Combate moral – Michael Burleigh

Este libro busca analizar la II Guerra Mundial desde una perspectiva novedosa: la moralidad de los actos y decisiones adoptados por los dos bandos en conflicto. La legitimidad moral subyacente (cuando la hay) que justificaría el uso de la violencia. Dado el enfoque, los contenidos del libro resultan un tanto asistemáticos: no hay una evolución cronológica bien perfilada, ni por frentes de batalla; ni siquiera está clara la división por sectores (militar-económico-político, por ejemplo). En su lugar, hay un cierto maremágnum en el cual se evalúa la actuación de las potencias aliadas y las del Eje en torno a cuestiones diversas (campos de concentración; estrategias de ataque y defensa; comportamiento en combate y con los prisioneros; bombardeos; y un largo etc.).

Os traigo la paz, amigos. Paz con honor. Paz en nuestro tiempo

Esto implica que el libro, si lo leemos como reza su subtítulo, “una historia de la II Guerra Mundial”, tiene bastantes lagunas (por ejemplo, no hace apenas mención de la guerra submarina). Sin embargo, esto queda sobradamente compensado con los ejemplos y descripciones que aporta el autor, escritas con vigor y precisión, sobre los ejércitos de ocupación, las fuerzas de combate, las torturas y exterminios, las decisiones en materia bélica,… Y también sobre las diferencias culturales entre las potencias en liza y lo que esto implicaba para el esfuerzo bélico. Particularmente llamativo resulta, en este aspecto, el caso de Japón, donde la rendición era un deshonor mucho peor que la muerte, y donde la salvaje disciplina impelía a luchar a los japoneses, soportando condiciones infrahumanas durante meses. Por no hablar de otras peculiaridades de la cultura japonesa:

Por tradición, se suponía que el emperador no debía intervenir cuando las decisiones acababan llegando hasta él, mientras que las convenciones establecían que los superiores jamás debían contradecir a los inferiores, lo que proporcionabaa a estos últimos una asombrosa libertad en comparación con otros sistemas de gobierno. Las reuniones de hasta diecisiete horas de duración no eran infrecuentes, y de vez en cuando se recurría a poemas para expresar un punto de vista (pág. 327).

Burleigh también presta atención al final del conflicto y el desarrollo del arma nuclear por parte de EEUU, cuyo uso en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki ve plenamente justificado, dadas las muertes que habría implicado invadir Japón, a la vista de antecedentes como la toma de Iwo Jima. La descripción de los efectos de la bomba de Hiroshima resulta espeluznante:

Los pájaros ardieron en pleno aire y las sombras de la gente volatilizada quedaron grabadas sobre piedras. La onda expansiva hizo que la gente atravesara edificios de los que sus cadáveres emergieron tachonados de cristales rotos. Los que no se secaron hasta parecer patatas fritas vagaban por la calle con la piel ennegrecida colgándoles del rostro y de los miembros, aunque las lesiones eran tan grandes que era imposible distinguir el frente de la espalda. Puesto que dieciocho hospitales fueron destruidos y el 90 por ciento del personal médico murió, no había nadie que pudiera atender a los muertos vivientes salvo unos pocos médicos que cayeron rápidamente en un trance sonambulesco ante el ingente número de víctimas. Luego los supervivientes empezaron a notar que, además de sentirse muy débiles, el pelo se les caía a mechones y las heridas no cicatrizaban. Los bultos carcinómicos volvían a salir incluso después de ser eliminados quirúrgicamente (…) No existe ninguna cifra fiable para saber cuánta gente murió ese día o en los años inmediatamente posteriores. Parece plausible que la cifra esté entre las setenta mil y las ciento veinte mil personas. Uno de los supervivientes, pese a estar quemado por uno de los lados de su cuerpo, regresó a su casa en Nagasaki. Fue la única persona en sobrevivir a dos explosiones atómicas (págs. 645-646).

Con toda su fuerza descriptiva y su peculiar enfoque moral, el libro merecería sobradamente la pena… De no ser por la obsesión del autor por aprovechar los hechos que comenta para darnos lecciones morales, a menudo rayanas en la moralina, consistentes en denunciar el doble rasero y la venda en los ojos de los historiadores izquierdistas a la hora de enjuiciar la maldad del estalinismo y la Unión Soviética. Un discurso que hace extensivo también a los medios de comunicación y las organizaciones políticas de izquierda, también partícipes de ese afán de ocultamiento.

La verdad es que esta denuncia, en 2012, podría parecer innecesaria (pocos son los que a estas alturas defiendan el legado del estalinismo y minimicen la enormidad de su barbarie). Y también es cierto que en un libro que analiza el conflicto de la II Guerra Mundial desde una perspectiva moral, no puede dejar de hacerse una evaluación demoledora (como hace Burleigh) del régimen soviético.

