Batallas municipales. Sevilla. La conquista de la mariscada absoluta

La mayoría de las encuestas previas a las elecciones del 22M prevén un fracaso histórico del Partido Socialista en las municipales de Sevilla, encuadrado en una debacle a nivel general que puede llevar a la culminación del proyecto “Por una España Azul” emprendido por ZP en sus últimos años de inmolación, perdón, de gobierno desde La Moncloa. Perder Sevilla es catastrófico para los portavoces de Ferraz que tengan que hacer el papelón del lunes 23. También es un pesado lastre para un Griñán que ya se siente hundido hasta el ombligo en las arenas movedizas del PSOE andaluz tras la marcha de Chaves (y que por primera vez en mucho tiempo tendrá que enfrentarse en las autonómicas a un PP sin la habitual inoperancia electoral de la oposición en Andalucía, en pleno crecimiento de votantes y sin el riesgo de “arenas movedizas” -si se me permite el rebuscado juego de palabras).

Pero los finos analistas demoscópicos que pronostican la caída de “Sevilla la Roja” olvidan que no es tan relevante como parece, con los datos históricos en la mano, esta mayoría del PSOE en la ciudad. De hecho, solo en tres de las seis elecciones de los últimos 20 años el voto socialista ha superado al voto popular. Nunca en Sevilla un partido ha obtenido una mayoría absoluta en el Ayuntamiento, ni siquiera en los mejores años del felipismo, y los pactos de todo tipo que se han realizado en las últimas décadas son los mismos que han permitido al PP estar 8 años en el gobierno municipal (coaligados con los andalucistas de Rojas Marcos) y al tiempo han impedido que gobernara tras las elecciones de 2007, en las que el PP superó en votos al candidato socialista. Las mayorías de gobierno son más relevantes en las municipales sevillanas que los ranking de ganadores y perdedores. El fracaso del PSOE no será tanto no ganar al PP en votos, algo impensable habida cuenta de la tendencia a la baja de los primeros y al alza de los segundos, sino no ser capaz de evitar la mayoría absoluta que garantiza a Zoido, candidato popular, la alcaldía.

A Juan Espadas, candidato socialista, le podrán decir tras el 22M que no llore como concejal de la oposición lo que no supo defender como ex consejero de la Junta. Y tendrán en parte razón y en parte no: el candidato nombrado por el PSOE sevillano que sirvió para descabalgar al alcalde Monteseirín de la candidatura de 2011 es culpable de realizar una campaña anodina, sin discurso propio, con el manido mensaje optimista-localista de un proyecto político que lleva 12 años embarrado en las vicisitudes del poder municipal. Pero no es responsabilidad del candidato tener que luchar (en un partido como el PSOE, con una base electoral en Sevilla que ya quisiera para sí cualquiera de los candidatos socialistas en las otras capitales de Andalucía) contra los elementos. Y en esta ocasión los elementos son al menos tres: 1) una tasa de paro infernal, que si no empuja al voto de castigo, sí lleva a la masa de votantes de los tradicionales distritos socialistas a la desmovilización; 2) la tendencia del PSOE sevillano al navajeo interno, que en vez de dilucidarse en un duelo en la Plaza de España suele afectar a la elección del candidato y a la elaboración de las listas, y el lastre que ello supone para la estrategia de campaña; y 3) la indefinición en la que se mueve la maquinaria electoral socialista, que ni reivindica ni enmienda el legado de tres mandatos consecutivos de Monteseirín en la alcaldía.

Una nueva candidatura de Alfredo Sánchez Monteseirín habría llevado al PSOE a las más altas cimas del fracaso. El alcalde saliente acumula toda el desgaste de imagen que se puede acumular en una década larga de transformaciones en la ciudad: es el responsable de las obras iniciadas y también del caos de tráfico consiguiente; suya es la iniciativa de inversión en barrios y también la deuda acumulada. Pero una vez cortada la cabeza del alcalde, alguien en el PSOE que sepa de campañas electorales algo más que lo que se aprende visitando la web electoral de Obama, debió decidir qué se hacía con el legado socialista de los últimos años. Porque es ridículo y confuso que la impresión que deje Espadas en la campaña es que viene a corregir el antecedente de Monteseirín, el candidato que ha permitido que el voto socialista crezca sostenidamente desde las elecciones de 1999.

