La Roja, siempre jodiendo
Sólo La Roja podía amargarnos así la vida, dejándonos una semana entera sin Liga para celebrar un falso aniversario. En manos de Fernando Hierro, el mejor alter ego masculino que nadie pueda imaginarse de Hipatia de Benidorm (LPD les ha ofrecido el momento “Hipatia de Benidorm” de este artículo), ni siquiera los abalorios bastan para que las cuentas salgan correctamente y se celebren las efemérides cuando toca.Ya puestos, podrían haber montado un sarao más currado, una Copa de la Furia Española, o algo, aunque bien es cierto que corríamos, en ese caso, un riesgo evidente de caer en cuartos de final de nuestro propio trofeo. Para evitarlo, se dirime a partido único, se busca a un equipo que milagrosamente ha logrado clasificarse para el próximo Mundial (finalmente fue la selección argentina; Australia no podía venir), y listos: ya tenemos unos cuantos meses de triunfalismo barato previos a que España se la pegue de nuevo en el próximo Mundial.
Porque no se engañen, amigos: veo en lontananza un partido de cuartos, un penalty fallado por El más listo de la clase como rememorando lo mucho que ha dado este hombre a España, y a casa de nuevo, a discutir quién ha de ser el sucesor de Del Bosque, si Míchel o el propio Más listo (inaugurando la figura ad hoc de entrenador – jugador). En la psique del español medio, por genética, están inscritos una chulería y triunfalismo gratuitos que se ven sistemáticamente desmentidos por los hechos, como ocurrirá en 2010.
¿Qué ocurrió, pues, en 2008, en la Gloriosa Eurocopa? Muy sencillo. Tras décadas y décadas de hacer el ridículo, de fracasar de las más variadas formas, los españoles bajaron los brazos por fin, agacharon la cerviz, se rindieron a la evidencia: no hay nada que hacer. Ni siquiera el Marca se lo creía. Todo estaba dispuesto para un nuevo ridículo, pero ¿qué es el ridículo si todos saben que se va a producir? En estas que apareció Luis Aragonés –el hombre que más daño ha hecho al fútbol español en toda su historia- y se aprovechó de la situación.
Pero ahora toca poner el cuentakilómetros a cero, y mantenerlo unas cuantas competiciones ahí, bien congelado. Que si no volveremos a ilusionarnos, a creérnoslo, y más dura será la caída. Yo mismo tengo momentos de flaqueza en que me planteo que por qué no, que contamos con “la mejor generación de futbolistas de la historia de España”, que ya hemos ganado la Eurocopa, mucho más exigente, por definición, que un Mundial, … Y de mal en peor.
Porque lo cierto es que estamos ante un Mundial bastante asequible, para qué nos vamos a engañar. Francia desnortada (pero si su estrellita es un tío con bigote, por el amor de Dios, que le afeitas un poco la cabeza y estamos ante Calderé o el “Tato” Abadía, ambos honrados y esforzados profesionales, por otra parte), Alemania en horas bajas, Portugal amortizado, … Quedan Brasil e Italia, como siempre, además de Holanda como selección pensada para joderle el plan a alguien y luego ser eliminada. Porque Inglaterra, como Ustedes comprenderán, esa especie de España anterior a la Eurocopa 2008, pero aún más ridícula en sus pretensiones, fracasará como es justo y necesario que así sea. Y de cargarse a Argentina, en caso de que haya algún no argentino aquí tan incauto como para confiar en la albiceleste, ya se encargará el Pelusa. En cuanto al efervescente fútbol africano, no me hagan reír, que ya somos mayorcitos.
¿Se dan Ustedes cuenta? A las primeras de cambio, el gen españazol que todos, sí, incluso Usted, independentista antiespañol, tenemos incorporado de serie, sale a pasear y vende ilusión a raudales. Yo es que me pongo a pensarlo y me doy cuenta de que ya va siendo hora, que esta vez sí, que por qué no.
Se trata, qué duda cabe, de un nuevo éxito de la gestión de Rodríguez Zapatero, flamante –no lo olviden- ministro de Deportes, en demostración de que el presidente no deja que lo urgente le distraiga de lo importante. Y, visto que está todo claro, estaríamos tentados de sugerir a Zapatero que en su próxima alocución ante la ONU proponga que se anule el Mundial, se lo asignen a España a perpetuidad y lo sustituyan por diez jornadas más de Liga, pero como esto sería impropio del mestizaje inherente al Entrenador-Jugador de la política española, nuestra propuesta será más modesta: anulen la insoportable fase de clasificación y hagan en su lugar un Mundial B, cuyo campeón podrá jugar en la siguiente edición del Mundial “A”, compuesto por Brasil, Argentina, Uruguay, México y los doce países europeos cuyas ligas muevan más dinero en fichajes, todos ellos clasificados por decreto.
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Comentario de Sincero (29/11/2009 00:25):
A mi me gusta LPD tal como está, si es que hay gente pa to.
Menos mal que yo me largo. Agur carrozas.