Quién quiere casarse con mi hijo 2

El año pasado, el sufrido público español pudo abstraerse momentáneamente de sus muchas preocupaciones gracias a un infame reality show programado por Cuatro, que ofrecía exactamente lo que prometía: Cinco madres y sus retoños que seleccionaban a la mejor (o al mejor, en un caso) de una serie de lagartas que intentaban llevárselos al huerto. Se supone que la cosa está medio guionizada y se podría incluso sospechar que los momentos más grandes, más españoles, del programa son impostados. Pero me permitirán que haga una breve reflexión: ¿cómo es posible que los mejores actores españoles, la gente que está en la pomada cultural, sean actores infames que no saben ni vocalizar, ni declamar, ni actuar, ni transmitir emociones, en películas pagadas con tus impuestos, y que, al mismo tiempo, una pobre gente que dice que quiere dedicarse a la actuación, que se mata por meter cabeza en una TV local o en algún youtube con menos de mil visitas, es capaz de interpretar a la perfección tales niveles de bajeza humana que ni los más perversos guionistas serían capaces de perpetrar? No, amigos, esto no es ficción: es realidad. Realidad de la buena.

Así ocurrió en la edición anterior: los ejemplares que circularon ante las cámaras de Cuatro en ese programa, y que concentraron las ilusiones, las esperanzas y, sobre todo, las risas de millones de espectadores, demostraron bien a las claras por qué España, a la mínima que se lo proponga, saldrá de la crisis: pones un Eurovegas, rodeas Eurovegas de puticlubs, rodeas los puticlubs de campos de fútbol, dichos campos los rodeas con adosados que en realidad son más puticlubs y… ¡A triunfar!

La segunda edición tiene el problema de que es difícil sorprender al espectador, visto el exitazo de la primera e inimitable. ¿Cómo encontrar a gente como esa? Pero no teman: España puede lograr lo imposible. Y lo logra por la vía de recurrir, secuencia por secuencia, a las mismas situaciones, diálogos, equívocos y perfiles que vimos en la primera edición. Poesía pura. ¡Para que luego queráis largaros, catalanes!

ISIDORO

Nuestro primer concursante se llama Isidoro y es de Albacete. De profesión, trapichea en mercadillos ambulantes. Naturalmente, tiene un Mercedes, que exhibe orgulloso ante las cámaras. ¡Modelo de crecimiento español en acción!

Isidoro da, a decir verdad, bastante grima. Sobre todo, porque se ríe como una comadreja, y lo hace a la mínima oportunidad, sobre todo para reafirmar las chanzas y chascarrillos de fino humor con los que regala los oídos de sus interlocutores. Como, además, se ríe en la cara de las mujeres que le han caído en gracia, uno no puede sino alabar la presencia de ánimo de dichas féminas y su espíritu de sacrificio para arrostrar a semejante espécimen.

El primer programa, en el que madre e hijo conocen a las diez aspirantes y descartan a cuatro, nos depara grandes momentos con Isidoro. Por ejemplo, una chica intenta llegar a Isidoro a través de una vía inusual, poco transitada en el programa: quiere regalarle a Isidoro “una figurita de Dalí”. “Da… Quéeeee?”, responde Isidoro. “Dalí. Un pintor mu raro”, dice la chica gafapasta (para los cánones del programa). Por supuesto, en su momento será expulsada por Isidoro. ¡A mí no me hables raro, que me lío y yo he venido aquí a follar, no a sacarme seis doctorados!

A continuación, entra en la glamourosa sala de ¿”Quién quiere casarse con mi hijo?” una chica que es muy, muy, muy lagarta. La madre le pregunta de sopetón: “¿Te gustaría estar casada con un vendedor ambulante?”. La lagarta, horrorizada, pone cara de Rajoy escuchando una propuesta de pacto fiscal para Cataluña y dice ¡Claro que sí! ¡Siempre ha sido mi sueño! La madre, conmocionada, se echa a llorar como una magdalena. “Le has gustado a la Mama”, dice Isidoro. Y no es para menos: porque la lagarta remacha “qué guapa es tu madre”. Esta sonríe con la convicción que sólo da el ingenuo candor.

