De qué hablo cuando hablo de correr – Haruki Murakami
– Run Forrest Run –
Como salir dispuesto a hacerle el amor, y lo que no es precisamente amor a Tyra Banks, y volver sodomizado por M.A. Barracus. Salvando distancias, este trauma es el mismo que diariamente sufren por todas latitudes del planeta cientos de miles de personas cuando salen con intención de mejorar su forma física y estilizar su figura, y regresan al hogar con cara congestionada, tosiendo tras regurgitar bilis y todavía les queda aguantar durante la semana siguiente dolorosas punzadas a causa de múltiples agujetas. Todo debido al ejercicio de la actividad deportiva que es correr, así como suena, ponerse a mover las piernas voluntariamente, sin más. ¿Y esto por qué cojones ocurre?
En las sociedades más evolucionadas, donde no hay necesidad de huir de depredadores de mayor tamaño y en las que durante periodos de estabilidad social la ciudadanía no requiere escapar de los cuerpos de seguridad del Estado correspondiente, vayan estos a pie, a caballo o en tanque, tal práctica suele verse reducida a breves carreras tras el autobús. Como en comunidades sobrealimentadas y sedentarias estas ocasionales esprintadas no son suficientes para mantener las armonías corporales dictadas por el Apoxiomeno, se ha instaurado como hábito entre parte de la población el copar los pocos espacios verdes de las grandes ciudades vestidos de extras de Flashdance con la intención simple de correr, o hacer footing, que para entendernos es la misma mierda mentada de distinta forma. Ni tan siquiera un país machote como el nuestro, en el que durante siglos se señaló al grito de “puto maricón” a aquel que osara lavarse las manos tras orinar, ha resistido la progresiva instauración de esta metrosexual actividad.
Sufrir para estar sano y sufrir para estar bello. Y es que en estos tiempos de glorificación de la apariencia física los seres humanos se ven empujados a cierto tipo de prácticas, por qué no reconocerlo, algo tontas vistas desde fuera. Y aunque aquí, en nuestro particular santuario, sabemos de sobra que a todos ustedes les ocurre como a mí, que poseemos una genética privilegiada, y aun así no necesitamos de tales artificios para ser el centro de la fiesta, debido al magnetismo de nuestra fascinante personalidad que nos convierte en los soles de nuestros particulares sistemas, por curiosidad antropológica les traemos un singular ensayo del escritor japonés Haruki Murakami.
Hay tíos que son lo que decimos de puta madre. Son los que te convencen un martes para salir y aceptando a regañadientes acabas pasando una noche cojonuda e inolvidable, son los que siempre llevan grupos de amigas a las fiestas, los que hacen los mejores chascarrillos mientras ves el fútbol, los que te invitan cuando te quedas sin dinero. Haruki Murakami se ve que no es un tío de estos. Más bien es un tío introvertido, callado, solitario, de esos en los cuales tras su mirada perénnemente taciturna se intuye un gran mundo interior. Es decir, Haruki Murakami es un coñazo de tío para salir de cañas y/o copas. En sus propias palabras…
“…yo soy de esos a los que no les produce tanto sufrimiento el hecho de estar solos. Correr cada día completamente solo durante una hora o dos sin hablar con nadie, o pasar cuatro o cinco horas escribiendo a solas y en silencio frente a una mesa, no me resulta especialmente duro ni aburrido.”
Y como sosainas que es el menda, prefiere salir a correr él solo antes de quedar a jugar una pachanga con los colegas. Sus razones tiene, al hombre le gusta pensar y meditar, y el acto de correr, si se supera el periodo inicial de asfixia, favorece la concentración y el libre discurrir de los pensamientos, cosas del mens sana in corpore sano.
Autor multiventas, de entre otras la celebérrima novela “Tokio Blues” (“Norwegian Wood”), con nutrido grupo de fans y admiradores y tachado de escritor pop desde la crítica de su país, debido en parte a su tirón popular, y en parte a una clara tendencia a occidentalizar su obra, cosa que desde aquí agradecemos, ya que anteriormente nos hemos declarado lo que viene siendo lo justo, en cuanto a amigos de las profundas enseñanzas orientales, Murakami nos habla aquí de su particular afición y qué le llevo a escogerla como hábito frecuente.