A pesar de todo, Espadas representa una renovación necesaria de la candidatura socialista (quizá por ello está recurriendo mucho en los mítines a esa joven promesa llamada Alfonso Guerra). Pero la perspectiva de que la única opción para que gobierne sea pactando con IU lastra sus expectativas, en parte por la campaña de la Sevilla “rancia” que dibuja cada día a la alianza socialcomunista como obra del diablo. Y es que ciertamente el legado del gobierno PSOE-IU no es solo carriles-bici, mejores infraestructuras en los barrios y la línea 1 del Metro. La imagen que queda es también la del caos en las decisiones estratégicas, el despilfarro en obras como el Metropol Parasol (nombre ridículo para unos parasoles de madera y hormigón instalados en la plaza de la Encarnación por el módico precio de 86 millones de euros) y los casos de corrupción que han saltado a la palestra, con Mercasevilla como “caso estrella” por la imputación del candidato de IU, Rodrigo Torrijos, y porque de este caso se derivó el escándalo de los EREs fraudulentos en la Consejería de Empleo.

El teniente de alcalde Antonio Rodrigo Torrijos podría haber relanzado su imagen como candidato de IU gastando millones en una campaña de marketing que lo presentara como la reencarnación sevillana del entrañable abuelo de Heidi, por capacidad de trabajo, obstinación en sus ideales y, sobre todo, ternura hacia los suyos. Pero reconozcamos que serían millones malgastados: de un lado, Torrijos prefiere presentarse como el combativo sindicalista que en su día fue y, por otro, la imagen que proyecta pasada por el filtro mediático de la Sevilla “rancia” ya no es otra que la de un ferviente seguidor del “marisco-leninismo”. En efecto, la foto del teniente de alcalde junto al ex director gerente de Mercasevilla, imputado por distintas irregularidades, y una gran mariscada en la mesa es la puntilla a un modo de hacer diferente de IU, que en cuanto ha tenido una parcela de poder en el gobierno local ha seguido la misma máxima de gestión del PSOE allí donde obtiene mayoría absoluta: este es mi cortijo y aquí mando yo.

La famélica tropa en la mariscada

Pues bien, ante una coalición PSOE-IU quemada por el desgaste del poder, el PP se presenta desgastado por el no-poder. Será un éxito sin precedentes que el candidato popular, Juan Ignacio Zoido, alcance la alcaldía con una mayoría absoluta (no habido ninguna en las municipales celebradas desde 1979). Después de unos trabajados cuatro años de siembra en la oposición, ahora toca recolectar. Pero lo que se preguntan algunos es por qué, con todo a favor (la opinión pública, la prensa) las encuestas no son unánimes en el hecho de que Zoido vaya a arrasar en las urnas. La respuesta es que Zoido no entusiasma, tiene mucho menos carisma entre los suyos que el anticarisma que puede despertar en los contrarios: Zoido aglutina en el PP todo el voto discrepante con el oficialismo de izquierdas, pero al tiempo es aplaudido por los “rancios” como mesías que llega para salvar la Sevilla mancillada por los “progres”, lo que genera inmediatamente un voto a la contra de muchos elementos críticos que apoyarán a Espadas aun a regañadientes como dique de contención de esa visión antimoderna de la ciudad.

Las encuestas, como digo, otorgan alguna esperanza a la reedición del pacto socialcomunista, incluso dejan abierta la posibilidad de la vuelta del Partido Andalucista a la corporación municipal, lo cual alejaría la mayoría absoluta del PP. No hay que olvidar, sin embargo, que este partido fue el que mayoritariamente fagocitó el voto andalucista en las últimas elecciones. Los fans de aquella política de grandes proyectos animada por el PA en los años 90 posteriores a los fastos de la Expo (con la candidatura a los JJ.OO. y el propio Estadio Olímpico como grandes hitos) verían con alegría la vuelta a una coalición entre el PP y el PA: podrían llevar a cabo por fin la promesa de una playa ribereña en el Guadalquivir, que formuló Rojas Marcos en las últimas elecciones en que se presentó, y proponer la construcción no de 3, sino de 27 nuevas líneas de Metro.