Ahora bien, lo que resulta muy irritante del libro es que, junto con lo anterior, Burleigh muestra un sorprendente, y muy llamativo, doble rasero con todo lo que se refiere a los aliados occidentales, Gran Bretaña en particular. Las decisiones de Gran Bretaña siempre son correctas, su sacrificio en la guerra es mayor de lo que se piensa, Churchill era lo más grande… Por momentos, Burleigh cae en el más ridículo chauvinismo.

No es sólo un discurso de Buenos vs. Malos, aunque también hay mucho de eso. Es un afán sistemático por reivindicar el esfuerzo de guerra británico desde cualquier punto de vista. Y esto se muestra con claridad diáfana observando el juicio que merecen a Burleigh los americanos. A ojos del autor, éstos son gente ingenua, infantil, como niños grandes, incapaces de entender la complejidad de un conflicto como la II Guerra Mundial. Si fuera por ellos, habrían desembarcado en Francia en el 42. ¡Menos mal que los británicos les retuvieron! Roosevelt es un caprichoso ricachón, de una estatura política muy inferior a la de Churchill. Y el papel de EEUU en la guerra… Pues bueno, sí, llegaron cuando la mayor parte del trabajo ya lo habían hecho los británicos, que se encargaron de guiarles por el buen camino.

¿Y qué ocurre cuando Burleigh evalúa las decisiones británicas cuestionables desde el punto de vista moral? Por ejemplo: uno de los aspectos más controvertidos del esfuerzo bélico aliado fueron los bombardeos indiscriminados sobre las ciudades alemanas. Sobre todo, por su dudosa eficacia como mecanismo para acelerar el fin de la guerra. Estos bombardeos fueron ejecutados fundamentalmente por la RAF, mientras las fuerzas aéreas de EEUU se centraron mucho más en bombardear fábricas de armamento y recursos estratégicos alemanes (sobre todo el petróleo).

El autor, tan dado a emitir juicios morales tajantes y categóricos respecto de cualquier otra acción dudosa (o, directamente, infame) de los demás contendientes, aquí se mete en un jardín de confusas justificaciones y excusas, cuyo principio moral último es que los bombardeos estaban justificados por el hecho de que quienes los hacían eran los británicos, es decir, los Buenos. Según Burleigh, los miembros de la tripulación de los bombarderos son héroes por el riesgo que corren. O, como dice él en una soflama patriótica, son “héroes británicos y de la Commonwealth”. Si Burleigh fuera francés, algo así nos parecería insoportable, pero como los británicos tienen buena prensa… Véase, por ejemplo, qué evaluación moral hace Burleigh del siguiente comentario del jefe del Mando de Bombardero de la RAF, el repugnante Arthur “Bomber” Harris:

Harris no ocultaba que su objetivo era la destrucción de las ciudades alemanas. A sus ojos no tenían valor alguno: haciendo suyo un comentario realizado por el canciller alemán Bismarck, dijo que ninguna de ellas valía “los huesos de un granadero británico”. Semejante punto de vista era un pelín demasiado crudo para sus amos políticos (págs. 610-611).

Para Burleigh, Arthur Harris, no era un individuo sanguinario e insensible, sino, bien al contrario, un hombre de firmes convicciones, leal con sus tropas, y poco amigo de las componendas: “No era dado a la hipocresía y la oblicuidad propias de la mayoría de pronunciamientos políticos” (pág. 601). Y ya está. El mismo autor que abomina de las salvajadas de cualquier otro beligerante no se priva en poner todo tipo de paños calientes cuando pasamos a hablar de Gran Bretaña.

Por supuesto, le parece lógico y normal que el buen pueblo británico diera buena cuenta de los malvados pilotos de la Luftwaffe que eran derribados sobre Gran Bretaña. Pero, en cambio, no se ahorra censurar la reacción de los alemanes cuando se hacían con algún piloto de la RAF cuando su avión era derribado: “algunos fueron linchados por cobardes turbas de alemanes al llegar a tierra”. Porque así de nefasta es la condición moral de la gente cuando queman y destruyen sus casas, ciudades, familiares y amigos con bombas incendiarias y de fragmentación desde 6.000 metros de altura.