Es comprensible el éxito de este escritor. Murakami es un escritor que a través un vocabulario sencillo y una sintaxis poco rebuscada logra trasmitir en ocasiones sensaciones complejas y empatizar con sus lectores. Se agradece la forma honesta y humilde que desprende toda la narración en la cual no se buscan enseñanzas superiores ni grandes reflexiones. La parte más lograda del ensayo es el paralelismo que establece entre correr y afrontar la cotidianidad de la vida, cuando esta se nos pone cuesta arriba, ya sea afrontando la constante rutina, o retos excepcionales como leerse todos los tomos de Juego de Tronos. En el caso concreto de Murakami, su fortaleza y determinación como atleta vocacional es equivalente a la que tiene como escritor profesional.
“Para mí, escribir una novela es enfrentarse a escarpadas montañas y escalar paredes de roza para, tras una larga y encarnizada lucha, alcanzar la cima. Superarse a uno mismo o perder: no hay más opciones. Siempre que escribo una novela larga tengo grabada esa imagen en mi mente.”
Y lo cierto es que agrada cómo puede hacerse interesante un relato sobre una actividad tan a priori tediosa como es correr por correr. ¿Lo recomendamos?, pues depende. Si es usted practicante de esta aburrida rutina, ya sea en plan amateur o flipado de triatlón, pues sí, aunque matizamos que Murakami se define como corredor popular y para ellos principalmente escribe. O a lo mejor si lo fue y busca alguna motivación para calzarse sus viejas zapatillas, tal vez también ponerse unas nuevas y fardonas mallas fosforitas, y salir al parque a lucir prietos glúteos y paquete imponente, quizá aquí encuentre algún estímulo. Por si acaso les da la vena, cuídense los flatos.
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Comentario de Alfredo MG (01/09/2011 11:21):
Como practicante de trote cochinero desde hace años, hasta que unas afortunadas molestias en la rodilla me lo han impedido, el libro me pareció agradable y sencillito. No he leído otra obra del autor y no puedo comparar, pero me sorprendió su prestigio literario. Más que un pequeño libro de memorias sui generis hecho por un novelista me parecieron las impresiones de un corredor popular que redactase bien.
Su figura de novelista-corredor es curiosa, y también su humildad. No responde en absoluto al modelo de escritor al uso. Más bien da la sensación de ser un tipo con graves problemas para relacionarse que toma la escritura como terapia, algo también curioso en alguien que regentó durante años un club de jazz. Tiene el libro también algunas reflexiones sobre la creación que me gustaron, sobre todo cuando indica que proceden de ciertos lados “oscuros”.
En fin, es una obra para gente que practique ese deporte. Me gustó pero no creo que lea nada más de este hombre. Su estilo, como digo, me pareció más de redacción que de literato. Correcto pero sin imaginación. Puede que me equivoque y que en sus novelas sea magníafico.
Comentario de NMJ (01/09/2011 12:10):
Pudiendo leer los 5 tomos de Juego de Tronos a ver quien es el guapo que se lee al Hakikumi ese. Que le follen un rato.
Comentario de BunnyMen (01/09/2011 12:32):
#1 Las mismas impresiones tuve yo con este. Le puedo decir que he leído tres de sus novelas, “Tokio Blues” en mi opinión buena, de adolescentes japoneses con sus típicos problemas de adolescentes japoneses que terminan suicidándose la mayoría como buenos adolescentes japoneses que son, pero bien narrada. Luego “Sputnik, mi amor” muy regulera, y “After Dark” una puta mierda. Referenciar “megahits” del FNAC es una tarea ardua.
