Los Primates
Los nuevos ídolos de la sociedad española
Escribimos aquí un perfil momentáneo de los doce participantes en la edición “2002” de Gran Hermano, a la vista de cómo se presentaron ante una ilusionada sociedad española. Tengan Ustedes presente que las cosas posteriormente pueden cambiar, esto no es más que un acercamiento superficial a algo tan complejo como cada una de las “personas humanas” que por ahora habitan en la Casa del Gran Hermano, así que previsiblemente las cosas cambien, pedimos disculpas por adelantado y bla bla bla, ….
Pero, ¿qué estoy diciendo? ¿No se supone que intentamos que La Página Definitiva sea algo así como una publicación “de prestigio”? Entonces, ¿a santo de qué preocuparnos por ofrecer información seria, susceptible de críticas y todas esas zarandajas? Perdónenme, se lo ruego, cuando uno se enfrenta a cosas tan serias como la edición 2002 de Gran Hermano se ve abrumado por la responsabilidad y, por momentos, incluso siente respeto por sus lectores, dado que no son sólo lectores, sino la categoría más elevada a la que puede aspirar el ser humano: espectadores de Gran Hermano.
Pero no cometeremos más deslices: como si de auténtico periodismo de calidad se tratara, y como diario de referencia que somos, les decimos desde ahora mismo que la única realidad posible es la que ahora, después de analizar unos minutillos a cada uno de los participantes en Gran Hermano 2002, les ofrecemos. Y si luego las cosas cambian, nosotros no nos habremos equivocado, serán Ustedes los que nos hayan interpretado de forma incorrecta (luego no digan que no les he avisado).
Andrés: Benidorm, 24 años. La joya de la corona. Este chico es ¡stripper!. El sueño perverso del sesudo equipo de psicólogos que elaboran Gran Hermano, Andrés (Ness, según él mismo) cumple con todo lo esperado de alguien que se dedica a montar, y participar en, despedidas de soltera: es un chulo piscinas como pocas veces hemos visto, quizás distinto a Cal.loh en las formas (este va de hombre experimentado “que lo ha vivido todo” y Cal.loh era más bien un hombre del pueblo) pero igual en el fondo. Sus comentarios sobre las mujeres son de lo mejorcito que hemos visto, por ejemplo: “Estoy siempre en el gimnasio machacándome para mi trabajo, para mi y para las chicas”. ¿Y qué decir de cómo llama a su novia? (“mi negrita”). Será bonito ver cómo Andrés intenta ponerle cuernos a su novia en la Casa del Gran Hermano y después, previsiblemente, fracasa en competencia con alguno de los viva la vida que allí se encuentran. Por lo demás, un honroso representante de la industria turística española, motor de la economía del país. Nos encantaría que ganara y lo celebrara con un striptease ante millones de telespectadores (algo que sin duda acabará haciendo durante su estancia en la Casa del Gran Hermano).
Candi: Granada, 21 años. Según reza su biografía “oficial”, según el vídeo de presentación en el prmer programa y según su aparente gusto por vestir con chandal, es una apasionada de los deportes. Por tanto, estamos en condiciones de afirmar que Candi cuenta con un 65% más de posibilidades que cualquiera de sus compañeras de convertirse en el personaje lésbico de la presente edición de Gran Hermano, que ya va siendo hora de que la tolerancia y el mestizaje se apropien también de los experimentos sociológicos. Para aumentar sus posibilidades (en lo del lesbianismo, claro), no tiene novio, y en el vídeo hablaba de “su mejor amiga”. Me dirán Ustedes que con estos mimbres es imposible dilucidar si es lesbiana o no, y que además eso no le importa a nadie. Pero esto no es un ensayo científico; esto es un programa de televisión, así que son datos más que suficientes. Con menos se ha montado una polémica en Crónicas Marcianas. A menos que revele su latente lesbianismo, Candi tiene pocas posibilidades de continuar en la casa. Si lo hace, sus posibilidades se reducirán a cero. En el lado positivo, parece una buena chica, de las que le gustan a los que llaman por teléfono para votar, y además forma parte del lobby andaluz, lo que es garantía de permanencia en la casa, pero no apostaríamos por ella.