Así, lo que teóricamente era una evaluación de la II Guerra Mundial desde la perspectiva de la moralidad acaba pareciéndose mucho a una obra de propaganda británica paulatinamente más irritante. Cuando alguien hace un libro sobre la condición moral se espera que esté por encima de estas cosas. Y, desde luego, se espera que no suelte discursitos sobre lo parciales que son otros historiadores. La idea subyacente es que todo lo que hagan los Buenos, por el hecho de serlo, estará siempre justificado. Y cualquier crítica será sintoma de equidistancia, relativismo, politización criptocomunista, etc. En resumen: este hombre está preparado para dirigir el ABC y quedarse a gusto con unas cuantas portadas sobre los nazis del PSOE.


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  1. Comentario de Andrés Boix Palop (11/04/2012 18:56):

    Caramba con el librito. Yo acabo de liquidar Niños feroces, la novela de Lorenzo Silva, que creo que es muy buena a la hora de tratar, justamente, la dimensión moral de las guerras.

  2. Comentario de xangal (11/04/2012 22:15):

    De Burleigh yo leí Causas Sagradas y Poder Terrenal. Veo que mantiene su manía de hacer digresiones de quince páginas.

    Los libros en sí eran interesantes por las muchas cosas que yo no conocía. En particular la primera parte de Causas Sagradas. Debe ser una persona de vasta cultura. Ahora bien, los comentarios que hacía el autor dando su particular visión del asunto a cada paso resultaban irritantes. Más allá de su opinión sobre un determinado tema. Que puede ser compartida o no.

    Me llamó mucho la atención que estos libros fueran publicados por Taurus (PRISA). Lo que habla muy bien de la editorial, dicho sea de paso. Es reconfortante ver que publican libros un tanto variados ideológicamente -digamos que la opinión de Burleigh sobre la religión cristiana viene a ser la de considerarla un factor de unidad frente al invasor musulmán. Una posición de moda entre ciertos pensadores conservadores de países de Europa (como Francia o Reino Unido.

  3. Comentario de Bunnymen (11/04/2012 22:32):

    “Las reuniones de hasta diecisiete horas de duración no eran infrecuentes, y de vez en cuando se recurría a poemas para expresar un punto de vista”

    A mi esto no me asombra en absoluto, es más japonés que el wasabi, lo que me sorprendería es que fueran breves y concisos. Uno lo descubre pronto, se apunta a clases de karate para aprender a dar ostias mortales (cuando la moral lo justifique) y se acaba comiendo una eterna charla de cómo enfocar el Chi para hacernos como el agua que con el tiempo desgasta la roca y zzzzzz.

    Zzz, perdón, otra cosa que si me asombra, y cito “cuyo uso en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki ve plenamente justificado, dadas las muertes que habría implicado invadir Japón, a la vista de antecedentes como la toma de Iwo Jima”, me deja un tanto perplejo la explicación “desde el punto de vista moral” ya que en los combates del pacifico las bajas de ambos bandos eran fundamentalmente soldados, hasta Pearl Harbor, que es visto como un ataque a traición cumple con ser un objetivo militar, que en un entorno de guerra “honorablemente” es lo suyo (espero que se me entienda), pero el bombardeo sobre civiles es tan justificable moralmente como un rodillazo en los huevos en un combate de boxeo y que luego el púgil infractor diga “así ambos nos ahorramos golpes en la cabeza innecesarios”.

  4. Comentario de Djiaux (11/04/2012 22:40):

    A mi casi todos los libros de autores britanicos que he leido sobre alguna guerra en la que participaron me parecen muy de este palo.

    Menos mal que el papel de gran bretaña en la guerra es el que es, llegan a luchar en alguna batalla decisiva y verias lo que es estirar el cuello.

  5. Comentario de Paco Pérez (11/04/2012 23:44):

    El átomo tiene muy mala prensa. En el bombardeo de Tokio el napalm se llevó a cien mil japoneses por delante en una noche.

  6. Comentario de Guillermo López García (12/04/2012 00:46):

    Es exactamente así, xangal. Escribe muy bien, aporta muchísima información de interés, pero toca mucho las narices con sus comentarios extemporáneos al hilo de lo que cuenta. Y también es así su defensa del cristianismo como elemento de cohesión, moderador, etc.

    Bunnymen, el argumento al respecto era que los japoneses habían convertido a prácticamente toda su población en una especie de milicia urbana, como la Volksturm pero con palos con un clavo en lugar de fusiles defectuosos. Aunque lo que más les preocupaba es el elevado número de soldados americanos que habrían muerto en la invasión (de ahí, también, el interés en involucrar a la URSS, que entró en la guerra contra Japón muy pocas semanas antes de su final)

    Un cordial saludo

  7. Comentario de Latro (12/04/2012 11:14):

    No soy ningun experto en cultura japonesa, pero a mi todas esas justificaciones culturales me huelen a falsas. Quiero decir, si, hay unas diferencias culturales, pero ese mito de que los japoneses son unos hijosdeputa salvajes sádicos por “cultura milenaria”… No se, ¿seguro que no es tan “milenaria” como la supremacia aria y el culto a la voluntad y la violencia de los nazis? ¿No será un refrito de mitologia chunga diseñada, eso si, para calar culturalmente en el sitio donde se aplica, pero tan “milenaria” como el fascismo?