En cuanto a prestigio creo que aquí va mucho en el gusto, tengo entendido que la crítica de su país no le trata muy bien. Hace poco estuvo por España recogiendo premios, en plan azorado, como no…
http://www.elpais.com/articulo/cultura/cena/gallega/Murakami/elpepicul/20090314elpepicul_1/Tes
#2 Es que donde este JdT …
Comentario de emigrante (01/09/2011 12:36):
En algún momento menciona los efectos psicotrópicos de practicar deporte? A mí nunca me ha pasado pero muchos aficionados aseguran que al cabo de un rato se llega a un estado eufórico en el que uno tiene la sensación de poder correr indefinidamente. De hecho creo que la mayoría de la gente que vemos habitualmente haciendo carreritas por el parque no lo hace por motivos de salud o conseguir una figura sexi sino que son adictos a ello. También dicen que ese chute es mano de santo contra la depresión. Por lo visto el Murakami es uno de esos si dice que corre una o dos horas diarias.
La verdad es que envidio a esa gente que con media hora de trote o un rato de yoga consigue renacer de sus cenizas, sicológicamente. Yo soy diesel, como dice un colega mío, y necesitaría dos maratones seguidos para conseguir un orgasmo de esos. Por eso prefiero deportes de larga duración como la montaña. Además tengo una mala postura en el tobillo que me produce un juanete en el pie izquierdo y dolores en la rodilla cuando camino, corro o estoy mucho rato de pie, cosa que, paradójicamente, no me sucede cuando transito por senderos solo aptos para las cabras.
Comentario de Yo mismo (01/09/2011 12:52):
Alfredo, por desgracia soy uno de esos fans que se engancharon al sosainas este hace años, mucho antes de que se empezasen a traducir sus obras al castellano (las leí en inglés, no soy tan friki como para leer en nihon-go) y no me resisto a corregir tu frase “Correcto pero sin imaginación”. Como bien ha intuido Bunymen este pollo tiene tanta vida interior que muchas de sus novelas hacen que parezca un chiste el adjetivo mágico del realismo idem latinoamericano. Si alguién se quiere meter un chute recomendaría “Crónica del pajaro que dió cuerda al mundo” (creo que en España se públicó con ese nombre tan peregrino). Aunque es posible que os de por pegaros un tiro. Avisados quedais.
Comentario de BunnyMen (01/09/2011 13:22):
Emigrante, si que menciona a veces el efecto de “correr infinito”. Yo en ocasiones he entrenado mucho, ahora ya no tanto, si he sentido esa sensación de poder correr indefinidamente, cuando se consigue cierta forma sienta bien por eso de que el organismo libera endorfinas para compensar el dolor muscular, pero no la llegaría a definir la sensación tanto como psicotrópica.
Yo_mismo, a mi el pollo, cuando se mete en temas de “realismo mágico”, me deja la impresión de que me toma en pelo como si de la serie “Lost” se tratara, no se molesta en explicar de donde viene ese componente sobrenatural, “Tokio Blues” me gusto por que no metía ese tipo de elementos.
Comentario de BunnyMen (01/09/2011 13:25):
Psicotrópico me ha parecido más darme cuenta de esto…
Del artículo anterior (http://www.lapaginadefinitiva.com/2011/08/30/puro-espectaculo-en-las-highlands-escocesas/ ):
“Imagínese que Usted fuese un tio/a bueno/a, no tanto como los redactores de LPD, pero casi, y fuese por ahí de caza el fin de semana, y que siempre cayese alguno/a. Mojar todas las semanas, ¡así de fácil!”
De hoy:
“Y aunque aquí, en nuestro particular santuario, sabemos de sobra que a todos ustedes les ocurre como a mí, que poseemos una genética privilegiada, y aun así no necesitamos de tales artificios para ser el centro de la fiesta, debido al magnetismo de nuestra fascinante personalidad que nos convierte en los soles de nuestros particulares sistemas…”
Comentario de Conde (01/09/2011 13:28):
#4, eso de la euforia corriendo es un cuento chino, y decir que cuanto mas corres mas te parece que puedes correr, tambien.
Objetivamente, claro, porque si es verdad que “parece que”. Lo que suele ocurrir es que uno arranca fuerte queriendo comerse la distancia y generalmente sin calentar. Entonces ocurren dos cosas a los 10 minutos: por un lado que el cuerpo ya se ha puesto en su sitio diciendole a la cabeza que se vaya a la mierda y que ahora el ritmo lo van a poner las piernas y los pulmones, no lo rapido que a ti te molaria correr, y por otro, que los musculos (corazon incluido) ya han entrado en calor y no duelen ni se sienten.
