Linterna Verde

Locas intergalácticas

Quería hacer un perfil de este superhéroe (o grupo de superhéroes, según se mire) por una serie de motivos, el menor de los cuales, forzoso es reconocerlo, no es su ridículo nombre, “Linterna Verde” (aunque en España se tendió más bien a no traducirlo y dejarlo en el más imperial “Green Lantern”). ¿Se trata del principal empresario de moteles de carretera de España, con sus imaginativas luces de neón? Nada de eso, señores, cuando hablamos de Linterna Verde (en los momentos en que la risa nos permite hacerlo), hablamos nada menos que de “un cuerpo intergaláctico de superhéroes dedicados a defender la verdad y la justicia”.

Los orígenes

Todo comenzó, resumiendo mucho, con el origen del Universo. Al formarse el Universo (el Universo DC, se sobreentiende, donde transcurren las aventuras de “Linterna Verde”), en su mismo centro geográfico (y no en centros desos de “yo soy de centro y por eso voto a España 2000”) apareció un planeta, “Oa”, cuyos habitantes se llamaban “oanos”. Era tan guay, tan de puta madre el planeta Oa, estaba tan en el centro del Universo, que sus habitantes decidieron denominarse a sí mismos los Guardianes del Universo, dedicándose a continuación a lo típico: montar una especie de superconsejo de Guardianes del Universo ataviados con ridículas togas.

Conviene aclarar que, aunque los Guardianes del Universo son unos enanos de color azul (quizás a causa de la alta gravedad en el planeta Oa, aunque lo del color azul no tengo ni idea de a qué se debe), tampoco hay que tomárselos a cachondeo: en primer lugar, son inmortales (ventajas de nacer en el centro del Universo, y no “en provincias”);en segundo lugar, y aquí vamos acercándonos a lo que nos interesa, los Guardianes tienen una especie de “energía verde” que les permite lanzar rayos por las manos y forjar con ellos virtualmente cualquier cosa (Estrellas de la Muerte, Rayos de la Muerte, urbanizaciones en primera línea de playa, planes de rescate de la banca más sólida de Europa, … Cualquier cosa, vamos).

Como suele ser habitual con la gente inmortal que vive en el centro del Universo, los Guardianes se aburrían sobremanera y, además, se creían superespeciales, así que decidieron montar un cuerpo intergaláctico de justicia que velase por las mamás y las tartas de manzana de todos los planetas del Universo. Pero como tampoco era cuestión de ensuciarse las manos (y quién sabe si perder su preciada inmortalidad, que no era a prueba de yoyah en la misma jeta) luchando directamente contra el Mal, los Guardianes hicieron lo siguiente: enchufaron una gigantesca Batería de Poder (sí, con este nombre) que cargaron con su propia energía verde, redistribuyeron dicha energía en 3600 baterías portátiles, le dieron a 3600 criaturas del Universo dichas baterías y, aún más importante, unos “Anillos de Poder” portátiles en los que a continuación abundaremos, les asignaron a cada uno de ellos un sector del Universo y hala, a dedicarse a la vida contemplativa con la satisfacción del trabajo bien hecho.

Ya ven que los orígenes de “Linterna Verde” no son mancos (es preciso señalar, para entender la mentalidad del desquiciado guionista al que se le ocurrió todo esto, que hablamos de los años sesenta). Pero no se preocupen, ya estamos llegando al final de los jodidos orígenes. En esto que, en los años 60, casualmente, la nave de un Linterna Verde cayó en un atrasado planeta de su sector. Herido de muerte, el Linterna (estaba deseando decir esto) le pidió a su anillo que le buscase “al más digno” de entre las criaturas de ese planeta para sustituirle. Y aquí comienza lo bueno, porque… ¿Saben cómo se llamaba ese planeta?

Se llamaba… ¡LA TIERRA!

Al poco tiempo, el anillo detectó al habitante más digno de ese planeta, casualmente estadounidense, de Coast City (una especie de “San Francisco” del Universo DC) de toda la vida, con toda la pinta de votar a los republicanos incluso en 2008: Hal Jordan, piloto de pruebas de una compañía aeronáutica. ¿Un ciudadano de San Francisco, republicano, al que le ofrecen un anillo que puede hacer “cualquier cosa”, pertenecer a un Cuerpo de 3600 amiguitos y, sobre todo, ponerse un anillo en la mano y mallas ajustadas? Naturalmente, el “sí” estaba claro: a partir de entonces, la Tierra contaría con su propio “Linterna Verde”.