Siguiente concursante. Se trata, claramente, de una ladyboy. Una shemale. De un travesti, vamos. Pero Isidoro no se percata de ello y se pone cachondo: “¡mmm, qué labios tienes!”. Y añadiríamos: ¡Y qué manos más grandes! ¡Y menuda nuez de Adán!

Pero el mejor momento de Isidoro, y del primer programa, llega con la concursante “Zamara”. ¿Tienes hijos? Le pregunta Isidoro a “Zamara”. Y esta afirma, tajante: “No”. Pero luego, entrevistada por el programa, dice: “Bueno, la verdá ejque tengo un niño de cuatro meses, pero es muy pequeño. Ha sido una mentira piadosa”. Una “mentira piadosa”. ¡A una pregunta de “Sí” o “No”, responder la opción que no es constituye una “mentira piadosa”! Como Rajoy, cuando dijo que bajaría los impuestos.

GABI

Gabi es un pijo hortera de Alicante, aunque luego descubrimos que, en realidad, es de Albacete. Gabi adopta el papel que cumplía en la primera edición el facha, de cuyo nombre no me acuerdo, y su santa madre, Toya. Sólo que ambos, madre e hijo, con unos veinte años menos.

Como es habitual en el programa, existe una tensión sexual evidente entre madre e hijo, que interfiere en el normal devenir de las relaciones de Gabi con sus candidatas. Por ejemplo, una llega en plan voluntarioso con un bizcocho con un aspecto horrible: “He preparado esta tarta para Toñi” (la madre). “Soy celiaca”, responde Toñi con acritud. La siguiente candidata es china y parece sacada de un vídeo de Sánchez Dragó. La madre le mira con cara de asco reconcentrado. Sin embargo, Gabi, contra todo pronóstico, decide quedarse con la china de Sánchez Dragó. El motivo: ¡Cree que es virgen!

JAVIER

El tercer candidato es una especie de choni sobrenatural maquillado. La verdad es que no sé cómo catalogarlo, pero me recuerda un montón a uno de los personajes de Juego de Tronos: Khal Drogo, un bárbaro macarra amante de los caballos.

Juego de chonis

La presentación de Javier es pura magia televisiva. Vemos a Javier duchándose. Vocifera: “¡Mami, ven a depilarme el culo!”. La madre, solícita, responde: “espera, que te estoy haciendo la merienda”. Poco después, el hijo comienza a tocarle las tetas a la madre. Pero ésta se resiste: “Niño, no me las toques aquí, que no estamos en casa”. La elegancia y el qué dirán, por encima de todo.

La verdad es que las pobres aspirantes a actrices que tienen que comerse a este maromo y a la “mama”… ¡Todo por la interpretación! Y tanto es así, que una de ellas, Lucía (que se autodenomina “terapeuta” y que también se dedica a rodar películas pornográficas quién sabe con qué propósitos terapéuticos), que lleva unas gafas como del Un, Dos, Tres, se las apaña para pegarse el lote con Javier, ante la indignación de la concurrencia, que ha quedado momentáneamente en segundo plano. Pero Javier lo deja claro. Tranquilas, nenas, que me las voy a comer a toas.

PEDRO

Pedro es un gay gallego y, como siempre, es mucho más majo y normal que los demás hijos. Como es gay, es sensible y eso. Pero tampoco se vayan Ustedes a pensar: “Nunca me he leído un libro”, aclara Pedro con orgullo. “Bueno, no. Me leí la biografía de Ana Obregón”.

La madre de Pedro también es más normal que las madres de los otros chicos. Y, como ocurría con la madre del gay vasco de la primera edición, tiene un peculiar concepto del lenguaje. Ve a un chico que no le parece suficientemente gay y opina: “este chico me parece que es etéreo” (por “hetero”).

Glamour en movimiento

LOS MELLIZOS

Los últimos concursantes son dos hermanos mellizos del Betis, con una madre que tendrá, así a ojo, unos quince años más que ellos. La premisa de meter a dos mellizos, que sin duda nos deparará momentos televisivos tan gloriosos como previsibles, se basa en una constante: la madre, las demás candidatas, y el mundo en general, despreciarán, ignorarán y humillarán a uno de los mellizos, Luis Carlos, tanto como adorarán al otro, Álvaro. Algo, en apariencia, incomprensible, puesto que, recuerden: ¡son mellizos! Y, dada la educación que les ha proporcionado su madre, es seguro que también lo serán en el plano intelectual y moral.