Pero evidentemente, cuanto mas corras, mas te cansas, esa es la realidad fisica. Ademas, te daras cuenta que puede que te sientas mejor con el paso de los minutos, pero a costa de disminuir el ritmo, aunque a ti no te lo parezca.
Os lo dice uno que ha corrido lo suyo, creedme.
Y de postdata, decir que no tengo tildes, lo siento.
Comentario de Alfredo MG (01/09/2011 13:43):
Lo de correr sí es verdad que mentalmente ayuda. Hablo de correr al ritmillo que uno pueda poco más de media hora. Se entra en un estado mental distinto, en plan soliloquio o runrún raro. Ayuda incluso a salir de algún pequeño atolladero cotidiano, por ejemplo laboral o creativo. Y al terminar los efectos “antidepresivos” duran unas horas. En otros deportes el efecto “antidepresivo” es similar, pero no se entra en trance como con el footing, puesto que tienes que estar atento a que no te den un balonazo en la cara o las propias pesas que has levantado te caigan en el tórax.
Comentario de Otto von Bismarck (01/09/2011 16:52):
Joder, veo que va usted a por la plaza de profesor titular herr Bunnymen. Si quiere retomar su serie de desrecomendaciones le sugiero una delicatessen que me leí este invierno y que hasta yo he estado tentado de reseñar. El alquimista de Paulo Coelho. Había leído algún artículo de este vendedor de alfombras, pero este libro me sirvió para rememorar un excelente personaje secundario de los Simpsons, un charlatán dedicado a la autoayuda que convencía al pueblo de que fueran todos como Bart. Dando con ello lugar a un excelente gag: el festival “Haz lo que te de la gana” que sustituye al festival “Haz lo que te ordeno” instaurado por colonos alemanes en el 46.
Por cierto, que sería interesante saber cuantas de las seguidoras entusiastas que defendían juego de tronos son también seguidoras del brasileño.
Y sobre este libro ni idea, pero así, en general, yo estoy a favor de que la gente se corra.
En fin, qué mes de agosto se han tirado aquí, se toman en serio lo de levantar el país.
Comentario de karpov (01/09/2011 16:56):
yo tendré que ver cómo termina 1q84 para ver si es un golazo como una catedral o qué.
si alguien, ebrio de japonesismo y de ‘quiero más de esto’, se equivoca y abre un libro de banana yoshimoto, desde aquí le pido que reconsidere su decisión o deponga su actitud al instante. la madre que la parió.
Comentario de karpov (01/09/2011 16:57):
sobre correr, ayer hice nueve kilómetros en una becicleta plegable. estoy intratable.
Comentario de Álvaro (01/09/2011 17:34):
yo también tengo una bici plegable, karpov, esto ¿conoces grinder?
Comentario de BunnyMen (01/09/2011 17:35):
Ufff, Herr Otto, de (des)recomendaciones ya voy servido para dar y tomar, ¿no se nota?, a mi el señor ese del que habla ya me pillo hace años con “manual del guerrero de la luz” (muy para desrecomendar ahora que recuerdo), y ya le digo que no me vuelve a ver asomar a uno de sus libros ni aunque regale “dronja” con la compra de cada ejemplar.
Karpov, sobre correr, yo lo tengo abandonado temporalmente, que en verano en Madrid es sinónimo de suicidio, lo dejo para la semana que viene si eso, luego me voy a tomar cañas, que en eso hoy si me veo intratable. Por cierto, el pájaro del artículo, que se me olvida mencionarlo en el mismo, no se le ocurre mejor forma de estrenarse en una maratón, que haciendo el recorrido original en Grecia, un mes de agosto a mediodía, el tipo casi no lo cuenta (merecido se lo tendría). Luego nos venden que si la sabiduría oriental.
Comentario de Angels (01/09/2011 18:13):
No puedo opinar mucho del libro, sabía de su existencia por algunos párrafos que había leído en algún momento, pero poco más, así que opino de lo que sí he leído que es este artículo. La verdad es que para no saber nada de ese autor ni tampoco ser excesivamente forofa del tema del que trata el libro en cuestión, he disfrutado leyendo el artículo, vaya, que me ha gustado, así que me apetecía dejarlo aquí reflejado..
