree que tiene novia, pero ella está tonteando, porque en realidad le gusta más un vecino de la escalera que tiene tableta de chocolate y no cojea”.” Lo de Scariolo me ha llegado, lo confieso.

  6. Comentario de Alfredo MG (26/09/2012 17:20):

    No olvidemos que el primer superjefe era Íñigo Montoya Tú Mátaste A Mi Padre haciendo de tío atormentado que suelta constantemente citas literarias.

    Por cierto, la editorial Alba tiene un librito llamado “El rastreador” donde el autor afirma que los perfiles psicológicos jamás han llevado a la captura de asesino en serie alguno. No sé si el hecho de que trate de vender en el libro su programa informático sobre perfiles geográficos (a su juicio estos son los buenos de verdad, qué carajo los otros) hacen consistentes sus afirmaciones.

    En cualquier caso ahí va un enlace: http://www.albaeditorial.es/php/sl.php?shop.showprod&numusr=7455%2F1104399&lang=1&m=Eur&ref=84-84283143&fldr=1

  7. Comentario de keenan (26/09/2012 23:06):

    Bueno, aqui tenemos “Homicidios”, que es un burdo refrito de CSI, el mentalista y los hombres de paco. A mi la verdad, es que esta serie me gustaba, a pesar del típico acento de barrio castizo de los machacas de la comisaría y de los intentos de emular a CSI, con esos planos de los inspectores andando a camara lenta por el pasillo a ritmo de rock instrumental. Tenemos a Noriega (que hace precisamente de asesor experto en perfiles psicológicos y psicópatas) y a Celia Freijeiro como inspectora. Luego estan los tipicos subalternos; el inspector veterano, los yogurines chusquerillos, y la chica que ni fu ni fá que se lia con los chusqueros. El caso es que Celia Frejeiro me pone… es tan española… con ese aire de displicencia y de cortar la pana en la relación; es de esas que de vez en cuando te echa una miradita de “tranquilo tonto, que en el fondo te quiero. Y ahora me voy a resolver un crimen y aqui te quedas tú aliñando la ensalada… pringao”, y tu tan contento. Bueno, no estoy seguro de que con esta presentación que he hecho os digneís a verla… pero darle una prueba, que yo creo que es bastante potable.

    El caso es que, normalmente la dicción/declamación de los actores españoles me desespera (sobre todo en series historicas tipo “Isabel” -de esta tienes que hablar Guillermo.), pero cuando hay una temática contemporanea creo que funciona perfectamente. El caso es que Homicidios me parece bastante potable, aunque si le teneías manía a Noriega, mejor lo dejamos.

  8. Comentario de Quevedin (27/09/2012 06:49):

    “La excepción que confirma la regla es el jefe de la unidad, Aaron Hotchner, un tipo con una cara de amargado que parece un votante de UPyD en Cataluña, que se casó con una que le dejó por un militante de Bildu que apuntó a sus hijos a una Ikastola y ahora sólo se dirigen a él en euskera o en catalán normativo, con lo que, despechado, se compró un piso en las afueras de Vic en lo más alto de la burbuja para, desesperado, invertir a continuación todos los ahorros que le quedaban en preferentes de la CAM.” Glorioso

  9. Comentario de quetemetoqueno (27/09/2012 08:38):

    Bravo! Me quito el sombrero y se lo dejo a PishaLope Cruz para sus fotos gafapasta de Mango en los busetos.

  10. Comentario de Jiri (27/09/2012 09:53):

    Me sumo a la petición de keenan de que alguien, Guillermo u otro, haga un despiece de la serie Isabel, a la que yo llamo Los Trastámara (es o más bien pretende ser como Los Tudor pero en hispánico), si es Álvaro, nos vale igual, incluso nos conformamos con Manolo.

  11. Comentario de Latro (27/09/2012 10:25):

    Nunca pude ver esta serie mas que por capitulos sueltos y ni aún asi. Todo dios o esta de un amargado que echa para atras, o son idiotas (la juaquer), y aparte, es que TODOS son unos pedantes del quince. Con lo que ves a un grupo de personas compitiendo a ver quien pone mas cara de amargado mientras busca la cita mas enrevesada para darle un transfondo de profundidad emocional y sabidurida de la buena a la caceria del freak de turno.