  8. Comentario de Quebec (12/04/2012 11:54):

    De hecho la Segunda Guerra Mundial en todos sus teatros fue la primera donde las bajas civiles fueron MUY superiores a las militares, y no solo por Hiroshima y Nagasaki sino por las atrocidades de todos los contendientes contra la población civil. Desde entonces todas las guerras han seguido sistemáticamente esa misma dinámica, incluso en los llamados conflictos asimétricos de hoy.

    Como dice Guillermo, para entender esto del uso de la Bomba debe entenderse que la cultura japonesa no es la occidental, y mucho menos en 1945. En 1945 el emperador era Dios para los japoneses, y el buen japonés, en una sociedad completamente militarizada, tenia su deber en el sacrificio por el emperador, y por supuesto por el corazón del imperio. Por eso fue el único país en emplear sistemáticamente kamikazes, pilotos jóvenes a los que se metía en un avion cargado de dinamita y llegaba a sellarseles la cabina. Por eso tambien los combates isla por isla fueron tan costosos, porque los japoneses muy rara vez se rendían. Para el Bushido era la peor deshonra posible, y el que se rindiese y su familia serían señalados y humillados; Los prisioneros japoneses siempre temían que sus familias supiesen de su suerte, y los soldados americanos aprendieron la costumbre de hacer prisioneros solo cuando les era indispensable, porque era demasiado peligroso hacer prisionero a un japonés que podía llevar escondida una granada para llevarse por delante con él mismo a 2 soldados más. Este tema de la mentalidad japonesa lo trata casi en exclusiva Max Hastings en su libro Némesis, sobre la derrota del japón en 1944-45. Por supuesto el otro componente de las nukes es que ya se barruntaba el posterior periodo de la guerra fría y habia que agitar el bate de baseball delante del mayor productor de carros de combate del mundo…

  9. Comentario de I can't believe it (12/04/2012 12:06):

    Yo también me lei en su momento Causas Sagradas y Poder Terrenales. Y si bien el primero me gusto aunque había que hacer esfuerzos para perdonar los ramalazos british del autor, el segundo fue infumable porque estaba desatado.

    Y no se influye el hecho que el segundo se lo dedique a su buen amigo Herman Testch que por lo visto le ilustro sobre historia de España, animalico, para los capítulos de España y el OPUS. De camino debio contaminarse de la visión testoronica del mundo tan de Herman y del Liberalismo (facherio) de aqui: Izquierda mala, y yo y los mios si decidimos matar, torturar a unos cuantos o incluse empezar una pelea de bar es porque si, para eso somos los buenos, y el que se queje es un meapilas izquerdioso que seguro que tiene foto del Che y Stalin o peor de Lenin en vez de Biblia.

    El caso que en el primero se le medio perdonaba por que daban mas pena que otra cosa, esos comentarios tan de TIMES sobre la superioridad de los británicos por encima de todos y de los brítanicos de buena clase por encima del universo. Pero es que en el segundo era ya de traca.

    Y lo de los Japos sin haber leido el libro esta copiado del si que muy recomendable Ian Kendall (Decisiones críticas o algo asi)

  10. Comentario de I can't believe it (12/04/2012 12:12):

    Como estamos… Ian Kershaw y el libro era Fateful Choices

  11. Comentario de desempleado (12/04/2012 12:24):

    Gracias por ahorrarme la lectura del libro. De los autores británicos Max hastings es bastante potable.

  12. Comentario de Latro (12/04/2012 14:18):

    Ya, pero por ejemplo, lo del “Bushido” esta mas que demostrado que es en un 75% trola.

    O sea, si, todas esas zarandajas del sacrificio y de desear la muerte y morir por tu señor y tal si que estaban en el Japón feudal. Mas o menos igualito que la piedad cristiana, el celibato y esas cosillas en la época medieval cristiana – cuatro gilipollas se lo creian, el resto decia que si y hacia lo que le salia del forro.

