Crematorio (Jorge Sánchez-Cabezudo, 2010)

Todo se desvanece

Hasta hace unos pocos años, ver cine español era algo que tenía muy mala fama. No digamos ya encima reconocer que no estaban del todo mal las películas españolas. Denigrar el cine español era una actividad de identidad social. En esta dinámica confluyeron diversos factores, y hay explicaciones muy variadas. Unos dicen que la campaña de descrédito se acentuó con el “No a la guerra” por parte de los representantes de la Academia de Cine, es decir, por su toma de postura en contra de la guerra de Irak. Otros retroceden más en el tiempo y afirman que el origen de esto se encuentra en la etapa de Pilar Miró como Directora General de Cinematografía en los años 80. Una etapa que estableció las bases de las políticas de subvenciones, que primaban la realización de películas de autor en detrimento del cine comercial o de género. Y hay quien ve la mala imagen del cine en los subgéneros populares de la transición a la democracia, especialmente en las películas de destape o en los panfletos humorísticos de Mariano Ozores (cintas como Todos al suelo o ¡Que vienen los socialistas!, ambas de 1982). En cualquier caso, que el cine español tenía muy mala prensa es algo que todos sabemos.

Pero esta línea ha cambiado en los últimos años cuando han empezado a dirigir películas gente nacida entre los años 60 y 70. Se trata de directores con un bagaje cultural norteamericano, que ya no están obsesionados con la nouvelle vague ni con dejar su marca de autor en planos generales de diez minutos de duración. Cineastas que, es más, cuando reivindican su autoría lo hacen desde presupuestos estadounidenses: uno de los ejemplos más claros sería el de Álex de la Iglesia, cuyo cine toma a Quentin Tarantino como maestro principal. Y son directores que han apostado por algo también muy norteamericano: el cine de género. De hecho, si repasamos los últimos éxitos de las películas españolas, nos encontraremos con cintas adscritas a un género muy concreto (el terror en el caso de REC o El orfanato) o bien con películas que conjugan la tradición cultural española con una narrativa también de género de Hollywood, como el caso del drama (Camino), el musical (El otro lado de la cama), la comedia de aventuras (La gran aventura de Mortadelo y Filemón) o incluso la comedia policiaca pasada por el filtro del esperpento (la saga de Torrente). Caso aparte es el de Almodóvar, sobre todo porque su éxito y reconocimiento han llegado en mayor medida fuera de España.

Esta influencia progresiva y de carácter generacional de la cultura norteamericana en la española se está produciendo también en la televisión. Uno ve el programa de Andreu Buenafuente y no ve más que un calco de los late nights de David Letterman y Conan O’Brien. No es que el tío copie la estructura del programa (monólogo introductorio, entrevistas, secciones humorísticas, etc.), sino que también copia todos los elementos del atrezo (como la taza o el micrófono decorativo sobre la mesa) y situaciones (los diálogos humorísticos con un músico de la orquesta). Eso sí, quitándole todo el coraje y el humor sarcástico y político de Letterman y O’Brien y sustituyéndolo por un humor blanquito y bastante inofensivo. Esta copia descarada se da en diversos géneros y formatos de programas, que importan directamente, a modo de franquicia, la matriz norteamericana (pensemos en concursos como El precio justo o La ruleta de la fortuna). Ahora le llega el turno a las series de calidad, a las series de la HBO, que llevan años ganándose una gran reputación como productos que prestigian toda una cadena.

Ése es el modelo que ha adoptado recientemente Canal Plus con la emisión de Crematorio, una serie de ocho capítulos que narra los tejemanejes de Rubén Bertomeu (encarnado por José Sancho), un constructor inmobiliario de la España actual. La serie está dirigida por Jorge Sánchez-Cabezudo, especialista en series de televisión y autor de una magnífica película, de ésas en las que no se piensa cuando mola meterse con el cine español: La noche de los girasoles (2006). Se basa en la novela homónima de Rafael Chirbes, en que se disecciona la podredumbre de un sistema que convierte a un especulador inmobiliario vinculado a la mafia en el modelo del empresario español. Lo único que le falta al personaje de Bertomeu es presidir un club de fútbol para redondear el retrato. Por si fuera poco, la serie tiene una muy buena factura técnica y los actores hacen un trabajo impecable. Como ven, hasta aquí todo perfecto. El problema surge cuando empiezan a circular las campañas de marketing, centradas en la idea de que Crematorio sería el equivalente español a The Wire. Y no es por ir en plan listillo fanático gafapastoso y casual-wear por la vida, pero es que hay comparaciones que sobran. Porque no basta con poner policías, cacos, pistolas, ladrones y corrupción en una cazuela para que lo removamos y nos salga un buen producto de género. Para eso hace falta algo más, y, sobre todo, hace falta un trabajo mucho más concienzudo a la hora de escribir los guiones, perfilar a los personajes y trazar las situaciones. Porque los problemas de Crematorio derivan, precisamente, de que da la sensación de que ha habido demasiada prisa por tener cuanto antes al The Wire español en antena.

