Superman
Su circunsstancia y la puta kriptonita
A finales de los años 70, Hollywood dió un salto adelante en el terreno de las tecnologías aplicadas a la industria cinematográfica, y nos regaló a todo el mundo una serie de películas protagonizadas por el superhombre por antonomasia: Superman. Fue la primera vez que el personaje fue llevado a la pantalla para ser interpretado por un actor de carne y hueso, y el resultado fue, como era de esperar tratándose de los yanquis, un éxito mundial. Sin embargo, la complejidad del personaje y su rica vida interior nos impiden quedarnos únicamente en su vertiente artística, por lo que esta página, consciente de su responsabilidad en la formación integral de sus lectores, les ofrece el siguiente estudio que, si fueramos pedantes, podríamos titular de la forma en la que finalmente lo hemos hecho.
Algo que siempre nos ha llamado podersosamente la atención de Superman es su poca perspicacia para el disfraz. Efectivamente, para convertirse en el periodista Clark Kent, el único adminículo que utiliza son…. unas simples gafas. O sea, el tío se pone unas gafas de montura de concha y ya nadie le reconoce, (bueeeeno, ustedes sí le reconocen, nos referimos en general). Lo más patético del asunto es ver la cara de Lois Lane mirando a Clark con una expresión como de “coño, yo a este tío lo he visto en algún sitio, … pero ¿dónde?”. ¿Y esta es la periodista más sagaz de Metrópolis?. Incomprensible.
Otra cuestión que no nos deja vivir en paz es la capa de Superman. Vamos a ver, el tipo va caracterizado de Clark Kent por la calle, cuando de repente tiene que convertirse en superman y salir pitando. Se mete en una cabina y en décimas de segundo sale con su pijamita de Superman. De acuerdo. Pero ¿Y la capa?. ¿Dónde cojones lleva escondida la capa cuando va de Clark Kent?. Después de fijarnos una y mil veces, no hemos conseguido ver en Clark Kent ningún bulto sospechoso que nos haga exclamar ¡Ajá!, ahí lleva la capa enrrollada. Nada, ni un bulto, ni una chepa misteriosa, ni nada. En fin, que la capa de Superman pasará a engrosar, junto con el método anticonceptivo usado por Tarzán y Jane, la lista de misterios insondables de la historia del cine.
Finalmente hemos de comentar la simpleza del guión respecto a los orígenes de Superman. Resulta que sus poderes no han sido adquiridos por su exposición accidental a la radiación producida por un experimento secreto ni nada parecido. El tío tiene esos increíbles superpoderes simplemente porque es de Kripton. Que huevos, dirán ustedes, y nosotros también. Desde luego los guionistas no se herniaron en esta parte de su trabajo. Así puede escribir guiones cualquiera. Basta incluir de vez en cuando frases como “pero nuestro protagonista, gracias a que en su juventud pasó una temporada en el planeta Raticulín, era inmune a la mordedura del áspid indo-tanzano, con lo que siguió repartiendo estopa a los malos, que no salían de su asombro.” Cosas de los americanos. Desde luego, si esta película hubiera sido dirigida por alguno de nuestros Hichtcock’s patrios, el resultado hubiera sido totalmente distinto. ¿Se imaginan a Superman versión Almodóvar?. Nostros también preferimos no hacerlo.
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