The thick of it – In the Loop
La política británica contemporánea no ha tenido una extraordinaria influencia en España, pero está más presente en mi vida que la de cualquier otro país europeo. Los franceses nos han tirado la fruta, disparado contra nuestros barcos y detenido o no a los terroristas. De Alemania ha llegado múltiple inversión industrial, cierto dinero negro que no era “ni de Flick ni de Flock” y la manija del grifo de los fondos de cohesión siempre ha estado en su mano que yo recuerde. En las islas, al margen de los portazos de Gibraltar, hasta la foto de las Azores, la política británica, en la praxis, me la traía al pairo.
Sin embargo, la segunda mitad de la carrera de grupos como The Clash o los Jam, hasta enlazar con la generación del ‘sonido Manchester’ (recogida en la película 24 Hour Party People), venía con la vitola de ser un producto inevitable en la “Inglaterra thatcheriana”. Películas muy buenas, o que a mí al menos me han gustado mucho, como ‘Mi hermosa lavandería’ de Stephen Frears, o la que firmó años después su guionista, Hanif Kureishi, ‘London Kills Me’, trataban específicamente de la sociedad británica bajo el mandato de Margaret Thatcher.
Y la cosa fue a más cuando fueron cayendo como fruta madura escándalos sexuales en el Gobierno Británico. Cecil Parkinson, el adúltero; Harvey Proctor y sus orgías sadomasoquistas homosexuales con jóvenes chaperos; o Stephen Milligan, del que quizá no se recuerde el nombre pero sí que fue el famoso diputado conservador británico aparecido muerto en la cocina de su casa con ligueros, una naranja en la boca, una bolsa de plástico en la cabeza y un cable alrededor del cuello, la manera de la que se masturbaba los fines de semana.
En muchos aspectos, la política británica me ha interesado más sin importarme que incluso la española. Por eso, la aparición de una serie como ‘The Thick of It’, descrita como un viaje por los entresijos de la política británica con el estilo de ‘The Office’, se me antojaba irresistible. Pero aún hay más, ‘The Thick of it’ trata sobre el Ministerio de Asuntos Sociales, el epicentro de las políticas que han caracterizado el legado de nuestro actual presidente. Por lo tanto, el atractivo y actualidad de la serie no podía ser mayor y, gracias a la excelente traducción del hematocritico, he disfrutado ¡y cuánto! de la primera temporada.
Una breve reseña del primer capítulo. Por lo que sea, la prensa publica que el ministro de Asuntos Sociales está en la cuerda floja. Malcolm Tucker, el representante del primer ministro y alma de la serie, va a visitarle y le dice: “Al primer ministro le gustas personalmente, a mí me gustas personalmente, no tenemos ninguna gana de librarnos de ti, quiero que sepas que nada de esto ha salido de nosotros”. El ministro se lleva una alegría y un alivio enormes. Y entonces Malcolm pasa a explicarle: “Es un titular día tras otro, día tras otro… ¿Sabes lo que pasa? es que estamos empezando a parecer débiles… la gente se pregunta ¿cuándo se va a ir? y… ¿tú no quieres que parezcamos débiles verdad?… Pues eso, por eso tienes que irte”.
Sorprendido y desesperado, el ministro busca otra salida todo nervioso: “Te diré lo que vamos a hacer, todos sabemos que Tom la está cagando con Transporte”.
Y Malcom: “¡No podemos despedir a nadie de Transporte ¡esos son importantes!”
Éste es el punto de partida de la primera temporada y ésta es la importancia y el respeto que se tiene por dicho Ministerio. A continuación, con el nuevo ministro se barajarán medidas de impacto, algo contundente, “¿Obligar a todo el mundo a llevar una bolsa de plástico por la calle?”, sugiere un avispado asesor. La retahíla de situaciones hilarantes no tiene desperdicio. Su conexión con ministerios de nuevo cuño como el de Igualdad o Vivienda españoles es inevitable. Todo con un humor corrosivo, que tiene como eje la vergüenza ajena, mostrada pornográficamente con ese estilo de tratar la ficción como si fuera un documental que rompió moldes con las teleseires ‘The Office’ y ‘Extras’ de Ricky Gervais.