Nos detendremos en el dibujo de los personajes. Se ve que alguien ha dicho que los tíos duros, cuanto más serios, más duros son. Y en esta serie todos los personajes llevan todo el rato un gesto en la cara a medio camino entre el estreñimiento y un enfado vital que no se entiende muy bien. No se entiende porque no hay conflicto. Están todos los personajes como fastidiados, cabreados, pero siguen forrándose, ganando pasta, follando con mujeres mucho más jóvenes y expandiendo su poder. No se entiende que el personaje de Bertomeu esté todo el rato de mala leche cuando ni siente remordimientos por su pasado ni tiene intención de cambiar sus métodos. Él sigue a lo suyo, a sus métodos mafiosos para quitarle los terrenos al agricultor que se niega a vender su propiedad. Únicamente al final de la serie, cuando está asediado por la justicia y ha sufrido un infarto, únicamente en ese momento es cuando le sale un atisbo de humanidad y va a visitar al agricultor para hablar con él. El agricultor, que está hasta los mismísimos de Bertomeu, lo recibe matándolo de un escopetazo. Moraleja final: el empresario malo malote no sólo se arrepiente de sus pecados, sino que también muere, por justicia poética. ¿Se imagina alguien un final así en The Wire en el que los culpables pagaran con su vida por sus pecados?

La respuesta es la misma para otra pregunta. ¿Es comparable la corrupción que aparece en Crematorio con la de The Wire? Digamos que aquí vemos una corrupción de muy baja intensidad. Básicamente, los corruptos son gente que no llega a infiltrarse del todo en el sistema: el abogado de Bertomeu (sólo un abogaducho), el mismo Bertomeu, un concejal de urbanismo y un policía chivato que, a la hora de la verdad, deja de pasarle información al abogado del constructor porque, claro, él es policía al fin y al cabo. No aparece ni siquiera un esbozo de una corrupción más generalizada ni en el cuerpo policial ni en la justicia, que funciona en la serie como un reloj. Con toda la tela que hay que cortar a la hora de hablar de la corrupción urbanística en la costa española, el escalafón político más alto al que apunta Crematorio es el de un concejal de pueblo. Lejos de ser una crítica de la corrupción, la serie supone una exaltación del funcionamiento de las instituciones, que consiguen acabar con un empresario corrupto y su entramado. Es en ese momento cuando uno comprende que está viendo una serie de ficción en la que el nombre del pueblo es ficticio como también lo es la realidad del país que por lo visto retrata.

Pero lo peor es que ni siquiera se trata de un producto novedoso. Son demasiadas las deudas que tiene Crematorio con la película La caja 507 (Enrique Urbizu, 2002). En la cinta de Urbizu ya se explicaban las prácticas especulativas para burlar la ley (la quema de montes para recalificar terrenos), ya se mostraba la presencia de grupos mafiosos que campaban a sus anchas, y se apuntaba aún más alto a la hora de denunciar la corrupción, ofreciendo un retrato totalmente desolador del negocio de la construcción en España, un negocio en el que ni siquiera se duda a la hora de matar a alguien. Frente a esto, sí, Crematorio será una serie de tíos duros, tíos serios que nunca se despiden en una conversación (porque eso es muy de tíos duros, irte sin decir ni adiós), con guiños a El padrino (la hija que hereda el imperio del padre y que va metiéndose poco a poco en el fregado pese a sus reticencias) y en la que salen algunos corruptos, pero poca cosa más. Se alarga demasiado una historia a lo largo de ocho capítulos (de una hora cada uno), produciéndose el efecto contrario al de The Wire: mientras en la serie norteamericana se usaban los recursos televisivos para narrar una historia con la amplitud a la que no puede llegar el cine, en Crematorio las situaciones son tan escasas y están tan ralentizadas que parece una película alargada.