    Pero para los nacionalistas japoneses militaristas que tomaron el poder era una bonita coartada para bombardear a la peña con el mensaje de “mátese por la patria, es lo honorable. Y como no lo haga su familia y amigos le escupirán a la cara”

  13. Comentario de Latro (12/04/2012 14:21):

    También me viene a la cabeza ahora no se que militar japonés, cuyo nombre no recuerdo, pero que se convirtió en uno de los principales críticos al sistema porque el pobre hombre se creyó a pie juntillas la propaganda de que su país iba a la muy honorable misión de crear una Esfera de Coprosperidad para que los demas pueblos de Asia encontrasen su liberación del colonialismo y la pobreza y juntos avanzasen de la mano como buenos hermanos (con Japón el mayor, claro)… y claro, fue ir a China y ver lo que pasaba y llevarse una desilusión.

  14. Comentario de casiopeo (12/04/2012 16:03):

    Lo de los británicos con la segunda guerra mundial es obsesivo, como el coleguilla de barrrio que se echó un polvo con aquel pibón que salia en televisión y ha construido su ética, estética e ideales personlaes alrededor de ese momento accidental. Mi descubrimiento de ensayo historico de este año es “La revolución alemana” de Sebastian Haffner, o cómo la socialdemocracia adquirió feos hábitos que aún conserva, háganse un favor y léanla.

  15. Comentario de parvulesco (12/04/2012 18:35):

    Sí, ayer estuve leyendo sobre el ensayo de Jorg Friedrich que aquí linkáis y asusta esa manía de Occidente de bombardear a la población civil de los regímenes malotes con el supuesto objetivo de que tengan su caída del burro particular y abracen la (su) democracia.

  16. Comentario de Quebec (13/04/2012 12:09):

    De hecho el propio Hastings en el libro que comenté no puede evitar a veces asociar ése Imperio Japonés sin su perímetro insular de seguridad (Vamos, compuesto solo por el verdadero japón) con Gran Bretaña en 1940, comentando que ésa política de “resistir ante la adversidad con mínimas esperanzas de éxito” fue igual al empeño de Churchill tras la caida de Francia, debiendose su salvación a la URSSS y a USA y no a meritos militares propios, en lo que tiene bastante razón. No comenta sin embargo un detalle por no ser de lo que trata su libro, que si en 1940 Gran Bretaña no podía oponerse a la fuerza del Tercer Reich ni reconquistar lo perdido en tierra, ni desde luego tenía su capacidad industrial, EEUU, que seguramente no iba a dejar que Gran Bretaña cayese, ya le ayudaba mediante los Lend & Lease y podía esperar suministro de sus materias primas desde allí y desde la Commonwealth. Cierto que la guerra submarina amenazaba estas lineas de comunicación… Pero en superficie la Royal Navy era vastamente superior y hacía imposible cualquier intentona alemana de invasión. La alta cúpula militar alemana sabía esto muy bien y la famosa “Leon Marino” fue un simple bluff, la verdadera estrategia era matar a Gran Bretaña de hambre con la guerra submarina y obligarla a firmar la paz ante tantas pérdidas. Hitler al fin y al cabo admiraba a los anglosajones y siempre hablaba bien de ellos, sabiendo que estos nunca entraban en el juego de las potencias continentales en su espléndido aislamiento. Sólo necesitaba someterlos, obligandoles a renunciar su política de equilibrio continental. Sin embargo, Japón en 1944-45 no tenía un sólo aliado (Llamese EEUU o llamese una Commonwealth), más allá del bastante nominal apoyo de Hitler, siempre bastante imperceptible por la gran distancia, o de sus títeres en Asia que bastante tenían con mantener el orden en sus fronteras. Japón gastaba 20 millones de barriles de petroleo al año en 1944, e importaba apenas 5. Eso significaba una muy limitada actividad de sus fuerzas en general, pero en particular navales; Fuerzas navales que además estaban ya para entonces en una gran inferioridad respecto a EEUU: La US Navy alcanzó en aquellos momentos el máximo número de buques de guerra de que jamás ha dispuesto ninguna armada en el planeta y sacaba músculo construyendolos como churros, hasta el punto de no tener con qué tripular los nuevos buques; Japón era navalmente inferior si se trataba de detener un desembarco, al contrario que Gran Bretaña en 1940. Y no podía cambiarlo: Japón no podía igualar esa capacidad industrial, no tenía recursos para ello y el avance USA sobre su perímetro le permitía lanzar oleadas de bombardeo estratégico para pulverizar su industria (Y por supuesto nucleos urbanos) a un nivel años luz más destructivo que el que Hitler podía lanzar contra Gran Bretaña (Básicamente porque la Luftwaffe nunca tuvo nada como un B-17, un B-24 o un Lancaster; De B-29 ya ni hablo). Aparentemente Japón estaba bastante más jodido que GB en el 40 porque no podía recibir ayuda en aviones, armas, buques, petroleo y materias primas del exterior y por tanto no podía ni evitar una invasión contra su propio territorio, ni evitar la destruccion de sus ciudades y de su industria. Cierto que tenía algo que GB no tenía en el 40, un cierto colchón en China: Allí estaba incólume el grueso del Ejército Imperial, pero empantanados en China y con los soviéticos al norte marcharse de allí ante el colapso imperial significaba perder todo el imperio ganado de 1895 en adelante…No obstante eran unas fuerzas a las que habría que enfrentarse de querer invadir el corazón de Japón, y esa es la tesis de usar las bombas para evitar un gran numero de bajas entre sus fuerzas.