#7 y ya que estamos…me asalta la curiosidad….dónde está ese santuario?? ;)
Comentario de enduguito (01/09/2011 23:32):
Muy desrecomendable, coincido con ustedes. De hecho, no llegue ni a terminarlo y se lo devolví a la persona que me lo regaló para que pudiera recuperar el dinero. Pero peor que el libro es, sin duda, la propia personalidad del escritor. Deja un bar de jazz de mala muerte, para dedicarse a hacer escribir estas mierdas y para correr maratones. Estoy convencido que la primera de Atenas le dejo secuelas.
Comentario de enduguito (01/09/2011 23:35):
Pido disculpas por el feo queismo de la última frase del comentario anterior.
Comentario de SinanPacha (02/09/2011 01:14):
Tengo un imborrable recuerdo de “El Pajaro que le da cuerda al mundo”. Libraco negro, de tusquets encima de la mesa del piso que una cooperante guapérrima me había dejado para pasar mi primera semana en un improbable país latinoamericano. Yo quería compartir mi vida con ella, o al menos zumbármela, pero prefirió pasar aquella semana santa en brazos de un italiano sensible que rasgueaba la guitarra susurrando versiones de Battiato o algo así. Y allí estaba yo. Sonaban disparos nocturnos mientras autopatrullas de la corrupta policia local cruzaban a toda velocidad. Un volcán había entrado en erupción. Decidí pasarme esos cuatro días leyendo, doliente, al susodicho Murakami sin abandonar la seguridad de la casa. Me hice un té, preparé un pañuelo para verter viriles lágrimas de desamor. Quince páginas despues tiré el libraco a la basura y me fui a la tequilería de la esquina de donde salí ebrio y asaltado ocho horas más tarde, no tan sabio como si hubiera comprendido a Murakami, pero si más viril. Más ONVRE. He dicho.
Comentario de auskalo (02/09/2011 02:16):
Jodé, Bunnumen,
Estoy seguro que el intro de esta crítica supera de lejos al Murakami ese.
Yo, desde que leí “El Marinero que perdió la gracia del mar”, de Mishima, y más tarde supe que en el original se titulaba “El remolcador de la tarde”. No he leído nada de Japonia, porque todo viene a través de London City amoldada al gusto €.
Pero a lo que iba, el intro me ha parecido glorioso. Me he descojonado un rato. Y nunca he entendido a los que practican el sufrimiento. solitario, por deporte.
Ví la peli y tampoco es muy pallá.
¿Quiés es esa gueparda de la playa? ¿Es esa la Tyra Banks?
Ni en Yamaha la pillas.
Comentario de auskalo (02/09/2011 02:28):
Perdona las erratas, Bunnymen, he puesto media docena de puntos de más y otras chorradas. Debe ser la burri de la playa o el descojono inicial.
Comentario de BunnyMen (02/09/2011 10:00):
#18 Esa historia si que merece ser ampliada, editada y publicada. Todo mi apoyo, y mi unión incondicional frente a sucios italianos sensibles que rasguean la guitarra susurrando versiones de Battiato.
Auskalo, pues precisamente, la intro de este ensayo era buena (en mi opinión, vamos, a mi me gustó), no la encuentro (la he buscado) para que la lea, pero era buena. ¿La peli?, supongo que te refieres a la de “Tokio Blues”, yo no la he visto, pero supongo que esa historia en pantalla debe perder. Otra, si no le gusta eso de correr, el libro ni se moleste en abrirlo.
La jamelga, que ya me extrañaba que nadie lo preguntara, decepcionándome en mis meritos para ser contraportadista del diario AS, y haciéndome pensar que eran todos…si, unos maricones y unos medio omvres, es nada más y nada menos que la protagonista de “Million Dollar Baby”, la que lejos de acabar corriendo por la playa acaba eutanasiada a menos de Clint, y que no se queje que al menos no lo hizo con la mágnum 44.
Comentario de karpov (02/09/2011 10:14):
Alvaro, no me viene nada por grinder a no ser el juego llamado Grinder. y porque lo he tenido que buscar.