Con todo, resulta encomiable el esfuerzo de realizar una serie del pedigrí HBO en España. Pese a que se trate de una serie que, una vez vista, resulta muy discutible por defraudar tanto las expectativas que genera, hay que valorar el hecho de que se dé un paso en un camino que no está apenas andado. Claro que The Wire es diferente, pero porque pertenece a una tradición audiovisual que lleva casi cien años haciendo ese tipo de productos. Es por eso que hay que situar Crematorio en el contexto de un país en el que los medios de comunicación apenas rascan los casos de corrupción, en el que los empresarios modélicos son quienes se dedican a especular con el suelo y a generar burbujas financieras y en el que los partidos políticos mayoritarios lo único que han hecho ha sido intervenir en un ayuntamiento (el de Marbella) que escapaba de su órbita de poder. Con estos mimbres, que la televisión en España abra al menos estas nuevas vías es una grata noticia. De seguir por ahí, el éxito de público llegará y, como con el cine, la superación de la vergüenza que da hoy en día ver televisión en nuestro país.

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  1. Comentario de varo (23/06/2011 08:35):

    El problema de copiar productos es que parece obligatoria la comparación, aunque puede que venga también por esa cosa, tan española, de mirar con envidia y odio el jardín del vecino; sin tener nada que ver, yo me vi forzado a comparar “La celda 211” con “Un profeta” así por el rollo carcelario y por ser la mejor película de cada país en el momento. Perdíamos por goleada.

    También hay un punto injusto en este caso: los gringos se dedican a hacer miles de series por minuto y sólo hay un The Wire. Si la comparas con gilipolleces tipo “El ala Oeste” o así igual no quedamos tan mal.

  2. Comentario de Guillermo López García (23/06/2011 08:41):

    Magnífica crítica, Manolo. A mí Crematorio me gustó, porque al menos la historia tenía un mínimo de recorrido, resultaba bastante veraz (es verdad que al final parece que la justicia española es como la sueca; pero previamente asistimos a unos 20 años de robos, extorsiones mafiosas y enriquecimiento a mansalva, con Bertomeu mangoneando todo lo que quiere y más) y apunta hacia un modelo televisivo mucho más interesante que el de Ana y los 7 y demás mierdas audiovisuales que suelen hacerse en España. En fin, que la serie se deja ver.

    Es totalmente cierto lo que dice Manolo de que Crematorio intenta seguir, en muchísimas cosas, el “modelo HBO”, y que este está mucho más depurado. Pero recordemos (y así, de paso, generamos polémica y comentarios en este artículo conforme desviamos el tema) que HBO también ha producido mierdas de entretenimiento fácil como Juego de Tronos o True Blood.

    Un cordial saludo

    PD: varo, me ha mentado Usted al padre metiéndose con El Ala Oeste. ¿Cómo se atreve? ¿Es que no sabe que para mí El Ala Oeste es como Juego de Tronos?

  3. Comentario de Garganta Profunda (23/06/2011 08:44):

    Yo empece a verla con ganas, sobre todo para ver como coño habían adaptado una novela tan dura/dificil/compleja al lenguaje televisivo.

    Creo que arranca bien, pero la serie se acaba diluyendo como un azucarillo. No llega a exprimir todo ese inmenso magma de mierda y corrupción que puebla nuestras costas. Pero bueno, al fin y al cabo es un buen intento. Mejor “Crematorio” que “Los Serrano”…

    Resumiendo, “Crematorio”, lo que pudo ser y no fue…

  4. Comentario de varo (23/06/2011 09:30):

    Recuerdo un episodio en el que a Barlett-Obama unos eskinjers le disparan un montón de tiros fallando por poco. Todo muy dramático y tal y al episodio siguiente está el tío indultando a un pavo o no se qué, y del tiroteo no se vuelve a hablar en toda la serie. Un atentado contra el presi de ¡USA! ¡USA! ¡USA! y resulta una chorrada, minucias para relleno de telediario, claro que sí.

    Mi capacidad de suspensión de la incredulidad puede aguantar a zombis con espadas laser montados en dragones, pero todo tiene un límite.