Zoido lo tiene bastante fácil para ser alcalde tras el 22M, y que no tenga un proyecto propio de ciudad no es ningún obstáculo. Pero así y todo, la experiencia de hace cuatro años le ha impulsado a algunas acciones de campaña un tanto desesperadas. Una de ellas es proponer que los partidos firmen ante notario (así de paso reactivamos el negocio de los alicaídos notarios tras el crash inmobiliario) que el candidato más votado será el alcalde; fantástico mecanismo para cargarse las actuales reglas del juego (mayorías y minorías formadas por concejales, no por cabezas de lista) a mitad del partido. La otra idea es que su candidatura atraiga el “voto prestado” de los sevillanos de izquierdas que no están contentos con el PSOE, cuando con ello propaga la idea de que tiene una base electoral insuficiente y que ni siquiera confía en la desmovilización del electorado socialista. Algo que también transmite con el lema utilizado “Zoido Alcalde Ya”, como diciendo “hay que corregir la afrenta de que no nos dieran la alcaldía en 2007”. El mensaje: en esta ocasión hay que impedir a toda costa que los socialistas nos dejen fuera del gobierno y sin derecho a comer marisco.

Espadas tiene la abstención como principal enemigo a batir. Torrijos aspira a mantener la llave del gobierno, la misma que tuvo el PA durante años hasta que la tendencia irrefrenable al bipartidismo dejó al partido sin representación municipal. Y, finalmente, Zoido tiene como objetivo la mayoría absoluta, lo que en este caso quiere decir: obtener el respaldo suficiente para no tener que compartir la mariscada con nadie.юридические услуги защита прав потребителейsearch optimization firms


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  1. Comentario de Bunnymen (16/05/2011 09:03):

    Es decir, que ahora para desacreditar a un tío vale con decir que le gusta el marisco, ¡vaya por dios!. Joder, hasta yo tengo una foto así cuando no ganaba mas de 1000 €, debe ser que es contradictorio con las ideas pagarse una cena.
    Si ya digo yo, el peligro de las fotos, por más que se repita una imagen nunca será igual que mil palabras nunca. Imagen que busca promover un absurdo “mira, el rojo como se pone de marisco, no te jode.”, al más puro estilo del diario del siglo XIX, ABC (donde por cierto vi esa foto), donde ahora ponemos el listón, que puta lastima.
    Cuando en anteriores han sido usadas en sentido jocoso, ahora se cae en la falta de nivel, amarillismo y sobre todo al argumento visual zafio. Triste, muy triste.

  2. Comentario de Bunnymen (16/05/2011 09:04):

    Ah, por cierto, el articulo, una buena puta mierda. Superficial , parece un resumen de titulares locales, al estilo de tertuliano radiofónico, y con muy, muy poca gracia.

  3. Comentario de Otis B. Driftwood (16/05/2011 09:22):

    Güenas,

    un estupendo análisis, David, creo que bastante ajustado a lo que se mueve por la política sevillana actualmente. Un detalle sólo: Manuel del Valle (PSOE) sí consiguió una holgada mayoría absoluta en 1983, hasta ahora la única en el Ayuntamiento.

    Espadas tiene la desventaja de que pertenece a un partido que ahora mismo está bajo mínimos y arrastrado por la cada vez más negativa imagen de ZP. Y no olvidemos que Sevilla, desde los tiempos de Felipe González, identifica mucho lo que hace el PSOE en Madrid con lo que podría hacer el PSOE en Sevilla. Pero su principal enemigo no es la abstención, paradójicamente (aunque indudablemente muchos votantes del PSOE se quedarán en casa), sino IU “en negativo”, ya que muchos de esos votantes desencantados no aprovechará para votar a la coalición de izquierdas, encabezada por un tipo que tiene ahora los pies muy metidos en el fango. Es decir, que un mal resultado de IU, posibilidad bastante a considerar, impediría compensar la previsible -casi inevitable- pérdida de apoyos del PSOE y la reedición del pacto de gobierno.