Y tanto va el cántaro a la fuente, que figúrense, el propio actor que hace de ministro de Asuntos Sociales toda la temporada, Chris Langham, tuvo en la vida real sus problemas con la ley por temas de pornografía infantil. Tras ser encontrado culpable, declaró: “Después de esto mi vida ha quedado arruinada” ¿Seguía actuando? ¿Le pasó como a Johnny Weissmuller, que creyó toda su vida ser Tarzan?
Con todo, Armando Iannucci, guionista y director de la serie, no quiso quedarse en el patetismo de este ministerio y, mediante un spin-off, la película ‘In the loop’, se adentró en terrenos no menos animados de la política moderna como fueron ni más ni menos que los pasos previos a la declaración de guerra a Irak.
La cinta, también en clave hiperrrealista y exactamente en los mismos términos humorísticos -tal vergüenza ajena que cuesta hasta reírse y no taparse la cara- lleva a Malcom Tucker a Estados Unidos a tratar de erradicar cualquier tipo de argumento en contra de una hipotética guerra en Oriente Medio. Pero sus planes se chafan cuando el secretario de Estado para desarrollo internacional (cargo al que se le da la misma importancia que al anterior Ministerio) en una entrevista sobre la diarrea en África, se le va la lengua a “guerra contra la diarrea”, le preguntan por la guerra y suelta “la guerra es imprevisible”. Entonces todos los focos se centran en él y, abordado en la calle por los periodistas, intenta huir de toda responsabilidad con un “es que para llegar a la paz hay que escalar las montañas del conflicto” que en contra de su intención es aún mejor recibido por la prensa internacional y se le da todavía más importancia.
Lo que sigue no es menos hilarante. Tiene que viajar con Malcom a Washington sin pintar absolutamente nada. Allí destaca la interpretación del célebre James Gandolfini en un papel de militar pacifista que se rige por los mismos patrones que su otro gran personaje, Tony Soprano: gritar, romper, insultar… con especial mención a que no sabe dividir. Al final, informe va, informe viene, se consigue dar luz verde a la invasión para mayor gloria de un Halcón sureño que exige respeto a la religión allá donde se halle porque, según reconoce, “se crea o no en ella, es una hipocresía muy útil”.
Todo para morir a carcajadas, a veces hasta para darle al ‘pause’, pero no estamos hablando de un trabajo cinematográfico baladí. Que yo recuerde, en el momento álgido previo a la invasión de Irak se habló de camiones-laboratorio siempre en marcha donde se producían las armas de destrucción masiva que iban a acabar con todos nosotros y el que pensase lo contrario era, literalmente, un miserable. A toro pasado, cualquier persona que recuerde aquellos capítulos se preguntará cómo fueron los momentos en los que se inventaron tal cosa, quién tragó primero con la bola, cómo se lo dijeron a Aznar, cómo se lo dijo Aznar a los suyos, cómo calló sus más que razonables dudas…
A todo esto da respuesta ‘In the loop’ usando la imaginación, sí, pero me temo que dejándola volar muy raso desgraciadamente. Es por ello, a mi entender, un acto cinematográfico revolucionario, la réplica popular a aquellos autos de fe en los que se exigía al ciudadano honrado que no dudase, que confiase ciegamente pues en caso contrario hacía el juego a los enemigos de la civilización. Donde ellos dijeron laboratorios andantes, el pueblo responde ¿así llegasteis a esa conclusión?
Los cáusticos trabajos de Iannucci son tan necesarios para que nuestro mundo llegue a algo que no dé risa tonta como una prensa seria e independiente, la llamada no sé si con sorna ‘refundación del capitalismo’ y demás sueños que a veces se nos van como arena entre los dedos.