  5. Comentario de sangonereta (23/06/2011 10:17):

    no hombre no! no fue así, el atentado a Barlett deja secuelas en todo el gabinete, principalmente en Josh que se queda medio pirao. Por otro lado, entiendo que no mole, el Ala Oeste es friki.

  6. Comentario de NMJ (23/06/2011 10:19):

    No he visto la serie, así que con permiso de Sinde me la intentaré bajar via emule/bitTorrent. Por lo que contáis, quizás estemos ante la primera piedra en el camino a renovar la industria cinematográfica nacional.

    Con respecto al Off-Topic “Ala Oeste”: Creo que el mejor presidente de EE.UU. que ha tenido la pantalla ha sido Jack Nicholson en Mars Attack, película realista a más no poder.

  7. Comentario de desempleado (23/06/2011 10:37):

    Es obvio que la serie no llega ni a la altura de los zapatos de la novela. Un inciso, recomiendo a todos los lectores de está página que se metan entre pecho y espalda la obra completa de chirbes puesto que merece la pena, eso sí, no hagan como un servidor y léanla en orden cronólogico. Como iba diciendo, la serie tiene sus lagunas, no obstante si la comparamos con la mayoría de ficción hecha en este país es una maravilla. Nop nos pongamos estupendos, no pidamos peras al olmo. Todo llegará. Más aún, podríamos decir que “nosotros” no somos televidentes normales, lo que implica que nuestro grado de exigencia es ligeramente superior a la media. “Crematorio” en antena 3 a las diez de la noche y sin anuncios tendría unas consecuencias francamente interesantes.

  8. Comentario de Judge Dredd (23/06/2011 10:40):

    Pues yo no la he visto, y tengo dudas sobre si hacerlo.

    En parte, porqué como bien apunta Manolo, yo he llegado a leer comparaciones con The Wire, y ojo, eso es sagrado y no admite comparaciones posibles.

    Resumiendo: que tengo temor a que me decepcione y, en un tema tan jugoso y que tanto y tanto hay que contar como es la corrupción urbanística en este país, creo que vale la pena ir a por todas y hacer un producto excelso. Tienes todos los ingredientes para fabricarlo, y además, la gente va a antender de lo que le hablas porqué le suena. Si no te sale una virguería de serie que ocupe unas cinco temporadas, como mínimo, es que nos hemos quedado en el intento.

    En cualquier caso, el verano es largo y si no me leo Juego de Tronos, igual me animo, hoygan.

  9. Comentario de mictter (23/06/2011 11:08):

    Desempleado, suscribo las alabanzas a Chirbes. Ya estoy tardando en leer “Crematorio”. Después de leer la crítica de Manuel, no creo que pierda el tiempo viendo la serie, mejor volver a ver una de las temporadas de “The Wire”, elegida al azar.

  10. Comentario de Andrés Boix Palop (23/06/2011 13:22):

    La novela es muy buena, aunque exigente por el tipo de escritura.

    No he visto la serie, pero respecto de la novela creo que se puede decir lo que es la realidad de la manera de hacerse rico con el urbanismo en este país. Que no consiste en que uno tenga comprado a policías, políticos y fiscales sino en confiar en la incompetencia y pasotismo de todos ellos, en que ante un tipo poderoso y con pasta tratarán de estar a buenas y en que la cosa tire lo que tenga que tirar. Y luego, si hay que comprar a alguien, pues al pringadillo de turno, sea concejalillo o poli local de tres al cuarto, para que te haga alguna cosilla de poca monta. Todo ello en medio de la comprensión y pasotismo generalizado de la sociedad, que mientras tenga la sensación de que se genera riqueza y se “mueve” dinero pues todo lo ve bien. O no muy mal. Y a la marcha.

  11. Comentario de Sangre de fuego (23/06/2011 13:25):

    Ojito al lamentable comentario de Andrés sobre la novela, en plan perdonavidas diciendo que es una novela “exigente”. ¡De qué vas, tío! Pedante, más que pedante. Como si los que leemos Juego de Tronos no pudiéramos acceder a leer a Chirbes. Sois gentuza, joder.

  12. Comentario de Jiri (23/06/2011 14:00):

    Visto el undécimo comentario, propongo que todas las entradas en esta sacrosanta casa empiecen llamando burros garrulos analfabetos a los fans de Juego de Tronos, para luego ya entrar en materia, bueno, eso y un buen himno a tope decibelios para ir haciendo amigos.

