LOS PRIMATES
En la presente edición de Gran Hermano, Telecinco ha echado la casa por la ventana y parece que hubiera tirado de catálogo de modelos para seleccionar a sus concursantes femeninas. ¡Están todas buenísimas!. Nos felicitamos por ello, aunque fieles a nuestra labor de críticos reputados, hemos de señalar la intolerable incuria de los redactores de la cadena amiga a la hora de redactar los perfiles de los concursantes. En una ocasión ponen edades distintas para uno de ellos y en otra se refieren a las ovejas como ganado “vacuno”. Está claro que, a diferencia de los concursantes, los redactores de Telecinco no están 10 puntos por encima de la media nacional. Ah, y Mercedes Milá más fea que nunca.
Desirée: Constatamos en primer lugar el rasgo de sinceridad de las féminas llamando a cada profesión por su nombre en lugar de los “relaciones públicas con derecho a fregona” con que los chicos adornan patéticamente su currículo. La chica es camarera y además está muy, muy, muy pero que muy buena. Su origen suizo quizá explique que se presentara en la sierra de Madrid en pleno mes de octubre con una camisa sin mangas y agradablemente despechugada. Su interés en comprobar cuantas de sus nuevas compañeras están comprometidas sentimentalmente para ver dureza de la competencia en un dato más a su favor que junto a su físico la convierten en el icono erótico de esta temporada. Lástima, será la primera expulsada.
Gustavo: Cuando un concursante de GH dice que se dedica a las relaciones públicas, no deben ustedes suponer que se trata de altos responsables del departamento de imagen de una gran corporación empresarial. No. Lo más normal es que, como en el caso de Gustavo, su ámbito profesional se circunscriba a un bareto de copas donde ejercer tan altas funciones es plenamente compatible con servir cubatas y pasar la fregona al final de la jornada. Gustavo practica el boxeo e incluso fue subcampeón de Europa, lo que nos llena de satisfacción y además nos permite aventurar grandes emociones para esta temporada puesto que, según el mismo nos refiere, “quiere probarse a sí mismo y ver hasta dónde es capaz de llegar”. Es decir, el tipo aspira a destronar al Cal-loh I de Hospitalet “El yoya’h” como el concursante más violento de la historia de G.H.. ¿Podrá conseguirlo?.
Inma: El emporio empresarial de Inmaculada se extiende por las estanterías de un majestuoso colmado de barrio en un pequeño pueblo de la provincia de Cádiz. Con su presencia queda garantizada la inevitable cuota de gracejo andaluz, sin la cual GH no sería lo mismo. Su sencilla rusticidad contrasta notablemente con las sofisticación de algunas de sus compañeras, lo que hace previsible divertidos encontronazos dialécticos. Morenaza y guapetona, de su físico destacamos un pandero más que respetable.
Judith: Judith es un ejemplo de profesional polifacética. Estudia psicología además de trabajar como administrativa. Sin embargo es su actividad de los fines de semana lo que resulta más interesante: ¡guía para despedidas de soltero!. Dios Santo, creannos que no sabíamos que el mercado laboral estaba tan malamente. Hasta ahora pensábamos que las chicas que se contrataban para las despedidas de soltero desempeñaban labores bien distintas, sin embargo la simpática Judith nos ha sacado de nuestro error ya que como ella misma afirmó en tres ocasiones consecutivas “a quien intenta pasarse conmigo le paro los pies”. Excusatio non petita…
María: María tiene la enorme suerte de trabajar junto a su marido en una empresa que crearon juntos y desde la que preparan proyectos de comunicación corporativa para entidades bancarias. Mucho nos tememos que lo que eufemísticamente nos describe telecinco como “comunicación corporativa para entidades bancarias” sea lo que comunmente se conoce como buzoneo de correspondencia bancaria. La escasa destreza en el manejo del teclado mostrada por la interfecta en el reportaje abunda además en nuestra hipótesis. La impresión que nos dió su marido en el plató de Telecinco es la de un tierno y más que previsible cornúpeta (se me la tiran, fijo que se me la tiran). Ella, por su parte, afirma que va a Gran Hermano buscando fama y dinero. ¿Solamente?.
Mario: Mario es el menor de cuatro hermanos y el más inteligente de todos puesto que aún permanece a la sopa boba en el hogar familiar. Le gustan las tías y salir de marcha aunque no desdeña acabar un día la carrera de empresariales y trabajar en la empresa, como no, de su padre. Otro vago patológico para quien la estancia de tres meses en la casa mano sobre mano no supondrá un especial trastorno. Según refirió su simpática madre en el reportaje, “es más agarrao que los pelos del coño”. Puede ser el semental de esta edición.