    Zoido ha usado la táctica de patearse las calles durante cuatro años y salir en todas las fotos que pueda. En este sentido ha contado con la complicidad, explícita o disimulada, de los medios de comunicación locales, habitualmente inclinados a la “ranciedad sevillana” y, por extensión, al PP (en su día al PA de Kodak-Marcos). Y le ha funcionado, porque a día de hoy es seguramente el candidato más conocido. Siempre digo que alguna vez el PSOE debería contratar a un par de asesores peperos (del PP o de PP Bono) para que se enteren de qué significa hacer una campaña de imagen local y que funcione. La gran desventaja que tiene Zoido, quizá, es que tiene una cara arquetípica del señorito sevillano (gordito, rubicundo, camisa a rayas con pantalón de pinza y botón “desabroshao”, gomina a discreción, mirada altiva, gafas de señor serio y maneras de cortijero). Esto puede ahuyentar el voto del oscilante o mandar a más votantes de izquierdas a las urnas en vez de quedarse en casa. Yo me inclino por un resultado bastante justo, con más probabilidad para Zoido porque a Espadas no se le conoce tanto.

    Una cosa buena: Si Espadas pierde, creo que a diferencia de otros candidatos que dieron la espantada poco después (entre ellos la ínclita Soledad “yo trabajaré para Sevilla” Becerril), éste sí se quedará para pelear durante cuatro años y colocarse en posición de salida en 2015… si las malaspuñalástedén de su propio partido le dejan.

    Saludos

  4. Comentario de Jose (16/05/2011 09:28):

    La historia de la cena…

    http://www.abcdesevilla.es/20101104/sevilla/mercasevilla-descarta-haber-pagado-201011041430.html

  5. Comentario de Bunnymen (16/05/2011 11:00):

    ¿Hablamos de las manifestaciones de ayer?, busque en google “contenedor+quemado” para ir contextualizando al ABC style.

  6. Comentario de Perri el sucio (16/05/2011 15:55):

    Hombre, bunnymen, yo quiero pensar que más que hablar de la mariscada en sí se refiere a la selecta compañía del señor.

    Porque nuevo sería que ahora el comunismo no incluya caviar ni cangrejo real de kamchatka como mínimos aceptables para el proletariado. Si no, el abc y compañía tardarán 20 minutos en tener argumento contra mi carrera política.

  7. Comentario de Stratos (18/05/2011 08:55):

    Tan sólo un apunte, soy seguidor de LPD desde hace muchísimo y con grata sorpresa he visto hoy que se hablaba de mi ciudad. Ahora bien no sé si el autor es paisano o conocedor de los asuntos de Sevilla lo que sí es evidente que desconoce aspectos importantes de la misma.

    Definir el Metropol como: “Metropol Parasol (nombre ridículo para unos parasoles de madera y hormigón instalados en la plaza de la Encarnación” es mostrar un absoluto desconocimiento del proyecto. Calificar así a un hito de la ingeniería y un nuevo valor en decenas de aspectos para la ciudad sólo por el hecho de la incompetencia política que hizo disparar el presupuesto es arriesgado.

    Tampoco estoy de acuerdo con lo de “mejores infraestructuras en los barrios” cuando a Monteseirin le achacan el abandono de los barrios más periféricos, es ahí, en habituales feudos socialistas, donde está atacando Zoido en campaña.

  8. Comentario de David del Toro (19/05/2011 21:46):

    #1 Lo cierto es que ABC es el diario más vendido en Sevilla, y la imagen que éste ha consolidado del primer teniente de alcalde es la de la famosa fotografía. Torrijos ha sido objeto de un linchamiento mediático desmedido y probablemente inmerecido. Y, por desgracia para el pacto PSOE-IU, el rédito electoral de la respuesta que ofrece Torrijos a las diferentes polémicas es cero.

    #3 La mayoría absoluta de 83: la culpa es de Rubalcaba, es decir, de la base de datos electoral del ministerio por no incluir datos anteriores al 87, que me ha hecho quedar mal. Totalmente de acuerdo con el lastre de “IU en negativo”, porque los pronósticos de bajada en ambos partidos indican que el trasvase de votos dentro del pacto de izquierdas no va a producirse.

    #7 Reconozco la ignorancia en algunos aspectos de la política sevillana, pero vivo aquí y la verdad es que la frase del Metropol sólo trataba de exagerar lo pintoresco del proyecto, con independencia de los beneficios que finalmente aporte a la ciudad. Sobre la situación en los barrios, creo que la etapa Monteseirín destaca por una mayor inversión respecto a la etapa anterior al menos en algunos aspectos (centros de salud, polideportivos, etc.)

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