  13. Comentario de Andrés Boix Palop (23/06/2011 14:04):

    Por cierto, que el estilo de mogollón de descripciones chorras y diálogos constantes de Juego de Tronos es, en efecto, opuesto al de la obra de Chirbes, donde por no haber no es que no haya diálogos, es que no hay puntos y aparte.

  14. Comentario de Manuel de la Fuente (23/06/2011 14:30):

    Entiendo lo que dices, Andrés, pero es que creo que ese pasotismo e incompetencia no son incompatibles con una corrupción activa. Porque fíjate en una cosa: se atreven a meter mano en un ayuntamiento, el de Marbella, y sale mierda a raudales, con todo el ayuntamiento metido en el meollo. Vamos, no creo que sea cosa de un empresario, sino que se genera todo un entramado que, además, no se suele esconder mucho. Que ese entramado se genere también por incompetencia no te lo discuto. Pero no sólo por eso. Y creo que si rascaran más en muchos ayuntamientos de la costa, veríamos cosas más graves.

    En cuanto a lo que decís del episodio del atentado del Ala Oeste, yo lo veo verosímil eso de que pasen página rápidamente. En EE.UU. están muy obsesionados con los “copycats” (asesinos que imitan a otros asesinos) y están convencidos de que, en estos casos, los medios de comunicación crean un efecto de contagio. Vamos, que todo el mundo recuerda el asesinato de Kennedy, sí, pero se recuerda muy poco el atentado a Reagan, y eso que resultó herido y estuvo convaleciente. O el tiroteo de hace unos meses en que casi matan a una congresista demócrata. Sí, lo sacan los medios porque es noticia, pero no se recrean meses y meses con la noticia y, cuando pueden, la meten en el cajón.

  15. Comentario de Berlín (23/06/2011 15:32):

    No he visto la serie ni la veré, ya que aquí series españolas no abundan. El libro no lo he leído todavía (mi mujer lo ha leído en alemán y ya me ha dicho que ni se me ocurra intentarlo, que me compre la versión española)pero lo haré.

    En el fondo solo quería decir que tras 10 años de lectura regular de esta ejemplar página, no recuerdo una polémica como la del dichos Juego de Tronos. No se está pasando un poco el personal?. Que cada uno lea lo quiera, como hago yo.

    Por cierto también me compraré Juego de Tronos. Para compensar.

  16. Comentario de Hans (23/06/2011 15:56):

    Creo que la manera que enfoca Manuel el artículo es equivocada.La constante comparación con “The Wire” es una cabronada para “Crematorio”.Coño,que estás comparándola con la mejor serie de todos los tiempos.No le hagas esa putada a la serie.Qué se podría hacer un análisis mejor de la corrupción,por supuesto,que podrían mejorar otras cosas,también…pero caray,esta es la mejor serie Made in Spain que uno recuerda.Que ni Benidorm es Baltimore ni el Plus HBO ya lo sabíamos,no nos pongamos tan exigentes.

  17. Comentario de Hans (23/06/2011 15:58):

    Por cierto,a Pepe Sancho me lo imagino en la realidad como su personaje en la película,pero en vez de con edificios,con Teatres de la Generalitat

  18. Comentario de Jose (23/06/2011 16:02):

    No, si ya lo que falta es una crítica a la serie de Jorge Sanz, y compararla con la de Espartaco y Xena…

  19. Comentario de Manuel de la Fuente (23/06/2011 16:34):

    Pero es que lo trataba de decir es que esa comparación no la he hecho yo, sino que toda la campaña de marketing de la serie se ha basado en equipararla a “The Wire”. Y también intentaba decir que incluso la serie no se habría hecho si no existieran “The Wire” y la HBO. Y que bueno, ya que los mismos responsables de la serie se ponen ese listón, al menos es positivo agradecer que se siga esa línea, independientemente de que la serie esté mejor o peor, profundice más en los temas o menos.

    Saludos.