Carolina: Santa Cruz de Tenerife, 25 años. La Barbie Melones del grupo. Rubia, canaria, no me digan más; estamos ante una nueva Fayna en busca de su Cal.loh amante y yoyeroh. Aunque la competencia era reñida, creemos que consiguió ser la más insulsa de todos los participantes en sus declaraciones en los momentos inmediatamente anteriores a la entrada en la Casa del Gran Hermano, mientras los machos ibéricos de la concurrencia le soltaban sutiles piropos. Es decir, Carolina es una mujer 10, carne de ligue con “Ness”, el stripper de Gran Hermano, y posteriormente carne de trabajar en los negocios del tal Ness. En todo caso, dado que Carolina es “la guapa”, sus posibilidades de victoria se reducen a cero. Ya saben, “es un putón”.
Elba: 23 años, L’Hospitalet de Llobregat. Dios mío, esto es un sueño. ¡De la misma ciudad que el ídolo de masas Cal.loh! ¿Se encontrarían alguna vez? Es poco probable, puesto que en la biografía de Elba (por cierto, ¿qué hemos hecho nosotros para que la gente tenga nombres cada vez más ridículos?) se dice bien clarito que ella quiere ser policía, pero aún no lo es. Si Elba hubiera aprobado las oposiciones a buen seguro que habría entrado en contacto con Cal.loh en múltiples ocasiones, pero no es el caso. Un nuevo ejemplo de Cataluña mestiza, aunque disimila el seseo mejor que Cal.loh. Posiblemente aguantará por aburrimiento hasta que se hayan ido tres o cuatro concursantes, momento en el cual será eliminada por el dilecto público si alguno de los “buenos” es también nominado.
Jacinto: Navarra, 38 años. Uno de los elementos exóticos, y por lo tanto plato fuerte (en principio), de Gran Hermano III. Para el estándar de este programa, se trata de un abuelo, es decir un viejo a quien los demás concursantes nominarán continuamente por aquello de que “no es de nuestro rollo”. Si a ello añadimos que Jacinto es un hombre de pueblo ya me dirán Ustedes, ¿estamos ante un nuevo Fran? El tiempo lo dirá, por lo pronto Jacinto cuenta con un elemento a su favor -es más bruto que un arao- y otro en contra -es poco probable que el Ayuntamiento de Cintruénigo sea tan dadivoso como el de Barcarrota con las compañías telefónicas. Propietario de un bar, nos lo vemos trabajando en la Casa en el cuidado de los animales de granja y cocinando infectos menús del día para los demás animales, que se dedicarán, como siempre, a fumar, a ligar y a hablar de cosas profundas, o sea, ya sabes, comidas de tarro y todo ese rollo.
Javier: A Coruña, 27 años. Sin oficio ni beneficio hasta que hace un mes, casualmente, montó una cafetería con un amigo, suponemos que avalado por algún banco a cuenta de sus futuras exclusivas con lo más granado del periodismo amarillo de este país. Este chico ha venido aquí a ligar, a no hacer nada y a ganar dinero fácil posteriormente. Es decir, este chico es el concursante arquetípico de Gran Hermano. En este sentido, es una pena que no sea andaluz, pues por lo demás lo tenía todo para triunfar.
Jorge: Cádiz, 25 años. Es de Cádiz, va de graciosillo. Pretende ser, por lo tanto, un nuevo Ismael. Si lo conseguirá o no, no lo sabemos, pero convendría que redujera su obsesión por contar anécdotas continuamente, máxime si se refieren a cuando él hizo la mili. Recuerden que la mili desapareció hace ya algún tiempo, con lo que las jóvenes generaciones no podrán sentirse identificadas con las chanzas de Jorge y las viejas pensarán: “¿pertenecerá este tío al ejército border line que ha montado el Gobierno?”. Si a ello unimos que la mayor parte de los que llaman son mujeres, la mili no parece un universo conceptual muy recomendable. Además, la última vez que entró en la Casa del Gran Hermano un Jorge con experiencias pasadas en el ejército ya saben cómo acabó. Este parece más listo que “quién me pone la pierna encima”, pero esto tampoco quiere decir mucho.