Canilandia is coming

El programa, en resumen, ofrece más de lo mismo. La misma basura. Con el inconveniente de que esta vez el espectador ya llega al show con una hoja de ruta clara (la que quedó marcada a fuego en la anterior edición), pero con una íntima convicción: no os preocupéis, que os daremos basura a carretadas para que podáis disfrutar con este espectáculo televisivo de primer nivel. ¡Digno de que lo hagan en Televisión Española!


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  1. Comentario de Djiaux (24/09/2012 08:23):

    Si esque sou lo milloret, aaaay que de riure.

  2. Comentario de SinanPacha (24/09/2012 09:32):

    Vamos, que si el Ministerio del Interior quisiera realmente desactivar las protestas del 25S solo tendría que poner pantallas gigantes rodeando el Congreso en las que se transmitiese una versión 24h de Trospi2. Los gafapastas saldrían huyendo despavoridos, rogando a los antidisturbios que acabasen con ellos a base de impactos repetidos en la caja craneal. Cuanta maldad, señor.

  3. Comentario de Marilicra (24/09/2012 10:11):

    De todos el peor es la marica mala. Egoísta, malcriado y con la empatía de un ladrillo. En el segundo episodio los solteros han de rechazar a cuatro candidatas. La comadreja de Almansa, pese a su exterior chulesco lo hace entre disculpas y con aire compungido. El pijo, en lugar de hacer énfasis en las rechazdas, lo hace en las virtudes de las escogidas e incluso consigue parecer educado. Los onubenses se libran de tener que escoger, con gran alivio por su parte. Hasta Edipo Drogo, a su repelente manera es capaz de mostrar un mínimo de empatía con las que no le han hecho lo suficiente la pelota o no parecen dispuestas a hacer un trío con la madre. Pedriño, en cambio, va desgranando nombres con evidente desprecio sin importarle un carajo ni siquiera aparentar tener algo parecido a otra emoción que no sea la suscitada por mirarse al espejo. Y su madre, lejos de ser la más normal del grupo, es la más peligrosa de todas. Como buena gallega aprovecha cada vez que habla para clavarla hasta el fondo. Atentos al patrón: [mi Pedriño/ el Pretendiente] es [pequeña virtud] y muy [pequeñísima virtud] pero [tremendo defecto]. Y así una y otra vez.

    Y como tendrán que ser los participantes en esta ocasión que tuvieron que dejarse a la pareja gitana, al hipster “que se hace un Berlín, un Tokio; está arriba y está abajo porque los grandes le dan la vuelta al partido en el último minuto” y al operado cuya madre parece un cruce entre Maria Antonia Iglesias Jabba el Hut. Si se han perdido a estos descartes acudan al final del primer capítulo. Hay material para esta temporada y cien más.

  4. Comentario de Dasoman (24/09/2012 11:18):

    SinanPacha, no estoy de acuerdo. La última moda gafapasta es tragarse toda la telebasura posible con la escusa de “es que así la critico en Twitter”. Además de criticarla en Twitter la comentan en el trabajo, con los amigos, familiares, etc. Y esperan ansiosos el siguiente programa. Pero, ojo, que lo ven sólo por criticarlo. En realidad están por encima de estas bajezas intelectuales.

    Tengo mi Twitter plagado de gente a la que considero inteligente, pero el otro día cuando echaban la cosa ésta daba grima, en serio.

  5. Comentario de AnonymousCoward (25/09/2012 14:15):

    Los descartes son oro puro, especialmente el raro de gafas de pasta que parece Jemaine de Flight of the Conchords.
    En cuanto a la actriz gafaspasta, yo tengo un don muy grande para apreciar referencias culturales, y ya me había coscado de que era Raquel, que hace un reality porn muy fino.
    Los de El Mundo, muy buenos también pillando referencias, puesto que sólo ha hecho un vídeo a cara destapada.

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