  20. Comentario de Álvaro (23/06/2011 16:35):

    Sobre el hundimiento del cine español, conocí al director de ‘Penetraciones campestres’ en Lardhy comiendo garbanzos en la presentación de un medicamento antifúngico, dijo que antes de los socialistas en España se daba dinero a todo aquél que quisiera hacer una película y que de ese modelo se pasó a que se daba dinero a todo aquél que los socialistas querían que hiciera una película. Yo ignoro cuándo comenzó el divorcio, aunque es obvio que obligar a Ozores a pasarse al vídeo para poder estrenar algo fue una canallada si luego en TVE se metía revista a precio de coltan el minuto con la excusa de que los pobres abuelillos de los pueblos necesitan esos productos. No obstante, creo que el sector cinematográfico ha sido altamente endogámico, si a eso le sumas las consecuencias de una etapa en la que hacían cine unos elegidos por su cara bonita, los nuevos aires tal vez hayan llegado por el mayor acceso a las escuelas de técnicas cinematográficas que han traído los tiempos, más allá de otras consideraciones.

    ¿Lo de Tarantino y De la Iglesia lo ha dicho el propio barbas? Es que son plenamente contemporáneos en su etapa dorada y me extraña.

    La serie creo que la veré el mismo día que empiece Juego de Tronos. Las alternaré.

  21. Comentario de de ventre (23/06/2011 18:22):

    hace un par de años empezó una serie en antena 3 que se llamaba “lobos” (creo) y los 3-4 primeros episodios no estaban mal: miguel angel sola hacía de supermafioso detenido y sancho gracia de abogado incorrupto que se tenía que corromper.

    en fin, fijense si estaba bien que la quitaron enseguida.

    j

  22. Comentario de Manuel de la Fuente (23/06/2011 19:17):

    Álvaro, el hecho de que sean contemporáneos no quita para que uno influya en el otro. Además, Álex de la Iglesia dirige “El día de la bestia” después de que Tarantino ya se hubiera convertido en una estrella mundial con “Reservoir Dogs” y “Pulp Fiction”. Yo veo muy claro que ese tratamiento grotesco de la violencia en las películas de De la Iglesia es evidente que está tomado de Tarantino.

  23. Comentario de Álvaro (23/06/2011 21:14):

    No sé, ese tratamiento grotesco de la violencia está en Mirindas Asesinas, que la rodó antes de Reservoir Dogs. Pero no te digo tampoco que no le haya influido inequívocamente. Todo puede ser.

  24. Comentario de Manuel de la Fuente (23/06/2011 22:09):

    Pero Álvaro, “Mirindas asesinas” es un corto burdísimo, no es más que un chiste filmado. Ahí pocos rasgos estilísticos se pueden ver.

    En cualquier caso, es normal que ambos sean similares, ya que tienen el mismo bagaje (ambos conocen el cine de De Palma y Scorsese). Pero uno ve “Balada triste de trompeta” y ve a Tarantino por todos lados.

  25. Comentario de lovelesss (24/06/2011 02:00):

    A ver… claro que no es The Wire pero nada es The Wire. Dicha esta obviedad, pongámonos picajosos.

    Sí hay club de fútbol, dirigido además por un ruso (medio rumano, no?). Que prepara la recalificación del campo y echa broncas a los jugadores en los entrenamientos. ¡Viva Piterman!

    También se apunta a que el tal Bertomeu maneja y bastante “en el partido”. Una llamadita suya y se prepara el relevo del anterior alcalde (flashback). En su momento de crisis le cogen el teléfono en Madrid y le dicen que en un par de años todo solucionado.

    Lo de los tribunales si que va demasiado deprisa… y la subtrama de la nieta parece la disculpa para familias desestructuradas, alargar algo el tema y cuota tetas jóvenes (siempre bienvenidas, podrían haberse recreado más en el puticlub)

    Y ya sé que se ha comentado mucho, pero que la Comunitat haya puesto pasta para esta serie sigue motivando cierto levantamiento de ceja.

  26. Comentario de Manuel de la Fuente (24/06/2011 02:41):

    Pero el ruso es un mierdecilla al que ponen al frente de un equipillo de fútbol para despistar a la policía. Otra cosa sería que Bertomeu fuera un tío que lidera todo un equipo de fútbol con mucho señorío y demás, y al que los medios de comunicación le hicieran la pelota cada dos por tres, y no se cebaran en él por algunos problemillas legales. Eso sí que habría sido una denuncia en toda regla. La misma sensación me da con las referencias políticas, donde todo acaba al final con concejalillos, como sucedió en Marbella. Habrá insinuaciones en el guión, pero toda una disección de la corrupción en toda regla (así se nos ha vendido la serie) pues como que no lo acabo de ver.