Kiko: Madrid, 25 años. Cuando alguien va a la Casa de Gran Hermano vestido con el terno, como si fuera a trabajar en su empresa inmobiliaria, podemos sacar tres conclusiones: a) si ha entrado en la Casa es para ganar los 180.000 euros; b) se toma muy en serio a sí mismo y quiere que los demás hagan lo propio; c) es un poco capullo. Por lo demás, Kiko es el arquetipo de chulo madrileño (con ese nombre, ya me dirán), con la profesión de todo madrileño / español que se precie (especulador del suelo). Tiene tendencia a mirar a los demás por encima del hombro, lo cual constituye un buen síntoma de cara a la convivencia con los demás primates. Una lástima que sea expulsado por la audiencia en breve, pese a no tratarse de una mujer, porque también parece mínimamente educado (hasta que se descuelgue con chistes de Chiquito de la Calzada o aún mejor, pensamientos profundos de líder de masas).
Noemí: Barcelona, 29 años. Trabaja en una peluquería, esto es, se trata de la fashion del grupo. Su estancia en la casa, hasta el momento, ha consistido en pegar gritos y decir hostia puta cada dos por tres. Tiene toda la pinta de ser la típica pastillera de discoteca, con lo que es posible que ella sí se haya cruzado alguna vez con Cal.loh, a diferencia de Elba. Su objetivo en la casa es liarse con alguien, aún no sabemos con quién pero seguro que con alguien, y luego ser ignominiosamente expulsada.
Óscar: Puertollano, 27 años. A su edad, tan sólo le falta un año para licenciarse en Derecho, lo cual nos da que pensar: ¿le falta sólo una asignatura y por eso él piensa que terminará en un año o le falta un año real y, en consecuencia, tardará aún tres años en licenciarse? Misterios de la existencia. Creemos que es uno de los máximos aspirantes al triunfo, pese a que Puertollano es demasiado grande como para augurar una sucesión de llamadas telefónicas de sus conciudadanos. Va de chico simpático sin malos rollos, y esa es la clave para triunfar en nuestra sociedad televisiva de hoy en día.
Patricia: Sevilla, 21 años. ¿Recuerdan al famoso “cuñao” que salía en Canal Sur diciendo “idem”? Pues casi todo en esta chica nos recuerda a él; en primer lugar, ambos son andaluces, garantía de éxito televisivo; en segundo lugar, el “cuñao” sólo tenía un diente y todo apunta a que a Patricia le falta uno; en tercer lugar, el cuñao estaba siempre riéndose y Patricia ha roto a llorar como una magdalena nada más efectuar su entrada en la Casa del Gran Hermano. Trabaja como secretaria tras abandonar sus estudios en el primer año. Al menos trabaja, que es más de lo que puede decir el concursante – tipo de este programa. Sus amigas y sus padres insistían mucho en que Patricia es guapísima, pese a lo cual un somero examen desprovisto de parcialidad revela lo contrario. Esto constituye una buena noticia para Patricia, que si consigue ser lo suficientemente anodina y abandona parcialmente sus arrebatos histéricos igual puede ser como la ganadora del año pasado (¿cómo se llamaba?).
Raquel: Madrid, 25 años. Esta chica es amante del deporte, al igual que “Candi”, con lo que todo lo que hemos dicho respecto de su pulsión lésbica es igualmente aplicable para Raquel. La novedad es que Raquel trabaja como soldadora, ya saben, es una obrera, esa gente rara que se dedica a algo útil, que hace que las cosas funcionen. Ella misma se ha encargado de decir en varias ocasiones que “habla sin tapujos”, lo cual, si se comprueba dentro de la casa, es garantía de nominación perpetua. No creemos que gane pero puede “estar ahí”.
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