  12. Comentario de Rafa (27/09/2012 11:33):

    Genial Guillermo. Me uno a la petición sobre la serie Isabel, la veo con gusto pero hay mucha punta q sacar y en eso no hay quien te gane.

  13. Comentario de emigrante (27/09/2012 14:01):

    A mí eso de los perfiles psicológicos me recuerda a esa rama de la criminología del s. XIX basada en la craneometría y la fisionomía facial. Que si este tiene nariz de violador que si el otro tiene el hueso supraorbital típico de un asesino y el de más allá las orejas de ratero.

    Por cierto, han llegado ya a España “CSI Navi” y “CSI Navi: L.A.”? Esa debe ser la variante más facha del producto, yo vi una vez un capítulo en el que el malo era un ecologista que se colaba en un submarino nuclear para suicidarse detonando un misil y así salvar a las ballenas porque les molesta el sonar.

  14. Comentario de gottlieb (27/09/2012 19:10):

    Creo que es: NCIS, no CSI. De Bellisario no de Bruckheimer.

  15. Comentario de asertus (27/09/2012 22:17):

    Pues yo espero algún artículo sobre El Mentalista.., es lo mismo pero en plan bruja Lola.., ni microscopio, ni psicología ni a palos siquiera…, sólo te miro y hala.., y más que nada para regocijo de mi parienta que está suscrita…

  16. Comentario de Emilio (27/09/2012 23:32):

    Nadie a hablado aquí de la grima que da el rubiales repelente sabelotodo. Tiene pinta de disfrutar con multitud de parafilias aberrantes. Y la relación del Madelman con la Jaquerl entrada en carnes cansa. Nadie se cree que haya tensión sexsual no resuelta entre esos dos. Más quisiera la jaquerl, aunque creo que a ella lo que le va es el cibersexo.
    La peor serie del ramo polis supereficientes tipo CSI es la de NCIS Los Angeles. Da miedo incluso. Al jefe neonazi, al italiano chuloputas y a la matona sionista dan ganas de apalearlos. Debería terminar la serie con una matanza entre ellos.

  17. Comentario de Latro (28/09/2012 11:45):

    Tampoco la aguanto, pero si, Emilio, si me dijesen que el final de NCIS es que al gordito le da un chungo y se carga al guaperas y a media unidad por chuloputas arrogantes de mierda, casi que me sentaria a verlo.

  18. Comentario de keenan (29/09/2012 11:21):

    @Emilio: si, pero Pauley Perrette tiene morbazo. Incluso disfraza de friki colgada. Pero vamos, los modelos masculinos en esa serie dan un poco de miedo, si: el señor maduro pero atractivo, alexitímico perdido que trabaja matando malos, el chuloputas italiano que es un incompetente pero cae bien a la gente por graciosete, ligón y porque sabe mucho de deportes (este es mi preferido) y el hacker gordito…. vaya tela.

  19. Comentario de eleastras (29/09/2012 23:41):

    Hace 30 sñod, crímenes mucho más meditados los descubría Colombo, con menos gasto y más gracia.

  20. Comentario de Darnok (02/10/2012 10:39):

    Muy bueno.

    Lo que mas hace gracia de la serie “mentes criminales” es el perfil. ¿para que le darán el perfil a los sufridos policias locales del lugar si siempre al asesino lo cogen ellos mismos?
    Para cargante la frasecita del principio, toda trascendencia que no sabe uno si reir o llorar.

    Yo también soy televidente consorte de la serie, aunque me suelo despistar por la cocina entremedias…

  21. Comentario de Emilio (03/10/2012 23:48):

    Buenísimo lo de televidente consorte. Somos legión y lo malo es que no en todas las parejas es en ambas direcciones, al menos no en mi caso. Yo soy un televidente consorte calzonazos. Menos mal de The Wire, Roma, The Walking Dead (que tampoco es para tanto, mucho mejor los cómic, a dónde vamos a parar) y Breaking bad eran de su agrado.

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