    Saludos.

  27. Comentario de Juan Carlos I (24/06/2011 08:37):

    #22, Manuel, Tarantino y Alex de la Iglesia pueden compartir cosas, y recordarnos cosas el uno del otro, pero no creo que Alex beba de Tarantino.

    Y además, para muchos, la vision de Madrid como un lugar importante en el imaginario colectivo (excusen la pedantez) se la debemos sobretodo ¡a un vasco!.

    ¿Quien no ha pasado bajo las torres KIO y ha estado de cuerdo en que, eectivamente, su azotea en obras era un buen lugara para la llegada de Satán?

    Aunque todos sabemos que Satán elegiria ahora las torres del Madrid. Que tambien se prestarian bien para la llegada de los cuatro jinetes del apocalipsis.

    Por no hablar de la torre del valle de los caidos como lugar siniestro. Vamos, a cualquier guiri (deutsches en particular) le cuentas que todo Madrid que pasa por la A6 tiene que comerse ese obelisco nacionalcatolico por los cojones de Franco, hecho en base a trabajos forzados de presos politicos, y que no nos hemos atrevido a tirarlo aún, y flipa. Madrid y el centro del imperio, el lado oscuro.

  28. Comentario de Bunnymen (24/06/2011 09:43):

    Vamos, que esto es una versión extendida de la consigna política “la mayoría somos honrados y honestos, los corruptos una minoría, y no se puede generalizar”, en formato serie para que cale bien. Pues por mis cojones. La verdad es que leyendo la critica prefiero no ver la serie, para no aumentar más ya mi concepto de que este es un país acomplejado y de pintamonas.

    Supongo que estas palizas que recibimos al comparar nuestros productos “serios” con los yankis, se deben, al menos en buena parte, en que hay mecanismos que en España, y no voy a profundizar para no generar un debate paralelo, no funcionan nada bien para lo que deberían en un estado democrático.

    Mientras que en EEUU con todo su conservadurismo que los liberados europeos les achacamos, especialmente desde el punto de vista del progresista español medio, ese que dice que el cine hollywood es intrascendente. Y si, lo es en su mayoría, pero allí están en un punto donde en una peli comercial Wesley Snipes, persiguiendo a un quinqui de su barrio que se dedica a robar neumáticos, acaba descubriendo una conspiración a nivel mundial cuyo líder en la sombra resulta ser el mismísimo presidente de la casa blanca, entonces Wesley, en la escena final, y tras espetarle al presidente “toma sufragio universal”, le tira por una ventana tras vaciarle el cargador de su Desert Eagle 5.0.
    ¿Nos imaginamos aquí que en un aserie ZP acabe lleno de plomo a manos de Jose Ballesta?, ¿Lo hana con Rajoy?. Así que si queréis “The Wire” ibérico, ya podéis asaltar el congreso majos, o lo rodáis en vuestra casa con los clics de Famobil.

    Y esto será mientras vivamos en un país, donde si el subsecretario primero adjunto al director del ministro de turno se enfada, coge un teléfono y hace rodar una cabeza, y todos se(nos) quedan mirando como rueda al ser cortada sin que nadie reaccione, pocos productos críticos realistas veremos, si ni siquiera la prensa mayoritaria lo es, ni tiene intención de dejar de ser la pantomima que es.

    PD: A mi de entrevistas me gustaba “Lo + plus”, antes que Buenafuente, ya charlaban con los músicos.

  29. Comentario de Bunnymen (24/06/2011 09:44):

    Todo mi rollo anterior se resume en que vivimos en un país con un nivel de censura muy fuerte. Pero como lo que son tetas, en cine y tele se ven, muchos creen que no.

  30. Comentario de Bunnymen (24/06/2011 09:55):

    Y esto es un ejemplo, pero hay más, por decenas:

    http://ecodiario.eleconomista.es/ciencia/noticias/1984344/03/10/Los-ecologistas-exigen-la-emision-integra-del-documental-censurado-sobre-la-costa.html

  31. Comentario de galaico67 (24/06/2011 10:30):

    Una entrada sobre subvenciones y cine
    http://www.mimesacojea.com/2011/02/como-producir-una-pelicula-espanola.html

    y el tio está metido en el rollo audiovisual….

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