Características

Todo el poder que posee Linterna Verde, que es mucho, proviene de su Anillo de Poder. El anillo le permite volar, respirar en el vacío, y le protege del impacto de casi todo lo que puedan echarle encima. Además, Linterna Verde puede crear cosas con su anillo, en teoría cualquier tipo de cosas y de alcance ilimitado. Por tanto, cuando hablamos del Anillo de Poder no hablamos de un Poder de opereta, como el del Anillo Único, sino de poder del que mola, como si Linterna Verde tuviera mayoría absoluta con el 60% de los votos y cuatro años por delante, o incluso más poder. La cuestión es: ¿se trata de un Poder ilimitado?

Desgraciadamente para “Linterna”, no, dado que hay dos factores que lo limitan. Primero, la necesidad de recargar periódicamente el Anillo de Poder con ayuda de la ya mencionada batería portátil (momento en el cual el cómic de Linterna Verde alcanza cotas de ridículo insospechadas incluso con un argumento de estas características, puesto que Linterna Verde, mientras recarga el anillo, aprovecha para recitar el solemne “Juramento de los Linterna Verde”). Y, en segundo lugar, el Anillo funciona con la fuerza de voluntad de su portador. En la línea de precursores en la materia como Arthur Schopenhauer y Adolf Hitler, a más fuerza de voluntad, mejor funciona el anillo. Si Linterna Verde vacila, tiene dudas existenciales, etc., el anillo no funciona una mierda y los rayos que saca dan risa. Si Linterna, en cambio,tiene claro qué es lo que quiere y cómo lo quiere (“¡Quiero un Rayo de la Muerte, la hostia ya!”), el Anillo funciona perfectamente.

Por otra parte, por una impureza en la “Batería de Poder” que no queda suficientemente explicada, los poderes del Anillo de Poder son ineficaces contra todo aquello que tenga color amarillo, defecto particularmente ridículo y risible y que, además, nos hace preguntarnos: sí,la cosa da mucho malage, pero ¿a qué esperan todos los supermalos del mundo para rediseñarse sus uniformes e ir íntegramente vestidos de amarillo, y joder así el chiringuito de Linterna Verde? Pues, aunque les parezca increíble, la mayoría de los supermalos de Linterna Verde luchan contra él sin ayudarse de esta ventaja (lo cual habla poco a favor de su inteligencia, aunque mucho de su sentido estético).

Y eso que la eficacia de putear a Linterna Verde con el amarillo está fuera de toda duda, no en vano su principal enemigo (con el imaginativo nombre de “Siniestro”, uuhhh), un antiguo Linterna Verde renegado, dispone de un Anillo de Poder cuyos rayos son amarillos. Y mi supervillano favorito, “Jabalina”, es un tío que lucha contra Linterna Verde lanzándole, en efecto, sí, superando todas nuestras expectativas,… jabalinas amarillas (uuhhh de nuevo).

Acompañantes

Por su propia naturaleza (vigilante de un sector enterito del Universo en régimen de exclusividad), Linterna Verde tiende a ser un tipo en principio solitario, aunque al mismo tiempo participa de una organización supragaláctica, los Cuerpos de Linternas Verdes, que periódicamente se reúnen en el planeta Oa (en una sala que podríamos denominar cariñosamente, en homenaje a la mítica Loca Academia de Policía, “La ostra verde”).

Además, es tal el prestigio que alcanza Hal Jordan, Linterna Verde de la Tierra, por su buen hacer y por el reconocimiento público que ostenta (figúrense que, a diferencia de los otros 3599 Linternas Verdes, Jordan consigue incluso su propia colección de cómics en su planeta natal), que los Guardianes del Universo ven cada vez más a la Tierra como la niña de sus ojos, proporcionando Anillos de Poder a más individuos del planeta (casualmente, que mira que es casualidad casual, todos de EE.UU.) para que compartan con Hal Jordan el duro trabajo de vigilar su sector.