  17. Comentario de desempleado (13/04/2012 14:09):

    Si has jugado al World In Flames sabes que la posición de Japón es lose/lose.
    Lanzar la Bomba fué una manera salvaje de marcar territorio frente a Uncle Joe (aka “el hombre de acero”). Todo lo demás son cuentos.

  18. Comentario de Perri el Sucio (14/04/2012 02:21):

    En primer lugar quiero señalar que no me he leído el libro ni pienso hacerlo. Dicho esto:

    El otro día en la tele me asaltó un capítulo de “apocalipsis, la II guerra mundial”, coproducción anglo-francesa sobre el fiestuco en cuestión. El capítulo comenzaba hablando del frente oriental en 1942. En 5 minutos, 2 errores históricos documentables, a base de repetir estribillos de cultura popular occidental, y en algún episodio llegan a usar material de Signal, como en la invasión de polonia. Menciono esto porque es típico de los perfidos albioneses.

    Por lo demás, podríamos estar horas hablando del frente del pacífico, pero bastará con decir que lo de la bomba atómica fue una pasada absurda, que los americanos hicieron sólo porque hubiera sido aún más absurdo gastarse el dineral y esfuerzo de la bomba y quedarse sin saber (y que supieran los demás) de lo que era capaz en la realidad. Los propios japoneses sabían que en el momento en que comenzó la operación tormenta de verano (la invasión soviética de manchuria) estaba jodida la cosa, pues en 3 semanas perdieron más de medio millón de hombres, con los que esperaban contar para defender la metrópoli, y en abril se habían fumado los restos de la flota en el ten gou, y ya tenían prevista la rendición. Pero en fin, el que no se consuela es porque no quiere.

    Por cierto que, al hilo de lo que dice Latro, sí q es cierto que, en asia continental, los japoneses al acabar la guerra tendieron a no entregar las armas a los aliados, sino a las poblaciones nativas, a las que también se entregaron ellos mismos como oficiales e instructores. Casi todas las guerrillas del sureste asiático comenzaron así, con el padrinazgo de nipones licenciados (incluido el vietcong). Curioso que, aunque masacraron poblaciones por doquier, todavía odiaban más a los demonios occidentales.

  19. Comentario de Paco Pérez (14/04/2012 16:17):

    La invasion sovietica de Manchuria comenzó después de Hiroshima y antes de Nagasaki y hay quien defiende que fue la verdadera causa de la rendición nipona.

  20. Comentario de Eye (14/04/2012 16:29):

    100% británico… Aleccionar sobre la inmoralidad de los demás, cuando tienes tus propios monstruos en el sótano y encima sigues vivo gracias a ella –que se pregunten los ingleses cómo les hubiese ido la guerra sin la crueldad de los soviéticos, que machacaron a tres cuartas partes del ejército alemán–.

    Hace años, el “War Nerd” escribió un artículo en The Exiled sobre la dimensión moral de la 2ª Guerra Mundial, a su manera bastante más realista que las opiniones al respecto de Michael Burleigh:
    http://www.exile.ru/articles/detail.php?ARTICLE_ID=8414&IBLOCK_ID=35:

    I’ve got my own theory about why all these WW II movies went down in flames like Zeros in the Marianas Turkey Shoot: because WW II is way overrated. Next to the guy who directed Pearl Harbor, the men who set that war in motion and made all the decisions from 1939-1945 were the biggest idiots in history. And that’s why all the lessons of WW II, everything it’s supposed to teach us, is either dead wrong or as obvious as a ballpeen hammer in your face, so obvious that even Barney could teach it to his diaper demographic between commercial breaks.

    The biggest lie about WW II is that it was a war between good and evil. Bullshit, because there were no good European countries. […]

    Y también supongo que más divertido, por la generosa ración de cinismo y humor negro que solían contener los textos de este tío.

  21. Comentario de Joan (14/04/2012 21:10):

    Dijaux, desempleado y casiopeo, otro buen autor británico que anda alejado del típico y tópico chauvinismo inglés es Hew Strachan, titular de la cátedra Chichele en Historia Militar de la Universidad de Oxford.