Matías: Matías nació en la Argentina y aunque parezca increíble no es psicoanalista. En realidad no es nada concreto puesto que su actividad vital se reduce a viajar con lo puesto. Según cuenta ha recorrido 25 países buscando nuevas experiencias hasta que hace dos años los españoles tuvimos la extraordinaria fortuna de que recalara en nuestro país. Actualmente trabaja en un bar de copas aunque su pasión es el surf y, por supuesto, estar tocándose los huevos el mayor tiempo posible, lo que le convierte en el prototipo ideal de concursante de Gran Hermano. No parece homosexual.
Nacho: De nuevo un dignísimo representante de esta polivalente área laboral aunque lamentablemente, al igual que Gustavo José, aún no ha dado el salto a la gran empresa, desempeñando actualmente su cometido en una terraza de Ibiza. A la vista del reportaje emitido el domingo es algo más homosexual de lo que pretende hacernos creer, lo que él mismo confirma cuando afirma que su paso por Gran Hermano es “una oportunidad para vivir una experiencia que le ayudará a conocer su verdadero yo”. Más claro, agua.
Pedro: Pedro es hijo único, natural de Zaragoza, no tiene pareja y su afición son las ovejas. Su exquisita sensibilidad le convierte en un excepcional decorador de interiores, algo que se advierte nada más echar un vistazo al salón de su casa, presidido por la cabeza disecada de una de sus ovejas más querida (guapísima por cierto). Pedro es el representante del mundo rural en la presente edición de Gran Hermano, recogiendo el testigo de Fran y sobre todo de Jacinto, con quien comparte un tierno amor por (ciertos) animales. Nuestra única duda es si se dedicará a perseguir a las chicas de la casa o a petrilla. O a todas, lo cual ya sería la repanocha. Nuestro diagnóstico sexual: heterosexual ovinófilo.
Rafa: Rafa ha sido durante diez años seminarista aunque ha dejado aparcada su vocación religiosa para replantearse su futuro. Entre convertirse en sacerdote o emprender una fructífera vida laica decidió meterse en Gran Hermano a hacer el chorra. Sus intenciones son demostrar que la juventud también tiene valores y que “hay algo distinto por lo que luchar en la vida” (sic.); Toda esta empanada mental se clarifica por completo si les decimos que actualmente comparte piso con un “amigo”. Homosexual habemus.
Rocío: Rocío aspira a ser actriz aunque de momento trabaja en una gestoría como administrativa. Vive con sus padres y en el reportaje pudimos verla recoger a su hermanita del colegio y pasar el mocho por el suelo con el traje de los domingos y unos tacones de aguja, lo que dice mucho de su preocupación por colaborar en las labores hogareñas. Es limpia, aseada y cree que GH será un buen trampolín para conseguir su ambición de convertirse en actriz. Poseedora de unos labios extraordinariamente sensuales (ella se ocupa de destacarlos con un mohín característico) no sería de extrañar que hiciera carrera en el mundo del cine, en uno u otro género.
Sonia: Aunque nuestra amiguita Sonia destaque su faceta de modelo frente a todas las demás (estudiante de derecho, azafata y dependienta), mucho nos tememos que las pasarelas de Milán no han tenido todavía el honor de ser holladas por sus lindos pies. Quizá algún día se la encuentren ustedes en el catálogo de ropa de invierno de Carrefour o en la publicidad de cualquier empresa de venta por catálogo, y eso si acaba finalista en el concurso, lo cual tampoco está nada claro. Es bastante más pija que las anteriores y algo más fea de lo que ella misma supone. El sueño de su vida era participar en Gran Hermano, lo que dice mucho de su potencial intelectivo así como de su férrea ambición por alcanzar grandes metas en la vida.
Anna: Nuestra amiguita Anna afirma que estudia la carrera de Derecho (al menos está matriculada) al tiempo que colabora al engrandecimiento de la economía catalana desde su puesto de encargada de una tienda de ropas. A pesar de su aspecto un tanto macarra demuestra tener las ideas más claras que la mayoría de concursantes, puesto que afirma sin ambages que su aspiración es conseguir suficiente fama y dinero para montar su propio negocio de hostelería (vulgo: bareto de copas con sabatinas sesiones de “go-gos”). No se preocupen si no captan de primeras su compleja personalidad: será inmediatamente expulsada.
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