Por otro lado, Jordan forma parte desde el principio de la clásica agrupación de superhéroes del “Universo DC”, la Liga de la Justicia. Además, a lo largo de varios cómics comparte experiencias de un tono curiosamente social – crítico (creo que fue en los años 70) con el superhéroe más progre de DC, Flecha Verde (figúrense si será progre que su “poder” es tirar flechitas con un arco y que… ¡Lleva barba!), en plan “vamos a juntar al progre y al facha y a ver qué pasa”. Y, en lugar de darse de hostias (lo cual, siempre y cuando Flecha Verde pintara sus flechas de amarillo, igual incluso estaba igualado), se dedican a mantener sesudas discusiones sobre si votar a los republicanos o a Carter.

Finalmente, a principios de los noventa, inmersos en la crisis creativa que asoló a todo el cómic de superhéroes (imagínense si sería dura la crisis que en los años “buenos” los guionistas creaban Guardianes del Universo y Anillos de Poder), en DC decidieron que Hal Jordan estaba “out” (quizás porque Clinton acababa de ganar las elecciones) y decidieron volverle loco. Un supermalo destruyó Coast City y, con ella, a toda la familia de Jordan y a su sospechoso amigo chino (o incluso tailandés, vaya Usted a saber; la verdad es que no me acuerdo de si moría también o no) de toda la vida. Enloquecido, Jordan, en la mejor tradición de los perdedores, decide que la culpa es de los Guardianes del Universo y se dispone a vengarse.

Y, la verdad, cualquiera diría que Jordan tiene antepasados españoles, porque su venganza es la hostia de buena: se cepilla él solito a un montón de Linternas Verdes, a los que les roba el anillo, y a unos cuantos Guardianes del Universo de paso (la inmortalidad no es nada si se dispone de la fuerza de voluntad suficiente) y, en fin, durante unos años se convierte en uno de los supervillanos de mayor pedigree de todo el Universo DC. Luego, con las papeletas mariposa, la presidencia de Bush y el 11S (y, porqué no decirlo, con la significativa mejora en los guiones del cómic de superhéroes), alguien pensó que arrastrar por el fango al pobre Hal Jordan de esa manera había sido excesivo e innecesario, que se habían cargado a un buen personaje y que, en fin, como si esto fuera la saga del Clon de Spiderman, mejor que hagamos borrón y cuenta nueva. Así que al final, dijeron los guionistas en la clásica solución de cómic a este tipo de problemas, otro supermalo había poseído el alma de Linterna Verde y obligado a hacer todo lo malo que había hecho, aunque él, en realidad, era muy bueno.

Visión del mundo

Aunque todo apunta, en principio, a que Hal Jordan deba ubicarse en la derecha del espectro político, en realidad, si lo pensamos bien, el tío es muy progre: en primer lugar, no es aislacionista, participando, de hecho, en una absurda organización intergaláctica (como si la Tierra necesitase meterse en ese tipo de saraos que ni le van, ni le vienen) con gente de otras razas. Ítem más, el mejor amigo de Jordan es, como recordarán, oriental. Si a ello unimos su experiencia religiosa con “Flecha Verde” descubriendo los problemas de la América profunda de los setenta, vaya Usted a saber, igual habría que ubicar a Jordan con los “demócratas de Clinton” y todo.

Y además, por otra parte, es preciso señalar que la naturaleza y objetivos de los Cuerpos de Linternas Verdes son emblemáticamente progretarras y contrarios a la libertad: ¿quién necesita a los burócratas del centro del Universo para que nos expliquen cómo vivir y nos frían a rayos verdes e impuestos?

Repercusión social

Linterna Verde es uno de los principales superhéroes del Universo DC, sin llegar a la importancia de Superman y Batman, iconos de la compañía, pero al nivel de Flash, Hawkman, el Detective Marciano y otros superhéroes desconocidos para el 99% de la población. Es decir, su repercusión tiende a ser escasa, figúrense que ni siquiera hay una película en lontananza (¡y eso que está estrechamente relacionada con películas tan variopintas como El Señor de los Anillos y Brokeback Mountain!).

Lo cual, justo es decirlo, es una pena. La verdad es que, por muy absurdo que resulte el argumento e incluso los poderes de Linterna Verde, éstos son muy originales y dan juego, pues se trata de la clásica varita mágica o el genio de la lámpara de toda la vida, capaces de hacer cualquier cosa, transmutados en Anillo de Poder. Así que ya está tardando Hollywood en volver, una vez más, a su principal fuente de superproducciones de los últimos tiempos para dignificar (y, al mismo tiempo, destruir totalmente) el mito de un personaje tan injustamente orillado como Linterna Verde.translation in hindi to englishfamily picnic painting


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