    Además de riguroso y exhaustivo, no se corta un pelo a la hora de criticar. Eso sí, su principal campo de estudio e interés lo situaría en el período comprendido entre 1816 y 1919.

  22. Comentario de Quebec (14/04/2012 23:47):

    No hay duda de que La Bomba, utilizada no una vez, sino dos por USA tenía esos fines: Primero saber exactamente su potencial destructivo sobre un blanco que no fuese un desierto, y eso incluye desintegrar seres humanos. Segundo,agitar el bate de Baseball ante una URSS que fue temida desde su mismo origen pero que ahora ocupaba toda Europa Oriental, era el mayor productor de tanques desde los años 30, tenía un ejército inmenso (Fueron ellos y no los americanos y pérfidos quienes se comieron a la Wehrmacht causandole el 75% de sus pérdidas, aunque la propaganda de la guerra fría tradicionalmente nos los mostrara con aviones y tanques obsoletos y basados unicamente en mareas humanas)y para colmo de males tendría en toda Europa occidental lo que Washington ya empezaba a percibir como quintacolumnistas de Moscú; Los comunistas de Europa occidental, representados por los partisanos italianos, o por el uniforme que vistió el jefe de la Resistencia Francesa al liberar París (El de las Brigadas Internacionales). La cosa estaba que ardía y había que enseñar músculo, y ante ello decenas y decenas de miles de japoneses inocentes eran sólo estadística. Total, lo mismo se habia hecho ya en muchas otras ciudades con bombas incendiarias… Lo de la Rendición Incondicional es otro motivo auxiliar en el sentido del incólume ejército que le quedaba todavía al Imperio Japonés, aunque parece ser que Japón ya habia mostrado cierta disposición a negociar, no por supuesto bajo las condiciones de protectorado que EEUU les impuso después, siendo MacArthur un auténtico virrey…

  23. Comentario de casiopeo (15/04/2012 20:07):

    Por cierto , muy moral y muy estupenda no fue la manera en qué trataron los hijos de su graciosa majestada la República española ni a la checoslovaca. Hipocresía y cálculo a espuertas.

  24. Comentario de desempleado (15/04/2012 20:11):

    Tomo nota. Gracias por el dato.

  25. Comentario de Durc (16/04/2012 01:18):

    No fue una persona, sino ocho las que sobrevivieron a ambos bombardeos, los de Hiroshima y Nagasaki. En Japón se les llama “Los Ocho Afortunados” y el último de ellos murió hace bien poco. Uno relataba que en Nagasaki reconoció inmediatamente el resplandor de la bomba atómica que había sufrido en Hiroshima, y se tiró al suelo como una exhalación, viendo como todas las personas a su alrededor eran literalmente barridas.

    Monográfico de La rosa de los Vientos de Onda Cero sobre el tema:

    http://www.ivoox.com/supervivientes-hiroshima-nagasaki-audios-mp3_rf_512012_1.html

  26. Comentario de Otto von Bismarck (16/04/2012 10:44):

    Weno, lo pongo aquí que si no Galaico me pega, pero según un documental que vi una vez, y que siento no recordar, lo chungo del bombardeo a los japos es que Japón estaba negociando la rendición por vías extraoficiales. La única condición que ponían era que se respetara la figura del emperador. EEUU no transigía, luego tiró las bombas… y aceptó la figura del emperador.

    Pero por tocar los huevos una vez más, puede que el ejemplo japonés nos ahorrara la 3ª guerra mundial durante la guerra fría por el tema ese de ser conscientes de la destrucción mutua asegurada. Aunque claro, eso en 1945 no lo sabían así que vuelve a resultar indefendible.

    En cualquier caso, tampoco nos pongamos en plan moralista, la guerra la empezaron los japoneses con el mismo hijoputismo que la ruso-japonesa de 1905, y que a los autores de la violación de Nankin les arrasen un par de ciudades no les viene mal del todo.

  27. Comentario de galaico67 (16/04/2012 12:27):

    Otto, por mucho que intentes atraer mi atención, no te voy a dar mi correo personal, plasta de pelirrojo…

  28. Comentario de Otto von Bismarck (16/04/2012 16:08):

    #27. Ya no uso sus fotos desnudo para masturbarme. Ejem. Ahora, un poco (solo un poco) más en serio. ¿Seguro que usted sabe como se juega a esto? ¿O es que es usted mujer y encima de Francia?