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Comentario de C.Fabra (26/05/2010 17:54):
Los guiones de Armando Iannucci, bien podrían haber sido escritos por cualquier miembro de la LPD.
Excelente pelicula, magnifica serie.
Alguien sabe si hay alguna alma caritativa ha subtitulado algún capitulo más, aparte de los de la primera temporada?
Comentario de Andrés Boix Palop (26/05/2010 18:22):
El día que alguien logre parecer creíble retratando lo que debe de ser en estos momentos Moncloa logrará una obra de arte de difícil calificación, entre la sátira y el realismo negro más buñueliano. Eso sí, es dificilísimo que alguien lo logre, por desgracia.
Comentario de mangurrino (26/05/2010 18:39):
Por lo visto, cuando se estrenó la película, hubo un pase para políticos ingleses y la mayoría aseguró haberse reído mucho, y a la pregunta de si la película se parecía a la realidad la respuesta de casi todos esos que se rieron fue “más de lo que te imaginas”. No sabemos en qué manos estamos.
Comentario de El Hematocritico (26/05/2010 20:06):
En breve continuaré con la subtitulación si nadie me adelanta por la izquierda…ahora estoy con otra serie inglesa. Gracias por los piropos!
Comentario de oscar (26/05/2010 20:48):
Hombre… “la escopeta nacional” ya era un buen retrato de la política de este país… Aún me descojono con Saza “oiga hay que hablar de mis lavabos, que esto lo pago yo”
Comentario de Garganta Profunda (27/05/2010 07:10):
Yo no es por joder pero tienen el Box completo en Amazon (UK) y creo que viene con “english subtitles”…
http://www.amazon.co.uk/Thick-Collection-DVD-Chris-Addison/dp/B0031ASVC0/ref=sr_1_1?ie=UTF8&s=dvd&qid=1274940121&sr=1-1
25 Libras de vellón. Yo viajo a Londres en Julio, se aceptan encargos…
Comentario de John Constantine (27/05/2010 14:16):
No creo que falte imaginación, sino estómago para hacer una serie con lo que es La Moncloa hoy en día. Es que la veríamos y no nos la creeríamos, estoy seguro.
Si ya sólo la foto de Simancas y Sebastián vestidos de chulapos madrileños provocó casi una revuelta en Interné pidiendo a gritos la vuelta de Pajares y Esteso para protagonizar un film basado en la campaña electoral del sinpar dúo…
Comentario de I can't believe it (28/05/2010 11:37):
Una corrección, según hoy en “Dias de Cine” el pase privado de la película fue en el Departamento de Estado en Washington DC y efectivamente la respuesta de los funcionarios allí presente fue ” así paso”. Lo cual tiene mas delito aún porque al final es allí donde se tomaron las decisiones y muchos encima siguen gobierne quien gobierne.
La película y serie funciona sobre todo como un ajuste de cuentas con Tony Blair y su New Labour desde la Izquierda. Criticando desde la vacuidad de muchas de sus campañas sociales y llegando al nivel personal con los modos cuasi mafiosos que tuvieron de librarse de todos los que les estorbaron en el laborismo.
A nadie se le escapa que Malcom Tucker esta inspirado en Alastair Campbell, Spin-Doctor de Blair y su mano derecha, hasta el punto que el ha tenido que desmentir que sea “tan mal hablado”. O estarían pensando en Gordon Brown…
Comentario de I can't believe it (28/05/2010 11:39):
Upsss
corrección de órdago “según oí en” Culpa de las auto-correcciones del Firefox
Comentario de Álvaro (28/05/2010 15:23):
Gracias I cant believe it. Acabo de mirar fotos de Alastair Campbell y tiene un catálogo de gestos que parece más personaje de ficción todavía que el propio Malcom Tucker.
Comentario de casio (29/05/2010 18:52):
desde luego, necesitamos a alguíen con esa lucidez para describir lo que está pasando. Que tengo yo la impresión de que aun no ha aparecido el autor dotado del suficiente cinismo para contar el delirio cómico que le ha caido a este pais encima.