¿esa muchacha es la de million dollar baby? ¿para cuando un biopic sobre florence griffith?
Comentario de Nacho Pepe (02/09/2011 13:31):
#18 Enhorabuena por haberlo tirado a la basura tras quince páginas. Yo cometí el error de tragármelo entero. Pura bazofia. No sé si yo también me lo leí por amor, desamor, o por qué narices, pero no vuelvo a abrir nada del tipo ese por mucho que Bunnymen me diga que leer Tokio Blues me va a abrir las piernas de todas las adolescentes japonesas con uniforme de faldita a tablas, cual Sánchez Dragó.
Y este comentario último me debe haber venido porque he visto unas cuantas en el día de hoy, así que ya les digo que su morbo tienen…
Comentario de Barbara (02/09/2011 17:22):
Hola, me ha gustado mucho el artículo. A mi el libro me gustó mucho, supongo que fuertemente influenciada por el hecho de que corro (tb lo hago en reflexivo:-). De este autor había leido Tokio y lo aborrecí, después de jurar en arameo que nunca mais, leí El pájaro motivada por la curiosidad (dos compañeros escribieron sendos artículos ora loandolo, ora denigrándalo y quería saber quién llevaba razón) y casi perezco en el intento. Leer el libro de correr fue por tanto, una temeridad, un suicidio mental, pero, el libro me encantó. Creo que describe perfectamente cómo es lo de correr para un principiante (como soy yo) y como te sientes. De hecho, gracias a ese libro, luego he leido Kafka en la orilla y hasta estoy tentada de leer 1Q84!
Pd: pero sigo prefiriendo una y mil veces JdT.
Fdo. una adicta :-)
Comentario de Asín...nos va (02/09/2011 17:50):
Mu bien Bunny, verás como en unos días te llaman de un pidiórico importante (más importante que LPD si cabe) para hacer la crítica literaria.
Yo leí Tokio Blues y me entretuvo, quicir, libro gordo que no tiré a la mierda en la página 30, y es que a los libros gordos no hay que darles muchas oportunidades, no sea que te enganchen y acabes leyendo la saga completa esa de JdT.
El libro este de correr lo ojeé el otro día e igual se lo regalo a un colega que tiene el insano vicio de desgastar la rótula y sus cartílagos a un ritmo mayor que el que manda la santa madre naturaleza (que sí, que antes corríamos pero no vivíamos 100 años).
Comentario de sangonereta (02/09/2011 19:10):
correr es de cobardes
Comentario de sangonereta (02/09/2011 19:13):
por cierto alguien se ha tragado el librejo “El fin del mundo y un despiadado pais de las maravillas”? me lo regalaron y puedo con él. After Dark = patata. Murimoki es una moda.
Comentario de sangonereta (02/09/2011 19:14):
No puedo con él, quería desil!
Comentario de BunnyMen (03/09/2011 14:10):
Hola Barbara, decirle que el aplicar en todas sus formas el verbo correr en su vida me hace augurarle una larga vida, y sobre todo feliz, que es lo más importante. El ensayo este se desmarca del resto de la obra de Murakami, así que es posible que a mucha gente le pase como a usted, que no traguen al autor en sus novelas (o al principio como te paso a ti) pero puedan leer este libro. En cualquier caso y como ya hemos dicho aquí y en comentarios, circunscrito a que a uno le guste la actividad esa de hacer footing, maratones, etc.
Asín…nos va, si su camarada tiene ese insano vicio, el libro supongo que le gustara. En otros casos queda desrecomendado.
Sangoreneta, el libro que dice yo no lo he leído. Mi experiencia con Murakami esta resumida en #3, donde estoy de acuerdo con usted en que After Dark = patata. Por lo demás, a mi este hombre, unas me ha gustado y otras menos, pero tanto como no poder con él no me ha pasado. En el peor de los casos cuando un libro suyo no me ha gustado se debe más al desenlace, por sus cosas de meter elementos sobrenaturales y dejarlos sin explicar, no por que en el “durante” se me haya hecho tedioso.
Gracias por los comentarios.
Comentario de Javi (04/09/2011 05:57):
Sangonetera, la idea es original y tienes su aquel, pero vaya tostón…