  29. Comentario de Jiri (16/04/2012 16:48):

    #21, doy fe, Hew Strachan tiene un libro de la Primera Guerra Mundial con bonicas fotos de colorines (razón por la que me lo pillé, lo confieso), en el que dice que los ingleses entraron en la guerra con la excusa de la violación territorial que los alemanes hicieron al invadir Bélgica, para luego hacer ellos lo propio invadiendo Grecia, a fin de atacar a las potencias centrales por los Balcanes, o sea, que de anglófilo chauvinista, nada, casi suicida el tío.

  30. Comentario de galaico67 (16/04/2012 17:26):

    otto, siga redefiniendo el concepto de paja mental, en el que ya ni siquiera necesita tirarse a una tia imagnaria, sino que se lo hace con fotos imaginarias…¿Con una mano imaginaria? luego se extrañan de que los peludos y poco metrosexuales norteños se follaran a los andalusies…

  31. Comentario de galaico67 (16/04/2012 17:28):

    Y sigo sin entender porque esta repentina necesidad de atención ¿Le han abandonado y ha vuelto con su mejor amiga?

  32. Comentario de galaico67 (16/04/2012 17:55):

    Por cierto, y sobre el tema de la moralidad de los buenos y civilizados britanicos y norteamericanos…
    El hundimiento del Bismarck, más que una acción de guerra fue un crimen de guerra, una venganza por la chiripa del Hood. Por cosas como esas más de un oficial alemán se echó unos años de trullo.
    Y como colofón, la neblina que tapa los bien que lo pasaron los cientos de miles de prisioneros alemanes en el “calido” invierno del 45, acogidos a la civilizada, educada y acogedora hospitalidad de estos caballeros.

  33. Comentario de Otto von Bismarck (17/04/2012 11:22):

    A ver, el galiciense, se lo comento para el futuro y tal. En esta nuestra amada LPD, en alguna ocasión en que no he pillado una broma y he entrado al trapo, cuando me han dicho -eh, que es una broma- me he limitado a disculparme con mayor o menor gracia, y no me he puesto a hacer lo que sea que está haciendo, mayormente embestir molinos de viento. Que comparado con usted alguien como yo que escribe el verbo abrir con h parece atesorar la clase de un lord inglés (de los que no matan gente, se entiende).

  34. Comentario de galaico67 (17/04/2012 11:41):

    Me aburr…y le felicito por su clase y tal

  35. Comentario de Quebec (17/04/2012 15:10):

    Galaico, lo del hundimiento del Bismarck…¿Es ironía no? Conste que los británicos fueron los primeros culpables de que Hitler llegase a donde llegó con su política de apaciguamiento, permitiendo que devorase la unica democracia de Europa Central, traicionando el pacto de Stresa para pactar por cuenta propia con los nazis,no interviniendo en España en la guerra civil e inhibiendo a los franceses a intervenir… Eso para los británicos con sentido crítico habrá de pesar en la conciencia por los siglos de los siglos y amén. Conste que cometieron desmanes contra la poblacion civil como los demas. Conste que mientras acusaban a los submarinos alemanes de crimenes contra la humanidad se dieron casos de submarinos ingleses en Noruega que ametrallaban a los supervivientes. Pero no sé, lo del Bismarck fue una accion de guerra plenamente legítima. La clara venganza que fue Nuremberg, dicho esto por los mismos miembros del tribunal es algo muy distinto.

  36. Comentario de galaico67 (17/04/2012 16:19):

    Bueno, lo del Bismarck no es ironia,al menos no del todo. El Bismarck se cargó al Hood, dejando solo un par de supervivientes y luego fue cazado a conciencia.
    Al fina fue torpedeado en el timón, con lo que se quedó navegando en circulos por el Atlantico Norte hasta que llegó la flota de su majestad a cañonearlo. Lo cañonearon contundentemente, le desmontaron toda la superestructura a pepinazos y llegaron a la conclusión de que no podían hundirlo a cañón – en este caso ya no hablamos de un barco de guerra, sino de un cascarón, blindado pero cascarón- y acabaron rematandolo con torpedos – o hundido por su propia tripulación, segun versiones-. Una vez rematado, con parte la tripulación en el agua- unos 800 hombres- y el mar habitual por esas latitudes, salieron por patas por una posible presencia de submarinos en el area, pasando de destinar medios a recoger supervivientes. Al final se recogieron 110. Por ese tipo de cosas, no recoger supervivientes por no delatar posición/no exponerse a fuego antisubmarino se juzgó a más de una tripulación de submarinos.
    http://es.kbismarck.com/rheinubung.html
    Y si puede ser legítimo, pero tampoco es como para andar presumiendo de fairplay, es muy medieval, es lo que en las peliculas hacen siempre los “malos”, ya sean indios liquidando cuchillos largos, sarracenos acuchillando cruzados ó nazis a paracaidistas , exterminar a sus enemigos.

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